lunes, 30 de marzo de 2020

El Estado y la desesperación





El sábado murió el Ministro de Economía de Hesse, Alemania, Thomas Schaefer, "profundamente preocupado" por las repercusiones del coronavirus en la economía alemana, según informó el primer ministro de este Estado federado, Volker Bouffier.

Schaefer, de 54 años, casado y con dos hijos, pertenecía a la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, partido de la canciller Angela Merkel. Era una figura central del gobierno regional, donde desde hace una década estaba a cargo del Ministerio de Finanzas, y sonaba como sucesor del actual Primer Ministro Bouffier. Schaefer trabajaba "día y noche" para ayudar a las empresas y empleados a adaptarse a las repercusiones económicas de la pandemia, declaró Bouffier. "Llevaba días dedicado exclusivamente a combatir la crisis generada por el Covid-19” en el Estado donde se encuentra la ciudad de Frankfurt, centro financiero alemán, sede del Banco Central Europeo y de grandes bancas alemanas.

Schaefer se suicidó sin estar infectado de COVID-19.

El lunes el periodista argentino Diego Fucks tuiteó, “Cuando te pregunten qué es demagogia, mostrales esto", y adjuntó el posteo de la noticia sobre los descuentos a funcionarios públicos que el gobierno de Luis aplica en los próximos meses para crear el “fondo del coronavirus”.

Hoy me entero que el “ahorro” que Arbeleche anunció “de U$S 12 millones”, no llegaría a seis, muy por debajo del costo de instrumentación total de una medida de diseño que no es sencilla ni rápida de aplicar, pero es un gesto, un señalamiento al sector público, precisamente a esos cargos que la coalición de derecha siguió dejando vacantes después del 1 de marzo, porque no encontró en sus filas profesionales que agarraran por menos de la mitad de lo que cobran, o cobrarían, en el sector privado.

Conocí unos cuantos profesionales, del Frente y anteriores, que se quedaron en los entes públicos pese a ofertas muy superiores de empresas privadas, no por su personal seguridad, sino por la pura gratificación de la seguridad pública, por amor a un Estado que quiso ser de bienestar.

Conste que esto lo escribe un anarquista. Es más, un convencido de que la libertad plena llega con la extinción del Estado y la desaparición de todo gobierno.

La verdad concreta para la situación concreta hoy nos exige elegir: Estado que pueda planificar o muerte.

Y no sólo ante la pandemia. Ante la crisis de la economía mundial imperialista.

Quienes tenemos por objetivo final la anarquía con cualquiera de sus utopías milenaristas (“pan, vino y rosas” u otras fórmulas más completas pero siempre para todos), hace siglos que discutimos sobre períodos de transición socialistas, comunistas, tales o cuales dictaduras, democracias de clases o sectores, masivos o elitistas, acción anarquista directa, pero este es otro asunto: El capitalismo derrapó su última fase con la mayor catástrofe y sólo estados nacionales muy fuertes y Naciones Unidas de verdad, nos pueden salvar la vida para poder seguir discutiendo.

“NECESITAMOS CAPITALISTAS”

El gobierno uruguayo va en la dirección exactamente opuesta a la salvación. Fanatizado por el dogmatismo neoliberal a ultranza del Presidente y del Canciller, puesto a ejercer la venganza oligárquica tras quince años de populismo, desecha fortalecer el Estado que el populismo conservó y se obstina en achicarlo, aunque la absurda propaganda privatista cueste vidas.

Ahora sí es urgente la consideración para una ley, ahora sí una ley de urgente consideración cabe en una verdadera crisis económica en Uruguay, pero la LUC que iban a votar en el Parlamento los coaligados multirreacción, es cada día más indefendible e impresentable.  Todas sus propuestas van a contramano de la historia.

“Necesitamos capitalistas –dijo Lenin durante la NEP–, porque necesitamos capitales; pero capitalistas productivos, bajo nuestra dirección, al servicio de y con la protección del Estado Socialista”. El gobierno neoliberal de lacayito sólo protege al capital financiero y financierizado (y, sobre todo, viceversa: el imperialismo protege a este gobierno lacayo), mientras a las PYMES y medianas empresas las están dejando morir, con medidas insuficientes y con mayor costo para los trabajadores –porque el Seguro de desempleo lo sostienen principalmente los trabajadores–, cuando no engorrosas y tardías.

En China, a partir de 1978, Deng Xiaping aplicó la fórmula de Lenin. Entonces en “occidente” empezaron a construir el imaginario propagandístico de que China es neoliberal.

Lo rompió un poco Trump cuando en su campaña electoral pasada tuiteó ingenuamente “¡que China se abra a la banca privada!”, pero terminó de romperlo la inocultable información sobre “la guerra de todo el pueblo” en Wuham y la urgente industrialización conjunta cubano-china, en territorio del gigante asiático, de Interferón cubano, en inmediato internacionalismo proletario. 

Estamos en el terreno de las teorías. O sea, en cierta medida de las creencias. No hay plenos acuerdos científicos sobre estos sucesos en desarrollo, pero en el devenir de los hechos, hoy se refuerza la falta de credibilidad de los vacilantes gobernantes imperialistas.

EL ESTADO Y LA REVOLUCIÓN

Un antecedente a tener en cuenta es la deriva de la OMS:

“En el año 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fabricó, difundió, gestionó una pandemia inexistente, de una gripe que tuvo varios nombres: aviar, gripe porcina, gripe HN1.

La amenaza real no existió. Fue una operación de marketing planificada durante años. Incluso hubo que redefinir lo que es una pandemia. Todo fue un gran negocio de la OMS y el BigPharma, nombre con el cual se conoce a las transnacionales del medicamento” (desarrolla Claudio Iturra en esta nota de Resistencia, https://www.facebook.com/notes/resistencia-medio-alternativo/la-oms-fabric%C3%B3-una-falsa-pandemia-de-gripe/125098038972180/)

Pero son muchos los elementos a considerar.

Cuando la OMS operó para las farmaceúticas había un claro beneficio económico en juego. Ahora, ¿cuál es el beneficio de esta hecatombe económica en Estados Unidos y Europa? No me parece que estén exagerando a costa del bolsillo. Intentaron salvar la economía a costa de la vida. Así se pierde todo.

Tiene el agua al cuello y a los manotazos, Trump levanta la cuarentena en medio del mayor índice de contagio mundial. aunque los tanques de pensamiento gringos, en su mayoría, se oponen, porque temen que sea peor poner a funcionar la economía con COVID-19 que mantenerla paralizada. Especialmente para la propia economía. Entonces Trump se desdice y vuelve a desdecirse.

Otros opinan que el sistema de salud yanqui es tan inoperante que da lo mismo qué medida tome el gobierno sobre la sociedad. Las mayorías están por fuera del sistema, un tratamiento contra el COVID-19 cuesta decenas de miles de dólares y hasta ayer un test costaba tres mil.

En el terreno, por el momento insuperable de las teorías, la que cierra mejor es que el virus fue plantado en los juegos militares, creado en Fort Detrick, guerra bilógica, que, derrotada por China, colapsa los sistemas sanitarios en países que hace décadas recortan presupuesto en salud y no tienen planificación. No hicieron la revolución, no sustituyeron el Estado burgués privatista por un Estado al servicio del pueblo.

Uruguay todavía tiene  el Estado del viejo Batlle, admirador de Lenin, conservado por el Frente Amplio, pero vive la tragedia de que hoy lo gobiernan sus peores enemigos, en Presidencia, en Cancillería, un nieto de requeté, que del bisabuelo Herrera nada heredó y un Chicago Boy, epígono de Ramón Díaz, el bloque histórico exactamente opuesto al del pueblo. “El batllismo es el pueblo contra la oligarquía”, definió el viejo Batlle, gran estatista, con el anarquista Domingo Arena de mano derecha.

La cuarentena necesaria que el gobierno se niega a declarar porque no quiere tomar las medidas económicas que la harían posible, es también para que la paralización de la economía no sea indefinida.

Lo que lograron los chinos y coreanos es posible en este país, pero se necesita cambiar diametralmente el rumbo. Un gobierno de ultraderecha lo está haciendo en Europa. Con ayuda china, rusa, cubana, venezolana, Italia empezó anteayer a ralentizar los contagios. Albricias. Si nuestro gobierno, aún sin cambiar su signo derechista, aceptara la realidad y actuase como ahora lo está haciendo el italiano, lo aplaudiríamos. No estamos confrontando minucias. Son las grandes prioridades lo que está en juego.

En España, USA, Bélgica, Reino Unido y otros que se están incorporando al contagio por importación, no se comprueba una solución, pero sí que la cuarentena da tiempo.

En USA e Inglaterra, que priorizaron la economía, el contagio se disparó, dispusieron la cuarentena tarde (más tarde aún que casi todos los países que la dispusieron tarde pensando en los efectos económicos) y ahora no saben qué hacer.

En Argentina, Alberto Fernández está dando la pulseada a favor del Estado, con un 85 % de aprobación pública, pero no es fácil, porque Martínez de Hoz, Menem, De la Rúa, Macri y los genocidas históricos que integran el bloque de la embajada, el antiguo bloque de Braden, desmantelaron el Estado y el gobierno casi no tienen poder. Recuperarlo va a ser arduo, aunque se está intentando con valiosa ayuda del Papa.

Debemos seguir a la República Popular China. Los chinos aislaron completamente Hubei y en Wuham fueron casa por casa asegurando la cuarentena, pero el resto del país se puso a trabajar para Wuham, reciclaron fábricas, pusieron todas las empresas públicas y privadas al servicio de Wuham. Pararon tres meses la economía, pasaron de manejar 50 mil conteiners diarios a los 2000 imprescindibles para servicios y bienes para solucionar la continuidad de la epidemia, así resolvieron.

