domingo, 27 de enero de 2019

Los tiempos de Merkel en Venezuela



De momento fracasó. Mike Pompeo no ha podido consumar el golpe de Estado en proceso en Venezuela. El motivo que más le incomode acaso sea la divergencia primero y luego la celeridad de la Unión Europea en la manera de apoyar el golpe.

La autoproclamación de Guaidó no se dio antes del 23 de enero, más inmediata al juramento de Maduro (10 de enero), porque la UE (Alemania, que es la que manda en la UE) no aceptaba el reconocimiento ipso facto a Guaidó como le exigía Pompeo quien procuraba el más efectivo impacto en la opinión pública internacional.

El lobby posible de Pompeo fue su CIA, el Mossad, la cancillería peruana, los títeres de Trump como Macri, Bolsonaro, Duque, etc y pensaba él que la OEA (aunque sólo le sirvió apenas ese secretario general por quien el  Pepe Mujica se despierta cada día agarrándose los pendejos y tirando para arriba mientras grita "¡Qué hiciste viejo nabo!"), pero en Europa no le valió ni la llamada a Guaidó de un Sánchez apretadísmo el 24 de enero, ni la insistencia de la Casa Matriz del imperialismo anglosajón, Inglaterra, que no pudo quebrar el brazo a Merkel y hoy, 27 de enero, se largó sola a brexitear el tema (siempre se dijo que USA era la sucursal tonta, pero últimamente ya Londres no se le distingue).

Maduro dio su contundente y brillante -¡cómo se aprende de la práctica revolucionaria!, ¡qué favor nos hicieron los imbéciles al subestimar a Nicolás!- conferencia de prensa internacional el 25 de enero (dos días después de la fantochada de Guaidó), citando el refrán venezolano "no hay 11 sin 13" referido a los dos días que tardó el pueblo bolivariano en quebrar el golpe de Estado carmonista de USA, la España de Aznar y de Felipillo (Cebrián, Polanco), en 2002, cuando los fascistas secuestraron a Chávez y contaban con fuerte sector puchista en las fuerzas Armadas venezolanas, y no dijo Maduro aquello de Hegel de que la historia se repite al menos dos  veces y el agregado de Marx, "la primera como tragedia, la segunda como farsa", para no caer en lo que ya es un lugar común minimizando las variantes trágicas que puede deparar el devenir de la lucha. 

Sánchez, el primer "autoproclamado" y su "haz lo que yo digo..."

¿Qué urnas eligieron a Sánchez Presidente de España? No por cierto las del voto directo, secreto y universal como fue electo Presidente Nicolás Maduro en Venezuela el 20 de mayo. Sánchez nunca ganó en las urnas electorales. Jamás. Incluso perdió las elecciones presidenciales en España por amplio margen. Ni siquiera ganó las recientes regionales de Andalucía (que consideraba su feudo) y, sin embargo, llamó a Guaidó para decirle que en menos de ocho días debía convocar a elecciones generales. Sería cómico si fuese un payaso. Y luego llevó la propuesta a la UE donde Merkel la hizo rodar en la mañana exacta que servía a que la rechazara de inmediato Jorge Arreaza en la ONU, el Canciller venezolano de calidad inusitada para esta época de la política.

Por supuesto, como Presidente sin Estado o rey sin reino (algo así como un Alfonso XIII de ópera bufa), Guaidó no podía llamar a elecciones porque no controla el Tribunal Electoral ni ninún poder real en territorio venezolano. Cuando le preguntaron a Enrique Iglesias por los posibles caminos de Venezuela, el 24 de enero, en consonancia con el gobierno del Frente Amplio, respondió, "la negociación, ¿acaso existe otra, cuando el poder real lo tiene Maduro?", pero Sánchez sí pudo haber convocado a elecciones generales a los ocho días o antes de asumir como presidente no electo de España. No lo hizo porque la urna que manda en España es la que guarda los restos de Francisco Franco, el que la dejó "atada y bien atada".

"Hoy en España el que manda es un muerto, comido por sus gusanos que le obedecen comiéndoselo", decía Bergamín para evitar el Premio Cervantes de 1982. Gusanos con gestos colonialistas ni siquiera burdos, a la derecha de Vox (donde está el PSOE desde la denominada transición), con su seudosocial neocolonialista canciller Borrel.

