martes, 29 de septiembre de 2020

Los subjetivismos autocríticos en el Frente

 


 

“En La Teja, Maroñas y el Cerro…” dijo el Chumbo.

 

El que el Chumbo gastaba discando era un teléfono fijo sobre la mesa de la casilla del Frente de Organización del que era Secretario. Esa noche de último domingo de noviembre de 1989 en que, ya cerradas las urnas, comenzaba el escrutinio por la televisión, había un grupo de militantes dispuestos a tramitar la información que iban recibiendo, mientras por los canales que monitoreaban, intercalaban datos de circuitos que adelantaba oficialmente La Corte Electoral con otros que surgían directamente del conteo que registraban los periodistas en los circuitos que estaban cubriendo para la tele, pero eran todos, tanto los de La Corte como los de los canales, circuitos del centro o de la costa este montevideana, en general de gente mayor por los números bajos de credenciales. El Frente iba perdiendo sin levante en esos circuitos.

 

Esos militantes estaban ansiosos y atareados, ocultando en el ajetreo el temor a la decepción, cuando el Chumbo salió de su casilla agachando un poco la cabeza para mirarlos en paneo por encima de los lentes. Les dijo sin mucho énfasis, como si dijese una banalidad: “en Maroñas, La Teja y el Cerro no bajamos del sesenta; estamos ganando Montevideo”. Y sí… con los números que se estaban dando la única forma que tenían de ganar era ésa. En esos barrios el Frente ya había ganado en el 84 pero no por cifras abrumadoras. El Chumbo dio media vuelta y volvió a su casilla pero dejó quieto el teléfono. Hacía números en una planilla.

 

Cuando llegaron los delegados de mesa de los barrios más alejados del centro, empezaron a cotejar las planillas, que empezaban a coincidir con las actas de escrutinio.

 

El Chumbo tenía razón. El Frente Amplio había ganado Montevideo por primera vez.

 

El 27 de septiembre de 2020 la ganó por séptima vez consecutiva. En común, ambas victorias tienen que el FA venía de duros golpes. En el 89 de la mayor escisión de su historia; en 2020 de perder el gobierno nacional.

 

CUANDO LOS DE AFUERA NO SON DE PALO

 

La revolución tiene que ganar la crítica, incluyendo la crítica de la revolución, o autocrítica, para practicar y para no regalarle a la contrarrevolución la crítica de la revolución. Si nuestra práctica se basa en la crítica de los canales al aire, nos destruye. Así de simple. Necesitamos nuestra propia crítica, con todas nuestras subjetividades autocríticas, para metabolizar nuestros disensos.

 

En ambas ocasiones mencionadas, mi autocrítica no coincidió en todo con ningún compañero, porque no en todo todos pensamos lo mismo, pero cuando tomamos decisiones colectivas, consensuadas o por mayoría, las cumplimos todos en consenso de praxis, más acá de nuestra crítica. Al menos así se supone que debería funcionar la metabolización disensual.

 

Cuando nos dividieron en el 89, yo pensé que el principal error que nos hizo vulnerables por ese golpe, provenía de siete años atrás. Hoy pienso que el golpe del 19, la pérdida del gobierno, vino de un error fundamental 25 años anterior y sostenido. Me refiero sólo a los errores determinantes, porque la resolución de éstos abre el principio de resolución de los subalternos y porque la suma de errores que concurren a una derrota es tan diversa como caudalosa. El único error que nunca cometimos fue no luchar.

 

Para las elecciones del 89 no teníamos tamaño de opción de gobierno nacional. En mi opinión por haber marcado tamaño electoral menor prematuramente, en 1982, sin necesidad, pero el General decidió desde la cárcel y correspondía que decidiera él. Acaté y me jugué por su decisión que, en aquellas condiciones de clandestinidad, era la nuestra sin más.   

 

En los siete años siguientes la presión de afuera fue decisiva. La DC internacional (especialmente desde Chile) y la IS, lograron desgajar del FA a su sector más votado en el 84, el PGP, y al PDC (su más votado en el 71). Procuraban relegarnos a partido testimonial, pero la firme conducción del General, la lealtad comunista, socialista, vertientista, tupamara (aún desde su solicitud de ingreso pleno todavía no aceptada), entre los sectores mayoritarios, y sobre todo las bases y la identidad frenteamplista que ya empezaba a predominar sobre los sectores y la emergencia de nuevos líderes comunes, Tabaré Vázquez, Danilo Astori, y el resumen del plebiscito contra la impunidad, nos permitió resistir, ganar la intendencia capitalina con los barrios más populosos y constituirnos desde entonces en opción de gobierno nacional.