Ahora, ¿cómo hacemos eso en países capitalistas? Leo que intendentes de Provincia de Buenos Aires están aislando las ciudades que no tiene el virus para que no les entre. ¡Es al revés de lo que hicieron en China! ¿Cómo controlar el comercio de alimentos si el Estado no manda? En Uruguay nos dice el Ministro de Salud que “la muerte es parte de la vida”. No me tranquiliza. Seguro que Schaefer pensó lo mismo.

En economía de guerra, los bienes y servicios tienen que estar asegurados, la logística primero. El mundo está en guerra biológica.

¿Cómo hacer para aislar socialmente en los asentamientos? Johnson decía que contagiándonos todos nos inmunizábamos. Comprobó que no es así.

Se necesita conciencia popular de la hipótesis de conflicto acertada. ¿Estamos preparados? Pienso que no hay enfermedad y remedio separados en términos de “salud o economía”. Ninguno es peor que el otro porque son lo mismo. El virus y las economías antipopulares.

Vamos a tener que estatizar todo lo necesario para poder planificar. Es parte de la guerra mundial irregular. Si no lo hacen los gobiernos, el pueblo se va a plantear el tema del  poder popular, y cuando un pueblo se plantea un tema, decía Karlito, es porque puede resolverlo.

sábado, 28 de marzo de 2020

¿Trabajador contra trabajador?




El gobierno insiste, hasta la demencia, en que lo peor de este Coronavirus es que nos impide andar por las calles de la vida abrazando a todos los empresarios tal cual ordena el Canciller.

El COVID-19 nos dio una coartada para desobedecerle evitando el contagio.

Pero todas las medidas que tomó el gobierno, todas, antes y después del “aislamiento voluntario”, fueron contra el trabajo y a favor del capital. Y todo el discurso y la carga simbólica que nos echan encima, va en dirección a dividirnos.

Si tuviesen la dicha de gobernar una plutocracia más históricamente reaccionaria, hubiesen dicho como Bolsonaro. “Derecho a despedir sin indemnización ni seguro de paro durante los cuatro meses o más que dure la pandemia”, o directamente como el ministro de Macri, maestro de estos maestritos, “derecho a bajar sueldos y a despidos sin causal ni coberturas para siempre”.

La  reciente, insistente y desesperada patraña de lacayito, en forzada agresividad a todo tic y trancazo gestual, es intentar poner al trabajador privado contra el trabajador público, con una maniobra, cuya mera parafernalia televisiva, leguleya, institucional y política, cuesta más cara que los míseros doce millones que dice Arbeleche van a recaudar con ella, de los cuatrocientos millones de dólares que dicen que se necesitan, quedándose, preocupantemente cortísimos, porque no se está resolviendo ni la cuarta parte de lo que debemos resolver para una cuarentena.

Los descuentos a trabajadores públicos, para que aplauda la tribuna de imbecilizados y arrastre redes a capturar desinformada gente de pueblo, no representan ni el uno por ciento de lo que se precisa en el combate nacional, ni ahorra un peso, porque ya se gastó en la maniobra para dividir trabajadores.

Con sus propias palabras negó lacayito que estuviese dispuesto a donar parte de su sueldo. “No voy a bajar mi estándar económico porque tengo que conservar mi nivel de vida” respondió cuando le preguntaron si iba a hacer como Mujica, que donaba el ochenta por ciento de su sueldo.

Ahora, ante esta magnífica oportunidad de dividir al pueblo, un veinte por ciento de quita al sueldo presidencial se recupera, si es para desprestigio del Estado y de lo público, si es para estigmatizar a los que luchan en primera línea, no sólo de la salud, de la ciencia en general, de todos los servicios esenciales, nacionales y municipales, agua, luz, gas, Internet, e incluso de las gendarmerías que pueden llegar a tener que colaborar en un estado de sitio si llega a hacerse imprescindible.

Todo lo que este gobierno siempre pensó recortar y achicar, sigue haciéndolo aún en plena urgencia de más Estado y un veinte por ciento del sueldo de lacayito, para él se recupera fácil.

CLASE CONTRA CLASE, ¡LAS PINDONGAS!

Doce millones y mucho más se llevan por día los propietarios de grandes superficies que están medrando con la crisis sanitaria, doce millones y mucho más se llevaron en el juego cambiario los apostadores informados con el dólar Uriarte y, ni qué decir, del sector exportador, que antes de las elecciones lloraba a lágrima viva para después celebrar que había sido su año de mayores ganancias y nos habían garcado, una vez más, para retomar un gobierno que, abrazo mediante, nos obligase a besarles los mocasines.

A principios de marzo, ya retornó China, salida de la crisis, para volver a comprar. En Uruguay los sectores enroscados al imperialismo para los que lacayito gobierna, doce millones los echan en cada palada a las carretillas donde se las llevan.

La banca imperialista, sus CEOs, sus ejecutivos, sus gerentes, esos no. Esos se las llevan en transatlántico.

¡Si será osado! Parecen juegos de un niño de diez años. Pretende dividir dentro de la clase trabajadora, cuando no pudo, el jueves 19, oponiéndose al acuerdo entre los obreros de la constru y los empresarios constructores, dividir clase y sector de clase nacional o nacionalizado. Al día siguiente bastaron (se dice fácil “bastaron”, pero es organización con décadas de acumulación del SUNCA en todo sentido), quince minutos de paro para que los bolsillos retomaran las conciencias y la contradicción primaria se abriese, por el principio de resolución de lo fundamental, patria o imperialismo, pueblos-oligarquía.  ¿Se imaginan si tuviésemos el poder? No sólo volver al gobierno, volver con más vocación de poder ¡Nuestro Frente policlasista liberaría las fuerzas productivas vertiginosamente! Sería cuestión de menos de quince minutos de un viernes.

Sin embargo, el poder popular construido secularmente por nuestra nación, permitiría, si el gobierno de verdad pensase en los más vulnerables, actuar en consecuencia. En Argentina Alberto Fernández decretó la suspensión del cobro de tarifas y Edenor sigue cortando servicios en Provincia. Aquí OSE, ANTEL, UTE, ANCAP, ASSE, UDELAR… son glorias evidentes como templos a esta hora de los hornos, por muy literalmente duro que salga lacayito a estigmatizar a nuestros trabajadores.

¡¿Y pretende que la solidaridad de los trabajadores públicos con los privados sea un pleito?! ¡Por favor! Alcanzó para empezar a mandarlo a las mpqlp y punto. Tanto fracaso, sólo para tratar de ocultar que, cuando la vida está en juego, es lo público y lo estatal lo que salva de la muerte que plantaron los financieristas, cuyos CEOs se están contaminando entre ellos, porque, aislados, se abrazan solos, con entusiasta fervor talviano.

Talvi ordena que abracemos a Trump, el Presidente empresario imperialista de reality show. Así les fue a Johnson y a Bolsonaro por abrazar a Trump. El presidente empresario, pensando siempre primero en la ganancia del capital, como lacayito, destruyó el sistema sanitario de ese pueblo y ojalá pudiese ganar Sanders para sacar a USA de tan lamentable primer puesto en contagiados por COVID-19 y abandonar la criminal doctrina Monroe.

“LOS SINDICATOS” NO, YAMANDÚ

Canal 4, preparando la miserable maniobra divisionista e ideológica fallida que estamos explicando, emitió un mensaje del compañero Orsi, quien se olvidó, precisamente, de mencionar al PIT-CNT entre las fuerzas de la solidaridad nacional. Dijo “los sindicatos”.

Los sindicatos en este país tienen una Central única. Costó esfuerzo el Congreso del Pueblo del 58, la CNT desde el 64 y sobre todo, muchas vidas costó sacarla unida en PIT-CNT de una dictadura fascista, para que ahora, cuando el Imperio quiere poner en Uruguay trabajadores contra trabajadores, te prestes a la confusión, Yamandú.

No es traición. Nos avisaste que aprendiste de Felipe González, más otanista que la NATO, más realista que el Borbón, más de la CIA que la CIA, pero con un Almagro nos bastó y sobró demasiado, Yamandú. Cambiá de maestro Splinter.  

En Uruguay la división entre trabajadores no puede ni siquiera ser planteada descarnadamente, por muy estratégica que la ordene la embajada, porque existe el PIT-CNT, con toda la capacidad de unir y sostener un programa popular, defender sus conquistas históricas e incluso fundamentar la suma de todas las organizaciones sociales populares y asumir un rol determinante en la fuerza política del pueblo.

jueves, 26 de marzo de 2020

Credibilidad e información: un tal Peirano




“Existen muchas maneras de mentir pero la más asquerosa de todas es decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, ocultando el alma de los hechos”, decía Onetti, quien, además de narrador, fue Jefe en Buenos Aires de la agencia de noticias Reuters y en Montevideo Secretario editor del semanario Marcha. Decía una gran verdad, porque toda la verdad y solamente la verdad no existen. La verdad convive con la mentira, con las meras hipótesis de verdades, con los conflictos entre bandos y relatos que nunca se terminan de cerrar, con las teorías sin confirmación contemporánea posible… No hay asepsia de la verdad.

La verdad, en definitiva, siempre, es una toma de partido entre distintas versiones de los hechos y… distintas versiones de la verdad.

Cuando expongo todas los relatos sobre el origen del COVID-19 y digo que “el alma de los hechos es siempre más honda que cualquier teoría”, también afirmo que es verdad que “en este mundo se opera, se conspira, se encubre mediáticamente y se hacen campañas propagandísticas constantes. Cientos de miles de profesionales lo hacen. Están para eso y no son Maxwel Smart. Juegan de verdad con caballos de Troya, con quintas y sextas columnas, con información, desinformación, contrainformación...”.