La reunión Guaidó-Diosdado

En su ya famosa conferencia internacional (conviene verla entera en You Tube) Maduro adelantó que tenía pruebas de la reunión entre el Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente y Vicepresidente del Partido Socialista Unificado de Venezuela, Diosdado Cabello y el "Autoproclamado" Guaidó, "desmentida" por éste, quien, aún advertido de que había sido filmado, la siguió "desmintiendo" hasta que el Ministro para la Comunicación Jorge Rodríguez exhibió la película en Venezolana de Televisión (VTV), en Telesur, en RT, CGTN, Hispan TV y otros medios alternativos a la plutocracia de las corporaciones mediáticas cartelizadas y entonces Guaidó reconoció que sí se había reunido con Diosdado. ¿Y de qué hablaron?

De lo de siempre. Diosdado dio garantías de que en caso de perder elecciones el chavismo reconocería los resultados, tal como lo hizo en las dos oportunidades en que perdió de las 15 elecciones que hubo en los útlimos veinte años en Venezuela, pero Guaidó le recordó que estaba presionado (la derecha lo está desde la estrategia de Obama de no dejarla participar en elecciones generales, por si los chavistas le entregan el gobierno como hicieron los sandinistas en Nicaragua en 1990, manteniendo el poder, porque el Pentágono va por todo, quiere destruirlo todo como en Libia -diseño de Obama-Clinton-, tierra rasa) y que está dividida: los cinco candidatos opositores que se presentaron en mayo siguen apostando por la vía pacífica del respeto constitucional, mientras el propio Capriles, el más serio derechista venezolano desconoce a Guaidó como político respetable

En resumen

Pompeo exhortó  en la ONU a "desconectar a Venezuela de los sistemas financieros" de todos los centros de poder (de hecho ya le había robado 1.2 millones de dólares en oro depositados en Londres). Alemania le va hacer tanto caso como cuando Obama le ordenó dejar de negociar con Gazpron, pero ¿cuál va a ser el sistema financiero en el cortísimo plazo de la criptomoneda común sinorrusa?

Además China, Rusia, África, la mayoría de los países de la OEA (fundamentales Nicaragua, México y Bolivia), árabes, del suroriente asiático y euroasiáticos se pronunciaron por el aislamiento. ¡DE USA! que perdió la votación en la ONU y se encamina a ser tan reiteradamente rechazada como su criminal bloqueo a Cuba. De tanto bloquear, sancionar y "desconectar" a cuanto país actúe con soberanía, USA va terminar completando el muro de su frontera sur para encerrarse a sí misma.

¿El chavismo qué ganó? Por ahora "la victoria silenciosa de los invisibles de siempre" (Maduro dixit en la conferencia). Cuarenta guardias civiles que se fueron de mambo atacando a un cuartel. ¿Es poco? Por ahora no es suficiente para que los golpistas se arrepientan mil años más de la intentona ("se van a arrepentir mil años" -Comandante Hugo Chávez Frías el 13 de abril de 2002-), pero no debemos olvidar que el asalto a los cielos lo dieron los chavistas entre la noche del 12 y el mediodía del 13 de abril de ese año, cuando, con la mejor estrategia militar, el chavismo destruyó el aparato del Estado burgués pro imperialista, sustituyéndolo por el actual de nuevo tipo, ya preconcebido y configurado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 2000 y el derribo de la Cuarta República.

Puede haber escalada de guerra militar, aunque toda Venezuela apuesta por la paz que necesita para vivir, convivir y sacar al país de la crisis y Arreaza llevó a la ONU la certeza de que su gobierno no caerá en ninguna provocación, pero para las peores contingencias está preparado el pueblo bolivariano, como corresponde, desde el plan Patria de 2005. USA no suele fijarse en detalles a la hora de invadir y podría decirse que Trump está cerca de convertise, a su pesar, en el primer mandamás de esa organización criminal que todavía no invadió directamente ningún país (necesita parecer yanqui, que es más que serlo). A USA siempre le alcanzó con decir, "Arbenz es comunista, Allende es comunista, Bosh es comunista, Perón es comunista, Pancho Villa es comunista, Sandino es comunista, Farabundo es comunista, Zelaya es comunista, Goulart es comunista, Paz Estensoro es comunista..." para mandar los plan cóndor, los marines, los Mitrione y los Pompeo, pero un día dijo: "Fidel es comunista".

