viernes, 25 de noviembre de 2022

La paz de Putin


 Siempre voy contra agenda, pero esta vez lamento hacerlo. Hace un par de meses esta columna adelantó que EEUU y Rusia estaban negociando secretamente y habría presión “occidental” a Zelenski para volver a una mesa de diálogo, mientras la agenda de los otros medios se estremecía con la cercanía de una guerra nuclear, nombrada por Putin y por Biden.


Ahora, cuando todos dicen que están a punto de sentarse a una mesa a negociar la paz, me temo que ese diálogo no conduzca ni siquiera a una tregua. Que haya una nueva ofensiva rusa antes de que termine el invierno y que haya más inviernos europeos duros y aún más duros que el que inicia el mes que viene. Dos inviernos o tres inviernos.


Porque no parece insensata la advertencia de Putin de que “estos son los diez años más importantes y a la vez peligrosos de la historia”.


A Europa le va a costar perder la cara negociando beber del agua que dijo que nunca habría de beber, y en tres años el sur global completaría su BRICS plus de 24 miembros claves, entre 2024 y 2025, y entonces sí, junto a la OCS, a la UEEA, a la UA, al RECEP y su núcleo el ASEAN (tal vez también a la CELAC) China estimaría el momento de sustituir al dólar para entonces ya derrotado y lanzar en todo ese espectro la nueva moneda de reserva mundial (Bancor 2.0) y el nuevo sistema de mensajería de pagos que sustituya al SWIFT, transformaciones que de índole cibernética ya tienen todo bastante resuelto desde 2010.


Otra condición política para ese avance es la seguridad: derrotar definitivamente al imperio del caos y la mentira, en las áreas protegidas.


Este mes el jefe de la CIA, William Burns y el jefe de la FSB (servicio exterior), Serguéi Naryshkin, se reunieron en Ankara, Turkiye, supuestamente para diseñar una hoja de ruta a la desescalada bélica en Ucrania, el fin o la tregua de su guerra proxi y estalló una bomba por atentado terrorista en Estambul. No es que algo no ande bien en los esquemas de seguridad rusos o yanquis. Turquike es territorio de su propia seguridad pero además es miembro de la OTAN. No aceptó las condolencias de Estados Unidos.


¡Y se quejan de Astesiano!”, diría Lacalle Pou.


Cuando Suecos y daneses culparon de inmediato a Rusia por los atentados a los gasoductos Nord Stream I y II, Rusia respondió lacónicamente, “fue en territorio de seguridad de Estados Unidos”-


Turkiye recurrió a la misma lógica. Culpó veladamente del atentado en Estambul a EEUU, porque, además, la perpetradora habría sido entrenada por adiestradores yanquis en el Kurdistán sirio e iraquí, donde los yanquis explotan pozos petroleros (en 2019 Trump mandó volver a casa a las tropas dedicadas a ese saqueo, pero el Deep la envió de vuelta a Idlib. Trump ya decidía menos que el portero de la Casa Blanca).


El hoy territorio de seguridad ruso, que se extiende de la OSEA a casi toda Eurasia, donde hace veinte años los atentados terrorista eran de frecuencia diaria, alcanza récord de paz para el desarrollo, con retiro de tropas en Cachemira entre Pakistán e India, en el Himalaya entre China e India, en la propia Xinjiang, provincia más occidental de China.

Sólo un semifallido atentado al puente de Crimea, el aprovechamiento criminal de la Otan del pasillo liberado al tránsito de granos en el mar Negro para ataque a Sebastopol y el fallido atentado contra el líder opositor pakistaní, Inram Khan.


En veintidós años, desde aquella primera visita a Fidel en 2000, de un presidente ruso desde los tiempos de la URSS y desde los sucesos inducidos por la crisis de los rehenes en el Teatro de Moscú, en octubre de 2002, Vladimir Putin ha recuperado la potencia de Rusia, dándole además la mayor fiabilidad en seguridad para todo el Sur. Sobre todo a partir de la asistencia a Siria (2015) y cambió el sentido de sus relaciones exteriores, especialmente con Segéi Lavrov de canciller desde 2004. Estrechó lazos con China hasta alcanzar hoy sus mejores relaciones históricas. No las tuvo Stalin pero muchísimo menos Kruchev y Brazniev. Cambió la política rusa en Asia Occidental. De intervenir a pedido de una provisoria victoria electoral de izquierda en Afganistán en 1980 y apoyar desde ese año la guerra de Irak contra Irán hasta 1988, pasó a amigarse con Irán, enemigo de Estados Unidos y a tratar de boicotear en 2003 junto a la entente franco alemana la invasión yanqui, inglesa, española, polaca, nórdica, a irak, Rusia había sufrido la década neoliberal de los asesores yanquis de Yeltsin, que les deparó 27 millones de indigentes y ya Putin los conocía


NO ES CASUALIDAD


Este mes, además, un misil antiaéreo S-300 impactó en una granja polaca matando a dos personas. De inmediato el gobierno de Polonia culpó a Rusia, Zelenski culpó a Rusia, los medios “occidentales” empezaron a hablar de la “tercera guerra mundial” y Estados Unidos citó en Bali, Indonesia, a reunión urgente para expulsar a Rusia de todos los foros internacionales y coordinar acciones de represalia.


Asistieron a esa reunión de convocatoria universal, sólo siete países, los siete del G-7: Japón, Alemania, Italia, Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y Francia. Ningún país del sur global se presentó, ninguno. Y China reclazó de plano excluir a Rusia de foro alguno.


Es parte de la guerra de fondo, entre el globalismo unipolar imperialista, cuya estructura militar es la OTAN, el AUKUS y, en parte, el QUAD, que definen a China su enemigo principal y el bloque del sur global, multipolar, cuyas estructuras políticas son la Organización de Cooperación de Shanghái, la Unión Económica Euroasiática, el Brics ampliado, el RECEP, la Unión Africana que China propuso integrar al G-20 y el ASEAN (esperemos que con Lula se sume más decididamente la CELAC y tal vez Unasur).