 

Esta séptima victoria montevideana, ahora también metropolitana, con mayoría absoluta también en Canelones, es tal vez más importante que aquella primera, porque el golpe de la pérdida del gobierno nacional fue más duro y difícil de revertir.

 

VOLVEMOS A TENER VOZ PROPIA

 

El mayor error estratégico de la historia de la izquierda uruguaya fue el compromiso de hecho con ANDEBU y las regalías al diario El País, porque nos ató a su agenda, a sus objetivos y a su crítica. Error que empezó al permitir el cableado de una sola empresa del oligopolio, en 1994 y culminó con la no utilización del canal del PIT-CNT que autorizó Mujica desde 2015.

 

Botinelli dice bien que la elección de 2019 la fuimos perdiendo desde que alcanzamos el gobierno nacional. No mienten los números ni miente él cuando los hace, pero tuvimos que caer a menos del 40 % en octubre para entender que, aunque sea por streaming, tenemos que tener voz propia con vocación de marcar la agenda. Así nació en mayo de este año Legítima Defensa, cuya insólita masividad inmediata demuestra por sí sola lo necesaria que era.

 

Nos tocó repuntar en la más difícil, las departamentales y municipales, las menos programáticas y más clientelísticas, pero aparecieron Cosse y Villar para acompañar a Orsi en el aguante y emergió una generación de líderes aún más valiosos que los tres más notorios en los quince años de gobierno, Oscar Andrade, Mario Bergara, verbigracia Cosse y Orsi.

lunes, 28 de septiembre de 2020

El Frente Amplio repuntó y reconfiguró

 

Lo primero a comprobar es que la sospecha (¿profecía?, ¿deseo?, ¿ilusión?) de Irene Moreira, la señora de Guido Manini Ríos, de que noviembre del año pasado sería la última vez que votaríamos, no se cumplió.

 

Ayer, 27 de setiembre, volvimos a votar y el Frente Amplio sigue siendo el partido más votado de Uruguay. Obtuvo el 40,3%. Porcentaje superior a las Nacionales de octubre 2019 en + de 1%. Y eso que en departamentos del interior donde no tenía posibilidades de "voto útil", el guarismo fue magro: Rivera (8,9%), Cerro Largo (12,4%), Tacuarembò (17,3%), Treinta y Tres (19%).


El compañero Gabriel Almada, de veinte años, fue baleado en Salinas, frente al liceo 2, desde una moto sin matrícula, cuando Almada repartía listas de la 99738 del ayer reelecto Intendente de Canelones, Yamandú Orsi. Hubo otras agresiones contra militantes frenteamplistas en otros departamentos del interior (aparte de maniobras fraudulentas con el aparato estatal), pero lo más grave fue el balazo al compañero Almada, que se recupera en un centro de salud, fuera de peligro de muerte.

 

Sin temor, los frenteamplistas nos lanzamos a las calles de todos modos a militar y a festejar los triunfos en Canelones, Salto y, muy especialmente, por la incidencia que tiene y porque es el séptimo consecutivo, en Montevideo, que concentra la mitad de la población del país. El guarismo de votación del Frente Amplio en Montevideo fue de importante crecimiento respecto a los comicios del año pasado, 51 %, y lo fue recuperando en el norte barrios proletarios y el municipio, reafirmando los del oeste, nuestros bastiones de siempre, y descontando un poco en el noreste que perdimos en octubre, particularmente ante la emergencia de Cabildo Abierto. Con los blancos se polarizó aún más la diferencia con los barrios del Este costero económicamente caudaloso pero no poblacionalmente, la zona desde donde roba la derecha.

