viernes, 25 de diciembre de 2020

Covid 21

 


Quieren resignarnos a convivir con el virus y le llaman a eso “libertad”.

 

Quieren resignarnos a la vigilancia biopolítica, a la sociedad de la supervivencia, porque no pueden librarse y librarnos del virus; las contradicciones entre factores de poder económico se los impide.

 

Entonces te dicen que la Covid es una gripe fuerte, que se registran más muertos por accidentes de tránsito que por Covid. Y te hacen entrar en pánico, pero no en pánico de la pandemia sino de las restricciones para no colapsar.

 

Si quisieran meternos miedo a la subsistencia de la Covid nos mostrarían los hospitales, las muertes, la espantosa agonía de estas muertes, igual que nos muestran los videos de seguridad de las rapiñas, asaltos, tomas de rehenes, cien y mil veces cuando quieren que berreemos por “seguridad”. 


Igual que mostramos la agonía del SIDA en su momento (de cuarenta años de periodismo puedo recordar cientos de ejemplos, pero el del SIDA es especialmente asociable a esta pandemia), para que el público usase condón. 


Los yanquis prohibieron que los medios mostraran los muertos en Vietnam en cuanto vieron la reacción del público. Pasaron de las imágenes a los números, mucho más indolentes. Y de la Covid los números son engañosos, porque los accidentes de tránsito y el cáncer y la gripe común no tienen la proyección contagiosa exponencial de una pandemia. Los números que deberían mostrar, si quisieran que exigiésemos liberarnos del virus, son las proyecciones, apuntaladas con imágenes que no están mostrando. Entonces, ¿qué es lo que quieren?, ¿Qué es lo que sí muestran?

 

Cuando mostraron sus cadáveres en la guerra contra Vietnam, comenzaron los movimientos exigiendo la paz... Luego de eso, los yanquis nunca más mostraron sus muertos. Aprendieron: Cuando pasan videos de las guerras contra Afganistán, Iraq, Libia… siempre es de noche o con imágenes desde un avión que vuela tan alto, que sólo ves una pequeña nubecita de polvo cuando caen las bombas. Nunca más mostraron cadáveres o pedazos de cuerpos ensangrentados volando por el aire. Hasta que apareció Assange y Wikileaks para informarnos de verdad. Por eso van a matar a Assange. Lo están matando. 


De la Covid te dan números congelados, día tras día, lugar por lugar, tantos números sin proyección que al final nada tiene que ver con la realidad, con el horror de la muerte o con el respirador artificial, al final los números ni siquiera cuentan. Nos inyectan teorías conspirativas absurdas, protonazis, inconsistentes. ¡Déjense de joder! ¡Si China, Vietnam y otros pudieron librarse del virus en un par de meses y vivir normales y crecer económicamente mejor que normales en casi todo el año, háganlo ustedes, idiotas y no inventen estupideces! Es fácil, basta con parar de arrodillarse ante los poderes corporativos, ante los “malla oro”, pero no pueden. Entonces quieren que nos resignemos, que sólo reclamemos por presuntas “libertades individuales”.

 

En la película QUEIMADA con Marlon Brando, un revolucionario negro, cuando Brando le pide que se escape, contesta: "SI EL INGLÉS ME PERSIGUE, YO ME ESCAPO". "SI EL INGLÉS QUIERE QUE ME ESCAPE, YO ME QUEDO".

 

De eso se trata. Quieren que convivamos con el virus porque esta situación de restricciones tal cual las manejan económicamente, les sirve. Para eso incitan a que nos enfoquemos contra las restricciones y no contra el virus y contra el manejo económico de las restricciones.

 

Están complicados. El grupo de Hanoi (RCEP), constituido el mes pasado, incluye a Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Australia, más todo el ASEAN, o sea: toda Asia oriental. Se plantea 0 arancel para 2040, Van camino a una sola economía para toda Asia. Porque se suma el Foro de Shangai, que incluye el 16 más 1 de Europa central y oriental y Eurasia. Sinorrusia es un solo país desde 2014 y Alemania no acepta que los yanquis le bombardeen los gasoductos de Gasprom. La ruta de la seda va a llegar hasta Portugal, mientras en el Pacífico el Grupo de Lima se desmorona. Lo que le queda al Pentágono es publicitar inútiles alianzas militares o de inteligencia, firmadas contra invasiones chinas que nunca van a ocurrir. Por eso las corporaciones mediáticas declararon ganador a Biden sin esperar los resultados oficiales. Piensan que todo esto se hubiese dado menos rápido si Obama cumplía su agenda de acuerdo transpacífico (aunque los chinos entrasen con arancel 0 a USA desde las fábricas que tienen en otros países del ASEAN; hoy el transpacífico es proyecto chino y se llama Cptpp) y de acuerdo transatlántico (aunque Europa siguiera garroneando subsidios). Están bien complicados.