Entonces, fracasado el objetivo “misil en la granja”, que era el desgaste político exterior de Rusia, incorporando algún país a la supuesta urgencia en Bali, el propio Estados Unidos salió a desmentir a Zelenski y a Polonia, revelando que el misil no era ruso sino ucraniano y que, posiblemente, llegó a Polonia, tratando de interceptar un misil de crucero ruso. Nada de “tercera guerra mundial”. Más probablemente una provocación.


Zelenski tuvo que desamarrar la navaja. No siguió pidiendo el compromiso de la Otan a “defender cada metro de territorio de un socio (en este caso Polonia)”, tal cual repitió hasta el cansancio Jens Stoltenberg, el noruego secretario general de la Otan, porque se comprobó, que el agresor, por accidente o por operación de falsa bandera para provocar la reacción de la OTAN, fue Ucrania.


Por eso a veces no es sencillo explicar ordenadamente sucesos que no son sencillos ni tienen una secuencia lógica. Es preferible la complejidad de los hechos a la ilusión académica. Si nos dejamos llevar por la simple y ordenada narrativa “occidental”, Buenaventura De Souza termina diciendo que la solución a la guerra va a ser que los rusos se queden Crimea pero el resto de los territorios ocupados por Rusia (y declarados por Rusia, en base a referéndum, territorio ruso) vuelva a Ucrania. “El Donbás no con independencia sino con autonomía”. ¡Qué fácil! Minsk III.


Si Minsk I y II fallaron, si falló el formato de Normandía, que era una concesión de Rusia, que convenció a las milicias populares de Donest y de Lugansk de que aceptasen una mera autonomía aunque tenían control armado de territorio y de las capitales de sus territorios, fue porque no quedó nadie para hacerlo cumplir.


Y ese nadie sigue sin estar ahí. Porque en Francia está Macron, que aunque hoy escenifique un conflicto con Washington por los precios del gas, es su peón presidente europeo más servil y porque en Alemania no está Merkel.


La ofensiva final de la Otan contra Rusia, el alineamiento total de Zelenski (su pacto electoral incumplido) con los batallones nazis, la Conferencia de Munich con la UE muda ante el anuncio ucraniano de salirse del tratado de Budapest sobre armas nucleares, ocurrieron luego de que EEUU ganó vicariamente las elecciones en Alemania el año pasado y lo creyó definitivo (un error parecido al de la URSS en Afganistán).


Si Merkel hubiese estado en la Conferencia de Munich la guerra se hubiese evitado. Y si el presidente de los EEUU hubiese sido Donald Trump, también (él mismo lo declara a la vez que, con la mayoría republicana obtenida el 8 de noviembre en la cámara de representantes,anuncia que el Congreso investigará los negocios de Hunter y de Joe Biden en Ucrania desde 2010).


Pero el Deep State tenia un plan, que según un controvertido informe del tanque intelectual Rand era liquidar a Europa, empezando por Alemania, su motor. Pudo haber sido apócrifo, pero los hechos no lo desmintieron. Por el contrario. Según ese infome Rand corp, EE.UU planeó la guerra en Ucrania a la vez que la crisis energética en la UE para colocar a buen precio su gas licuado en Europa. Fue una victoria comercial yanqui sobre Alemania pero además una gran victoria táctica de Washington frustrando a corto plazo el eje Beijing-Moscú-Berlín.


Además la guerra de desgaste pretendida funcionó en gran medida. Europa es la mayor perjudicada luego de Ucrania. Rusia palió su decreciente comercio mayorista interno con balanza exterior favorable y fortalecimiento del rublo, pero los altos precios de los combustibles le sirven a EEUU y a Rusia por igual.


A EEUU porque le desinfla burbujas financieras de la fractura hidráulica, que no es rentable con el barril a menos de 80 dólares y a Rusia porque ya tenía planeado redireccionar su energía al sur global.


Y LLEGARON LAS NEGOCIACIONES


En octubre deduje de las declaraciones preelectorales de Biden de que iba a evitar una guerra nuclear y del pie que le había dado Putin, tres días antes, hablando de la doctrina nuclear rusa, que ya estaban dialogando y ese golpe escénico había sido negociado.


Porque si quería intimidar a “occidente” y, en particular, a Estados Unidos, de lo único que tenía que hablar Putin era de la cantidad de misiles hipersónicos. No de átomos.


La Mutua Destrucción Asegurada está en suspenso, por prevalencia del desequilibrio hipersónico. Hoy por hoy, con Ucrania fuera de la OTAN, favorece a Rusia. EEUU sabe que una tercera guerra mundial hoy serían diez minutos de Kinzhal y de Sarmat intercontinentales, mientras que de completar con Ucrania el cerco misilístico a Rusia, pronto puede ser (cuando tenga EEUU cientos de hipersónicos y si nadie ha avanzado para entonces en la tecnología de detección, intercepción o capacidad de respuesta a una velocidad diez veces la del sonido) la saturación misilística a nueve, siete y tres minutos de Moscú. Ese anuncio del 15 de febrero no fue lo decisivo para la operación Z. Lo fue el plan de marzo del asalto final al Donbas, con todo el armamento pesado de la Otan en los bien pertrechados batallones nazis. Pero éste y aquel eran la tormenta perfecta para poner del lado yanqui la ventaja de la velocidad. Ya lo había advertido Paul Virilio a fines del siglo pasado, en “Cibermundo”. “La velocidad pasó a ser el factor militar decisivo”.


El resultado de esta guerra no declarada, que no es entre rusos y ucranianos ni es convencional, sino que es irrestricta entre EEUU y China, se está decidiendo en los laboratorios de innovación tecnológica, dotados masivamente por sistemas educativos con gigantescos presupuestos financieros y recursos de todo tipo. Vietnam, China e India están acelerando más que el resto.