Pongo un par de ejemplos recientes. El 24 de febrero de 2019, veinte y más medios informativos alternativos, contrahegemónicos, informaban que el camión incendiado en la frontera colombo-venezolana el día anterior, lo fue a causa de un molotov de los guaidoístas, pero todos los medios hegemónicos, cientos y miles, afirmaron que fue a causa de un proyectil chavista. Ninguna de las dos versiones contaba con pruebas contundentes. Ambas se apoyaban en videos que requerían explicaciones complejas o pudieron haber sido armados o editados. Un buen materialista, sin embargo, pudo hurgar en el alma de los hechos.

VERDAD Y CREDIVILIDAD

Cuando el Che consigna que “la verdad es siempre revolucionaria” nos alienta a tomar partido, a no callar en ningún momento, tampoco cuando temporalmente carecemos de pruebas contundentes sobre la mentira oficial, a no contemporizar en definitiva, porque, como le gustaba insistir a Lenin: “contemporizar es la muerte”.

Entre aquel 24 de febrero y tres semanas después, hubo dos versiones sobre el incendio del camión en el puente; una que fungía de verdad, porque la repetían mil veces los medios hegemónicos (esto es más viejo que Goebbels, el nazi repetidor de la frase “una mentira repetida mil veces se transforma en verdad”; la alta rotación de temas, canciones, consignas, mentiras y medias verdades –que no es igual que medias mentiras– existe desde que existe la comunicación con clases dominantes marcando sus agendas).

La versión oficial imperialista resultaba verdad porque era la más creíble para el público en general, y la alternativa, apenas avanzaba en credibilidad, a medida que los contrahegemónicos aportaban fundamentación racional basada en back ground, archivo recurrido y también construido para la ocasión por las reacciones a los hechos, porque iban apareciendo “evidencias”, algún testimonio, alguna similitud con tantos atentados de falsa bandera cometidos por los yanquis, reconocidos por ellos mismos porque ya eran historia antigua, más visibles monitoreos de los yanquis a Guaidó...

Pero en término de correlación de medios, ese pequeño avance de la versión contrahegemínica, se fue transformando  en una preocupante cuestión para el hegemón corporativo imperialista, porque hacía que se desgastara quemando credibilidad en la alta rotación de una mentira, que estaban imponiendo en la creencia del público con victoria a lo Pirro (aquel General que por ganar una batalla se quedó sin ejército).

Entonces pusieron al New York Times a admitir en tapa, como verdadera, la versión chavista, que, con las mismas pruebas, ahora siempre y antes nunca contundentes, las mismas del 23 de febrero, pasó a ser verdad para el mundo entero y no sólo eso, pasó a ser noticia, ese monstruo detestable de un oficio que ejercí durante cuarenta años.

La noticia nunca es lo nuevo, miente su etimología, porque depende completamente de la paráfrasis, del camino que haya hecho en el público con millones de noticias anteriores, igual que los hits musicales o los títulos literarios. 

En Tenfield, durante algunos años, trabajé con el profesor Eduardo Gutiérrez Cortinas, que hacía “antiperiodismo”, militaba contra las noticas, era un revolucionario guevarista en una guerrilla sui generis (además era socialista, frenteamplista, había sido despedido de El Diario por la dictadura), pero entre zozobras había acumulado archivo, que es el hígado de la verdad y publicaba una columna diaria, “El baúl de los recuerdos”, con la que demostraba que la noticia más destacada de cada día era algo que ya había sucedido muchos años antes y se había reiterado en el tiempo. Todas sus crónicas terminaban con la frase “nada nuevo bajo el sol”. Aparte era una forma de demostrar qué podía haber detrás de la falsa novedad.  

Lo nuevo nunca es noticia porque siempre lo nuevo está es cuestión, porque siempre lo nuevo empieza por una teoría que, en su inicio, es indispensable divulgar revolucionariamente. “Esos periodistas que hablan con desdén de las teorías conspirativas -y son muchos, son casi todos los que posan de analistas de prestigio y trabajan en los grandes medios-, han de estar muy seguros de que al Maine lo hundió España, de que a Kennedy lo mató Oswald, de que al Reichstag le prendieron fuego los comunistas, de que el 15 M fue ETA, de que, entre tantas otras, la de Girodano y Galileo fue una teoría conspirativa sin el menor asidero en la realidad...”.  Aquel 15 de marzo en Madrid, viendo con un amigo las primeras imágenes que el telediario daba del atentado y adjudicaba a ETA, concluimos, tras obvia y veloz visita de memoria a nuestros archivos: “esto no es ETA; esto es Alkaeda”. Así lo publiqué en La Onda, sin dejar de reseñar la teoría conspirativa de Aznar; tomé partido por la opuesta, a sabiendas de que la que parecía tener todas las pruebas contundentes en ese momento era pura ideología.

No somos (el Karlito, otros gurises y yo) filosóficamente relativistas. Lo que no es ciencia, es ideología (andamos a contramano del marxismo actual). La ciencia es verdad absoluta, pero para abrirse paso la ciencia formula hipótesis, prueba, yerra, vuelve a formular hipótesis… La ciencia está en las antípodas del credo, pero descontar los credos no sólo es antidialéctico, es pre platonismo filosófico.

Sobre el origen del COVID-19 publiqué todas las hipótesis que conocía, las yanquis, las chinas, las rusas, las iraníes y hoy podría agregar las japonesas y surcoreanas que cita Gustavo Veiga en Página 12, pero no contemporicé. 

Tomé partido y expuse mi propia teoría. Declaro mi respeto por la realidad de las conspiraciones y por los teóricos que las estudian, por aquellos a los que les llevó cuarenta años demostrar, lo mejor posible, la vasta red de mafias y servicios estatales estadounidenses que estuvo detrás del asesinato de kennedy, por aquellos que a mensajes de textos en las concentraciones de Puerta del Sol derrumbaron las patrañas del gobierno de Aznar, por los que reunieron testimonios para mostrar que el Reichstag fue una operación de Hitler con bandera falsa, porque todos ellos y Galilei y Bruno y tantos otros, antes de documentar necesitaron formular la teoría, luchar contra sus descalificadores y soportar sus burlas y descréditos basados en la credibilidad hegemónica imperante.

Ina Finogenova, youtuber de Ahí les va, realizó un magnífico video sobre la teoría de la conspiración de fraude en las elecciones de octubre pasado en Bolivia, sobre la teoría de la conspiración de la OEA para instalar la idea de fraude y concluyó, dando cátedra sobre credibilidad periodística versus verdad (recomiendo fervorosamente este video https://www.youtube.com/watch?v=7GJS2IURbwY). Cuando, nuevamente el New York Times, pero otra vez con suficiente retraso para operar en los hechos a favor siempre del imperialismo, publicó en tapa que no fue fraude, pasó a ser esta versión, mágicamente, la verdad “probada”.

Por cierto hubo bastante investigación de contrahegemónicos antes de obligar al New York Times a sincerarse y también por cierto, hubo formulaciones teóricas sin las que no hay práctica revolucionaria, con “audacia, audacia, más audacia”, la que tuvo Ina, la que exigió Dantón en la revolución de 1789 y el Pelado citó por escrito más de cien veces en las de 1905 y 1917.

Como Ina, varios youtubers y pequeños medios alternativos, son en verdad más creíbles que todas las corpos, pero al público sigue engañándolo el sentido común construido con relatos basados en teorías que nos toman por giles. 

En esos relatos, las drogas y los virus luchan contra nosotros y nos “atacan”, pero sin el encanto de las fábulas de Esopo. 

Si decís la verdad sobre las hipótesis de conflicto del imperialismo (que, aun si no las supiésemos en absoluto, de todos modos deberíamos indefectiblemente respondernos cuáles pueden ser, para no estar desprevenidos), nos piden pruebas contundentes, aunque publicamos todas las declaraciones de los dirigentes de los principales países implicados en la actual crisis, y todas apuntan a un origen de diseño del virus, en laboratorio.

En el relato que nos machaca a diario, todo empezó porque un chino se comió un murciélago y nadie les pide pruebas contundentes. Quinientos años después de las primeras hogueras de los inquisidores terraplanistas, Cristóbal Colón tuvo que parar un huevo ante la Católica, a riesgo de que al rodar hiciese un enchastre.

¡Vaya prueba contundente, pero así mismo es mejor que la del murciélago de Wuham.

No hay otra forma de informar –y formar– sobre lo nuevo, que investigando lo viejo en contra de las noticias y sus "pruebas".

PARA VERDADES UN TAL PEIRANO

En definitiva, el Che Guevara no sólo habló de la verdad. Su frase más importante y, ya de paso, la más importante de la historia de la humanidad, la más  útil y concreta, decisiva del futuro, salvadora filosofía de la praxis, es sobre el credo y la mentira, “a los yanquis (al imperialismo) no hay que creerles ni un tantito así… nada”.

Gustavo Veiga, en Página 12, agrega a mis investigaciones de archivo, operación Joy y otras guerras biológicas del imperialismo, el siguiente racconto: “en los últimos sesenta años (USA) fue prolífica en experimentos biológicos para dañar economías, y sobre todo a la cubana, cuyos médicos hoy son recibidos con aplausos cuando llegan a Italia para cooperar en la lucha contra la pandemia.