 

El primer mes, y antes aún, cuando el virus estaba en China, mostraban la muerte catastrófica, porque pensaban que el año nuevo chino iba a llegar antes de que los chinos se libraran del virus y se iba a propagar desde el centro, Wuham, con 3 mil millones de viajes en cuarenta días de vacaciones por el fin de año, para el 12 de febrero (año nuevo chino). Era el final devastador de China. Así lo mostraban, pero pasaron de las imágenes a los números cuando el virus resultó incontrolable en Occidente. La Covid dejó de parecerle catastrófica a Trump, a Bolsonaro y a la propia OMS. En las redes, el virus era un invento. O ni siquiera un invento. No existía. Un relato del “comunista Rockefeller” (¿?).

 

¿No lo previeron? Yo pienso que sí. Una vez destruida China, iban a destruir a Trump. Lo escribí en abril, “es un ataque a China pero es un tiro por elevación a Trump”. ¿Por qué? Porque Trump estaba aislando a USA por un cálculo cortoplacista que le estaba dando resultado. Su antiglobalismo perjudicaba a sus aliados pero recuperaba un poquito la economía yanqui, un 3,5 de crecimiento le permitía ser reelecto. La posición del imperialismo a mediano plazo se debilitaba. China había ganado la globalización 2 a 1 (tratado por tratado), pero la desglobalizacilón estaba ganándola por paliza, encimando a todas las posiciones económicas de USA fuera de USA (en Europa, en el sudeste asiático, en Africa, incluso en América Latina…) e incluso en USA. Ni que decir en China, donde el Estado compró a precio de quiebra varias transnacionales en febrero-marzo.

 

Los números no mienten. Mienten los que hacen los números. Un millón de muertos no impresiona porque es similar al número del cáncer, menos al de los accidentes del tránsito, pero si contra la Covid no se hiciese nada, sus números treparían rápidamente a cientos de millones (precisamente porque la mortandad es sólo del 5 % o menos; una enfermedad de alta mortandad mata al huésped virósico y se autodestruye. Esos números y sobre todo, sus imágenes, son lo que esconden, para que no les exijamos que la terminen. Ellos quieren aplanar la curva con el sacrificio de la economía del pueblo y de las libertades del pueblo. No quieren, porque no pueden, librarse del virus, pero China ya lo eliminó en su país y Sinorrusia va a eliminarlo en el mundo. Puede llevarle un par de años, pero va a haber vacunas accesibles, aunque es probable que en un sólo año el número de muertos llegue a tres millones.

 

En Uruguay se vino el brote (que se hubiese evitado fácilmente siguiendo el plan estricto de Vázquez-Erlich-Fernández Galeano, con ingreso universal durante las cuarentenas que fuesen necesarias; porque aquí los recursos estratégicos todavía están en manos del pueblo. El Sistema Nacional de Salud que legó el FA es muy fuerte y la densidad de población es bajísima; además teníamos acceso pleno a los fondos de contingencia internacionales, que nuestro gobierno está reservando para cuando haya una pandemia o una crisis (¿?). Prohibieron todos los espectáculos públicos y todas las actividades donde la transmisión de la epidemia es baja, mientras siguen abiertas aquellas donde según los propios expertos asesores del gobierno, la transmición es alta  

 

La hicieron con la pega. El teatro los jode y los recontrajode el carnaval. Está muy pero muy jodida la situación de las salas y este gobierno (que de las vacunas no ha hecho ningún anuncio en concreto) apuesta a que se fundan, bajando a la mitad el subsidio a FUTI de épocas normales. También confiscó en los hechos el ahorro de capas medias, siendo el gobierno uruguayo, entre todos los gobiernos del mundo, el que menos asistió económicamente en la emergencia, y el que encima aumentó tarifas e impuesto, bajando el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones y dejando a la buena de Dios a los trabajadores informales.

 

Si no quiere empezar el año resignando, firme contra la LUC. Porque va a ser necesario protestar y a las leyes represivas y antisindicales de la LUC, que ya colmaron de arbitrariedades la actuación policial, se suma ahora la discrecionalidad, en el mismo sentido, del artículo 38 de la Constitución reglamentado.

 

Y recuerde. Si el inglés quiere que me queje de las consecuencias, voy a atacar las causas.