Otro muy probable efecto de las negociaciones entre Jake Sullivan, Jefe de la Seguridad de EEUU y Nicolai Patruchev, de la rusa, en octubre, fue la retirada del ejército ruso de la orilla occidental del río Niéper en Jersón. Para una mesa de diálogo era conveniente que parte de la nueva frontera a proponer por Rusia fuese natural, porque en 2014 la anexión de Crimea, que es una península, con nítidas fronteras naturales y el no reconocimiento de las repúblicas populares de Donest y Lugansk, se debió, en parte, a que los límites de estos oblats, implicaban si se agregaba a Novo Rosiya (se agregó Jersón y Zaporiye) unos 1.100 quilómetros de línea de contacto.


La propuesta de paz de Putin se completa con el ofrecimiento de repetición de los referéndum con supervisión de la ONU. Los milicianos del Donbas, que luego de los chechenos fueron los mejores guerreros en la operación Z, no admitirían jamás que Putin volviese a convencerlos de un formato Normandía.


Por otra parte, los referémdun son incontrastables. Llegaron a dividir el espectro político del Estado de España, que al principio era el único que no podía desmentir al eurobarómetro porque todos menos la pequeña catalana CUP, estaban con Zelenski. El consenso mediático en ese tema era absoluto. El 25 de marzo en Iruñea, capital de Nafarroa, EH Bildu se abstuvo de condenar la operación militar rusa. Fue un escándalo, pero ya el 6 de octubre, en la comisión de exteriores del Congreso, Bildu y Unidas Podemos se abstuvieron de condenar los referémdun, propuesta redactada por el PP y el PSOE con el apoyo del PNV y de Vox. Los catalanes no integraron la comisión. La propaganda se había desgastado. Es una guerra de desgaste y la propaganda también se degasta.


Son puebos que luchan por referámdum de autodeterminación independentistas. Donbas los referencia e interpela. Con autoridad. Los gudaris no pudieron resistir con control armado de territorio más de dos años. Los catalanes un poco más, los asturianos otro poco, pero ante un golpe motorizado por fascistas en 1936 en Madrid y por nazis en 2014, ambos con apoyo masivo, no mayoritario, pero masivo, tras elecciones ganadas por antinazis y antifacistas por poco margen, las Milicias Populares de Donestk y Lugansk, resistieron 8 años. Se me puede decir que Francia ayudó poco y nada a la República Española. Es verdad. La ayudaron las brigadas internacionales, México, Rusia, desde lejos en las distancias de la ópoca, ¿pero te imáginás a Bilbao y a Barcelona 8 años en poder animonárquico y antifascista? Todavía hoy es inimagible.


Zelenski no va a aceptar ese plan de paz. Sabe que esos referéndum tienen siempre el mismo resultado, en 2014, en 2022 y desde antes. Esos oblats siempre votaron partidos prorrusos, Comunista o De las Regiones, incluso cuando estos estuvieron prohibidos igual que el idioma ruso por la dictadura nazi del Euromaidán (Poroshenko, Zelenski), votaron a Zelenski porque prometió cumplir los acuerdos y retirar los batallones nazis del este, otra cosa que Zelenski nunca cumplió. Al contrario. Entregó el alto mando al batallón Azov. Son poblaciones rusas, rusoparlantes y rusófilas y profundamente antinazis, donde libraron lo más cruento de la "segunda guerra mundial", aunque los nazis de que Jruchev le haya entregado a Ucrania Crimea, el Donbas y novo Rosiya, para contrarrestar la anexión estalinista de la Galitzia polaca a Ucrania (no se sabe qué mierda pensó Stalin, aparte de complicar Polonia aún más que Ucrania) de eso en particular no tienen la culpa. 


La secuencia lógica con sucesión de hechos es que Zelenski debería aceptar esa paz de Putin, negociada con los yanquis, ya ordenada por Henry Kissinger en Davos: “Ucrania debe entregar territorios y firmar la paz… Rusia lleva 400 años constituyendo Europa”, sentenció Kissinger. En otras palabras, “terminen con la rusofobia o la realidad geoeconómica, militar y política, termina con el occidente colectivo”. Pero Zelenski no lo va a hacer.


Otras dos sucesiones lógicas: Vladimir Putin junto al presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, el martes inauguraron el monumento a Fidel Castro en la plaza Fidel Castro en Moscú. El jueves Díaz Canel llegó a Beijing, especialmente invitado para ser el segundo presidente del mundo en visitar a Xi desde que fue reelecto secretario general del Partido Comunista de China (y el primero americano). El primero del mundo fue el vietnamita.

viernes, 18 de noviembre de 2022

Lo nuevo del G-20

 

Sholz y Xi

Un primer protagónico indiscutible en tres cumbres consecutivas en el sudeste asiático fue y es Xi Jimping. Vamos a tener que esperar a la cumbre de los BRICS 2023 en Sudáfrica para que Lula le “dispute” al “mandarín” el estrellato. En Bali, Indonesia, la cubre del G-20, esta semana, Brasil estuvo de adorno.


Pero vamos a empezar por la primera, la Cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Phnom Penh, donde el primer ministro de Camboya Hu Sem y el recientemente homenajeado en Beijing presidente vietnamita Nguyen Xuan Phuc (el primero en visitar a Xi Jimping tras ser reelecto secretario general del Partido Comunista de China), recibieron a jefes de naciones que representan aproximadamente la mitad de la economía mundial, incluyendo a Japón, Corea del Sur, China, India, Australia, Nueva Zelanda, EEUU y Rusia.


El canciller de Rusia, Sergéi Lavrov, elogió en Phnom Penh la “estructura inclusiva, abierta, igualitaria, de seguridad y cooperación de la ASEAN”, reparando a la vez en que la OTAN “quiere militarizar la región para “contener” a Rusia y China en el Indo-Pacífico”.


A Lavrov lo dieron por muerto cuando llegó a Bali. Los medios occidentales desinformaron que le había dado un infarto y lo habían hospitalizado en Indonesia. “Se está muriendo”. Ese mismo día, inicio de la cumbre del G-20, la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, difundió un video de Lavrov en Bali en bermudas y remera, desayunando y leyendo los diarios del día, al aire libre. Lavrov comentó que no era nuevo. “A Putin hace diez años que dicen que se está muriendo”.