 

Carolina Cosse salió al balcón de la sede General Liber Seregni, a las 10 de la noche ya reconocida por todos, incluso por el Presidente de la República, Luis Lacalle Pou, nueva Intendenta Departamental de Montevideo. “las prioridades son limpieza, movilidad, creación de fuentes de trabajo, Cultura, salud y el plan de emergencia alimentaria” aseguró, conforme a nuestro programa con sus propuestas de campaña. La flanquearon los compañeros candidatos Álvaro Villar y Daniel Martínez. Villar con muy auspiciosa votación para ser su primera vez y Martínez pagando precio a santos de enemiga devoción con señas de contubernio ideológico mediático. Ésa es la primera reconfiguración que hace hoy el Frente Amplio. Cosse, en su discurso en el balcón, tuvo que dedicar varios párrafos de explicación obediente a las bases mandantes, incluso para justificar que va a dialogar con Lacalle y es justo que dialogue y también que explique. La solvente oposición de Cosse y Villar al gobierno reaccionario es lo que principalmente les granjeó el apoyo popular.

 

También en Canelones, el segundo departamento más poblado del país, el Frente Amplio alcanzó la mayoría absoluta, aunque por debajo de lo que pronosticaban las encuestas.

 

Sobre una población de 3.286.314, el FA gobierna en el ámbito departamental a 1.971.033 (60%). Los blancos a 1.210.360 (37%), los colorados a 104.921 (3 %). Es importante para cuando haya que confrontar programas nacionales e internacionales, éstos de verdadera política.

 

LA GRAN VICTORIA DEL PS

 

En principio, en unas elecciones por cargos, donde juega el clientelismo y la anécdota más que el programa, el Frente Amplio tenía mucho para perder si la derecha capitalizaba resignación de izquierda tras la derrota del año pasado, pero el Frente repuntó, aguantó y repuntó bastante en sus baluartes.

 

Una apuesta trascendente de los medios hegemónicos viene siendo medrar de la crisis del Partido Socialista por algunos desprendimientos desde que ganó las elecciones internas el sector de Gonzalo Civila, equiparándola a la del PCU del 90, apostando a que nuevos desprendimientos vayan atomizando al Partido y motejando de “renovadores” y “ortodoxos”. La victoria de Cosse y el muy buen desempeño de Villar, puso a prueba la vitalidad de las organizaciones pilares de bloque histórico. En el caso de Cosse los partidos comunista, socialista, PVP y Casa Grande. Esto fortalece al PS, que perdió varios quilos este año, pero en la departamental echó músculo. El PS uruguayo nunca fue socialimperialista. Frugoni era muy crítico de Lenin (a diferencia de Batlle y Ordóñez), pero era implacable detractor de Bernstein. Fue un Partido de alta especificación ideológica marxista, que asumió el costo de la misma en su tamaño electoral, hasta que el Frente Amplio constituyó a toda la izquierda en opción de gobierno.


Dentro del Frente Amplio no hubo tanta diferencia entre las listas más y menos votadas. Una vez más, el sector más votado fue el Movimiento de Participación Popular (MPP), con su lista 609, que obtuvo 70.390 sufragios en apoyo a la candidatura de Álvaro Villar, lo que representa un 16 % de los votos frenteamplistas.


La segunda lista más votada fue la 1001, del Partido Comunista, con 55.340 votos, o sea el 12 % de los votos frenteamplistas en Montevideo. Este sector apoyó a Carolina Cosse, al igual que la tercera lista más votada, la 90 del Partido Socialista, que obtuvo 40.193 votos, lo que representa el 9 % de los votos del Frente Amplio en la capital.

 

UN TROPIEZO DE CABILDO ABIERTO

 

Muy dependiente de la figura de Manini Ríos, hoy devaluada por su incoherencia sobre fueros, Cabildo no pudo consolidarse en Casavalle y aledaños tal cual pretendía con el traslado de la sede del MIDES y la propia asunción de ese ministerio. Su gobierno, con sus recortes, no lo ayudó y tampoco lo ayudó el Partido Colorado que no le dio chance en Rivera mientras cuestionaba la alianza Cabildo-blancos en Salto, que finalmente fue derrotada por el Frente.

 

Precisamente los recortes y privatizaciones a que propende ya la LUC, son las grandes batallas a dar de aquí en más, para derogarlos en plebiscito, con el modo de lucha que nos organice y genere en la población, conciencia del despojo a que está sometiendo lo público el gobierno y el poder de la oligarquía.