A la isla se le inoculó la fiebre porcina y el dengue hemorrágico en los años 60, 70 y 80. El gobierno de John Fitzgerald Kennedy aprobó la Operación Mangosta el 18 de enero de 1962, según documentos desclasficados. Su objetivo era dañar las cosechas en Cuba, además de sabotear su economía por distintas vías. En junio de 1971 se esparció el virus de la fiebre porcina africana, que jamás se había reportado en la isla y demandó sacrificar a medio millón de cerdos. En abril de 1981 se detectaron en La Habana varios casos de dengue hemorrágico. Cuatro niños murieron por esta situación. Se trataba de una cepa nueva del virus Nueva Guinea 1924, serotipo 02, única en el mundo para la época. Había sido procesada en un laboratorio. La CIA siempre estuvo detrás de estos experimentos biológicos.

Cuba no ha sido el único país afectado por esta política. En su patio trasero, organizaciones de Estados Unidos les inocularon sífilis, gonorrea y otras enfermedades de transmisión sexual a unos 1.500 guatemaltecos entre 1946 y 1948. El objetivo era estudiar en humanos la capacidad de prevenir esas patologías para probar sobre ellas el alcance de la penicilina.

Un grupo de 444 afectados y sus familiares iniciaron un pleito por mil millones de dólares en EE.UU. Un juez federal en Maryland la consideró procedente en enero de 2019. Demandaron a la Fundación Rockefeller, al grupo farmacéutico Bristol-Myers Squibb y además a la Universidad Johns Hopkins. La misma que hoy lleva en tiempo real el mapa del coronavirus a escala global. Según el juicio que entablaron las víctimas, médicos y científicos vinculados a esas instituciones “participaron, aprobaron, fomentaron, ayudaron y fueron cómplices” de los experimentos desarrollados en Guatemala, que siguieron analizando en sus laboratorios hasta bien entrada la década del 50. Los acusados negaron los cargos pero el presidente Barack Obama se disculpó con su par de Guatemala, el socialdemócrata Álvaro Colom, en 2010. Este último calificó al ensayo que se realizó con fondos federales de EE.UU como “crimen de lesa humanidad””.

Entre 1990 y 2006 integré equipos de investigación periodística sobre “policiales”, política e internacionales. No me pidan antecedentes de las fugas de dólares del neoliberalismo porque esta nota ya es demasiado extensa, no quiero aburrirlos y tampoco fatigarme, pero puedo referirme a un tal Peirano y referir sus intenciones, sin recurrir al archivo, porque es muy sincero en su editorial de El Observador sobre los motivos del gobierno para no declarar la cuarentena: “un país no puede vivir en cuarentena, salvo que tenga un gobierno autoritario o un gobierno populista”.

Descartemos lo de “gobierno autoritario”, porque los Peirano no fueron ni por asomo opositores a la dictadura fascista. Vayamos a lo que realmente y lo dice, quieren evitar, el populismo. Esta crisis no tiene salida sin asistencia populista.

El Observador lo sabe porque su grey fue beneficiada en varias épocas por el asistencialismo financierista de gobiernos neoliberales.

Quieren evitar el populismo porque si bien Uruguay tiene reservas, atesoradas y preservadas por el Frente Amplio, más que suficientes para responder a las necesidades de suspensión de tarifas y asignación de salario universal a los informales mientras sea imprescindible la cuarentena, es un dinero que el gobierno piensa usar en sus planes de negocio, pero, principalmente, quieren evitarlo como paradigma político. La necesidad de populismo a la hora de los hornos, es una demostración irrefutable contra la teoría peiranista de la “meritocracia”.

Es peligroso porque la gente puede pensar que tiene derecho a vivienda, alimentación, salud, educación, luz, agua, gas y puede que se acostumbre y una vez que se considere con derechos, los conquiste.

Y nadie le va a preguntar a Peirano ¿quiénes lo merecen?

¡Todos lo merecen!

Hasta Peirano lo merece.

lunes, 23 de marzo de 2020

Un Presidente de diseño




Fort Detrick es una instalación del Comando Médico del Ejército USA localizada en Frederick, Maryland. Históricamente, Fort Detrick ha sido el centro de programa de armas biológicas de Estados Unidos desde 1943 hasta el sorpresivo cierre del laboratorio.

El periódico estatal Chino, El Diario del Pueblo, en su versión en inglés, People’s Daily, instó esta semana al gobierno USA a divulgar la actividad biológica secreta de su ejército, en particular de su laboratorio biológico en Fort Detrick, que cerró poco antes de la propagación del COVID-19.

Esta instancia llega un tiempo después de que el jueves 12 de marzo la Cancillería china expresó que el Ejército de EE.UU. podría haber sembrado el COVID-19 en Wuhan. El vocero del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Lijian, manifestó: “Podría ser el Ejército de EE.UU. lo que llevó la epidemia a Wuhan. ¡Sean transparentes! ¡Hagan públicos sus datos! ¡Nos deben una explicación!”.

El portavoz chino agregó que el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., Robert Redfield, admitió el miércoles 11, ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, que algunos estadounidenses que murieron supuestamente de influenza luego tuvieron un resultado positivo para el nuevo coronavirus en el diagnóstico post-mortem, por lo que Zhao preguntó: “¿Cuándo comenzó el paciente cero en Estados Unidos? ¿Cuántas personas están infectadas?”.

Actualmente Estados Unidos es el tercer país con más infectados del mundo, pero Robert Redfield lo adelantó:

“Algunas muertes por influenza se infectaron en realidad con COVID-19, admitió Redfield de CDC de EE.UU. en la Cámara de Representantes USA. Estados Unidos reportó 34 millones de casos de influenza y 20 000 muertes. ¿Cuántos están relacionados con COVID-19?”, indagó Zhao, ya que el propio Redfield sostuvo que “algunos casos que fueron diagnosticados previamente como gripe en los Estados Unidos fueron en realidad COVID-19”.

Por este motivo, el vocero del gobierno chino ha calificado de “absolutamente INCORRECTO e INAPROPIADO” llamar al virus como el “coronavirus chino, cuando su origen es en realidad en EE.UU”, pero EEUU acusa a China, prácticamente desde el comienzo de la propagación, de haber diseñado en virus en el laboratorio que tienen en Wuham de investigación bacteriológica del coronavirus, sars, mers y ébola, levantando la hipótesis de un escape o accidente fortuito, mientras China sospecha que el virus fue plantado en Wuham, precisamente aprovechando la existencia del laboratorio, para cobertura del relato.

Por su parte, el exfuncionario de la CIA Philip Giraldi, opinó también que su país podría haber “creado” el virus en colaboración con Israel, como un arma de guerra biológica para dañar a China e Irán.

Daniel Estulin, Analista de Inteligencia ruso, agregó: “Nadie lanza un virus sin tener la vacuna de antemano”, en referencia a las declaraciones de Israel de ya contar con una vacuna en fase de testeo.

Una idea similar manifestó el líder iraní Alí Khamenei: “Teniendo en cuenta la existencia de rasgos de un ataque biológico, la creación de este comando puede ser un ejercicio de defensa biológica y reforzar el poderío nacional”.

Lo cierto es que todos, desde la versión que sea, dan por descontado que se trata de un virus de diseño.

CALLE DESIERTA

Hasta Bukele y Macrón (peores antiguos neoliberales que Lacalle por bastante más efectivos). han entendido que, ante el ataque imperialista en la guerra biológica, que es parte de la guerra irregular que sufre el mundo, deben garantizar la cuarentena de sus pueblos con medidas económicas que les permitan actuar en la emergencia como si fueran gobiernos de partidos comunistas (incluido el de Venezuela, socialista, con sus CLAP). Lo han entendido y lo dicen.

Bukele viene de hacerle un inmundo mandado al yanqui contra México y Macrón de recortar el Estado francés como nadie antes se había atrevido. Hasta ellos suspendieron todos los cobros de tarifas, impuestos, alquileres y pusieron al Estado a hacerse cargo, mientras dure la pandemia.

El PIT-CNT, en el Comité Intersectorial de crisis el viernes y hoy en la Intersectorial Social, se ha puesto decididamente a la vanguardia, exigiendo a tiempo todo lo necesario para salvar a la nación, suspensión de las tarifas, asignación salarial universal y cuarentena obligatoria, convincente y efectiva, pero los tiempos del gobierno son criminalmente lentos detrás  de los justos pasos de la Central. El Presidente Lacalle, made in British y Chicago Boy, considera que el Estado sólo debe hacerse cargo de salvar a los bancos cuando estafan como en 2002 y anunciar que suspende pagos de lo que ya no se iba a pagar. Nada.

El Sindicato Médico especialmente hace una semana que está alertando que estamos una semana atrasados en el combate y Fernando Pereira, con su capacidad comunicativa, ha señalado el camino mientras el pueblo, espontáneamente, a través de los caceroleos y apagones se expresa creativamente dadas las circunstancias. El miércoles a las 21 el caceroleo convocado por la Intersocial va acompañado de apagón por cinco minutos, pero el gobierno no está, no sabe, no atina, no escucha al pueblo ni a la Central de trabajadores ni a los médicos ni a nadie sensato y tampoco ve el apagón.

Es el peor gobierno del mundo para enfrentar esta crisis. Sube tarifas e IVA, deja que se aglomere la gente en Tristán Narvaja, en la costa, en los parques, colabora con la estrategia del Pentágono (o parte del Pentágono) para resetear el mundo a través de un virus especialmente diseñado en laboratorio para eso, porque USA estaba perdiendo el mundo indefectiblemente y dio ese penúltimo manotón de ahogado.

No comprende el gobierno uruguayo, que esa estrategia fracasó desde el momento en que China la derrotó en su primera fase. Bukele, Macrón, la Unión Europea entera, la inmensa mayoría de los gobiernos del mundo sí lo comprendieron, pero Lacalle parece vivir en un tupper, se guía por el cínico consejo de Macri a Alberto, “primero el mercado”, que ya ni Trump puede sostener.