 

Estamos en un estado de guerra permanente, híbrida (convencional e irregular, especialmente irregular y, sin duda, además biológica). Baste ver los presupuestos que se dedican a todos los factores de esta guerra, pero… ¡cuidado con las imprudencias de la prudencia!... el que sacrifica el placer pierde esta guerra. Es una de las características de su irregularidad. Se combate decisivamente en el terreno de los mapas deseantes. El capital concentrado está condenándonos a una sociedad de la supervivencia. El capital está perdiendo. Y no soy optimista. Cuando se ve perdido se lleva el planeta entero a su tumba. 

 

domingo, 6 de diciembre de 2020

Serio y responsable

 

 


 

Se nos murió Neruda, se nos murió García Márquez, se nos murió Picasso, se nos murió Cortázar, se nos murió Chaplín, se nos murió Chávez, se nos murió Fidel, se nos murió Voltaire, nos mataron al Che y nos mataron a Allende y a John Lennon, a Rosa Luxemburgo, a Olof Palme, a Torrijos y a García Lorca...; se nos murieron Gardel y el Diego, todos ellos, por revolucionarios, perseguidos hasta la muerte y atacados después, pero la muerte fue el momento en que todos, incluso quienes los mataron, eligieron para empezar a cooptarlos ya sin que las nuestras pudieran resistirse y responder. “Mentira ese lamento”, dijera Lepera.

 

En Paraguay se nos murió Artigas, en Paysandú nos fusilaron a Leandro; de pie, ha muerto Batllle, ha muerto Lenin, también Mao y Ho Chi Ming, se nos murió Seregni y hoy, se nos muere el Taba. “Quiero que me recuerden como un Presidente serio y responsable”, dijo. Fue más que eso, pero esa fue su última voluntad. Así que ahí le va. Justo el martes, le decía a mi hija, médica, “con el Taba de Presidente, de esta pandemia salíamos con cero muerto y en dos meses afuera bailando”. Eso lo sufrió nuestro líder con toda su responsabilidad. Lacalle fue a hacerse una selfie con él pero fue a no darle bola. “La responsabilidad es siempre revolucionaria”, decía Eduardo Bleier. Y la responsabilidad es lo que más cansa.

 

EL FRENTEAMPLISTA SOCIALISTA TABARÉ

 

Mala parte de su trabajo como periodista estrella de El País, el talentoso Carlos Maggi la dedicó a demostrar que “Tabaré Vázquez nada tiene que ver con los socialistas europeos, porque el programa del FA es opuesto a los de la socialdemocracia”. Según Maggi, quien representaba en Uruguay la sabiduría política de la civilización era Julio María Sanguinetti. Algo de cierto había en que el Sangui era el preferido de tipos como Felipe González, pero se trataba de una certeza fugaz, como fue momentáneo el amor que el “Isidoro” sevillano les tributara a José Díaz y al Polo Gargano (cuando le llamo Isidoro no es por Isidoro Cañones, el “botarate” personaje de Dante Quinterno, sino porque “Isidoro” era el nombre clandestino de Felipe González). Cuando todavía le llamaban Isidoro, los socialistas uruguayos tuvieron algo que ver con el diseño desde Barcelona de la plataforma de lanzamiento del nuevo PSOE. Antes  que una hechura de Billy Brant, como han sostenido sus biógrafos oficiales, para desmarcarlo, con Bernstein, de los rescoldos revolucionarios que portaba Tierno Galván (por ni mencionar a Largo Caballero, Arniches, Indalecio Prieto…), “Felipillo” fue el producto de un crisol de experiencias políticas, entre las que pudo contar, probablemente, la de nuestro imprescindible José Díaz. Pero en años de lobby del  Partido Colorado en la Internacional Socialdemócrata y del afianzamiento de inversiones estratégicas españolas en América, Felipe González iba del aeropuerto de Carrasco a la estancia de Anchorena, sin pasar por ninguna Casa del Pueblo y se dejaba usar ideológicamente por el Sangui contra sus antiguos patrocinadores de izquierda. Al Frente Amplio, si te he visto no me acuerdo. 

 

Tabaré Vázquez fue una expresión de ese socialismo nacional uruguayo, que supo estar contra la guerra imperialista del 14, siguiendo a Jean Jaurés. Por seriedad y responsabilidad, trascendió su papel de Comité Central del Partido Socialista, para ayudar a salvar al Frente Amplio de la secesión del 89, cuando la escisión del PGP (el más votado de la coalición en 1984) y del PDC (el más votado en la anterior, 1971), pareció por un instante que nos condenaría a un rol meramente testimonial.

