jueves, 31 de octubre de 2019

La desmilagrización del oprobio chileno y su herida al poder blando yanqui en Nuestramérica









No me importa menos el mundo que Uruguay, incluso por Uruguay. Porque no creo que estemos al costado ni adelante ni arriba ni abajo de Venezuela, Perú, Ecuador, Chile, Bolivia, México, Argentina o Brasil  (por nombrar los más nombrados actualmente). No hay de un lado o del otro. Estamos detrás de los sucesos de países con mayor incidencia que el nuestro, que pasaron ya por mayores grados de confrontaciones que nos están esperando (a sortear, si fuera posible o a vencer antes que retroceder).

Y en cierto modo tienen razón todos los que señalan unos u otros riesgos, aunque nosotros vayamos a pasarlos todos a nuestra manera.

Nadie las busca. Las confrontaciones son evidentes. Estupidez sería no verlas y no resolverlas a tiempo. O ingenuidad (que es menos confrontativo) o falta de experiencia, digamos. Los comuneros de París no buscaron a los versalleses que los ahogaron en sangre. Con ellos todos aprendimos.

NO POR IGUAL

Las Guyanas, por ejemplo, sólo entran en la agenda internacional por el Esequivo, o sea por Venezuela, que sí es tema de agenda de los medios globales, donde la correlación es muchísimo menos desfavorable al antiimperialismo que en la interna de temas nacionales uruguayos que no trascienden a medios globales.

Por eso entre enero y marzo, con los golpes en Venezuela el FA marcó tendencia para ganar y la oposición no lo confrontó a fondo, no interpeló al Canciller.

La oposición uruguaya demoró en lograr cambiar de agenda hasta el caso Manini-Gavazzo. Cuando encerró la agenda en la correlación interna, ganó la oposición, ocultando otra vez los centros de tortura, señalando a la Torre Ejecutiva, trasladando la percepción del conflicto a un episodio indemostrable y en comparación, banal. El FA detuvo su tendencia ganadora en las encuestas.

Desde las PASO se le rompió la agenda a la tele. Irrumpió Argentina pese a que ninguno de los cinco canales al aire cambió su línea editorial macrista. El FA recuperó tendencia, pero más lenta. Por cierto, las redes se alimentan de los medios, con sus contenidos o como fuentes y las redes definieron en la campaña. Se les metió al final el caso Moreira.

Entre dos jóvenes compañeros cuyas opiniones consulté, uno temía que el Partido Nacional diera vuelta todos los efectos negativos del caso del Intendente de Colonia. Coincidí con esta opinión. Lo importante no era tanto el caso en sí, sino que íbamos a estar hablando de él más que del programa. El FA se plantó en el 40, pese a la gigantesca movilización que logró.

En el 99, cuando ganó el FREPASO en Argentina el FA creció bastante. Llegó a este 40 del que no hemos bajado desde entonces, pero recién ganó cuando ya habían ganado Lula en Brasil y Klrchner en Argentina. No digo que sean los temas que más nos importan pero de algunos temas podemos informarnos y de otros estamos condenados a la desinformación. Eso incide, especialmente sobre la agenda en redes.

Siempre hubo formadores de opinión. Ahora muchos están en las redes, pero, reitero, las redes se alimentan de los medios. Incluso los formadores de opinión, necesariamente los toman como fuentes.

EL EFECTO BOLSONARO Y EL DESPERTAR DE CHILE

No es casual que el mapa electoral del 27 de octubre muestre un Uruguay mayoritariamente del Frente Amplio en toda la frontera con Argentina (excepto Maldonado y Artigas, que comparte fronteras) y de derecha en toda la frontera con Brasil (excepto Rocha, que comparte fronteras).

Bolsonaro salió del desastre de la Amazonía con un discurso cierto en ONU, pero su interna está entre dos fuegos, los militares y la embajada. Los primeros ataques fueron contra su ministro más yanqui, Moro, y provinieron de medios menores, pero ahora, después del viaje de Bolsonaro a China, la denuncia de su participación en el asesinato de Marielle Franco, surge directamente de O’Globo.

Y en noviembre Lula sale libre. Esa es una noticia mundial de primera magnitud, puede incidir en el balotaje de Uruguay.

Lo otro que puede tener impacto inmediato es el desenlace en alguna orientación política, de estas semanas del Despertar Chileno, aunque, a largo plazo, la desmilagrización del oprobioso sistema chileno, el derrumbe de la gran mentira, ya es una herida grave al poder blando yanqui en Nuestra América.

Talvi cerró su campaña en Santo y Seña engordado de raiting. Cuando Álvarez le preguntó por Chile se produjo un “fallo técnico”, que enfrío el tema. Por cierto, con la inestimable ayuda de Álvarez, Talvi pareció tapar todos sus huecos, pero es un tema en desarrollo y puede tener un desenlace impactante en noviembre.

Entre tanto, por supuesto, la suerte del FA se juega en Uruguay, cuerpo a cuerpo y puerta a puerta, pero “mi pueblo no estuvo ausente ni mucho menos de espaldas, a la trágica y amarga historia del continente” (Zitarrosa), “recorre el camino de sus hermanos amados, el de tantos humillados, el de América Morena, la sangre de cuyas venas también late en su costado” (Ibidem).

sábado, 5 de octubre de 2019

¿Por qué se queman con el grado inversor?