Encima dice que no hace política, que gobierna. Ha de ser por su concepción de que la política es para los asuntos públicos y él, claramente, está para los asuntos privados, pero cuando en campaña lo acusaban de atorrante por no tener historia laboral y haber faltado sistemáticamente a su escaño en el Parlamento, contestó que él trabajaba de político. Usted podrá pensar que ahora Lacalle se sinceró, pero tampoco. Ni trabaja ni gobierna. Estamos completamente desgobernados ante la pandemia.

La primera fase del plan era colapsar la economía china, paralizarla, colapsar poco después Europa, destruir los Estados periféricos y dejar diezmadas e indefensas a sus respectivas naciones. Hubo una falla de Defensa Nacional en China, por cierto. No es fácil evitarlo, pero en menos de veinte años le plantaron dos virus, aunque venían trabajando para impedirlo y en caso de no poder impedirlo, contrarrestarlo.

Habían fijado un tope de densidad poblacional para las ciudades. Lo estaban aplicando gradual pero rápidamente, incluso en Beijing. Construyeron cientos de ciudades pequeñas para descongestionar y estaba preparada para la emergencia. Enseguida cerró la ciudad de Wuham, aisló la provincia de Hubei y puso a todo el gigante país a trabajar en insumos para contraatacar.

Ni siquiera los trabajadores migrantes pudieron salir de Wuham. Es como si cerrásemos Montevideo y los oriundos de Las Piedras, pongamos por caso, que trabajan aquí, fuesen confinados en instalaciones adecuadas, construidas para ellos en el Antel Arena, supongamos, para que no salgan de la ciudad, quién sabe hasta cuándo. Aunque aquí lo primero que tendríamos que haber cerrado a cal y canto, es la zona de que transitó Carmela Hontou, empezando por Carrasco.

La cuarentena en Wuham la controlaron puerta por puerta, con los Comité vecinales dirigidos por el Partido Comunista, que se ocupaban de zonas de mil vecinos cada una, en aquella ciudad de once millones de habitantes. Aun así, tuvieron que enviar pronto al Ejército Popular de Liberación a colaborar con logística, pero desde un primer momento todo el personal de servicios y de control tuvo sus trajes “de astronautas” para no contagiar ni contagiarse. Les faltó suficientes test a tiempo, fue el contratiempo técnico que tardaron en solucionar, pero tomaron a tiempo la medida de desinfectar las calles. Se lo tomaron en serio y ya tenían experiencia. Hace tres años les quemaron los autos de la Volkswagen, en un atentado de sabotaje portuario como los miles que sufrieron desde el 1 de octubre de 1949.

ASUMIR AL ENEMIGO

Ganó China, salió de la crisis y está empezando a colaborar para sacar de la pandemia a los otros atacados, Irán, Italia, la Unión Europea, América Latina que, en el plan original, estaba destinada a traspatio dominado por las patentes yanquis de industria farmaceútica, porque el dominio a través de la deuda estaba por estallar en el mundo y el fracaso del plan yanqui está acelerando su estallido. Todas las bolsas cayeron mientras quebraba el fracking.

Baste decir que la presidenta de la Unión Europea, alemana mano derecha de Merkel, grabó un video para agradecer a China por su victoria. No recuerdo nada igual. No sé si filmaron un agradecimiento institucional de todo el bloque a los yanquis por el plan Marshall hace sesenta o setenta años, pero sí le correspondieron borrando de su versión de la historia, el papel de la URSS que derrotó al nazismo y construyendo un imaginario acorde a la OTAN. Hoy todo ha cambiado. Europa tiene otros intereses, información fehaciente y conoce a su enemigo, lo asume y actúa en consecuencia.

Otro ganador es India, por el momento y Corea, que ya sabe de qué va. Los yanquis arrojaron sobre Corea más bombas que todas las que se arrojaron durante la “Segunda Guerra Mundial”.

Hablando de Merkel; la pusieron en cuarentena. Cuando ha muerto de coronavirus el capo del Banco Santander los conductores tienen que cuidarse.

Y hablando de Europa Occidental, el presidente serbio se encargó de marcar los tantos. “No conoce el valor de la solidaridad. Sólo China lo conoce”, dijo.

En favor de la contundencia de su frase para la coyuntura en que está Serbia, no mencionó a Cuba, pero Cuba está implícita en lo que China conoce y el brillo de Cuba con luz propia, hoy alcanza todas las costas y centros territoriales. Nunca una isla tan bloqueada diseminó en el mundo tanta terrestre apertura.

En cuanto a Italia, fue atacada en el más inesperado campo de la Lombardía, porque votó con Rusia varias veces en la ONU e incumplió las “sanciones” prepoteadas por USA. Tiene una empresa en el Orinoco. No la retiró y pagó los transplantes de médula en sus hospitales por acuerdo con Venezuela, aunque ésta, aun teniendo el dinero, no puede pagarle porque el banco portugués donde está depositado al efecto, obedece a Trump. Y el gobierno portugués, maldito traidor, no interviene. Sin embargo, Italia no se entrega. Recurre a la ayuda más valiosa, china, cubana, venezolana, de Rusia que ya envió 13 vuelos a Roma con material contra el coronavirus. Es una historia de partisanos.

SI LACALLE SIGUE SIN ENTENDER…

La segunda fase del plan, en parte la adelantó, en su alocución, Bukele. Estados Unidos seguramente ya tiene la vacuna, pero no va a poder lucrar si la vacuna china, en última fase experimental, resulta exitosa. En este caso la aldea global se va a recomponer con el liderazgo mayor de China.

Para eso falta, entre otras batallas, la que en Sudamérica vamos a librar este invierno. Si Lacalle sigue sin entender que no le sirve de nada usar las reservas para cubrir la fuga del préstamo del FMI, porque en el mundo que resurja de esta pandemia no va a tener seguridad ninguna de paraíso fiscal, el pueblo va a conducir el Estado para usar las reservas según su razón de ser, que es actuar en situación de grave crisis.

El protagonismo hoy es todo del Estado y del voluntariado paraestatal, intersocial y de comités de crisis, equipado debidamente, en micro brigadas que ayuden a asegurar bienes y servicios y, si el Estado no ejerce su protagonismo, por prejuicios ideológicos de un gobierno omiso, criminal en su omisión, el protagonismo va a ser sustituido por el de otro estado, el Estado de ánimo de las masas.

No va a expresarse en movilización, porque movilizarnos en esta situación es paralizarnos. La paradoja de este tramo de guerra irregular es que el soldado al disparar contra el enemigo se mata a sí mismo, como en un cuento de Rafael Courtoisie, se inventó un arma cuyas balas salen todas por la culata. No va a ser la primera vez que la victoria militar consista en las calles vacías y un estrepitoso e irreprimible clamor popular. Así fue en Moscú en 1993 y en Montevideo en 1984. Si Lacalle no entiende, sus tanques rodarán fantasmales hasta que se enmienden las brumas.

NO SUBESTIMAMOS AL YANQUI

USA ha enviado miles y decenas de miles de soldados a invadir y bombardear a casi todo el mundo. Esos soldados tienen experiencia militar y tienen familias que han sufrido las guerras, pero una cosa es bombardear e invadir y otra el efecto boomerang que está teniendo el virus en Norteamérica, sin contención sanitaria preparada, ante el fracaso de la fase 1 y sin industrialización de la vacuna prevista para la fase 3.

Quedó a la defensiva; si definitivamente el COVID-19 falla, le queda un solo proyectil en la recámara, la Súper Bomba (la inteligencia nos dice que volverá a usarla aunque esta vez no la tiene en exclusiva, es un tiro y otro de vuelta; la voluntad nos exige hacer todo lo posible por atarle las manos).

Nunca antes la cancillería china había hecho una acusación semejante. Siempre son muy precisos con su lenguaje y cuando pidió confesión de parte estaba ofreciendo relevo de pruebas. Ahora, desde el People’s Daily empieza a revelarlas, ante la estulticia de Trump.

Al señalar al ejército de Estados Unidos, realiza metonimia informativa.

Es importante informar para la verdad, que es concreta, siempre. Debemos exigir al gobierno uruguayo que defienda la nación. Este es un tema nacional. Que cierre de una vez la frontera con Brasil de forma soberana (es una vergüenza que hasta Bolsonaro nos adelante), que dé soluciones económicas para una cuarentena efectiva, que utilice ya la donación de kits de China, los test de UDELAR, que multiplique la producción de respiradores que está iniciando Facultad de Ingeniería de la UDELAR, que escuche al PIT-CNT que es gremial pero, en este caso, se constituyó en la fuerza política capaz de conducir (el Frente Amplio, por cierto, está en las antípodas de la desastrosa política gubernamental y con el FA en el gobierno otro gallo cantaría… pero no ha alcanzado el punto de resolución que sí alcanzó la Central de trabajadores, aunque el compañero doctor Tabaré Vázquez ha insistido en la necesidad de “cuarentena total”).  

Las masas no van a entender la gravedad del problema, si los comunicadores subestimamos las maniobras de los medios de la embajada para lavar hipótesis de conflicto. No es un virus natural. Está mutando en su trayecto por la humanidad pero mutó antes en laboratorio. Es de diseño. Y si no evitamos, el contagio exponencial es implacable precisamente porque fue diseñado para matar poco e infectar muchísimo durante mucho tiempo. Es importante que entiendan esto. Un virus que mata mucho, mata su propio poder. El COVID-19 es terriblemente poderoso; no se autodestruye y no lo frena la susceptibilidad hasta demasiado tarde. Fue diseñado para derrumbar la economía mundial. Y nosotros tenemos suficientes motivos para no subestimar la capacidad de hacerlo del imperialismo.