 

Tuve con Taba coincidencias y discrepancias, ni más ni menos que con los otros dirigentes de nuestra fuerza política, porque las personas somos todas distintas y nuestra fuerza está en la unidad de la diversidad. Así que voy a tomarme la licencia de recordarlo también en el humor (que es la más seria de las disciplinas). En diciembre de 2004 le ofreció a Jorge Batlle la embajada en Washington. Cuando éste se lo creyó, le aclaró que era un chiste. Serio y responsable.

 

LOS VIEJOS ENEMIGOS

 

La última voluntad de Voltaire fue que no le llevasen un cura para una extremaunción que lo enemistase con el diablo. “No es momento de hacerme de nuevos enemigos”, dijo, cuando todos los reinos e iglesias lo aborrecían. Tuvo ese humor seriamente responsable.

 

El Taba fue amigo de Chávez y de Fidel (especialmente de Chávez), pero no va a salir Macron a decir que esas amistades marcaron la derrota de Vázzquez, tal dijo de Maradona. Tabaré Vázquez fue líder sereno, serio y responsable. Elegido por el pueblo para que le concitara consensos especiales que le permitieran dirigir. Cumplió a cabalidad, desde su deslumbrante campaña del 89 a Intendente (“llegó Perón”, me dijo Legnani al oído cuando el Taba arribó al acto final, demorando diez minutos en poder bajar del auto y llegar al estrado, ante la aglomeración de esperanzas y uruguayos), hasta hoy mismo.

 

Fue masón pero no va a denostarlo el Arzobispo, cual lo hizo en el velorio de Gardel por ser Gardel afiliado por Guigour al Partido Socialista, el Gardel amigo de Palacios y por haber hecho las declaraciones más efectivas de aquella dura campaña a favor de la Ley del Divorcio, “yo no puedo estar a favor del divorcio porque estoy en contra del matrimonio”. Tabaré Vázquez se opuso al aborto con una convicción propia irreprochable comparable a la de Gardel y un fervor similar al religioso de María Auxiliadora Delgado (eterna compañera, que se le fue hace poco) y al de su hijo seminarista, pero acató el primer Presidente nacional frenteamplista, el veredicto popular, imponiendo la Ley de Salud Reproductiva, que salvó vidas y evitó abortos, dañando el negocio de los clandestinos.

 

Ni qué decir del negocio de las tabacaleras yanquis. Le ganó un juicio a Philip Morris.

 

Nuestros enemigos no pudieron destruir el consenso que nuestros grandes artistas concitaron (Gabo, los tres Pablo,  queremos tanto a Julio, Carlitos Chaplín, Idea Vilariño…,) con sus vidas. Aparte del alivio de que las nuestras ya no podían defenderse, nuestros enemigos no tuvieron más remedio que disputar la dirección de esos consensos y la producción de sentidos comunes. Ningún dignatario del mundo, de ninguna gran potencia, ni siquiera entre quienes mataron a nuestros mártires políticos, dijo exabrupto semejante al de Emmanuel Macron, Presidente de Francia, en su mensaje fúnebre sobre Maradona, ni los denostaron en el velorio (Monseñor Francesci a Gardel). Las figuras de consenso, salvo excepciones, gozan de ese momento unánime de lamento, pero tratándose de un político, la seriedad y la responsabilidad se mide en su legado político al preciso momento de morir.

 

Tabaré Vázquez deja un Frente Amplio fuerte y unido, con una generación de epígonos superior a la generación anterior, tal debe ser la evolución de la historia, según la concebía el progresista oncólogo de La Teja, Presidente de Progreso, fiel a la ciencia, compañero Vázquez, hasta la victoria siempre.

 

“¡Aquí no se rinde nadie!”, nos ordenó el Taba en la derrota del año pasado.

 

Los sueños están intactos, ardientes los abrazos de aquel noviembre de 2004, para volver a gritar, en 2024, ¡festejen, uruguayos, festegen!

 

Hoy se sembró el Taba. Junto al Polo, a Cardozo, a Vivián y a Frugoni. En el surco del general Seregni, el trillo de Chiflet, Rodney, Terra, Zelmar, Erro, Bonavita... en la senda del general Artigas, porque Artigas volvió con el Frente, a darle privilegios a los más infelices y no a los malla oro.

 

En lo personal, la certeza de que en la eternidad, la barra del Pistola Marsiscano va a estar hinchando bullanguera por el Taba para que salve siempre su último examen.