Pero ninguno va a batir el récord de Fidel Castro. Durante 56 años publicaron que se estaba muriendo. Al final es la fake news más implacablemente cierta. Fidel murió. Morir es una costumbre que sabe tener la gente. A Lavrov y a Putin también les va a tocar y entonces la prensa “occidental” habrá acertado.


El que se enfermó de verdad en Bali fue Alberto Fernández. Sufrió una gastritis erosiva con sangrado pero retomó su agenda y se reunió con Xi Jinping.


Digamos que con Xi Jimping se reunieron en bilaterales casi todos los mandatarios, desde Biden hasta Giorgia Meloni, pasando por Macron. El delirio yanqui de desacoplar a China de las relaciones internacionales es tremendo, delirium tremens por consumo de series televisivas.


Al que no le cayó bien la reunión con Xi fue a Justin Traudeau, el mandatario canadiense. Xi lo retó por haber filtrado las discusiones entre ambos para liberar a la heroína china, jefa de Huawei, Meng Wanzhou, secuestrada en Canadá en diciembre de 2018, por orden de Washington. “No es así como hacemos las cosas”, regañó Xi a Traudeau.


Finalmente, la Cumbre de la Cooperación Económica del Pacífico (APEC) en Bangkok, también destroza la prioridad número uno de Washington: la contención de China.


En este aspecto radicó lo verdaderamente nuevo de los últimos movimientos internacionales. Las noticias nunca son novedad, pese a que literalmente significan eso. Últimamente hemos visto en Uruguay de qué manera hubo que desmontar “noticias”, que reiteraban viejos humos. Ya se sabe: No es novedad que los estados nos vigilan. Para eso compraron Pegasus (software de vigilancia cibernética) entre otros chiches a esos efectos, anteriores y posteriores al Pegasus. Lo interesante es que, de vez en cuando, con sus escuchas hacen noticias.


Todo está guardado en la memoria, dice la canción de León Gieco en un sentido bien diferente y es verdad en varios sentidos. Además, está todo guardado en las computadoras de la NSA yanqui, de la FSB rusa, del MI6 británico, del MOSAD israelí, del MSS chino y de todos los servicios que se precien. Pero de todo lo que está guardado les interesa un 0,00000001 por ciento, con suerte. Guardan todo porque no saben qué de todo puede llegar a interesarles mañana.


Supongamos que vos hoy cometiste una pequeña infamia, nada grave, pueril, de ésas que, si uno no se obstina en cubrir con otras, terminan olvidadas por uno y también por cualquiera afectado por ella, pero existe en el mundo registros que no la olvidan. Si mañana sos el presidente de un país (u otro funcionario, no importa de cuál, no hace falta identificarlo), aquella pequeña infamia puede ser insumo de lawfare.


Pero cuando no tienen ninguna infamia registrada ni del año del pedo, entonces sencillamente arman las causas. Y cada una vale según la alta rotación que les dan los medios. Porque las noticias son iguales a los hits musicales, dependen del machaque mediático. Por eso además las noticias son hijas de las paráfrasis.


Entre las que sí contaron con un audio para documentarla, está la de la ejecución británica del atentado a los nord stream. “Está hecho”, de Liz Trust a Blinken, una hora después de las explosiones. Seguramente unos pocos minutos después en Alemania recibían la grabación del FSB y ocurría lo nuevo, que, si fuera noticia, uno podría parafrasear al comandante sandinista Omar Cabezas, titulándola “Alemania es algo más que una provisional ministra verde”.


Olaf Scholz, el canciller (primer mandatario) alemán, tras las primeras declaraciones en la vida de Merkel que hablaron de la indivisible seguridad eurorrusa, con EEUU afuera, fue embarcado en viaje a China por los industriales que realmente controlan Alemania y no se quedaron sentados de brazos cruzados mirando cómo la OTAN los destruye.


LOS 10 INDIECITOS Y UNA CACICA


Quienes llevaron a Sholz a Beijing son una delegación de empresarios conformada por 10 de los más importantes CEOs de sus empresas industriales de Alemania: Volkswagen, Deutsche Bank, Siemens, BASF, BMW, Bayer y Biontech. La visita de los germanos estuvo condicionada por la ampliación de la brecha comercial entre ambos países. En 2021, las exportaciones de Beijing triplicaron el monto facturado por Berlín. La cronicidad de esta nueva brecha está pautada por la falta de competitividad de la industria europea inducida por las sanciones que impusieron a Rusia EEUU y la UE.


El planteo de los empresarios es crear el eje Beijing-Moscú-Berlín o deslocalizar las partes de la cadena industrial desde Alemania hacia el gas barato ruso, en la Unión Euroasiática, China o en la propia Rusia.


Alemania espera el retorno a un mayor poder de Ángela Dorotea Merkel. Ella, por un momento, pagó un precio político, perdió la interna del socialcristianismo por haber pedido un millón de inmigrantes cuando los otros países europeos se negaban a recibir cien mil. A medio y largo plazo fue un acto cultural que inmuniza al pueblo alemán contra la xenofobia histórica. El mismo cuidado tuvo siempre Lenin contra el imperialismo ruso y pagó cuanto precio político fue necesario.


El mismo día que aterrizaba en Beijing la delegación de lo más granado de los industriales alemanes conduciendo al canciller Olaf Sholz a retomar la línea trazada por Merkel, en Alemania, Analenna Baerbok, la ministra verde de relaciones exteriores se reunía con sus pares del G7 (fáciles de recordar; los tres del eje nazi-fascista: Japón, Alemania e Italia, más Canadá, Reino Unidos, EEUU y Francia) para mentir cuál le está comprando menos gas a Rusia. Baerbok seguramente no. Es de un color verde carbón.


El G20 nació precisamente de la necesidad de ampliar el G7 (G8 antes de que expulsaran a Rusia) que se supone que eran, cuando se creó, las mayores potencias económicas del mundo. Armaron el G20 en 1999 y fue clave en 2008, por integrar a China, que desde 2006 ya era la primera economía con mayor PIB por paridad de poder adquisitivo. En realidad, para que China no atacara al dólar tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008. De todos modos, no son todos los que están ni están todos los que son. Por ejemplo, no está Irán, que es la 11a. economía del mundo.


Aún sin Irán, en el nuevo G20 manda China, también a varios del G7, pero no es un bloque cooperativo, aunque sus miembros multilateralistas pretenden que lo sea. Tiene intereses antagónicos y sus resoluciones no son sustanciales. En la que difundieron el miércoles, por ejemplo, se habla de la situación en Ucrania, sin culpar a Rusia. Son reuniones que sirven para que Xi se reúna aparte con otros jefes de estado y para poco más.


CANDIDATOS AL BRICS PLUS


La otra novedad de este G20 es que está constituido por una mayoría de países que quieren unirse al BRICS, el bloque de potencias emergentes conformado por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica.


Durante la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO) en Samarcanda, en septiembre pasado, ya era tácito para todos que el Imperio está canibalizando a sus aliados más cercanos, los europeos.


Y cómo, simultáneamente, la OTAN en Europa está desarrollando una campaña mediática destinada a acorralar implacablemente al ciudadano promedio. El objetivo de esta política es que todos marchen disciplinadamente detrás de su planificación de una guerra en dos frentes, una contra Rusia y otra contra China”, señala Pepe Escobar.


En contraste en Samarcanda, Xi Jinping presentó a China y Rusia, juntas, como las principales “potencias globales responsables” empeñadas en asegurar el surgimiento de la multipolaridad.


Samarcanda también reafirmó la asociación política estratégica entre Rusia e India (el primer ministro indio, Narendra Modi, lo llamó una amistad inquebrantable).


Eso fue corroborado por la reunión entre Lavrov y su homólogo indio Subrahmanyam Jaishankar la semana pasada en Moscú.


Sobre los BRICS, Lavrov confirmó que «más de una docena de países» se están postulando para ser miembros, incluido Irán: «Esperamos que el trabajo de coordinación de los criterios y principios que deberían ser la base de la expansión de los BRICS no tome mucho tiempo».


Pero primero, los cinco miembros deben analizar las repercusiones de un BRICS+ ampliado”. Ése ya es tema de Lula. Vamos a Sudáfrica bien representados.





viernes, 11 de noviembre de 2022

Carolina te escucha

 


El otro dice que escucha primero a los que no votan al FA. Lo dice... pero dudo mucho que lo haga, porque cuando criticó en televisión, en la recta final de la campaña electoral noviembre 2019, el programa de Lacalle (que era un librilllo, muy poco más que un volante, no se necesitaba ni tres minutos para leerlo), le preguntaron qué no le gustaba de ese programa, cuáles eran en concreto sus críticas para calificarlo de desastre, e, increíblemente, contestó que no lo había leído. ¡¿Entonces qué criticás, Intendente?! Ahora dice que los va a escuchar primero que a los votantes del FA. Ha de ser para sustentar sus descalificaciones. ¿O acaso para que lo convenzan? Porque si lo convenció Felipe González, mejor pueden convencerlo la ARU, el City... y ni qué decir la gente de ANDEBU.


En cambio Carolina escucha primero a los de abajo. Escucha a mi barrio y, con criterio artiguista, primero a los barrios más necesitados, al Oeste, al Norte y al Noreste, aunque hayan votado al FA en promedio superior al 60%, porque lo necesitábamos. No podían, ni pueden, permitir que gobierne quien le entrega el oído primero al imperialismo y a la oligarquía, que son muy gente y, por ahora, no son los que votan al FA.


Bien Carolina Cosse en mi barrio. Cambió Río Negro, Minas, Magallanes y Gaboto, todas de 18 al sur, por Rosa Luna, Martha Gularte, Carlos “Pirulo” Albín” y Lagrima Ríos. ¡Bien! Gracias, Carolina. Las calles que atravesaba a diario de niño hoy me enorgullecen más. Y el orgullo de lo mejor de lo nuestro es tan importante para la justicia cual la vergüenza de lo peor.


Nombrar es reconocer”, dijo Carolina. Reconoció la lucha afro y LGTBQ en los nombres de Rosa, Martha, Pirulo y Lágrima. Yo agrego: desnombrar parte de Magallanes y Gaboto también es reconocer. Porque Minas y Río Negro son accidentales (geográfico, cromático), de proyecto extractivista (Villa de la Concepción de las Minas) y trascienden las palabras en historias departamentales, pero Gaboto y Magallanes es vindicar colonialistas en historias que terminaron con exterminios de pueblos aborígenes.


No pienso que las mujeres estén de moda. Las modas son pasajeras y de mi vida cada mujer es eterna. Mujica se equivoca al creer, aunque bien se haya disculpado de haberlo dicho que Carolina porque es mujer está de moda, pero tiene razón el Pepe al contraponer que el otro no está de moda. ¡Seguro que no están de moda los políticos medio pelo! De las más recientes treinta elecciones en el mundo (y muy particularmente en Nuestra América) ninguna la ganó, en ninguna creció, un medio pelo. Y cuando la ganó por izquierda alguno que después en el gobierno se volvió medio pelo (Boric, Fernández), se le cayó la aprobación popular al piso en poco tiempo. Por eso todavía te pido más, Carolina. En la gestión sos intachable y es el motivo de que el enemigo te persigue a vos y no al otro y de que el compañero no encuentra más reparo hacia vos que suponerte pasajera. Te trampean las inversiones e igual concretás a lo grande, a lo Antel Arena, pero en lo simbólico (que en política no es menor) tenemos que redoblar esta iniciativa reconocedora, extendiéndola a más calles, a los parques y a las avenidas.


Angela Dorotea Merkel, mi ídolo mayor entre todos los políticos actuales, en marzo de 2008, visitó el parlamento israelí y allí dijo que el pueblo alemán siente vergüenza por la persecución hitleriana de los hebreos. Bien por el pueblo alemán.


LAS CONSECUENCIAS SON TAMBIÉN COLECTIVAS


La culpa no es colectiva, pero sus consecuencias sí que en gran parte lo son. De ahí el acierto de Merkel.


Nuestros ancestros uruguayos participaron junto a los brasileños y a los argentinos de un genocidio contra el Paraguay. El holocausto guaraní fue tan terrible o más que el judío. Desde entonces los paraguayos son más pobres que los uruguayos. Yo no tengo la culpa. Pero les digo a los paraguayos que me repugna eso que hicieron mis ancestros y siento que el sentimiento que les cabe a quienes lo hicieron es la vergüenza y que de la ignominia y el saqueo de entonces surgen en enorme medida las desigualdades que hoy sufrimos. Y no de inferioridades de sus ancestros que ellos hayan heredado. Lo que les cabe a sus ancestros es el orgullo de no haber conformado un pueblo invasor. Y tiene sentido. Porque el orgullo sólo tiene sentido cuando es defensivo.


Cuando seguimos nombrando Venancio Flores y Fructuoso Rivera a nuestras más extensas avenidas, seguimos reproduciendo la ignominia de la que deberíamos, por nuestro propio bien además, avergonzarnos. Cuando seguimos llamándole Rivera al parque donde está el estadio Charrúa, encima le agregamos una burla histórica a las víctimas de un genocidio.


Otro discurso es el de Vargas Llosa que quiere convencernos a los indoamericanos de que somos más pobres que los sajones por culpa de nuestras supuestas herencias vergonzosas y no porque nos hayan puesto las cañoneras en los puertos para imponernos el comercio desigual. Lo hace porque el orgullo y la vergüenza alientan o pesan en el ánimo de los combatientes, y éste es un mundo conflictuado por intereses principalmente económicos de los que él toma parte.


Con tanto nombre de cipayo a las calles de Pocitos, los opresores nos siguen ganando parte de la batalla cultural.


Yo tengo ancestros godos, gallegos, vascos, judíos, gitanos y charrúas y cuando hablo del orgullo hablo de mi abuela la charrúa más que de los otros. Necesitan menos vergüenza mis hermanos indígenas que, por ejemplo, mis hermanos españoles o ingleses. Y los charrúas en particular están necesitando orgullo a carradas. Mi abuela era de apellido Romero, que tiene dos acepciones, peregrino a Roma o gitano en el idioma romí, romerí o romero, gitano. Nació en el campo de los minuanes, entre Solís de Mataojo y Minas y era de rasgos tan definidamente indios como hermosa. Cuando le decían india, lo negaba, a regañadientes, y si insistían se excusaba en su apellido paterno para explicar que esos rasgos le vendrían por ser descendiente de gitanos.


Hace treinta años, entrevisté para La República a la antropóloga Mónica Sanz en la Facultad de Humanidades, y me enteré que cerca del 40 por ciento de los nacidos en los hospitales de nuestro país, descendemos (cercana o lejanamente) de las primeras naciones del continente americano. Sin embargo, vivimos “orgullosos” de ser un pueblo “que desciende de los barcos” (te explico, Alberto Fernández, que en este continente los únicos que descendieron todos de los barcos fueron los afros; de barcos europeos, eso sí, y no llegaron todos, porque para regular los precios en el mercado, los esclavistas europeos echaron por la borda de camino millones de africanos; muchos europeos vinieron en clase vip de aviones y, últimamente, en ese dinero virtual de toco y me fugo, que vos te empeñaste en que siga condicionando a Argentina), vivimos en general “orgullosos” a lo Alberto de ser más europeo que Europa y a la vez, nos jactamos de ser tolerantes y para nada racistas. Pero mi madre y mi abuela no tocaban el tema de sus rasgos y cuando alguien lo hacía, ellas (y de pendejo yo también) preferíamos decir que descendíamos de gitanos. ¡Cómo habrá sido ser indígenas para preferir el estigma de gitanos!


No lo digo por las masacres, ni por las villas miserias, ni por las charrúas que estrangulaban a sus recién nacidos para evitarles la vida en cautiverio. ¡¿Cómo habrá sido –digo– en la infancia de mi abuela?!. Y todavía hoy... La palabra “chiruza” por insulto. La humillación del marrano: Yo salgo a papá y al papá de papá. Ni me asomo a la línea materna de indias esclavas sobrevivientes de la chusma.


PARA EL COMBATE, TAMBIÉN EL PRESTIGIO


El orgullo charrúa, al igual que el orgullo gay, o el orgullo palestino o el orgullo femenino, lo necesitamos todos para ser menos inhumanos.


La culpa de los crímenes que los nazis cometieron contra los judíos –y los gitanos, y los comunistas, y los homosexuales– no recae también sobre sus hijos, y los hijos de sus hijos, y los hijos de los hijos de sus hijos, por muy otra que fuera la torva concepción hereditaria del mal y del honor que tuvieran los judíos congregados ante Pilatos, según San Mateo, cuando dijo: “Y entonces el pueblo respondió a Pilatos: ‘¡Caiga la sangre de este hombre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!’”, pero cada cual es responsable de la reparación de las injusticias o de su perpetuidad y naturalización. En esa lucha también combaten los sentimientos.


Por supuesto que tenemos que escuchar también al embajador yanqui. ¡A todos! Menos a Felipe González, porque si escuchamos al embajador yanqui, ya sabemos qué piensan sus lacayos. Pero primero lo primero: la autoridad de la que emana la representación, que en una sociedad con explotados y explotadores, nunca es de todos.


Vos representás primero a quienes te eligieron. Es más. Estás mandatado por ellos y tenés que escuchar primero que nada el mandato. No sos “El rey sol”. No te eligió Dios.


Primero escuchá a la indiada (no la confundas con “la gilada que ya está adentro y no tiene otra que votarme igual” porque no es así; casi todos los partidos y frentes de izquierda de Europa desaparecieron o están en vías de hacerlo porque perdieron el voto del mandato). Y después, si querés, escuchálo a Juan de Garay, Yamandú.

viernes, 4 de noviembre de 2022

¿Lula de izquierda?

 


Ni América es más de izquierda que nunca ni Europa más de derecha, pero la multipolaridad global que ya está siendo, se hace más zurda con Lula. No tanto así, Brasil.


Con la victoria de Lula vemos el mapa de América Latina casi todo pintado de rojo y esa impresión puede llevar a engaño. Hubo avances electorales evidentes de la izquierda en las más recientes elecciones y son en países decisivos, pero, en términos de poder, la derecha conserva espinas capaces de pinchar el panorama de la izquierda.


Por otra parte vemos el de Europa, cada vez más negro y lo mismo nos puede engañar. Que la derecha se ultraderechice no implica que se fortalezca.


Pero vamos a empezar por el principio, o, mejor dicho, por los principios.


1) ¿Qué vendría a ser hoy “la izquierda o la derecha”? ¿Están vigentes estas categorías?


2) Más importante que constatar la presencia es pronosticar la tendencia. Si están vigentes, ¿se presentan estas categorías desde la fortaleza o desde la debilidad? o, más precisamente, ¿desde el fortalecimiento o el debilitamiento? Porque las fuerzas no son. Van siendo a medida que se las pierde y se las gana.


No pretendo caracterizar hoy a los partidos políticos ni a los gobiernos por el lugar que ocuparon otros en una asamblea de 1789 en Francia o un poco antes en Inglaterra, pero sí por los valores que dijeron entonces decantar: “libertad, igualdad, fraternidad” la izquierda; “tradición monárquica, nobleza, aristocracia” la derecha. Aunque no necesitaron que corriera el tiempo para desdecirse unos y enmascararse otros.


Ya en 1791, mientras en la metrópoli los franceses hacían su revolución, en la entonces colonia francesa (hoy neocolonia yanqui) Haití, los mismos que en París la proclamaban, ahogaban en sangre a la revolución liberal, igualitaria, fraterna, primera de América Latina anticolonial y antiesclavista. Ya la cuestión de la libertad, la igualdad y la fraternidad, era, sí y sólo sí, el antiimperialismo y anticolonialismo, la libre autodeterminación de los pueblos, la soberanía.


Y ya entonces los tradicionalistas monárquicos, nobles y aristócratas empezaban a fungir de “demócratas”. Digamos que hoy van un poco más allá: “libertarios”, cual si fueran anarquistas y no el gobierno global del capital financiero.


El 2 de octubre hubo parlamentarias en Bulgaria, en las que pagó precio todo el oficialismo y el Partido Socialista cayó poco menos que a la mitad. El gobierno del primer ministro, Galab Donev, que asumió en agosto tras la caída de Kiril Petkov, es parte de un ciclo que se reproduce con variantes en casi toda Europa Oriental y Central y, más lento, además, en los países bálticos. El 1 de octubre las hubo en Letonia, donde el Partido Socialdemócrata “Armonía”, descrito prorruso, que durante tres períodos parlamentarios fue el más votado, colapsó. Sin embargo, esta caída puede explicarse por el auge de pequeños partidos que representan mejor los intereses de los rusoparlantes, entre ellos Unión Letona Rusa, a la “derecha” de la “socialdemocracia”. Las “socialdemocracias” y los “liberalismos” (en economía todos “neoliberales”) tuvieron su quinto de hora, con un ligero rebote, tras las reformas de los 90, pero ya vieron que sus fantasías con las luces de New York eran “pompas de jabón” (Cadícamo), “el mate lleno de infelices ilusiones” (Celedonio) y están reincursionando en sus atavismos fascistas de los años 30 y 40 (Suecia, Italia, Hungría, Polonia... con variados objetivos, también hay que decirlo; no todos de la vieja usanza).


Cuando se les pase el ciclo de la búsqueda identitaria, quizá comprendan que la vida está, precisamente, más allá del occidente colectivo. Lo mismo para todas las extremas derechas que ya están en gobiernos nórdicos o, de palabra, en Italia, o en Reino Unido (aunque en Reino Unido ya ni se sabe quién está. Dicen que un Sartori hindú, Rishi Sunak).


ESPINAS DE LA DERECHA RESTANTES EN AMÉRICA


Ninguno de los más recientemente electos presidentes en América Latina, tiene mayoría parlamentaria, ni Castillo en Perú, ni Boric en Chile, ni Petro en Colombia, ni Lula en Brasil; tampoco mayoría de gobernadores y alcaldes, y de hecho, Xiomara Castro en Honduraas perdió su mayoría porque su coalición se dividió. Tienen más poder y estabilidad Luis Arce pese a la gobernación de Camacho en Santa Cruz y sus intentos golpistas, Maduro, Ortega Saavedra, Díaz Canel y el creciente Manuel López Obrador. Pero mientras Petro utiliza los cien primeros días para plantar banderas y sostenerlas, Boric los desperdició en incumplimiento del pacto electoral, a la manera de Fernández (ejemplos de caídas abruptas de aprobación popular).


Lawfare, fake news, radicalización, polarización, grieta, discursos y prácticas fascistas o fascistoides. Todo eso perdió el domingo ante Lula, pero no desapareció.


El lawfare empezó a perder cuando el hacker brasileño Walter Delgatti, de 31 años, filtró el chat privado entre fiscales y el entonces juez Sergio Moro, que se complotaron con el FBI para condenar a Lula en la Operación Lava Jato. Delgatti era un estudiante de Abogacía que vive en Araraquara, en el interior del estado de San Pablo. Detenido desde 2019, estuvo seis meses en la cárcel de Brasilia y luego en domiciliaria, por haber filtrado millones de archivos de conversaciones de personalidades públicas, entre ellos la familia de Jair Bolsonaro.