Es una trampa atroz. Al mirarnos al espejo vemos al enemigo, porque infectados o no, somos los soldados, reclutas o base social del enemigo. Somos nosotros mismos arma imprescindible de otra arma del enemigo. Y lo somos colectivamente, pero por eso mismo tenemos un antídoto tan invisible y eficaz como el propio virus, memoria colectiva.

Apague el espejo. Oigamos quién está en este enorme desierto.

sábado, 21 de marzo de 2020

Convencer a Lacalle de la necesidad de cuarentena




Ayer el Sindicato Médico planteó en el Comité Intersectorial de Crisis, integrado por el PIT-CNT, el gabinete de gobierno y los gremios de la Salud, la necesidad de entrar en cuarentena general. Fue la primera reunión del Comité y la propuesta del SMU, a través de su Presidente, doctor Gustavo Grecco, fue recibida por el Ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, quien no dio respuesta ni puso fecha para hacerlo, aunque su equipo de médicos asesores y él mismo son partidarios de ampliar el aislamiento social, en el mismo sentido que lo propone el sindicato. Quien no está convencido de esta necesidad es el Presidente Lacalle.

El SMU ya había declarado públicamente el martes pasado que si se demoraba en tomar la drástica medida podría ser muy tarde.

Uruguay puede entrar en un crecimiento exponencial del contagio. De hecho ayer, viernes, se agregaron 16 casos a los noventa que había el jueves, lo que hace que el factor de crecimiento del contagio, desde que apareció el primer caso, sea a fecha de hoy, mayor a 2,5. Un dato para tomar conciencia de que debe limitarse severamente la exposición al contagio y extremarse la precaución higiénica.

El virus no es una persona, es un arma. Fuimos atacados por un arma con la que se atacó por segunda vez a China, que estaba preparada para el ataque y aun así, le llevó un mes localizarlo, otro aislarlo y dos meses revertirlo, con cuarentana general, estricto control social, inversión estatal sin reticencias y disciplina tradicional de su pueblo. Por cierto, con todas las necesidades del pueblo en cuarentana, satisfechas por el Estado.

Un país seriamente comprometido por su extensión fronteriza con China, que por el momento logró impedir el crecimiento exponencial del contagio fue Rusia. Con cierre total de la frontera, cuarentena en buena parte de su territorio, con estado de sitio y toque de queda. Putin decretó cinco años de prisión, no excarcelable, para quien violase la cuarentena. También, por cierto, con todas las necesidades del pueblo en cuarentana, satisfechas por el Estado.   

CONVENCER A LUIS

Para el pueblo uruguayo, a diferencia del chino y el ruso, ésta es la primera experiencia de respuesta colectiva inmediata ante una tragedia de tamaña envergadura. Ni siquiera ante la dictadura fascista nos preparamos para esto. Y menos preparados estamos mientras más pasa el tiempo y el Presidente vacila.

Estructuralmente, tenemos el país mejor preparado de la región para garantizar la vida en cuarentena, porque tenemos empresas públicas en todos los sectores estratégicos, defendidas en reiterados plebiscitos y elecciones nacionales por el pueblo (incluso en la última, porque todos los programas explícitos descartaban privatizaciones) para que estén al servicio del pueblo.

Pero el gobierno uruguayo es el único del mundo que no suspende ni baja las tarifas y el IVA, sino que los sube y que bajó la ejecución del presupuesto de la Salud al 85 %, con el cuento "El costo del Estado", el mismo día que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia.

El PIT-CNT y el Sindicato Médico están siendo desoídos en el Comité Intersectorial de crisis, donde la central planteó suspender los pagos de las tarifas de servicios esenciales que respondan a un consumo austero y al teletrabajo, para que la cuarentena sea efectiva.

Medidas imprescindibles a efecto de que aquellos que, por el bien de todos, tienen que estar en su casa, no tengan que salir a ganar el mango. Así de simple.

Los instrumentos están. Por fortuna, Uruguay no precisa negociar con Edenor ni con Edesur ni con Pampa Energía ni con Movistar ni con Telefónica ni con Chevrón, no necesitamos expropiarlos y extenuarnos en volver a ponerlos a funcionar y, sin embargo, este gobierno de Chicago boys toma por realidad su antiguo sueño de prvatizarnos todo y así, de poco nos sirve ser el país, históricamente, mejor preparado, cuando más nos estamos necesitando.

Es esencial cuidar a los que cuidan, a los que desarrollan bienes y servicios. La manera de cuidarlos es que se queden en casa los que están obligados a hacerlo y que puedan hacerlo, porque la infección tiende fácilmente a exponencial si cuatrocientos mil trabajadores informales que tendrían que estar en cuarentena no pueden vivir en esas condiciones y otros cientos de miles, aunque formales están en la misma situación. No se les permite quedarse en casa. que deberían. Los trabajadores de las empresas estatales y los comercios de alimentación, están reclamando, a través de sus sindicatos gremiales que se pueda hacer la cuarentena. Empezando por el Sindicato Médico, la Federación de la Salud y todo el PIT-CNT.

¿POR QUÉ EL GOBIERNO NO ENTIENDE?

Aparentemente, está muy contento con los 1.500 millones de dólares del FMI, el puntapié inicial para cumplir con el plan de negocios. Pierde de vista que la pandemia en Uruguay recién empieza, que dejó pasar demasiado tiempo sin controlar fronteras y dando malas señales. La misma noche del anuncio, Lacalle en una selfie comiendo lemeyún casi abrazado al del carrito. Debería cuidarse y dejarse cuidar. Es el Presidente de la nación en un momento de crisis.

Tiene que entender que su declaración de principios neoliberales en la conferencia de prensa del jueves, es un mercantilismo trasnochado en el preciso momento en que el protagonismo del estado demuestra en el mundo y también en Uruguay, que, cuando se trata de defender la vida, lo que él llama “los mercados” sólo sirve para destruir. No le conviene, ni a él mismo, priorizar la defensa de un relato al que la pandemia le está poniendo fecha de caducidad, antes que acortar los tiempos de una crisis que va a ser de todos modos larga, económica además de sanitaria, mutante como el mismo virus y terminal si deja pasar los tiempos hasta el colapso del sistema.

No va a poder excusarse en que la misa de Sturla fue hackeada por Satanás ni en la mala suerte proverbial de la derecha vernácula; ayer la aftosa, hoy el coronavirus. ¿Qué quieren demostrar? ¿Que son yeta?

El mundo no va a salir de esto con el capitalismo, al menos tal cual lo conoció hasta hoy. De la capacidad de adaptación del Presidente depende su futuro político remoto, pero antes que nada, depende el presente inmediato de la salud de nuestro pueblo.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Covid-19 guerra biológica: elija su teoría de la conspiración





Nunca hice teorías conspirativas para explicar los hechos, porque el alma de los hechos está siempre más honda que las conspiraciones que puedan ocasionarlos, pero esos periodistas que hablan con desdén de las teorías conspirativas -y son muchos, son casi todos los que posan de analistas de prestigio y trabajan en los grandes medios-, con el consabido "ya va a salir alguno con una teoría de la conspiración que nunca falta", entre despreciativos y cansadamente enojados o decepcionados de la condición humana tan ficcionadora, esos periodistas han de estar muy seguros de que al Maine lo hundió España, de que a Kennedy lo mató Oswald, de que al Reichstag le prendieron fuego los comunistas, de que el 15 M fue ETA, de que, entre tantas otras, la de Girodano y Galileo fue una teoría conspirativa sin el menor asidero en la realidad...

Pero da la causalidad que salvo aquellos hechos incontrovertibles, como que el pacto Germano-soviético lo hicieron alemanes y rusos, o que el caballo blanco de San Martín era blanco, hechos que nadie controvirtió, muchos sucesos pasibles de crónica han sido controvertidos por "teorías de la conspiración" y resultó años, a veces décadas, a veces siglos después, que eran la realidad de la conspiración. Lisa, llana, sencilla, simple y contundente.

En este mundo se opera, se conspira, se encubre mediáticamente y se hacen campañas propagandísticas constantes. Cientos de miles de profesionales lo hacen. Están para eso y no son el Superagente 86. Juegan de verdad con caballos de Troya, quintas y sextas columnas, información, desinformación, contrainformación, en algo más oscuro que gris a lo que llaman servicios de inteligencia. Cobran sueldos por hacerlo, viven de y para eso y a veces, algunos, se hacen millonarios a la pasada. El que lo oculta haciéndose el superado de las "teorías conspirativas" es seguramente un periodista conspirador, más o menos consciente de que lo es, que pretende que la gente no dude de las versiones de sus medios, pero el público tiene suficientes motivos y nunca suficiente tino para dudar de casi todo.

Podría escribirse más libros documentales sobre conspiraciones que todas las novelas de espías que se ha escrito y si faltaba algo para demostrarlo, ahí están los cables de Wikileaks y el tormentoso proceso de difusión que tuvieron.

Ya no más, por citar un caso cercano, el caso Nisman evidenció últimamente el cajoneado de los cables importantes que ocultaron los medios "alternativos" a los que en primera instancia recurrió Wikileaks (El País, Le Monde, etc… ¿?) e incluso de algunos de los medios de izquierda, más creíblemente alternativos, a los que recurrió después (Página 12 entre ellos -ver blog de O'Donnel-), cuando vio que los otros escondían.

Y también se conspira con los relatos de la historia, como demuestra genialmente Osvado Soriano en "El ojo de la patria".

Conspira el canciller polaco cuando dibuja que a Auchswitz lo liberaron los nazis ucranianos del Banderastán, no el ejército rojo con rusos, bielorrusos y ciudadanos de otras naciones, que respondían todos al Estado soviético.