 

Se abre la autocrítica en el FA, pero la autocrítica es práctica. Suspender un rato la partidocracia sistémica (dicho sea de paso y sólo un detalle, malditas alcaldías “a la española” que se le ocurrió a Vázquez favoreciendo a los partidos plutocráticos en vez de abrir el juego a la democracia directa en los gobiernos de cercanías) para volver al mandato de la plebis, es una buena manera de seguir y de empezar.

martes, 15 de septiembre de 2020

Los equilibrios del Frente y el fondo de los equilibrios

 



 

La semana pasada, Daniel Martínez manifestó en declaración al semanario Búsqueda, que si ganaran sus compañeros, Carolina Cosse o Álvaro Villar; el triunfo afectaría el “equilibrio frenteamplista”. En opinión de Martínez el apoyo del PCU y del MPP, complica los equilibrios. Según las últimas encuestas publicadas sobre la tendencia electoral en Montevideo, el 21% prefiere a Carolina Cosse, 17% a Álvaro Villar, 13% a Daniel Martínez, y 3% que votará al FA pero aún no definió a cuál candidato. Esto totaliza para el FA, un 54%.

 

Villar, entrevistado en radio Del Sol, se mostró molesto ante tales declaraciones de Martínez; son “los mismos argumentos de la derecha contra el FA; ya en su momento casi con la mismas palabras Ernesto Talvi había dicho lo mismo”, dijo Villar.

 

Esta cuestión de los equilibrios en el FA me recuerda a los elefantes que se balanceaban sobre la tela de una araña. Como veíamos que resistía fuimos a buscar al enemigo, porque todo bien con preocuparse del equilibrio frenteamplista; es muy bueno, pero si lo que le preocupa a Martínez es el apoyo del PCU Y del MPP, no está pidiendo el voto equilibrado. Está pidiendo el voto hostil.

 

Y tampoco está mal pedir el voto hostil del Frente Amplio, pero el Frente Amplio es hostil al imperialismo y a la oligarquía, no a los comunistas ni a los tupamaros. Martínez está apuntando su hostilidad desde el pozo de zorro del enemigo fundamental. Me alegra que Villar lo advierta. Es renovador por restaurador fundacional, antioligárquico y antiimperialista, igual a su padre. No lo digo para hacer proselitismo; no lo voy a votar en listas propias sino en otras listas que suman, como todos los votos frenteamplistas, para los ganadores entre los nuestros, cuales quiera el pueblo que sean, pero no dejo de tener en cuenta los apoyos y los equilibrios a la hora de votar el 27.

 

Por ejemplo, cuando voté e hice proselitismo por Martínez en 2010 (ver https://joseloolascuaga.blogspot.com/2019/04/el-voto-compensador.html) fue “para desagraviarlo de lo que consideré había sido una mala jugada de otras listas que yo había votado”. Hoy es al revés. Precisamente por cuidar los equilibrios en el Frente y por los apoyos a los otros candidatos frentistas, el voto compensador del esfuerzo por la unidad, lo encuentro en Villar y más aún en Cosse, apoyada por el PCU y también por el PVP, devenir de la Federación Anarquista Uruguaya (que todos los anarquistas, los principales partidos comunistas más o menos trotkistas, los socialistas, los demócratacristianos, los tupamaros, blancos y colorados progresistas e independientes, estén no sólo coaligados sino organizados transversalmente en las bases de un solo movimiento popular, es la mayor hazaña política del pueblo uruguayo), y también por Casa Grande y otras fuertes organizaciones más recientes, de impulso generacional potente y, muy especialmente, por el PS, que, aunque se trate en este caso de un gobierno departamental, es, en el ámbito nacional, la organización sectorial del FA de mayor alcance.

 

Le siguen el MPP Y el PCU. Los aparatos son necesarios. Debemos cuidarnos más con ellos que de ellos. Lo digo desde la experiencia de la resistencia del PCU a la dictadura, vertebrando a los que no pudieron sostener mayor organización propia en el interior y hacia la resistencia que deriva de la actual coyuntura.

 

El MPP apoya a Villar y eso se nota en el departamento de la Capital, donde la agrupación de Pepe Mujica es la mayoritaria, pero Villar es de Progresistas, el novísimo sector liderado por Mario Bergara, el epígono natural de Astori. Es decir, los equilibrios en el FA no están corriendo peligro. Y para completar el bloque histórico del valor funcional antes mencionado, a Villar lo apoya también el PDC, “el voto por amor a Dios”, de mi tía Cora, que no es lo mismo que un voto por amor de Dios que, al fondo del voto hostil, está pidiendo Martínez.

