lunes, 6 de abril de 2020

El pastor omiso y la pandemia



El pastor mentiroso era aquel que gritaba por joder “¡viene el lobo!, ¡viene el lobo!”, todos se asustaban hasta que veían que era joda del pastor que se cagaba de risa, pero cuando de verdad vino el lobo, el pastor gritó y nadie le creyó. La historia de esta pandemia en “occidente” es parecida pero no es igual. “Occidente” se pasó gritando “¡guerra contra las drogas!”, “¡guerra contra el terrorismo!”, todas mentiras, ni drogas ni terrorismo, eran guerras de saqueo, pero esta vez ni siquiera gritó “¡guerra biológica!”, porque el lobo es él, ya sabemos que el lobo es el pastor, anda con el rabo entre las patas y además pensó que ya nadie le iba a creer. El resultado fue el desconocimiento, pero por omisión.

La omisión es peor en este caso que la mentira. Cuando el pastor miente, de algún modo toca el tema, algunos lo estudian aunque no le crean al pastor, otros no dan bola pero bastantes lo estudiamos precisamente porque no le creemos al pastor. Ahora, cuando el pastor omite, el tema no está, se hace un vacío y el vacío de contrainformación o desinformación o información, lo llena la “naturalidad”.

Entre los algunos y los bastantes somos lamentablemente elite en “occidente”. Investigamos en el fárrago de insumos para elite, cuál fue el diseño del diseño del virus, cuál es la hipótesis de conflicto exacta de esta guerra biológica actual, pero las mayorías, las masas, no entienden que es una guerra, que el mundo está en guerra irregular y esta es una batalla bélica. En “oriente” sí,  en “oriente” los pastores movilizaron los ejércitos, dieron órdenes y señales claras, China recurrió incluso al big data, hizo inteligencia militar, desplegó todas las reservas del gigante país, reconvirtió toda su industria al servicio del combate, Putin mostró ante cámaras cómo se vestía de “astronauta”, dio el ejemplo, todos se mostraron con barbijos, Rusia penó con cinco años de cárcel efectiva a quien desobedeciera la cuarentena allí donde se impuso, cerraron de inmediato las fronteras, no les importó detener la economía totalmente donde era innecesaria, pasaron a manejar cien veces menos contenedores de intercambio y ningún pastor la mencionó siquiera.

Inna Afinogenova se pregunta por qué en “oriente” se controló la pandemia mientras en “occidente” se desmadra. Se responde que en “oriente” son obedientes y en “occidente” no, pero ¿cómo se puede medir la obediencia si a unos les dieron órdenes y a otros les hicieron exhortaciones? A unos les dieron órdenes que se pueden cumplir, porque el Estado se encarga de todo y a otros, para no tener que encargarse a costa del capital financiero, nos hicieron exhortaciones al pedo. ¿cómo vas a comparar la disciplina en estas circunstancias? Cuando te dan una orden, podés obedecer o no. Cuando no hay orden, sale congreso de surfistas, sale nos movemos de la ciudad a la costa, de la costa a la ciudad, del super de acá al super de allá, agitamos otras casas, otras calles, otros ámbitos.

Da muchísima pena el caso de Uruguay. En esta semana de turismo estamos echando a perder todo el esfuerzo que hicimos, quienes lo hicimos, desde mediados de marzo. Y básicamente por la omisión de los pastores, de Trump y todos sus lacayos, que están pensando en las finanzas y lo hacen con la estupidez crónica del capitalismo. Si paraban dos meses después podían reanudar, como China, pero no, el capitalismo no piensa, es un perro de Pavlov babeando por la ganancia inmediata.

El 18 de marzo escribimos “Guerra biológica, elija su teoría de la conspiración”. Para el criterio científico posible en ese momento, cerraba mejor la de la Cancillería China, el ejército USA llevó a Wuham el virus creado en sus laboratorios (lo avalaba Redfield, funcionario de Trump que luego fue arrestado, como fue degradado el Capitán del portaviones USA con el virus amenazando exterminar a sus marineros, que alertó al mundo hasta obligar al Departamento de Estado que le permitiera atracar, aplaudido el Capitán por sus tripulantes, pero igual servía la teoría opuesta (el virus mutado en el laboratorio de Wuham, China ocultando las cifras hasta que se esparció por el mundo y ahora exportando material sanitario a doquier), con tal de que se entendiera que es una guerra biológica.

El 21 de marzo escribimos “Convencer a Lacalle de la necesidad de cuarentena”. Subimos el tono con el correr de los días pero ni a grito pelado nos escucha. Ni siquiera lo cuidan a él, que es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, por ridículo que sea. Sale sin mascarilla, se aglomeran los ministros en la puerta de la sala de conferencias. El del Interior (el de Gobierno) “esorta” con “s” y no ordena nada porque las órdenes son secretas, inescrutables, porque las dan “los mercados”, una entelequia, un mando descerebrado porque no sólo no es humano, es una maquinaria hostil al planeta, absurda e inhumana.

Cuba, Nicaragua, Venezuela, Checa, Albania, algún otro país de Europa del Este y alguno nórdico, si los consideran “occidente” son excepciones. En Argentina C5N, al menos un medio masivo, dice la verdad. Eso ayuda, pero Uruguay lo tiene todo para salir de esta crisis airoso, ALUR para el alcohol en gel, el MIDES para tabla de salvación de millares de personas, el Plan Ceibal para las clases en línea. El cable submarino para la mayoría de los trámites con el Estado por internet y el teletrabajo, sin salir de casa, a gran velocidad de conexión, el Sistema Nacional Integrado de Salud, la inclusión financiera para evitar mucho efectivo que propaga virus, 15.000 millones de dólares en reservas del Banco Central y líneas de crédito abiertas en todo el mundo, tiene todos los sectores estratégicos de los servicios públicos estatizados, pero no tenemos al doctor Vázquez ni al contador Astori en el gobierno. Es para agarrarse de los pendejos y tirar para arriba como en un hirsuto dibujito animado.


No hay comentarios: