viernes, 24 de junio de 2022

La Petro-democracia

 

Francia Márquez y Gustavo Petro


La seriedad de la niña que estaba junto a Francia Márquez Mina mientras ésta inauguraba los discursos de triunfo en el acto de festejo del Pacto Histórico, contrastaba con la euforia del momento.


Cuando Francia habló de la alegría de los niños, la niña permaneció seria, con disposición de lucha, sin una sonrisa, sin que le brillaran los ojos. Cuando Francia vivó a todas las organizaciones sectoriales del Pacto Histórico y a sus principales referentes vivos y muertos y al propio Pacto Histórico, la niña sólo se movió cuando Francia dijo “Viva la Comunidad Afrodecendiente Palanqueña”. La niña en ese momento cerró el puño y lo alzó, sin cambiar la expresión de su rostro y enseguida lo bajó y eso fue todo.


Los que piensen que la democracia de Petro va a avanzar poco en Colombia no se fijaron a esa niña. El presidente electo no es un mago y su programa –el declarado y el real– no es un mantra. La profundidad de la democracia que se instale en Colombia con Petro y Francia Márquez depende de los sectores sociales y políticos que estén dispuestos a sostener determinadas reivindicaciones y, de ésos, Colombia tiene bastante.


Y tiene liderazgo. Gustavo Petro le mató el punto a Uribe. “Me llamo Gustavo Petro y soy vuestro Presidente”. “Los quiero mucho”. “Te quiero mucho, Colombia”. La cuestión de los liderazgos caribeños, sus perfiles y su importancia tan distinta a la de los nuestros, pienso recién haberla entendido desde que leí “El General en su Laberinto”, de Gabriel García Márquez. Lo leí tardíamente. Fue uno de sus libros que dejé para postre y era decisivo para entender el Caribe y su idiosincrasia histórica. Yo había estado en el Caribe y en Centro América pero eso no es mucho más que mirar un documental. El libro del Gabo revela el alma de los hechos. Entendí más a Bolívar, a Fidel, a Chávez y entiendo ahora el talante discursivo de alto vuelo de Petro.


El momento más contundente de su discurso es cuando solicita la liberación de los jóvenes del estallido de 2019 (eso que le faltó a Boric en su discurso de proclamación) y cuando solicita el regreso a sus cargos de los funcionarios separados por motivos políticos. Lo dice en tono ejecutivo. No declarativo.


Porque Petro ganó las elecciones por aquel estallido, que rompió todas las barreras del miedo y fue drásticamente represaliado. “Y las ganó por Francia Márquez”, dice Patricia Villegas, Presidenta de Telesur en el programa “Desde donde sea” del venezolano Miguel Pérez Pirela, “porque Francia fue la verdadera autsider de la elección e hizo que votaran los naides, la otra Colombia”.


Fue en el trabajo en territorio que la campaña de segunda vuelta de Petro obtuvo los más de un millón y medio de votos más que sacó Marco Teruggi la cuenta que iba a necesitar el candidato del Pacto Histórico para acceder al Palacio de Nariño. En total logró 2 millones 700 mil más. Superando por 800.000 mil votos a Rodolfo Hernández. 800 mil votos fue los que obtuvo Francia Márquez en las primarias.


Ahora tiene Petro, para empezar, dos enormes desafíos: la paz y satisfacer las demandas de campaña. Primero la paz. Terminar con el Estado asesino y defender la vida. “Colombia potencia mundial de la vida”, declaró. Muchísima es la oportunidad y la esperanza, pero deben ser mesuradas las expectativas. Si Cristina Fernández de Kirchner percibió en el gobierno de Argentina entre 2007 y 2015 que el gobierno era apenas un 25 % del poder, imaginemos Colombia, con los impunes poderes reales del narcotráfico, la DEA, los paracos, los hacendados, las masacres de dirigentes sociales, los asesinatos selectivos, las desapariciones, cientos de miles en estas últimas décadas y en sus doscientos años de historia “republicana”. La Petrodemocracia tiene, para empezar a preocuparse, el corcet de 8 bases militares yanquis en su territorio.


En el ámbito geopolítico las dos principales cuestiones y relaciones a resolver son Estados Unidos y Venezuela. Ya invitó a Biden a reunirse y prometió un tren desde Cúcuta que selle el reestablecimiento de relaciones diplomáticas con Nicolás Maduro Moros.


Por fin una propuesta constructiva después de tanta destrucción desde Bogotá hacia Caracas, de tantos intentos de golpes de Estado, magnicidio e invaciones programadas por la CIA desde Colombia, entrenadas en Colombia, donde le robaron la refinería Monómeros a Venezuela. Los yanquis van a seguir intentando desestabilizar la revolución bolivariana desde la frontera colombiana, pero ya no cuentan para eso con el gobierno. Tienen un Petro en el zapato.


EL DIBUJO DE BORIC


Cuando Boric ganó las primarias en Chile, escribí que todo dependía de quién lo dibujase, porque tenía poca legitimidad propia, un poco más que Castillo, pero insuficiente y carecía de gobernabilidad. La derecha controlaba el parlamento. Pero la dinámica señalada para Colombia por el estallido del 19 (con un Petro más legitimado, con votos propios, fuerte bancada propia, aunque también va a tener problemas en el parlamento) además cuenta para Chile.


En Octubre de 2019, las primeras líneas de los manifestantes trasandinos estuvieron a media hora de tomar La Moneda. La guardia de carabineros se quedaba sin municiones, según transmitieron al mando por radio. Fueron movilización bastantes más potentes que las de 2006 y 2011, pero Boric no reivindicó las del 19 (de otra generación), votó la ley antibarricadas en el parlamento y todavía está por resolverse la libertad de los manifestantes de aquel cualitativamente superior movimiento.


Ahora son los constituyentes los que hacen avanzar democracia en Chile y lo hacen en un terreno más duradero, decisivo y determinante que el del establishment. La experiencia de lucha está. La profundidad del avance va a marcarla el apoyo a la Constituyente, cuyo borrador va a ser presentado el 6 de julio y votado el 6 de septiembre. El pueblo empieza a dibujar a Boric, sin importar si tiene el corazón en Washington.


Así que la próxima cita electoral de nuestra América para este resurgir del ciclo progresista es en Chile, con el voto “Apruebo” el 6 de septiembre y en octubre Lula en Brasil, acaso en noviembre en balotaje con Bolsonaro.


Brasil, no fundó el grupo de Lima, que en 2019 se creó para derribar a Maduro de la Presidencia de Venezuela. El domingo en Colombia cayó el último régimen que propició el macabro grupo al servicio del Imperio, el colombiano, cuando Duque fue expulsado del Palacio de Nariño, luego de Piñera de la Moneda, Lenin Moreno de Carondelet y Kuzinsky de la Casa de Pizarro. Mientras Maduro sigue en Miraflores.


Pero la lista más misteriosa de esta serie de suspenso, es la que confeccionó Lacalle Pou para su fiesta de asunción presidencial en 2019, de la que excluyó a los mismos que excluyó Biden y le faltaron otros tantos igual que a Baiden.


Todos los invitados han caído uno a uno, desde aquellos fatídicos recibos de invitación. Bolsonaro se agarra la cabeza porque ahora le toca a él, según se deduce de la trama común a cualquier película de asesinatos seriales. La de Lacalle Pou fue especie de lista de Schindler pero al revés.


ECUADOR Y ARGENTINA


Las movilizaciones crecen en el continente. En Ecuador los indígenas reaccionaron al aumento del precio de la gasolina en un país que produce petróleo y tiene refinería. El líder Leonidas Iza fue puesto preso y debieron liberarlo por la presión popular en las calles y luego balearon su auto. La represión es brutal, pero el paro general se extiende.


En Argentina la CTA llamó a manifestar, a movilizarse con el espíritu de cambiar correlaciones de fuerza que tuvo el 17 de octubre de 1945, cuando el pueblo fue a Plaza de Mayo a liberar a Perón, preso en Martín García. Durante el congreso de la CTA que cerró un brillante discurso de Cristina Kirchner, se explicó con precisión “la gran estafa” que sufre la Argentina, las auténticas causas de la hiperinflación, la necesidad de mantener la unidad pero a su vez, el tono del discurso de Cristina fue de campaña para las PASO de 2023, con ella encabezando Unidad Ciudadana en las PASO del Frente de todos. Así que Petro, Chile, Lula, Cristina Kirchner y en 2024 México, Uruguay y Venezuela.


Y dicen que el mundo va a la derecha…


En Francia el domingo perdió Macron la mayoría parlamentara a manos de Melenchon (izquierda radical anti OTAN muy mayoritariamente) y de Marine Le Pen (también anti OTAN). Perdió Rochild, la Reserva Federal, la OTAN y ganaron los soberanistas.


En Luxemburgo, Yang Jiechi, Presidente de la Comisión de Exteriores del Partido Comunista de China, se reunió cuatro horas con Jake Sullivan, Jefe de Seguridad del Departamento de Estado de Estados Unidos, por tercera vez en un año. Las tensiones en Taiwán tuvieron un impasse.


Concomitantemente, Sholz, Macron y Draghi, primeros mandatarios de Alemania, Francia e Italia, respectivamente, fueron a Kiev a convencer a Zelensky de que siga la línea Kissinger y acepte que los territorios rusopartantes y rusófilos de Crimea, Donestk y Lugansk son rusa una e independientes los otros.


Bueno… si la derecha es el antiimperialismo, sí, el mundo va a la derecha.

viernes, 17 de junio de 2022

Artigas apasionado

 


Los 19 de junio coinciden en Uruguay el día del Abuelo con la conmemoración del natalicio de Artigas. No sé a quién se le ocurrió la idea de hacerlos coincidir, pero tiene lo suyo.

Por un lado una fecha publicitada por la propaganda comercial justo antes de que llegue el invierno, para vender bufandas, guantes de abrigo, buzos de lana y por otro, el cumpleaños del que antes llamábamos “el padre de la patria” y ahora lo asociamos al abuelo.


El asunto tiene su vuelta, digo, porque del Artigas en edad de padre sabemos bastante. Tenemos todo ese ideario que a mí me hace avergonzar por sentirme chauvinista. ¿Cómo hago para explicar que no lo soy y le discuto a cualquier individuo del planeta que el pensador político más libertario de la historia fue oriental del Uruguay?


Porque Artigas en las instrucciones del años 13 fue Rousseau, Voltaire, Montesquiau, Tomas Painte y Diderot juntos, más el federalismo de los iroqueses y los charrúas, más la austeridad, la anarquía y el comunismo franciscano y el comunismo jesuita, todo llevado a una perfección democrática directa universal que hoy apenas nos es imposible imitar.


Y fue además la integración de razas, naciones y hasta sistemas sociales y económicos en el reglamento del año 15. Pero... ¿y el abuelo Artigas?


A ver: Artigas no fue derrotado en 1820. En ese año perdió una batalla, la de Tacuarembó y un territorio, La Provincia Oriental. La guerra la perdió cincuenta años después, en Cerro Corá, con la muerte de Solano López. Entre el exilio paraguayo de Artigas, en 1820 y su muerte en la casa de los López en 1850, transcurrieron los treinta años del abuelo Artigas (entre sus 56 y sus 86 años) de los que sabemos muy poco.


Lo que sí sabemos es que a los emisarios más o menos indirectos del imperio inglés que fueron a buscarlo, los escupió –es decir, los recibió, les dijo que no estaba en absoluto de acuerdo con ellos y que se quedaría en Paraguay– y sabemos que incidió ideológicamente en el gobierno del Presidente Carlos López, que inició el desarrollo independiente de la mayor potencia americana del siglo XIX, el Paraguay. Pero los documentos del abuelo Artigas en la parroquia de Ibaray y la parroquia misma, fueron incendiados por los invasores, la ignominiosa “Triple Alianza”.


El año que viene, por primera vez, el día del abuelo va a ser también mío, albricias, aunque mi viejo detestaba las fechas comerciales y se las fumaba discreto y pienso que tenía razón, yo voy a festejarla, pero el 19 de junio siempre es el de la jura de la bandera por escolares y liceales (a excepción de 2020 y 2021, cuando, a causa de la pandemia, se trasladó para el 23 de septiembre, día de la muerte de Artigas) y recuerdo que al jurarla de liceal ya tenía yo para mí que la mía, mismo, es la de Artigas y la de Artigas mismo es la de la diagonal roja que en la versión más poética del motivo de su diseño es una bandada de churrinches atravesando el cielo.


En un libro para niños, El abuelo más loco del mundo, de Roy Berocay, que mi hija, cuando tenía diez u once años, me hizo leer y además me llevó a ver la obra de teatro que montó Alberto Restucia basada en ese libro, aparte de sus virtudes específicas de literatura y teatro, ese abuelo liberal, idealista tozudo, no dejó de ser una buena proyección mitológica de nuestra historia. El de Berocay es un viejo jipillo, pero ni al flower power ni al mayo francés se les ocurrió definirse por "la libertad en toda su extensión imaginable". ¡Qué lo parió, Mendieta!


El abuelo Artigas tiene hoy lo que podríamos llamar "el prestigio de un 'frontera'". He leído El Artigas de Barreiro y el de Monterroso (sus cartas y sus escritos), el de Jesualdo, el de Zorrilla, el de Sala de Tourón, Fernández y Rodríguez, el de Melogno, el de Reyes Abaddie, el de Machado, el de Maggi, el de Caula, el de Abella, el de Ribeiro, el de Cayota, el de Ana Frega, el de Marcia Collazo y unos cuantos más. Los he leído y he sacado en conclusión que nuestro prócer era un genio, de una inteligencia extraordinaria, un adelantado a cualquiera época, un fenómeno... ¡Pero estaba loco mismo, andaba sacadísimo ese tipo, vo! Sus enemigos le llamaban “autómata” y con argumentos pragmáticos de indudable actualidad. Para resumir en clave sarcástica: tacticista Artigas no era.


Le cabe a nuestro caudillo el obituario que Zum Felde dedicó a Herrera y Reissig en el entierro del poeta. “Si todos nosotros nos fuéramos de aquí, él no quedaría más solo de lo que está, porque pertenece por completo a la posteridad”.


Artigas no contemporizaba. Así de simple. Por eso sigue vivo. “Contemporizar es la muerte”, decía Lenin.


Lenin sí contemporizó. Fue muy político. Pero Artigas ni ahí. Artigas se mandó de una. Pa tras ni pa tomar impulso.


CIVILIZADOS EN LA FRONTERA


Ser un frontera –según Manolo Marinero– significa ser de un modo que le hace a uno vivir al límite. Voluntariamente, o instintivamente o irremediablemente. Por convicción y elección o por necesidad desesperada. Los fronteras van hasta el final de sus posibilidades. Generalmente son considerados personas que van al ataque, cuando en realidad lo que hacen es una defensa a ultranza de derechos y principios, de su vida tal como la han encontrado por desdicha o tal como la han construido con esfuerzo, o de sus ilusiones.


El primer ejemplo de “frontera” es el apache Jerónimo y muy luego otros que también admiro: Dylan Thomas fue un frontera galés y Valle-Inclán un frontera gallego, celtas los dos. Ser frontera no es lo mismo que ser valiente, ni que ser fuerte. Colón que era muy sagaz, calculador, ambicioso y valiente, no era un frontera, pero sus marineros, que no sabían si la Tierra era plana ni si el Mar Tenebroso se acababa en algún punto en catarata hacia el espacio, pasaron con seguridad bastantes de ellos un pánico atroz, pero eran fronteras.


Artigas era ilustrado, valiente y más frontera que ninguno.


Dicen que fue el fundador de la nacionalidad oriental. No sé. Pero de ahí a decir que fue el creador de nuestra identidad –que suena parecido y se confunde– hay que ponerse a buscar con lupa. ¿Qué tenemos en común los uruguayos con nuestro prócer?


Tenemos algo, sí, algo que destacó El cuarteto de nos con absoluto rigor histórico: a don Pepe Artigas –buen cristiano que no se creía Cristo y habrá sabido que para cada humano existe un pánico atroz y un mar tenebroso que se acaba en catarata hacia el espacio–, le gustaba la ginebra, es cierto y fue un ilegal del pobrerío mismo por elección, el sujeto social de su revolución que nuestra es un sucedáneo.


Se armó tremendo escándalo cuando los de El Cuarteto cantaron El día que Artigas se emborrachó (con ginebra). Decir eso era bajar al prócer del caballo, era sentarnos con él de frente y mano a compartir una botella. Cuando al piantado abuelo ése le hicimos tamaño monumento, con semejante pedestal y lo pusimos allá arriba, bien arriba, de un caballo bien alto –y hasta le elegimos un caballo árabe, más grande y más altivo que cualquiera de los que de verdad montó–, precisamente para poder pasar por debajo de él, del caballo y de sus principios, siempre.


Domenech diría que Artigas hacía patria practicando la endogamia porque “garchaba” (dijo Domenech en el parlamento a propósito de “la endogamia”) con una prima, pero también practicaba la exogamia a troche y moche o al menos abundante (ver, de Marcia Collazo, Amores cimarrones, las mujeres de Artigas).


Mientras Carlos Maggi demostró la preponderante influencia charrúa en Artigas, esencia de su ideario y explicación de su poder, Mario Cayota, en un libro sobre Artigas, que le dedicó al hermano Jeremías de los Conventuales de la calle Canelones (a su hábito arremangado para pedalear su triciclo con sidecar, requecheando pa los pobres del barrio, con su sonrisa espléndida bajo el armazón antiguo de sus lentes de aumento y, entre las cosas que recaudaba en su peregrinar ciclístico, los domingos, infaltable en el sidecar, una pelota de cinco litros de tinto grignolino y una botella de vino de misa; la suya era toda sangre de Cristo), hizo algo bien distinto a la ecuanimidad científica. Negó casi todas las influencias que los autores liberales habían adjudicado a filósofos de la ilustración en el pensamiento artiguista, para colocar en primerísimo plano los aportes del filósofo jesuita Francisco Suárez y los del fraile José Monterroso. Si Maggi fue la reivindicación de lo charrúa, Cayota lo fue de lo guaraní misionero, de lo jesuita y de lo franciscano, en definitiva de lo católico en la doctrina de Artigas.


Cayota desnudó la politicidad de la historia. Y luego deshizo completamente la tesis de Ana Ribeiro de que la de Artigas no fue una revolución indigenista. Si hubo un solo indigenista entre los llamados libertadores de América, fue José Gervasio Artigas. Hubo uno solo (escrito sin mengua de fervor por los otros, Bolívar, San Martín...).


ARTIGAS Y MELCHORA


Pero Mario Cayota era nuestro embajador en el Vaticano e hizo, desde luego, sus trampas. Buen polemista habituado al debate político (que desde su cargo debía ser especialmente cuidadoso), supo pasar con velocidad por los crímenes de los invasores con el rápido argumento de que eran hombres de su época si de la iglesia se trata, pero rechazó ese mismo argumento cada vez que los liberales defendieron a los censistas de entonces. En cualquiera otra geografía, el asunto no hubiese pasado de un intercambio de contemporizaciones, pero Artigas contemporizaba tan poco como Rousseau (que no era centralista como lo descalificó Cayota, sino radical y genuinamente universalista, “católico” en sentido literal).


Quien por momentos resultó demasiado puritano para ser católico fue Cayota; en cuestiones amorosas más pareció calvinista (no mojigato; abordó el tema, pero lo hizo con severidad inquisitorial. A varios amores de Artigas los catalogó como “aventuras”, cuando fueron amor puro y duro, y a la sonrisa con que los contemplamos la calificó de “mordaz”, cuando es sonrisa nomás, si no divina).


Al fin y al cabo, la libertad en toda su extensión imaginable, el lema de Artigas, incluso en el amor, también es una herencia franciscana, si no olvidamos que el Vaticano persiguió a franciscanos como fray Mella y fray Guillén, entre otros, quienes por vivir en multitudinarias comunidades de cuerpos y de bienes fueron condenados por la iglesia romana.


Parece que, igual que en Durango de fray Mella, también en el Ayuí de Artigas había brujas en el campamento franciscano a los ojos del Vaticano. Cayota desacredita la importancia de Melchora Cuenca. “Finalmente –escribe–, ya en Purificación, el prócer entabló relaciones con Melchora Cuenca, que por entonces, se afirma, se encontraba en Entre Ríos. De éste idilio nacieron sus dos últimos hijos (de Artigas): Santiago, en 1816, y María, en 1819.


Algunos escritores que han abordado este tema aseguran que, con Melchora Cuenca, Artigas habría contraído nuevas y segundas nupcias. Se basan para afirmarlo en que la partida de matrimonio de su hijo Santiango menciona a éste como hijo legítimo de don José Artigas y de su esposa Melchora Cuenca. (...)


Sigue Cayota: “La imaginación convenientemente ejercitada puede alcanzar alturas prodigiosas. Tal lo que ocurre al referirse a varias de las compañeras de Artigas, sobre las que se han escrito cosas hermosísimas, pero que, lástima grande, no tienen asidero alguno. En especial, Melchora Cuenca ha excitado la fecunda imaginación de muchos de los que sobre ella escribieron. Así, por ejemplo, ya es un lugar común, de verdad indiscutible, referirse a ella como la lancera paraguaya, que valientemente acompañara al prócer en sus patriadas. Atreverse a poner en duda la pertinencia de este título reviste casi carácter de sacrilegio. Y sin embargo debe hacerse. Es más, su condición de lancera ha de rechazarse de plano. No existe un solo documento ni testimonio fidedigno que así lo demuestre. (...)


Como si todo esto fuera poco, los escasos elementos documentales sobre la relación de Artigas con Melchora distan mucho de ser propicios para hacer pensar en una romántica y pasional relación amorosa. Las cartas a su hijo mayor Juan Manuel, como luego se comprobará, expresan gran ternura para con sus hijos menores, pero para Melchora sólo una respetuosa preocupación por no desampararla. En Artigas no se trasluce una furiosa pasión por Melchora y en ningún momento se muestra un amante desesperado obligado a dejar a su compañera...”


Me pongo el sayo (franciscano, talar) porque este pasaje me toca en prenda (aunque sospecho que antes que a mí, alude a Gonzalo Abella, a Aníbal Sampayo o a su amonestado, reconvenido y finalmente bien recomendado Nelson Caula). Colaboré sobre Artigas y Melchora en un guión, donde se aclara la cuestión del fenotipo guaraní de Melchora en los mismos términos que lo hace Cayota. Pero la importancia que Taco Larreta (el mejor guionista hispanoamericano) le atribuyó al personaje de Melchora en la vida de Artigas, no respondió a la intención de darle al héroe la funcionalidad para la trama que Hollywoood llama “the romantic interest”.


Da el caso que Melchora convivió varios años con Artigas, formó con él una familia (casada por iglesia o no; probablemente no), y tenía una fuerte personalidad, era capaz de enfrentarlo y en definitiva desobedecerle, como surge de los documentos, desobedecerle por decidir el destino de sus hijos en la guerra. A la larga volvió a casarse, siguió la guerra desde un punto de vista que Artigas no compartió, y fue paraguaya (ni el único retrato de que disponemos ni los testimonios disímiles alcanzan para ubicarla en un catálogo étnico) y guerrillera (era muy raro en su situación no empuñar armas; que a Cayota los testimonios no le parezcan fidedignos no permite rechazar de plano nada sobre la condición de lancera de Melchora). Sabemos que vivió en Purificación, donde fue “la mujer de Artigas” en aquellos años. Se separó de Artigas en Mandisoví en 1819, cuando acató la orden de no seguirlo con el hijo de ambos en la casi imposible intentona de atravesar las Misiones en la huida de un ejército derrotado (pudo haber sido el momento más apasionado en la vida de Artigas; no está documentado que él se haya mostrado de ningún modo, y las palabras hacia Melchora en que Cayota encuentra “respetuosa preocupación”, si expresan preocupación no traslucen respeto; al contrario, “si Melchora se aburre se puede ir”, dice Artigas, como si la guerra fuese para ella una diversión. Más probablemente traslucen rencor, despecho y algo más que machismo cuando agrega: “pero no dejes que se lleve al niño”. Es la única instancia de su vida conocida en que lo veo despótico, sin arreglo a justicia -aunque las intenciones de Artigas para con el niño pudieran ser mejores que las de Melchora, ella era la madre-. La contradicción era política; Artigas no quiso que a su hijo lo acaudillara un traidor, pero en la decisión pesó más la madre, que, lancera o no, también era militar.


Si Artigas lo hubiese permitido, ella hubiese intentado atravesar las Misiones con sus niños en brazos, expuestos a continuos combates harto desiguales, cruentos y adversos. Era más "frontera" que Artigas. Sin duda tuvo más incidencia política en él que su prima Rosalía, aunque con Rosalía se haya casado por iglesia.


Cayota lo excusa diciendo que Artigas se comportó entonces con Melchora como un hombre de su época. No es verdad. A la época de Artigas, si es que llegamos, todavía no la hemos siquiera vislumbrado. Era flor de cabeza dura, pero es el abuelo más loco y avanzado del mundo.



viernes, 10 de junio de 2022

La percepción de poder de la OTAN

 


Manini Ríos, hace unos meses, aludió a Kissinger, diciendo “¿si de verdad quieren justicia, por qué no le hicieron juicio al que dio la orden? Miren que sigue vivo y sigue dando órdenes”.


En eso, en parte, tiene razón Manini. Hace ya muchos años se desclasificaron los documentos en que el Jefe del Departamento de Estado ordenaba, por ejemplo, “hacerle aullar de dolor la economía a Salvador Allende”. Y el Plan Cóndor no lo diseñaron abajo del Comando Sur ni de La Escuela de las Américas ni del Pentágono. Y que sigue dando órdenes que lo diga el más reciente Foro de Davos y sus derivaciones, en actuales días de agitada guerra híbrida.


Kissinger ha sido en estos días tan categórico como siempre: El lunes 22 de mayo, The Daily Telegraph informaba sobre las nuevas órdenes a los responsables financiero-estratégicos de Davos. «Las negociaciones deben comenzar en los próximos dos meses (…) continuar la guerra más allá de ese punto implicaría, que ésta, ya no se trata de la libertad de Ucrania, sino de una nueva guerra contra Rusia”. Según el estratega de 99 años, Ucrania debería aceptar un acuerdo de paz para restaurar la situación al 24 de febrero y Occidente no debería “empujar a Rusia a una alianza más estrecha con China“. No “consolidemos” una alianza estratégica entre Rusia-China-India-Pakistán-Irán, en un nivel que sea “invencible” por los medios que hoy contamos, dijo.


Curiosamente, si hubiésemos condenado a Kissinger (asunto justo pero improbable, dado su blindaje institucional), hoy no estaría recibiendo Davos una orden tan sensata.


El problema es que el viejo criminal ya lo advirtió en 2014 y ni el aparato industrial armamentista ni Washington le dieron bola.


Sin embargo, es dudoso que vayan a darle bola al que está dando órdenes ahora en las antípodas de Kissinger, George Soros, un poquito menos viejo y aun más criminal, quien dijo en Davos: “debemos movilizar todos nuestros recursos para que la guerra termine pronto (…). Quizás la única forma de preservar nuestra civilización es derrotar a Putin lo antes posible. Esa es la conclusión.”


La orden de Soros es la del globalismo unipolar desesperado, porque el mundo ya es multipolar y por mucho que Soros hizo la apología de los 40.000 millones de dólares en armas para Ucrania que votó el congreso de EEUU, ya la mitad de ese armamento habría ido, a través del mercado negro, por Albania, por Kosovo y el norte de África, a grupos del Daesh para las cinco guerras que la OTAN está propulsando en el continente que se ha opuesto en bloque (a través de la Unión Africana) a las sanciones a Rusia.


El peligro es inmenso: “movilizar todos nuestros recursos” quiere decir catástrofe en grado inaudito. Así mismo le contestó Kissinger a Soros: “Ahora nos enfrentamos a tecnologías en las que la rapidez del intercambio y la sutileza de los inventos, pueden producir niveles de catástrofe que ni siquiera eran imaginables. No hay discusión a nivel internacional sobre lo que sucedería si las armas realmente se usasen. Ahora estamos viviendo en una era totalmente nueva”.


Tal peligro son Soros y los suyos (Biden, Obama, los Clinton…), que nos está defendiendo de ellos hasta Henry Kissinger.


MIENTRAS EUROPA SE SUICIDA SALVAJEMENTE


Lo menos intranquilizador sería leer que Soros pretendió simplemente aportar su cuota a la propaganda de percepción de poder de la OTAN, “derrotar a Putin lo antes posible”, aunque todos saben que no es posible, ni antes ni después, derrotar a Rusia ni a Putin, sin la desaparición planetaria por “movilización de todos los recursos de todos los contendientes”.


La propaganda yanqui de percepción de poder de la OTAN, sólo ha funcionado en parte de Europa, a nivel de encuestas. El Eurobarómetro no baja de 80 % promedio de aprobación a enviar armas a Ucrania, pero esas encuestas fueron refutadas por los seis resultados electorales europeos que hubo desde marzo, Hungría (Víktor Orban ganó por once puntos a todos los otros partidos juntos), Serbia (Alexander Bucic ganó con el 57%), Francia (más del 50% votó anti-OTAN en primera vuelta), Irlanda del Norte, Gales, Escocia e Inglaterra (derrotas del “mariscal” de Zelenski, Boris Johnson). El mismo Eurobarómetro ubica a España al tope de mayor aceptación al envío de armas (por encima del 90%), pero es lógico: en España ese dato no puede verificarse en elecciones, porque, salvo la catalana CUP, todo el espectro político en el parlamento español aplaudió de pie al Comandante en Jefe del Batallón Azov.


Es terrible la glorificación institucional española de quien manda arrestar al jefe de la oposición democrática de su país, cierra sus medios de comunicación, prohíbe las actividades de once partidos opositores, incumple la totalidad de su pacto electoral y basa en toma de rehenes para escudos humanos involuntarios, bombardeos de civiles desde hace más de ocho años y armado de escenas montadas por la CIA para propaganda grosera de periodistas de la OTAN, camuflados de independientes, sin ojos y sin hígado (sin honestidad ni archivo), una contraofensiva que. como Mujica dijo, pudo haber evitado (cumpliendo los acuerdos de Minsk, aunque fuese mínimamente y no saliendo del tratado de Budapest sobre armas nucleares).


Mientras Soros, quien se jacta de haber entregado a un campo de concentración nazi a judíos de su barrio en Budapest, nos arrastra a la Tercera Guerra Mundial y Zelenski sale a tratar de empatarle a la realidad la batalla de la propaganda en su occidente, Putin acaso pensó que otros 27 millones de muertos hubiese sido un poco demasiado caro para que los batallones nazis parasen en Volgogrado (“dejarse sorprender por la biltzkrieg fue un error”, dijo “de la dictadura terrorista de Stalin”) y decidió que esta vez no pasaran de Mariupol. “La bandera de la victoria”, la mismísima que levantaron sobre el Reichstag el 2 de mayo de 1945, roja con la hoz y el martillo, fue la que milicias de Donestk y fuerzas rusas clavaron sobre la siderúrgica Azovstal en Mariupol, ni la rusa ni la de Donestk (República Popular a la que pertenece el estratégico puerto). No sé quién dio la orden esta vez. Acaso Zhúkov de nuevo.


Soros ve a Europa como a China, como a Rusia, como enemiga. Ataca la obra de Angela Dorotea Merkel y le recuerda a Alemania que sigue estando ocupada. Biden le vende gas licuado estadounidense, mucho más oneroso, por donde se mire, que el ruso e insuficiente y ambos, con Europa de perro, van a una nueva Guerra Fría que enfrenta a la OTAN, 12% de la población mundial, con el 88% del Este y el Sur global. En términos económicos, un despropósito: en 2019, el ahorro total de China fue de 6,3 billones de dólares, el de EEUU 4,3 billones, un 56 % menos. Pero una vez que se tiene en cuenta la depreciación, el ahorro total de China es de 3,9 billones de dólares, y el de EEUU 0,6 billones, un 635 % menos. En dólares ajustados por inflación, desde 2007, la economía estadounidense ha crecido un 24 % y la china un 177 %. En un ambiente de competencia pacífica, la economía mundial avanza hacia la multipolarización creciente. EEUU no tiene nada que ofrecer más que el comercio desigual y el negociado de deuda basado en las cañoneras del siglo XIX y los marines del XX. Rusia le paró el carro a la invasión a Siria en 2015 y ahora al “Euromaidán” en Ucrania. Las armas dejan al dólar sin respaldo.


Lo decisivo en el mundo es la economía física real y el poder militar que es su primer derivado, se lo perciba como se lo perciba. La brecha entre las economías de EEUU y China es muchísimo menor que la que existía entre las economías de EEUU y la Unión Soviética en la anterior guerra fría. En 1950, el PIB de EEUU era el 27,3% del PIB mundial. El PIB de la URSS, el 9,6%. Es decir, la economía estadounidense era casi tres veces más grande que la soviética. Según datos del FMI, para 2026, la economía de China supera a la de EEUU en un 35% en términos de paridad de poder adquisitivo. En 2021, EEUU ya sólo representaba el 16 % de la producción económica total del mundo. Soros concluye entonces que debería tratar de utilizar medios militares para evitar la multipolarización, pero Kissinger le advierte: “ese tratamiento está teniendo consecuencias desastrosas para la estabilidad de Europa. Está llevando a que Alemania-Francia-Italia-España pronto den un paso más hacia China, haciendo político que los intereses privados continúan con sus relaciones económicas-comerciales tanto con China como con Rusia”, que, a su vez siguen aumentando su comercio con el mundo, a pesar o en resultado de las “sanciones”. A la competencia con el yuan digital, la OTAN le ha puesto encima a EEUU-UE, la competencia con el petro-rublo.


El gobierno de Narendra Modi de la India, tras anunciar que seguirá comprando petróleo ruso y en rublos, canceló la visita de un grupo de parlamentarios británicos que iban a presionarle con Ucrania, pero recibió ese mismo día al canciller chino, Wang Yi, y, a diferencia de Alberto Fernández, quien ni siquiera se anima a hacer retenciones a las exportaciones porque “me hacen un tractorazo”, o de Lacalle Pou que hace retenciones al estilo Hood Robin, Modi prohibió totalmente las exportaciones de granos para sostener, en la actual coyuntura de probables hambrunas, la seguridad alimentaria de India.


EN CHINA SE ATASCA EL PUERTO DE SHANGHÁI


Nadie pierde en esta guerra más que Europa. China e India tienen mucha densidad de población y pocos recursos energéticos, en tanto que Rusia tiene poca densidad de población y muchos recursos energéticos y alimenticios, por lo que su acuerdo es natural y complementario, pero además, Rusia empieza a redireccionar un ramal del Nord Stream 2, desde Alemania hacia los Urales, para montar otro polo industrial y tecnológico en su oriente. Así Europa está logrando alejarse de recursos naturales de Eurasia. Alemania proclama su tercera derrota a manos de EEUU mientras Pakistán, aún con Sharif de primer ministro, sigue avanzando con China el Corredor Económico entre Xinjiang y golfo Pérsico. Por su parte, Turquía veta los no refrendados por sus pueblos ingresos nórdicos a la OTAN.


Varios puertos hacia occidente están casualmente semicerrados. Del mar Negro por minado ucraniano y el de Shanghái por atascos del tránsito de buques, ante las medidas de Cero Caso Covid de China. Pero, también casualmente, el comercio por la ruta de la seda terrestre sigue creciendo (en los cuatro primeros meses de 2022, el superávit de la cuenta corriente de Rusia alcanzó 96 mil millones de dólares: ¡tres veces más que el mismo periodo del año anterior!, y las exportaciones de petróleo y gas a China se incrementaron en abril en un 50 por ciento; afirma Larry Elliott, editor de economía del británico The Guardian: “Rusia está ganando la guerra económica”), aislando a EEUU y a Canadá.


El intento que Henry Kissinger está haciendo hoy es el opuesto al basado en el poder económico y militar que tenía la OTAN en 1970, cuando hacía percibir que nadie podía pararle el carro en todo el mundo fuera de la URSS y de China (salvo en Corea-Cuba-Vienam). Buen lector de la realidad, Kissinger quiere que hoy George Soros no siga haciéndole “aullar de dolor” la economía a los Estados Unidos y a su Europa sumisa.

viernes, 3 de junio de 2022

El extremo antipolítico en disputa

 

Rodolfo Hernández Suárez

Hace un montón de años los politólogos resumían las cuestiones electorales a “la batalla por el centro”. Algunos, desafasados talibanes del “centro”, todavía lo hacen, pero no hay elección en el mundo que no los contradiga. Desde Australia hasta Colombia. La disputa es entre polos o aparentes polos.


La batalla hoy, y desde hace un montón de años, es por el extremo antipolítico. A los paradigmáticos Trump y Bolsonaro, vino a sumarse en Colombia Rodolfo Hernández, dejando atrás al derechista que posó de moderado, Fico Gutiérrez, y muy atrás, perdiendo 17 puntos respecto a la anterior presidencial, al candidato de Centro Esperanza, Sergio Fajardo.


Daba hasta cierta pena ver a Fajardo reconocer los resultados favorables al Pacto Histórico de la izquierda de Gustavo Petro y a Hernández para pasar a segunda vuelta. “No estoy de moda”, dijo Fajardo.


No es la moda. Es la percepción de los pueblos donde los gobiernos no tienen poder. “Alguien que haga algo, por favor, que cambie la política”. Si habla duro, si se presenta en plan autsider, “anticorrupción” (aunque Hernández es el único de los candidatos colombianos que tiene proceso por corrupción; eso no importa; no sale en la tele; ni siquiera sale Hernández; apenas para decir y hacer algo violento y el resto que lo hagan las redes), si admira “a Hitler” (sic), si “lo confundió con Einstein” (sic), si ni siquiera conoce los departamentos de su propio país, el pueblo piensa que no es del stablisment y que ha de querer mandar. Pero en el capitalismo manda el capital, muy por encima de la política, de los gobierno e incluso del Estado.


En el documental de John Pilger “The coming war on China”(2016), Eric Le, dirigente empresarial y científico chino en EEUU dice, “aquí pueden cambiar de partido político pero no pueden cambiar de política; nosotros no podemos cambiar de partido guía pero la política la hemos cambiado varias veces”.


En el capitalismo hoy día, para hacernos creer que se puede cambiar la política desde la derecha, han llevado el “centro” al “extremo antipolítico”. Trump, Bolsonaro, Hernández, Milei (en la más reciente encuesta de Raúl Timmerman en Argentina, Milei mide ya 20 puntos y Bulrich supera a Larreta, el antiguo supuesto centro derecha).


La batalla "por el centro" es la más ubicua, demodé y retardataria que existe. El "centro" político es una construcción itinerante y no es una batalla cotidiana. Cuando las encuestas constatan un “centro”, hace ya años que se definió dónde fue colocado ideológico y político. Es una construcción en la que los partidos y gobiernos participan cada vez menos y los medios y los lobbys plutocráticos cada vez más, llevando el centro cada vez más hacia la derecha, siempre con la misma política, pero ahora en supuesto extremismo antipolítico.


Todos son “anticasta”. No parece: ¡Es joda! Por casta no se refieren a los banqueros ni a los dueños de la televisión, ni a los monopolistas de las distribuidoras de alimentos, ni a los jueces, ni a los militares, ni a los estancieros, ni a los dueños de frigoríficos enroscados al capital financiero, ni a los servicios de espionaje imperialistas, ni a los financieristas. Se refieren únicamente, exclusivamente y puntualmente y además al barrer, a los políticos que se reconocen tales, es decir, a los únicos que se puede cambiar aunque sea para cambiar sólo de partido.


Y cuando aparece con opción de gobierno un partido que quiere cambiar de política, tiene que jugar en la cancha de la disputa extrema. “Gano yo o Colombia se suicida”, dijo Petro, al comenzar la campaña para el balotaje y lo dijo dos veces y dijo bien.


Ahora lo acusan de “haber perdido el equilibrio”. Es lo que tenía que perder para ganar. Y ganar es un principio.


Esa cuestión de los equilibrios me recuerda a los elefantes que se balanceaban sobre la tela de una araña. Quieren hacer equilibrio en un gobierno capitalista que es más delgado que una tela de araña, pero además está condicionado por los poderes reales, que son tela de araña de alambres de púas. Como ven que resisten, porque blindan a los medios corporativos, se amontonan sobre la tela. Decenas, cientos de políticos y antipolíticos elefantes equilibristas, pero en realidad ninguno se preocupa por el equilibrio. Todos saben que caen en la red del reciclaje socialimperialista, liberalimperialista, neoliberalimperista, neonaziimperialista, las cartas en la manga del Tío Sam, que en Colombia las baraja Uribe.


Uribe tenía un plan A, su candidato propio, Iván Zuluaga. El plan B de Uribe era Federico Gutiérrez. Rodolfo Hernández es el plan C de Uribe y tiene Uribe todavía un plan D: que si gana Petro, la embajada impugne las elecciones (ya lo preparó con las declaraciones del embajador, que es el mismo que lo fue en Bolivia en 2018, de que rusos, venezolanos y cubanos iban a interferir en las elecciones, coartada portentosa para declararlas fraude y no olvidar que Almagro sigue allí, en la OEA).


No están pidiendo equilibrio. Están pidiendo que Petro no ofrezca nada cierto en el marco donde pueden resolverse los problemas colombianos, que no es el limitado al estado-nación Colombia. Ése es el plan E de Uribe y la embajada.


DE REAGAN A MUJICA


Dicha por Hernández la palabra “anticorrupción” sería un chiste para reír a carcajadas, si no fuera trágico. Petro lo puso en su lugar. “La corrupción no se combate con videos de tic-toc sino arriesgando la vida”.


En Uruguay tenemos un “autsider” verdadero, que arriesgó la vida, no juega en las alfombras mullidas de los palacios y vive al modo artiguista, el Pepe Mujica, pero el primero que inauguró esta nueve era de ofertas de productos de mercado político no tradicional para un electorado frustrado por demagogias menos sofisticadas, fue Estados Unidos, en los 70’, con el cowboy de películas Ronald Reagan (hacía el mismo tipo de papeles que Volodimir Zelensky hizo en la televisión ucraniana; siguieron haciéndolos desde sus presidencias pero en la vida real).


Le siguió en los 90’ Silvio Berlusconi en Italia, que luego, en 2009 ascendió a la Presidencia al non plus ultra de los “autsiders”, Beppe Grillo del Movimiento 5 Estrellas. En América son incontables los casos de corruptos “anticorrupción”, políticos de siempre fungiendo de antipolíticos. Hoy tenemos varios de presidentes, desde Bolsonaro hasta Lasso.


En Uruguay se nos fue Talvi, y anda medio perdido Juan Sartori, pero ya van a aparecer otros. Es cuestión de marketing.


De todos modos, el fenómeno Hernández (la táctica de que trabajen los medios y las redes, que él no aparece a debatir ni a tirar ideas ni mucho menos programa, sólo impostura “decente”) tiene un límite. El explícito apoyo del uribismo no lo deja mentir tanto. Y Petro encaró muy bien la campaña de segunda vuelta ya desde el discurso del domingo 29.


Petro en ese discurso detalló el alcance de los lobbys que se beneficiarían con su programa productivista, pero resaltó a los jóvenes. Se trata de dos nichos de recepción que pueden resultar antagónicos si no prioriza adecuadamente. Para Petro no puede valer lo mismo la gurisada que salió a la calle en las protestas, poniéndole el pecho a las balas, que los que pueda sumar por arriba, en pactos cupulares.


Es un equilibrio imposible y de equilibrios y equilibristas caídos está gastada la cuerda floja de la política red tela de araña.


EL MILITARISMO YANQUI


Petro o Hernández, Hernández o Petro, cualquiera de ambos va a tener que convivir y acatar o enfrentar, un panorama militar sumamente adverso. Estados Unidos tiene ocho bases militares en Colombia. Están ahí para definir política. La injerencia en asuntos internos llega al punto de que pocas semanas antes de la primera vuelta electoral en Colombia, Estados Unidos la declaró principal aliada extra OTAN.


Pudo pensarse cuando Biden entró directamente a la confrontación bélica con Rusia, a las constantes provocaciones a China, cercada por las bases que aumentó Obama con su “pivot hacia el Este” desde 2008, que al meterse militarmente con las grandes potencias, para compensar con la fuerza armada, en que todavía es competitivo y quizás hegemónico, el declive y la decadencia de su potencial económico y sobre todo comercial, que EEUU flexibilizaría sus relaciones con países en posición subalterna o emergente, pero no está ocurriendo eso.


EEUU está quemando naves en casi todos los ámbitos de conflicto. El mes pasado, probablemente con participación estelar del servicio inglés MI6, hubo golpe en Pakistán, destituyendo al primer ministro Imran Khan, con maniobras judiciales y parlamentarias pero, en definitiva, con tres semanas de cabildeos militares y un decisivo pronunciamiento del comandante en jefe señalando los compromisos con EEUU.


En Colombia el ya mencionado plan E incluye injerencias que hagan imposible y fatal, a Hernández o a Petro, cumplir con la promesa que ambos hicieron de reestablecer relaciones diplomáticas con Venezuela, más relaciones comerciales con China, apoyo a la CELAC y a un resurgir de la UNASUR. Está en juego la moneda Sur propuesta por Lula. Está en juego una réplica latinoamericana al desafío al dólar que se está dando en el ámbito ecuménico.


Ninguno de los dos contendientes en el balotaje del domingo 19 de junio, tiene mayoría parlamentaria. El encierro al que está siendo sometido Pedro Castillo en Perú para atarle las manos gubernativas, puede reiterarse en el caso colombiano.


De un laberinto se sale por arriba. El arriba de Petro es un millón de votos más (llegar a los 9 millones 500 mil), pero luego seguir la consigna de su compañera de fórmula Francia Márquez, “salir de la OTAN”. Evitar la encerrona.