 

Porque, si de números de encuestas se trata, Martínez no pidió en 2015 el voto para Lucía o para Virginia, aunque les ganaba por paliza; pidió el voto para sí mismo. Igual que en las últimas internas. No dijo: “voten a Marito, pobre, que las encuestas le dan menos de un 10 y a mí más del 40”. Ni fue equilibrado ni es equilibrado el voto que pide, cual si dijera “si no me votan por mi personalidad ni por mi trayectoria ni por mis propuestas, ni porque me apoya Astori, el MS, la Vertiente y ningún cuco, vótenme por piedad, que me dan último las encuestas”. Podríamos llamarle “el voto limosna”.

 

Y algunos van a votarlo por convicción y otros, de izquierda, van a votarlo por caridad y otros, derechureros, porque, perdidos por perdidos, van a considerar a Martínez el único voto útil contra el Frente Amplio.

 

De equilibrios y equilibristas caídos está gastada la cuerda floja de la política.

domingo, 13 de septiembre de 2020

El golpismo tan mentado



Elon Musk, magnate candiense estadounidense, de origen sudafricano, CEO de Tesla, operador del bronce y el litio, se jactó del golpe del Pentágono y la OEA en Bolivia. “Sí, dimos un golpe en Bolivia (lo afirmó en particular por el litio) y vamos a dar golpes donde sea necesario”.

 

Eduardo Duhalde, ex presidente de Argentina, afirmó categórico, “no va a haber elecciones en 2021 porque va a haber golpe de Estado. Argentina tuvo 14 golpes militares. Somos los campeones de los golpes de Estado”.

 

La señora de Manini, al votar en noviembre dijo, “tal vez esta sea la última vez que votemos”.

 

El propio Bolsonaro amenazó ya cien veces con darse a sí mismo un golpe de Estado duro en toda regla (es Presidente por el golpe blando de Temer –O Globo, Moro– a Dilma, a la candidatura de Lula, al PT), y ¿qué decir de Venezuela? El golpe y la invasión a  Venezuela fueron los más anunciados de la historia. Trump, Pompeo, Abrams, Pence y todos los Guaidó, repitieron más de mil veces que estaba sobre la mesa.

 

No es que no lo hayan intentado o no lo estén intentando o no están tratando de crear las condiciones para intentarlo, pero andar diciéndolo a pata suelta no era la manera en que procedía Henry Kissinger.

 

Todos sabíamos que era Kissinger quien le daba el golpe a Salvador Allende y a todos, pero no porque él ni los suyos lo dijesen. Desde su célebre orden contra Allende tras la victoria electoral de éste en 1970, “hacerle aullar de dolor la economía”, hasta la participación de sus servicios en el atentado contra el general René Schneider, en el magnicidio y luego en el asesinato del general Carlos Prat, todo lo supimos por documentos desclasificados.    

 

“El mensaje es el miedo”, dice Sandino Núñez parafraseando a MacLuhan, quien decía “el mensaje es el medio”. En este caso el miedo del mensaje no es sólo del mensajero, sino además del medio del mensaje. Temen perder la hegemonía, la Reserva Federal, el Wall Street (vocero: Musk), Clarín (vocero: Duhalde), El País (voceros varios). El que no les teme es Kirchner. “No les tengo miedo”, les dijo cara a cara Néstor, cuando les bajó de los cuarteles el retrato de Videla.

 

Ahora el medio y sus mensajeros (Clarín, Duhalde, en el caso argentino) miden su miedo en tiempos políticos. Todos están desesperando la fecha boliviana, que ya se fijó inalterable 18 de octubre, la misma fecha del plebiscito en Chile. Necesitan destituir pronto al gobierno del Frente de Todos; entonces Magnetto (Clarín, en lo decisivo financiero Goldman Sachs) puso a Alberto Fernández en un brete insalvable. Éste estaba dispuesto a aceptarle un aumento de las tarifas ahora a cambio de un congelamiento hasta enero. Clarín no le aceptó el congelamiento. La respuesta de Alberto fue de supervivencia. No había alternativa a defenderse, se recostó a Cristina para regular las telecomunicaciones. Les tocó el bolsillo. El innombrable (cuando lo tachó de monopólico, Alberto no se animó en su mensaje a nombrar a Clarín) desató su ira jupiterina, todos los hechos políticos a su alcance y el resumen de fuerzas posibles.