¡Qué coincidencia! Arbeleche-Luis hicieron lo mismo que Macri-Carrió. En Argentina dijeron que el penúltimo ajuste fue un castigo de “los mercados” porque el pueblo votó avisando que en diciembre asumen Alberto y Cristina; acá dicen que el grado inversor las “calificadoras de riesgo” nos lo dieron porque lo pidió el Partido Nacional, concretamente Arbeleche. Es demasiado burdo cuando todos sabemos que el desastre argentino en “los mercados” empezó a evidenciarse hace dos años y que las buenas notas de inversores al gobierno del Frente Amplio en Uruguay vienen creciendo desde hace por lo menos diez años.

¿Pero por qué se queman así? ¿Por qué se exponen en ridículo, a los memes más vehementes? 

Porque toda realidad les rompe el relato, pero no hay ninguna más demoledora para el relato “neoliberal” que las actitudes de los capitales de riesgo.

Le pasa a Trump. El les “ordena” (sic) a las empresas norteamericanas retirarse de China porque China no le compró los alimentos como él esperaba a la vez que le respondió a sus nuevos aranceles, con nuevos aranceles chinos y las plataformas y los vendedores de accesorios yanquis siguen operando con Huawei y hasta la General Motors traslada a China las fábricas que tenía en USA. ¿Por qué? Porque los únicos mercados que le hacen caso actualmente al imperialismo son los financieros especulativos, de recompras de deuda, de mero efecto Cantillon, de subsiguiente estafa Ponzi y del complejo industrial armamentista. Los que invierten en producción arriesgan el retorno y General Motors tiene el retorno asegurado produciendo en China para mil millones de consumidores en una economía expansiva, de creciente poder adquisitivo de la población, antes que pagar aranceles o quedarse en USA con un mercado menor y en vías de pauperización. Porque los fabricantes de componentes para Huawei y la plataformas, temen ser sustituidos por la empresa china en "occidente" y perder así, sin ninguna recompensa trumpista, el enorme mercado del que hoy disfrutan.

La misma lógica operó en Argentina. Macri anunció "lluvia de inversiones", pero “¿Quién va a invertir –y esto se lo dije a un compañero de trabajo volviendo de Carrasco en un D1, poco antes de que Macri asumiera la Presidencia–, quién va a invertir en producción de un país donde el consumo se va a la mierda, porque si Macri le va a pagar a los fondos buitres (lo hizo) y va a seguir enroscándose en la deuda –para fugar dólares a sus offshore (lo hizo)– y va a bajarles los impuestos y las tarifas a los rosqueros, de dónde un inversor productivo va a rescatar un mango? Es imposible”.

Pero el relato de Macri era “los mercados”, pensando en el único que le interesaba, el de la deuda. Por eso el manotón de ahogado de su maniobra financiera delictiva del viernes anterior a las PASO, inflando una burbuja para pincharla dos días después y sus declaraciones del martes (lunes según él, del estupor de las cifras comiciales, no sabía ni en qué día estaba) posterior, echándole la culpa a cómo el pueblo votó.

La derecha no siente como un fracaso duplicar la pobreza, la indigencia, la precarización laboral, el desempleo, cuadruplicar la inflación, la devaluación del peso, la toma de deuda, no, ésos eran los efectos colaterales del plan de negocios que Macri y sus secuaces cumplieron (el mismo “misterioso” plan de urgencia que nos quiere aplicar Lacalle). Para ellos fracaso es que se note que los mercados no son homogéneos.

Acá tuvimos a López Mena pataleando porque el Frente no le alquiló el dique Mauá, diciendo que siempre lo tratamos mal, pero cuando las papas queman, les explica a los empresarios argentinos que “estos quince años del FA fueron el mejor gobierno de la historia uruguaya” (sic). Y es lógico: cómo no va a exagerar si necesita que los ciudadanos de a pie tengamos plata para comprarle pasajes. Con la derecha va en kayak.

Esa lógica es la que se supone tienen que medir principalmente las calificadoras de riesgo. Por eso Macri quebró todos los record negativos (más de 2000 puntos de riesgo país) y el FA los positivos (grado inversor). Son dos realizaciones de distintos proyectos demasiado estruendosos en su diferencia si se los audita.

Azucena Arbeleche-Luis Lacalle Pou (ni Maradona ni Mohamed Alí ni el Chavo del Ocho) no es un motivo político suficiente para que las tres más serias calificadoras de riesgo, según disección de Jalife Rahme en su Conferencia de Puebla (véanla en You Tube), decidan o dejen de decidir atacar al peso uruguayo ni al mexicano siquiera.

El mayor papelón que hicieron por motivo político partidario (yanqui por supuesto y de poder profundo, no de tal o cual personaje o sector) fue hace ya tiempo. Atacaron al yuan cuando China crecía a más del diez por ciento, pero desde entonces China creó sus propias calificadoras que se dedican a ponerle mala nota a USA. ¿Saben por qué? Porque yo se lo pedí a Hu Jintao. ¡Que me vienen con Arbeleche!