Por eso esta vez ante todo, empiezo por declarar mi respeto por la realidad de las conspiraciones y por los teóricos que las estudian, por aquellos a los que les llevó cuarenta años demostrar de forma fehaciente la vasta red de mafias y servicios estatales estadounidenses que estuvo detrás del asesinato de kennedy, por aquellos que a mensajes de textos en las concentraciones de Puerta del Sol derrumbaron las patrañas del gobierno de Aznar, por los que reunieron las pruebas para demostrar que el Reichstag fue una operación de Hitler con bandera falsa, porque todos ellos y Galilei y Bruno y tantos otros, antes de documentar necesitaron formular la teoría, luchar contra sus descalificadores y soportar sus burlas.

ELUCUBRACIONES SOBRE COVID-19 GUERRA BIOLÓGICA

¿Por qué Donald Trump reitera en dos tuits que el Covid-19 “no lo llevó el ejército de Estados Unidos a Wuham, como sugiere la cancillería china”? Convengamos que si alguien en el mundo no se había enterado de las declaraciones del portavoz de la Cancillería china al respecto, con dos tuits de Trump no queda nadie sin enterarse.

En comunicación la palabra “no” al principio de una frase, sirve principalmente para llamar la atención sobre lo que le sigue en la frase. Lo aprendí de niño, en el viaje de egreso de la escuela Venezuela de Montevideo a Santiago Vázquez. Todas mis compañeras iban jugando a las cartas o charlando entre ellas. El único que iba concentrado mirando por la ventanilla era yo. Vi un caballo montando una yegua al costado del camino y grité “¡No miren!”. Todas miraron. Si hubiese dicho “miren” no hubiese mirado nadie, hubiesen seguido con las cartas y las charlas. Lo mismo cuando Martínez le dio a El Observador el título 1 de tapa "no soy un baba fría".

Trump nos llama la atención tal vez porque pudo haber sido un destinatario por elevación de una conspiración militar de Estados Unidos, que en cuanto aparecieron los primeros infectados en Wuham acusaron a China de tener un laboratorio que creó el virus cerca de esa ciudad e iniciaron una campaña mediática contra China, en todos los medios corporativos, perfectamente coordinada. De esto no tardó en quejarse el gobierno chino, aunque no es una prueba en sí misma de que fue una conspiración. Valga el “no” para llamar la atención sobre “es una prueba en sí misma de que fue una conspiración”. El laboratorio chino en Wuham existe, Los juegos olímpicos militares en Wuham a los que asistieron soldados yanquis en noviembre existieron. 

Los primeros picos del brote que sucedieron casi inmediatamente al de Wuham fueron Milan, Seúl y Teherán. Si lo pensamos en términos de relación con Washington, dos graves desobedientes recientes y un enemigo de nivel Rusia o China. ¿Tan inferior es la sanidad italiana que la del resto de Europa o la coreana que la del resto de Asia oriental o la iraní que la del resto de Asia occidental? Raro, ¿no? 

China habría contrainformado que le faltaban mascarillas, con el objetivo, obtenido, de impulsar a la baja las acciones de las compañías occidentales en el  gigante asiático y las habría comprado a precio mínimo. Según otra fuente (que reservo), China, (que está empeñada en que el mundo vuelva a funcionar a pleno, bien pronto), “llegado el momento se quedaría con la mayoría en todos los directorios o vendería las acciones a precios duplicados” Otra teoría.

También se sugiere que la baja en el precio del petróleo, por la decisión de Rusia de aumentar la producción, seguida por Emirato Árabes y Arabia Saudí, fue para detonar definitivamente la burbuja del fracking, porque el petróleo convencional que a ellos les cuesta 7 dólares el barril y hoy están vendiendo a menos de 30, al fraking de USA le cuesta no menos de 50 y no hay subsidio que aguante esa burbuja de deuda si tienen que venderlo a 27.

De hecho las petroleras yanquis del sector están en situación de quiebra, tras las caídas en la bolsa de New York. Es un sector que venía siendo amparado por Trump, que apuntalaba la ilusión del autoabastecimiento energético y ahora debería levantar los bloqueos a Venezuela en primer lugar, por proximidad, y a Irán, para comprarles crudo convencional, si de verdad el mercado primase sobre la geopolítica.

Ese cambio, Biden o Sanders podrían hacerlo reculando menos, cuando no han tuiteado con tanta guarangada contra Maduro y Rohani como lo ha hecho Trump, y la pandemia demuestra que tienen razón en cuanto a la necesidad de un sistema de salud pública integral en USA (hoy inexistente), especialmente Sanders, que es quien ha insistido en él.

Por eso también puede pensarse que fue Trump uno de los objetivos de esta hipotética conspiración, más allá de que “el Imperio del Caos” (Pepe Escobar dixit) aproveche para tapaderas varias y ruinas múltiples en regiones conflictivas, entre ellas América del Sur y que Robert Redfield, jerarca del CDC yanqui, que admitió que muchos de los 20 mil muertos estadounidenses por neumonía el año pasado pueden haber sido por COVID-19, y los medios japoneses y taiwaneses que apuntaron a un laboratorio en USA como origen de las cinco cepas constatadas en EEUU, y las chicanas entre organismos de seguridad sobre si el sistema sanitario de USA estaba preparado o no para el contagio, son parte de su defensa.

Como en todo crimen la pregunta del móvil es ¿quién sale ganando? La maniobra procuró el colapso sanitario y económico de China e Irán en primer lugar (considerados por USA sus principales enemigos) y Corea e Italia en segundo lugar (desobedientes preocupantes), y los mandamases yanquis se vanagloriaron de su éxito contra Irán mientras fustigaban a China, así como llegaron al cinismo mayor en el negocio que harían con las farmaceúticas, incluso ofreciendo mil millones de dólares a Alemania por una patente de vacuna en exclusiva para capitalizar después.

Sin embargo, Europa, con Alemania a la cabeza, que desde tiempos de Shrôder y su oposición al bombardeo a Belgrado, ha venido creciendo en ciertas indisciplinas en el alineamiento con USA, llama a China, a Cuba, a Venezuela, a la solidaridad humanista, en vista de que el mercado no sirve para salvar a la comunidad y el socialismo sí.  

Pero los “urdidores de teorías de la conspiración”, ya detectados, quedamos fuera de la falsimedia, de los medios de comunicación hegemónicos, que se dedican a repetir las versiones oficiales del imperialismo, que no son sino la teoría oficial de la conspiración. Todos hablaron hasta el hartazgo de “el virus chino”. El País dedicó una sección diaria a la pandemia con el encabezado “el virus chino” para todas sus “noticias”, y, por supuesto, se ocupan de descartarnos con una queja sobradora, “ya van a aparecer en las redes los cultores de la teoría de la conspiración”

El tufillo despectivo contra las "teorías de la conspiración", puede llevarlo a usted a creer que el alma de los hechos no está bastante más honda que la realidad y ni que hablar más honda, bien alejada de los mentideros de falsimendia. Así es como usted podría morir creyendo que todo esto es consecuencia de un chino que se comió un murciélago.

ANTECEDENTES CONSPIRATORIOS

El mundo está en guerra, en guerra irregular (supramilitar) y es guerra declarada desde que Trump reconoció la autoría del Estado USA del atentado contra el general Soleimani y otras autoridades iraníes e iraquíes.

Una de las modalidades de esta guerra es “el pivot contra China” que inició Obama con decenas de bases militares rodeando al gigante asiático, prosiguió Trump con “guerra comercial” contra China, que se extendió contra Europa en aranceles y “sanciones”, para sumarse a las “sanciones” a Rusia, impuestas por Obama, aumentadas por Trump y la guerra económica contra Venezuela, iniciada por Bush, llevada a la culminación del ridículo por Obama con su decreto de “Venezuela, amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de Estados Unidos”, y a “la apoteosis de la maldad” (Atilio Borón dixit) de Trump, con su bloqueo completo, incluso militar marítimo.

Ahora, con este virus (que no es enemigo de nadie, que no quiere nada, es un virus nomás, como las drogas son sustancias y nada más, no tienen voluntad ninguna, son personas las que obran) se demuestra que la gloriosa sociedad sin Estado que no sea para asistir a la rosca, la panacea de los neoliberales, apunta al colapso social y al empobrecimiento y retroceso generalizado de la humanidad.

No es nuevo. Los yanquis usaron agente naranja y fósforo blanco contra Vietnam, la “operación Joy”, "Mangosta", Dengue hemorrágico y otras contra el pueblo y la agricultura cubanos desde los 70 y “varios virus de origen dudoso” (dice Luis Herrera, el cubano creador del Interferón Alfa 2B, que salvó decenas de miles de vidas en Wuham, antiviral que está siendo solicitado por Europa), fumigaron selvas en América del Sur, el gas Sarín que la OTAN  proveyó contra los kurdos en apoyo a Hussein (bajo dirección de USA) era francés. China jamás usó armas biológicas.

Hoy Sánchez, el único gobernante europeo que, sin dilación, de inmediato, reconoció a Guaidó el mismísimo 23 de enero de 2019 cuando Trump se lo ordenó, llama a Miraflores solicitando ayuda. Xi, Díaz Canel y Maduro ayudan a todos, sin miramientos ideológicos. Después viene el aprete de los medios hegemónicos y Sánchez rechaza en particular una de las ayudas cubanas. (¡ah, Felipillo, qué impostura la de quienes simularon desmarcarse de vos en el PSOE!).   