En cuanto descubrió el complot, Delgatti logró contactarse con la periodista Manuela Dávila, dirigente comunista y excandidata a vice de Fernando Haddad en 2018, la fórmula que reemplazó a Lula en esa elección. Ella le recomendó informar a Glenn Greenwald, el periodista estadounidense que reveló las filtraciones de Snowden. Greenwald está casado con un diputado brasileño, David Miranda. Greenwald recibió el material y comenzó a producir notas en The Intercept sobre las filtraciones, todas demoledoras sobre la intimidad de cómo se cocinaba a fuego lento o rápido las acusaciones y sentencias en Lava Jato.


Institucionalmente, las filtraciones más graves involucraron las operaciones ilegales de los fiscales, con aval de Moro, para investigar a posibles testigos, extorsionar a acusados para ser delatores y usar a periodistas para publicar operaciones de prensa.


Perdiendo el lawfare, la derecha pierde una herramienta para disciplinar a políticos y empresarios, para que no haya obra pública ni desarrollo, para primarizar cada vez más a los países financierizados por Wall Street.


En un pliegue ideológico devenido de la falta inducida de economía real para dar respuestas a las urgencias materiales de los pueblos, el imperialismo autorizó a la “izquierda” un menú que incluía un “nuevo liberalismo”, una “nueva agenda de derechos”, un “nuevo consenso (de Washington)”, pero ningún nuevo plan Marshall ni Alianza para el Progreso. La innovación fue el agujero del mate más pequeño y la bombilla más tapada.


Nosotros, los izquierdistas históricos, que somos liberales desde Voltaire y conquistamos derechos con cada revolución, feministas, diversos, igualitarios seculares, consensuando los intereses de clase y sectores de clase de todo el pueblo, ganamos con Lula un Mandela en nuestro continente, pero nos falta bastante, todavía, para cobrarle al fascismo el asesinato de Marielle Franco.


Volvimos al gobierno en Brasil con una convergencia antifascista de izquierda hasta centro derecha, pero Lula, cuya obra fundamental en sus dos primeros gobiernos fue la política exterior, también para sacar de la pobreza a 30 millones de brasileños, hazaña que ahora tendrá que repetir, es BRICS y es ahí, por fuera de este pequeño lugar llamado occidente colectivo, donde avanzan más los valores de la solidaridad, la equidad y la soberanía entre naciones.


Lula vuelve para la multipolaridad, la integración de la Patria Grande de América Latina con el Caribe y relaciones con EEUU y UE, “sobre nuevas bases” (así dijo en los festejos del retorno). ¿Querés llamarle centro? En cierto sentido Lula es EL centro, incluso del mundo, por su llegada definitoria a todos los líderes mundiales, porque es Brasil, pero también porque es Lula.


Ahora bolsonaristas se aglomeran en las puertas de los cuarteles pidiendo golpe de Estado, cuando el pueblo ya se manifestó en las urnas y en la movilización celebratoria, mientras, aliviados de no tener que seguir tratando con Bolsonaro, los líderes mundiales felicitaron a Lula de inmediato, sin esperar reconocimiento opositor ninguno, con la excepción del “líder mundial” Lacalle Pou, que se tomó su tiempo apenado para apenas saludarlo.


DÉBIL PERO FORTALECIÉNDOSE


Lula vuelve al gobierno (tres veces presidente electo ante el único presidente que no logró reelección en la historia de Brasil, Bolsonaro) relativamente débil, pero en tendencia a fortalecerse (hace un par de años estaba preso). En cambio Bolsonaro perdió buena parte de la máquina del Estado con la que había construido su ejército pírrico (¡a ver qué le queda cuando Lula empiece a negociar!), mientras el de Lula es el más fidelizado de los bastiones electorales, el nordeste, con 20 años de construcción de lealtad. Y cuenta, determinante, con el “nuevo orden mundial”.


La respuesta de la derecha al nuevo orden multipolar es el estrechamiento ideológico por debilitamiento de su competencia económica, política e incluso militar cualitativa.


La ultraderechización de la derecha, no es, en el contexto geoestretégico actual, mucho más que un cangrejo retrocediendo cuando alzamos la piedra donde se ocultaba.


En definitiva, desde que las garras invasoras están enterradas en las nieves de Volgogrado, el imperialismo no ha hecho otra cosa que retroceder no lineal ni maniqueo y esto porque la historia no es lineal ni maniquea.


¿Y qué no decir hoy de las derechas europeas, que fueron entonces metropolitanas y ahora son colonias yanquis?


Embozado, dice Sánchez Castejón que el Borbón puede huir tranquilo porque “no se juzga a la institución sino a la persona”. Tendencia: la derecha del PSOE felipegonzalezco se institucionaliza monárquico por debilidad, “otra cosa no, pero datos tenemos un montón”, dijo, “en nuestro jardín francés acosado por las junglas”, le asiste su jefe pesoeísta canciller de Europa, Joseph Borrel.


¡Ah, si vivieran Largo Caballero, Arniches o el mismo Indalecio Prieto del PSOE republicano antiimperialista, cuántas buenas puteadas proferirían a estos monárquicos constituyentes, enmascarados del siglo de las luces!


Llegó a conocerlos José Bergamín. “Los del chapucero consenso monárquico constituyente –dijo– nos lo quieren imponer por la trampa, llamándolo democrático, como si entre democracia y monarquía no hubiese contradicción en sus propios términos definitorios… ‘el difunto era mayor’ que dijo el otro… y habrá que tener siempre mucho cuidado con lo que digan y hagan esos otros, los del terror del Estado”.


Esos otros están llegando al gobierno en casi toda Europa, pero desde la debilidad. No tienen ninguna posibilidad (ejército ruso mediante) de repetir la hoja de ruta del mapa del 41 que están copiando en el color de los gráficos.


Y esos otros en Brasil, si osan golpear, van a durar menos que Jeanine.