"Sí, soy comunista -le contestó Fidel- y tengo misiles rusos y un pueblo armado dispuesto a resistir, mírenlos".

Maduro no mostró misiles, pero es seguro que si lo obligan los consigue y el mismo 23 de enero el pueblo bolivariano salió a llenar cinco avenidas de Caracas y oyó a Diosdado y, con todo el continente, tiene entre sus consignas: "la línea justa es/luchar hasta vencer".

Y más allá. 

viernes, 4 de enero de 2019

Luganaro




Existe en el mundo gran cantidad de líderes complejos, contradictorios, difíciles de encasillar, pero Bolsonaro no es ninguno de ellos.

Bolsonaro es simple, es un fascista corriente, un tipo que te dice “prefiero un hijo muerto a un hijo homosexual”, que le dice al mundo entero desde su intervención en el golpe de Estado, “voto la destitución de Dilma en homenaje al capitán que la torturaba (cuando Dilma estaba en prisión siendo garota)”, lo dijo con nombre y apellido y título (en homenaje a a fulano detal, “El Terror de Dilma”, así dijo), un fulano militar rosquero imperialista de cuyo nombre no me acuerdo ni quiero acordarme ni lo va a recordar la historia, aunque la historia nunca va a olvidar la frase del capitán Bolsonaro del 31 de agosto de 2016, un tipo que le dice a una colega suya parlamentaria, “no te violo porque no te lo merecés”, un simple fascista común que culpa de los males de Brasil a “los negros y los indios” y por si te quedaba alguna posibilidad de confundirte o de errarle a la percepción, hace apología del golpe fascista de 1964.

DE “EL TERROR DE DILMA” AL ILUSO OPTIMISMO FASCISTA

Precisamente el fascismo es eso, “la expresión más terrorista del capital financiero imperialista”. El ex capitán de la dictadura brasileña, gestor del golpe de Estado de 2016 se ilusiona con “el optimismo del pueblo brasileño para Bolsonaro” (Lugano) y con “la influencia de Bolsonaro en Uruguay y en toda la región” (Idem), pero las correlaciones de fuerzas actuales son bien distintas a las de los golpes fascistas de Mourau en Brasil (1964) y de Bordaberry en Uruguay (1973) aunque Bolsonaro sueña en voz alta con repetir la fórmula: “que los rojos se vayan del país o van a terminar todos presos como Lula”. 

Que Dios nos proteja pero no nos descuidemos. Es falsimedia la encuesta amenazante que propagó el ex capitán uruguayo sobre “las expectativas del pueblo”. No hay un 75 % de brasileños optimistas con Bolsonaro.

Primero, para impedirle al pueblo de Brasil volver a votar a Lula (favorito en todas las encuestas serias), los jueces instruidos por el Pentágono pisotearon los dos mil años que le costó a la humanidad el Estado de Derecho e invirtieron la carga de la prueba, sobornaron empresarios con “delaciones premiadas” que no son otra cosa que falsos testimonios sustituyendo pruebas a cambio de prisión domiciliaria, instalaron el Estado de Excepción con asesinatos políticos, el Comandante en Jefe del Ejército pronunciándose contra medidas de Habeas Corpus y cautelares para Lula, pero aun así, reconociendo el Comandante que, Lula libre revierte de por sí la situación.

En sus declaraciones a Subrayado, el ex capitán uruguayo no mencionó, quizás ignoraba, la otra encuesta que se había dado a conocer en esos días en Brasil y que sí reflejaba las verdaderas expectativas del pueblo brasileño acerca de Bolsonaro. Porque las encuestas suelen ser operaciones propagandista o insumos para operaciones políticas, según cómo se pregunte lo que luego se dice haber preguntado, además en el primero y más frecuente de los casos –el de la encuesta mencionada en la entrevista- , se adultera, precisamente para cumplir la función de propaganda, pero cuando se averigua, como insumo para operar, qué porcentaje está a favor del programa de Bolsonaro respecto a USA, se va al quid de la cuestión, ésa es la libra de Shylock. Se filtró a un medio alternativo que sólo estaba a favor un 25 % de los encuestados y un 75 % estaba en contra.