Las evidencias pueden tardar. Treinta años después del asesinato de Kennedy, la película de Oliver Stone JFK resultó prueba irrefutable de que la teoría del informe Warren estaba en lo cierto. Y aunque Galilei y Bruno se tomaron siglos para imponerse, hoy sigue tratándolos de teóricos de la conspiración el terraplanista Jair Bolsonaro, pero los pueblos saben que a Olof Palme, a Torrijos, a Arafat y a Chávez (por ejemplos), los mataron como a Rabín, a Allende y a Gadafi, por mucho que tarden o nunca aparezcan las evidencias.

En Uruguay, el gobierno tiene bastante a favor: los plebiscitos que le ganamos defendiendo a las empresas públicas. Delgado no negocia con privados por todos los recursos estratégicos como está haciendo, extenuado, Alberto Fernández en Argentina. Lacalle cometió un acierto (es justo reconocerlo), integró diversidad imprescindible para pilotear la crisis, incluyendo al PIT-CNT, que vela por la economía con celo y si no es oído puede llamar a cacerolear y a expresarse como lo están haciendo otros pueblos del continente y a la Universidad de la República (UDELAR), que ya creó test de diagnóstico del Covid 19, para que no haya que pagar tres mil pesos por diagnóstico como se venía haciendo, hasta ahora, en instituciones privadas.

Lástima que Luisito tuvo la mala idea de no invitar a los más demócratas del continentes a la Asunción Presidencial que confundió con su fiestita de cumpleaños (Gonzalo Civila dixit). Quizás ahora tema que le digan “no”, si pide que vuelvan médicos cubanos, como Bolsonaro o J. Aáñez, pero si teme es por ignorancia. Debería saber que Cuba es solidaria por principio. Se lo pida él o Andrade.

jueves, 12 de marzo de 2020

Apariencia delictiva




Delante de mí, junto a la vereda por donde voy caminando, estaciona una limusina a las puertas de un hotel 5 estrellas. Bajan dos grandotes entrajados de negro, pisando fuerte con relucientes zapatos negros y, en medio de ellos ha bajado un señor elegante, delgado, rubio y de mocasines marrones; se le nota en el traje la fina sastrería neoyorquina. El estilo de los mocasines me parece italiano. Alcanzo a leer la marca Louis Vuitton en la maleta con sutiles arabescos que cuelga de uno de sus hombros. Súbitamente, sin pensarlo, por instinto, llevo las manos a los bolsillos de mis vaqueros y cruzo la calle, apuro el paso por la vereda opuesta sin mirar hacia atrás, más asustado que cauteloso.

¿Temor? ¿Premonición? ¿Pánico? “¿Qué pasa, ñeri?”, me pregunta un conocido que se me cruza con su oficio y pinta de malabarista. “¿no sale una moneda?”, manguea sin mucha esperanza. Me detengo, compruebo que no me siguieron. El Falcon negro –la limusina negra, quise decir–, sigue estacionada frente al hotel.

–Es que vi entrar al hotel a un banquero extranjero, quizá uno del FMI –explico, todavía sobresaltado, resollando.

–¿Ya los trajeron? –pregunta el ñeri–. Tamo en el horno.

–Tiene toda la apariencia –le contesto.

–Alejemosnó –sugiere el malabarista, temblando, nervioso. Empezamos a caminar a paso firme en dirección de nuestra huida.

–¿Tas seguro que tiene esa apariencia delictiva?

–Maleta Vuitton, traje neoyorquino, mocasines italianos….

–A la mierda… ¿no será un ministro, carajo? ¿tenía cara de Macri? ¿Viste que en este gobierno todos tienen cara de Macri? ¡Tremendas apariencias delictivas!

Apuramos el paso. Pienso en Alfie y no sé si no es peor su propia cara que la de Macri. Sí, es peor.

–Tienen cara de Alfie –le digo.

Al llegar a la esquina nos sorprende un par de policías que nos ordena detenernos y nos exige las cédulas. El ñeri saca de un bolsillo una corbata anudada, me la da con disimulo y susurra:

–Ponétela vos. Yo estoy jugado.

En un santiamén me calzo la corbata bajo el cuello de la camisa.

El ñeri da su cédula, lo ponen contra la pared, lo cachean.

–Yo la dejé en casa, en la bermuda –digo–. Amaneció fresco y retomé los vaqueros que no usaba desde noviembre –le explico al agente con respeto, lo llamo oficial, le pido disculpas. Con tantos años de Bonomi, me había acostumbrado a que la policía era parte del pueblo y además parecía. 

Mira la corbata.

–¿Qué hace un señor como usted caminando con un pichi? ¿De dónde es usted?

–De Soriano –le digo.

–¿Sojero? Acompáñenos.

Por suerte no andaba de saco. Fue peor haberme puesto la corbata. Me iban a pedir un porcentaje, una masa de dinero que nunca vi y no iba a ser fácil demostrarles que no puedo conseguir, mientras el ñeri permanecería detenido, en indagaciones.

–¡Qué inseguridad! Ya no se puede trabajar en los semáforos ni parecer sojero. Y la gente anda sintiendo los seis pesos por dólar que en diez días le sacaron del bolsillo, sin contar las tarifas, pero esto que me contás del tipo del hotel es la muerte, ñeri. Están creando las condiciones para endeudarnos y manotear todo lo que puedan.

–Te digo más –le digo al malabarista, saliendo de la seccional–, bajó de una limusina con dos patovicas y seguro que adentro lo estaban esperando un montón de Ceos.

–¡Dios nos libre y nos guarde!

Se persigna.

LA MARCHA DEL OPERATIVO

Llegué a casa, me di un baño y encendí el televisor. Sabía que la policía había cambiado pero la televisión seguía siendo la misma. De la marcha feminista impresionante, con doscientas mil mujeres por Dieciocho, el tema era el operativo policial, igual que cuando marchábamos con la FEUU los 14 de agosto y por grande que era la movilización, la noticia que salía la armaban “incidentes del final” entre  cuatro infiltrados que terminada la marcha zafaban de la autodefensa. Ya el título 1 de tapa de Búsqueda del día anterior, había sido para el operativo, contra la marcha feminista que año a año en décadas, cada vez más masiva, nunca produjo otro incidente que un par de manchas de alquitrán en una edición. ¡¿Cuál éxito de operativo?! ¿De qué mierda habla la televisión? Con diez o doce granaderas en el vallado de la iglesia del Cordón hubiese bastado. ¿Cuántos robos hubo en los barrios mientras desplegaban todo la fuerza en el Centro para que los medios le quiten protagonismo a una marcha recontra pacífica con su propia auto seguridad?

Pero las politiciales del informativo tenían armada otra operación. 

Como hubo una denuncia de atropello policial por día en el Instituto de Derechos Humanos, desde que el “Guapo” Larrañaga tipificó “apariencia delictiva” a los piercings, los tatoo,  las clavas de malabares y el pelo largo (como en la dictadura fascista). Entre otros a un malabarista en San José y varias al grito de" "se acabó el recreo" para dar palo a gusto, montaron un falso positivo que lavara la información. Un empleado de la Intendencia le llevó a la Presidenta del Sindicato un supuesto caso de agresión fuera de lugar y de hora de trabajo. Ella, precavida, no le dio bola, pero alguna corriente gremial pisó la cáscara de banana acompañando la denuncia. Las cámaras mostraban que el procedimiento policial habría sido correcto.  

LA SEÑAL DEL ENEMIGO

Para pensar con la cabeza de la embajada ya están los canales de televisión, quienes los compran, quienes los programan, quienes compran sus contenidos alienantes y quienes después patinan por esa agenda en sus casas, las calles, las reuniones… Dirigentes del Frente Amplio jamás debieron decir que debíamos escuchar la señal del 46% de la reforma larrañaguista. Es una vergüenza propia. Es la propia vergüenza.

Primero porque tenemos nuestro criterio de verdad para rechazar la demagogia, especialmente cuando viene fascistoide. También primero por respeto a los gurises, que la rompieron militando contra la “reforma”, igual que por el “No a baja” dando vuelta otro resultado difícilísimo, de otro plebiscito que muy particularmente ganamos gracias a los gurises.

Segundo, porque cuando parte de nuestros dirigentes nos boicoteó el voto rosado y lo perdimos llegando al 49%, ningún dirigente salió a decir que había que escuchar nuestra señal.Tampoco los dirigentes nuestros.

Chandler decía, defendiéndose de las acusaciones de que en sus novelas los villanos no son como el público los imaginaba, definiendo la verosimilitud de los personajes de la novela policial: "si los delincuentes pareciesen delincuentes no podrían ser delincuentes".

Y es cierto. Seguramente los nuevos emisarios de la banca imperialista andan de barba despareja como Lacalle Pou visitando la feria. Lo que el financierista que vi entrar al hotel tiene de delictivo no es la apariencia. Es el aspecto. De todos modos, la solución de continuidad a lo que son es que dejen de parecer la "gente bien". Necesitamos más Chandler y menos Telemundo 12.

La inseguridad es, y parece –que es más, decía Cervantes–, la del gurí que no sabe si va a comer esta noche, la de la devaluación del peso, del salario, de la jubilación, que ya se nos está viniendo con el disparo del dólar y va a seguir, ya anunciada, con la suba de tarifas y precios, sin planes ni misión para los vulnerados, con recorte presupuestal de novecientos millones de dólares, que van a terminar fuera del país, fugados a las corridas, en cuanto estén firmados los papeles que trafica en su valija Vuitton, un funcionario de Wall Street.

El móvil del crimen con su modus operandi. 

En sociedad, pocas cosas son más, pocas parecen lo que son. Nos lo advirtió el manco de Lepanto, Cervantes, El Príncipe de los Ingenios, preso en la cárcel de Sevilla.