 

La realidad es que las correlaciones de fuerzas no dan para que los golpistas ejecuten todo su deseo pero tampoco para que callen sus ilusiones.

 

Entre tanto compran Hércules. 22 millones de dólares en dos aviones del 80 que los nacionales españoles tenían para desechar de su flota. Mi mensaje es precavido: el bombardeo gorila, de Branden-Isaac Rojas, a Plaza de Mayo y el bombardeo de Davis-Pinochet a La Moneda, los hicieron con aviones aún más antiguos y las instituciones armadas que participaron del plan Cóndor de Kissinger, las armas las usaron para reprimir a los pueblos. 

viernes, 4 de septiembre de 2020

Los aristócratas de Arbeleche

 


Aristos es una palabra griega; quiere decir “mejores”. Cracia es otra; quiere decir “gobierno”. Aristocracia quiere decir “gobierno de los mejores” y “Aristócratas”, los mejores gobernando. Arbeleche es la Ministra de Economía que envía al parlamento uruguayo un presupuesto que le rebaja los salarios y las jubilaciones a todos menos a los que directamente deja sin ingresos, desempleados, pero a los presidentes de los entes les duplica sus caudalosos salarios (suyos de ellos) porque, dice, “ahí necesitamos a los mejores”.

 

No le voy a contestar con Saint Just, que decía que “a los aristócratas tenemos que guillotinarlos nada más que por serlo”, porque la historia tiene todavía bastante que decir sobre si es verdad universal la razón de los jacobinos, pero lo cierto es que les cortaron la cabeza a los señores feudales que, haciéndose llamar aristócratas, gobernaron durante toda la edad media, desflorando a las niñas en las chozas de los campesinos, donde a la puerta colocaban una cornamenta para indicar que estaban haciendo uso del “derecho de pernada” (derecho a desvirgar a toda hija de siervo de la gleba antes que se casara). De la exhibición de esas cornamentas salió la expresión “cornudos” para referirse a los esposos de las campesinas.

 

Tampoco les voy a llamar cornudos a esos cientos de miles de compatriotas que votaron este gobierno y ahora ven las cornamentas de sus ingresos recortados, ajustados a la baja, mientras “los mejores”, que “necesitamos en las presidencias de los entes”, esos aristócratas de “María Antonieta” Arbeleche, duplican sus haberes, detrás y al servicio de los “mejores” financieristas del imperialismo. Voy a llamarles ignorantes. La ignorancia no es un defecto. Es una desgracia radiotelevisada.

 

Voy a decirles que el presupuesto presentado por María Antonieta condena a la fuga de cerebros de los más formados de nuestros jóvenes que, aun queriendo trabajar en el país por menos dinero que en el exterior, aquí se quedan sin trabajo. Y lo hace con el cinismo de sugerir que si no le aumenta un 83 % el sueldo al hijo de Sanguinetti, nos lo va a captar la NASA, arrebatándonos al mejor.

 

Aun suponiendo que fuese el mejor, a criterio salarial, ¿qué puede hacer bien si todos sus funcionarios y casi todos sus conciudadanos somos los peores, según ese criterio?  

 

El menos dotado del equipo campeón en México 86 se llama José Luis Brown, el “Tata”. Hace dos años contó en entrevista con Víctor Hugo Morales, que, saliendo a la cancha para jugar la final, se detuvo a subirse las tobilleras y al pasar, Maradona le tocó un hombro y le dijo, “vamo arriba, Tata, que si vos jugás bien yo juego bien”.

 

No le dijo “si vos jugás bien yo la descoso”. Le dijo la verdad. Porque si Brown o cualquiera no jugaba bien, no ganaba el equipo y si el equipo no hubiese ganado, Maradona no hubiese jugado bien por mucho que la descosía. ¿Sorprende que Fidel, el peor del mundo, el que sacó del bolsillo alto de una guayabera que llevaba puesta, su mano vacía para mostrarla diciendo “éste es todo mi patrimonio”, haya confiado tanto en los peores maradonas y en Maradona mismo?  

 

En noviembre, cuando invadan Venezuela para hacer campaña electoral en USA (ése es el plan de Trump) tenemos las peores baterías antiaéreas para contrarrestarlos bien.

 

Terminó el feudalismo de los aristócratas. También va a terminar el aristocratismo del Imperio.