Todos los candidatos a integrantes del bloque de poder que hoy quiere inaugurar Bolsonaro con su asunción presidencial, están al tanto de esa encuesta, que es la que les interesa, desde la agroindustria hasta los militares en actividad, pasando por Itamaraty y las agencias de inteligencia de todas las potencias, incluida la con Lula potencia emergente Brasil.

LOS TRES PROBLEMAS INSOLUBLES PARA BOLSONARO

De menor a mayor: Saltearse Itamaraty, como decidió hacer Bolsonaro en su relación con Trump y en la designación del canciller Ernesto Araujo, ajeno a la doctrina soberanista que rigió la política exterior brasileña desde 1974, es perder el saber hacer del que el propio Lula no prescindió jamás, al punto que diplomáticos uruguayos en Brasilia me decían que no había decisión del gobierno de Lula sobre política internacional que no proviniera de Itamaraty. El unilateralismo de Bolsonaro y el bloque histórico actuante desde tiempos de Geisel (retomando los de Getulio y Goulart) son una contradicción insuperable.

Esa contradicción se expresó por ejemplo cuando Bolsonaro anunció que sus tres primeros viajes serían a Washington, a Taiwan y a Tel Avid

A la molestia de Itamaraty se sumó de inmediato la de la agroindustria, uno de los bastiones financieros electorales de Bolsonaro junto al Pentágono y la banca especulativa. La agroindustria brasileña depende vitalmente de sus exportaciones a China. Eso es así desde hace muchas décadas y cada vez más, pero China nunca había condicionado su comercio a cuestiones políticas desde que en 1978 Deng Xiao Ping logró que la Asamblea Popular Nacional aprobara la consigna “No mostrar el brillo, desarrollar las capacidades y jamás aspirar al liderazgo”. Ahora la consigna es otra, cambió a poco de asumir Trump y amenazar al Mundo y muy especialmente a China con la desglobalización que apoyan Araujo y Bolsonaro.

Las consignas principales de Deng fueron reelectas congreso tras congreso del Partido Comunista Chino y de la Asamblea Popular, entre cientos de nuevas consignas adoptadas durante los gobiernos de Yan Zeming, Hu Hintao, Wen Jiabao, desde la política compleja transitoria del hijo único y sus excepciones, hasta el aumento de las hipotecas estatales del usufructo de la tierra que le corresponde a cada chino, propiedad enteramente de la República Popular y la construcción de la “sociedad armónica”, pero cuando Trump colmó de amenazas sus tuits contra China, la institucionalidad popular china exigió un plenario de mil quinientos delegados de todo el país para decidir qué postura llevarían Xi Jimping y Li Quequian a la cumbre de la Florida con Trump y al G-20  de Hamburgo (abril y julio de 2017, respectivamente), porque se trataba de una modificación de la línea trazada por Deng. Ahora China tenía que variar, estaba obligada a ejercer un cierto liderazgo político mundial, ante el retiro de USA del carácter globalista de su política económica y así lo expresó Xi al afirmar que China sería firme custodia del libre comercio.

No habían pasado 24 horas de la designación de la Ministra de Agricultura de Bolsonaro, Tereza Cristina, de la bancada ruralista, cuando ella aseguró que China seguiría siendo el principal socio comercial de Brasil, pero eso no alcanzó para que el lobby agroindustrial ganara la partida. En su asunción, el canciller afirmó textualmente: "La globalización es marxista, el cambio climático es un invento de la izquierda y el aborto y el matrimonio gay forman parte de un plan izquierdista para impedir el nacimiento del niño Jesús". Y, para enfrentar todo eso, propuso un alineamiento con Trump y sugirió inclusive un “pacto cristiano” entre Brasil, Rusia y Estados Unidos para enfrentar el “globalismo marxista" (TN Noticias).  A veces China simplemente anota, pero puede tomar medidas enérgicas.

Puede sustituir compras a Brasil con apertura hacia el México de AMLO, que sí tiene estabilidad institucional y legitimidad electoral avasallante y sin fraude, e incluso, con agroindustria yanqui, ahora que en Buenos Aires Trump transformó el G20 en un G2, en una cumbre con Xi, de la que salió anunciando grandes conquistas para los productores rurales de USA en exportaciones a China, a costa ¡del presupuesto de Defensa! Trump celebró el acuerdo alcanzada en reducción de gastos militares, en un tuit que lo convierte en el primer mandatario de la historia de USA que reniega de su propio presupuesto belicista, “este año gastamos 700.000 millones de dólares en armas… ¡es una locura!”.

EL PROBLEMA DEFINITIVO

A Itamaraty y a la agroindustria se suma precisamente la cuestión militar.

Lo nuevo más relevante de lo que va de este siglo y milenio ha sido la unión sinorrusa. Vertiginosa a partir de las sanciones de Obama  por la decisión soberana de Crimea, la cooperación entre las dos potencias centrales asimétricas creció a niveles que hacen irrisoria la sugerencia de Araujo de “pacto Brasil, USA, Rusia”, especialmente porque en el desglose de la cooperación asimétrica en América Latina, por ejemplo, Rusia tiene la más alta categoría de sociedad militar con Venezuela a la vez que China, de sociedad comercial y los militares en actividad brasileños tampoco proclamaron lealtad a Trump sino a Vilas Boas. No es exactamente lo mismo.

Nunca en los milenios de historia de las dos civilizaciones que hoy se unen en el centro territorial de la isla global (Mackinder) había habido ni siquiera una tregua a un estado de beligerancia del que en cinco años no ha quedado ni rastro. China, la más antigua, provee a Rusia de manufacturas, robótica, innovación tecnológica de punta a cambio de escudo militar y energía básicamente. Políticamente son países soberanos, que no dependen de USA, salvo para evitar el holocausto nuclear y medioambiental como todos dependemos de todos.

Los militares en actividad brasileños (no confundir con los clubes de retiro de nostálgicos del 64) son los mismos que dieron escolta a los buques de Petrobrás que sostuvieron la resistencia de Chávez contra el sabotaje en PDVSA, los mismos que cuando el secuestro del Comandante amenazaron subir si no era liberado, los que en 2016 ante los llamados de parlamentarios golpistas de derecha (entre ellos Bolsonaro) para que sumaran armas y bagajes, rehusaron mencionando la Constitución.

Una vez que los medios (lavándole la cara a la vez que generando con décadas de trabajo muerto, las circunstancias subjetivas para el ascenso del fascismo) instalaron a Bolsonaro de un día para otro, desde la nada al favoritismo electoral -preso y proscrito Lula-, Vilas Boas levantó bandera de contrainsurgencia popular en caso de Lula libre. No hay falsa bandera sin mimetismo, pero también el mimetismo depende de correlaciones de fuerza, es un compromiso más y todos saben que con la misma velocidad con que ascendió puede volver Bolsonaro a la nada, es simple cuestión de que insiste en mantener la línea económica de su discreto impulsor, Temer. 

Tengo para mí (lo escribí en este medio cuando nadie suponía que Bolsonaro lo haría Ministro de Justicia y él aceptaría,) que Moro es el hombre del Pentágono en el gabinete psicópata y neófito del capitán retirado. La medida cautelar que liberaba a Lula ahora, cuando el gobierno Bolsonaro todavía no colapsó porque no ha empezado, surgió del sistema plutocrático judicial que Moro controla, pero un día antes de que la Suprema Corte la tratara, Vilas Boas reunió a todos generales en activo y volvieron a presionar y a marcarle la cancha a la Corte con el argumento de que Lula libre es insurgencia popular.

Los militares han decidido que la fecha de liberación de Lula no sea anterior a que Bolsonaro muestre el polvo de sus uñas y éste, en su asunción, se limitó a amenazar a “la ideología de género” y a “la ideología marxista”, anunciar la baja del salario mínimo, la expulsión de funcionarios simpatizantes del Partido de los Trabajadores y el retiro de toda conquista al movimiento LGBT, mientras entrega territorio brasileño para bases yanquis.

Ideología de género es el machismo en el patriarcado, pero Bolsonaro se refiere al feminismo y el marxismo es una ciencia revolucionaria, con sus pruebas y sus errores, de los trabajadores para destrabar el desarrollo de las fuerzas productivas de la fase imperialista del capitalismo. Ideológico es pretenderlos ideología. Mientras haya opresión de género va a haber feminismo y mientras haya trabajadores va a haber marxismo.