viernes, 4 de abril de 2014

La coherencia de Astori

Desde el comienzo del gobierno del FA y aún desde antes, desde su lamento “¡la debacle, la debacle!”, en consonancia con Jorge Batlle ante el default argentino de 2002, a Danilo Astori apuesta, sin ambigüedades, la televisión abierta. Cuando a fines de junio de 2006, Tabaré Vázquez dijo de tales y cuales medios que son opositores, ya estaba planteada la contradicción.

Con esas declaraciones, era la segunda vez, desde que inició su mandato, que Tabaré Vázquez me recordaba a Eduardo Víctor Haedo. La primera fue cuando anunció la composición de su gabinete, sin poder contrarrestar el peso de Astori en Economía. El otro ministro que podía competir en incidencia con Astori era el de Ganadería y Agricultura, José Mujica (si lograba la llave del Banco República), pero no la logró.
Así que Tabaré tuvo que pasarse todo ese tiempo diciendo de mil modos, “Astori es el gobierno”, parafraseando al ilustre integrante del primer colegiado nacional (1958–1962), que lució banda presidencial y bastón de mando en Mercedes, don Eduardo Víctor Haedo, cuando en medio de la reforma cambiaria y monetaria se refirió a su ministro de Economía en estos términos: “Azzini es el gobierno”.

No hizo Haedo otra cosa que constatar la realidad, en momentos en que Juan Eduardo Azzini firmaba la primera carta intención de Uruguay con el Fondo Monetario Internacional. Entonces el genial caricaturista bolche Julio Suárez (Peloduro), en su viñeta editorial de El Diario de la noche (opositor), hizo un chiste de tremenda actualidad ante el acuerdo con el FMI. “No, el ‘Presidente’ no dijo que Azzini es el gobierno; lo que dijo es que: “Así ni gobierno es”.

Cada vez que Peloduro no lo caricaturizaba en portada o editoriales (ya fuese porque empezaba a preferir “pegarle” al nuevo “hombre fuerte” del Partido Nacional, Titito Heber, o porque se dedicaba a hacer bromas sobre cómo cambia el tiempo), Haedo llamaba por teléfono al dibujante opositor y lo conminaba: “Vos sacame –le decía el “Presidente”–, igual sacame mal pero sacame”. Así fue que Haedo salió repentinamente de la política apenas ocho años después, como si no hubiese decidido por su propia voluntad, conminarse en la exquisita vida intelectual de cadáver político. Le cadavre exquis boira le vin nouveau.

La diferencia del muy posterior requerimiento de Tabaré a los medios opositores, “ustedes son opositores y está muy bien que me hagan oposición” es que, en todo caso, eran opositores –aunque lo eran de un modo subjuntivo– a Tabaré (y en presente del indicativo a Eduardo Bonomi -entonces Ministro de Trabajo-, a Gargano -Canciller- y a José Díaz -Ministro del Interior); ninguno era opositor a Danilo Astori, es decir “al gobierno”.
Esos medíos podían demostrar (y muchos lo hacieron) que nunca fueron opositores al “gobierno Astori”.

Peloduro en cambio era opositor al “Presidente” Haedo, a Titito y al “gobierno Azzini”. Aunque jamás podrán convencerme de que aquel chiste de Peloduro sobre “Así ni gobierno es”, no se lo dictó el propio Haedo por teléfono.

EL ESTILO CONFRONTATIVO

En Julio del año siguiente, esperé a que Astori las rectificara para escribir sobre sus declaraciones en Buenos Aires a propósito de Venezuela, porque sabía que las iba a rectificar.

Antes de rectificarlas las negó en parte. Puntualizó que no se refirió en ningún momento a Chávez, sino a Venezuela y fue la prensa la que intercaló los términos (que a los efectos políticos son intercambiables, pero no es literalmente lo mismo decir que “el estilo de Chávez es confrontativo” a decir que "ese estilo confrontativo del gobierno de Venezuela, le puede originar problemas al Mercosur, le puede causar dificultades para vincularse con otros bloques y otros países, lo cual no sólo para Uruguay sino para el Mercosur es fundamental. El Mercosur tiene que concretar de una vez por todas su acuerdo con la Unión Europea. Y a veces el estilo del gobierno venezolano genera dificultades y resistencias”.
Está bien, es cierto. El “Pancho” Rodríguez Camuzzo tenía una máxima de parlamentario viejo, “cuando ofenda no nombre y cuando nombre no ofenda”. Astori no nombró a Chávez. Pudo haber dicho, oblicuamente, “cierto estilo confrontativo”, “un originador de problemas”, “de dificultades para vincularnos”, “provocador de resistencias”, pero cuando agregó por más señas “el gobierno de Venezuela”, no lo nombró a Chávez, pero me cago en la diferencia. No fue lo mismo pero fue igual.

Al día siguiente las rectificó. Abundó en las bondades que Venezuela ofrece al MERCOSUR y no volvió a referirse al estilo confrontativo, pero estábamos a pocos meses de que Europa estallara en una crisis de la que todavía no ha salido y Astori, muy inoportuno, eligió confrontar (eso mismo) con Venezuela y con el Mercosur, clamando por un pacto con la UE que nos hubiese hundido con ella. O no tuvo la menor capacidad de preverlo o seguía actuando para que la televisión, la oligarquía, el imperialismo y la alta burguesía nacional entreguista siguieran apostando a él en la interna del gobierno.

En los hechos, Tabaré Vázquez, mientras tanto, diversificaba mercados y llevaba adelante una política internacional (episodio argentino aparte) bastante progresista, que el Pepe después profundizó. Cuando éste aprobó con el Mercosur el ingreso de Venezuela y la sanción al golpe de Estado en Paraguay, Astori volvió al gesto de “¡la debacle, la debacle!” con palabras de obituario para el Mercosur, que nunca se cumplieron.

LLEGÓ EL COMANDANTE Y MANDÓ REPARTIR UN POCO

Ahora, Astori afirma que “el problema del fútbol uruguayo es la posición dominante de Tenfield y Paco Casal” y que “no hay que hacer política partidaria en el fútbol”.

Naturalmente, confrontar y hacer política partidaria es defender a Venezuela o no cargar con toda la animosidad de los canales contra Casal (desde que les sustrajo el fútbol al que le pagaban 0 peso). Por el contrario, auspiciar la posición dominante que tendrá Fox (y Grondona-Clarín-La Nación) porque Astori y los canales al aire le entregarán los derechos y estos son monopólicos para ser rentables (posición a medir, de todos modos, con las fuerzas productivas del fútbol), o atacar al Mercosur, no es hacer política partidaria ni confrontar. Como decía un viejo del siglo pasado: “yo nunca hice política; yo siempre fui colorado”.

Es que la piedra de toque de éste y el próximo gobierno es la adjudicación de nuevos canales, la que estuvo casi diez años encajonada. Astori quería que aún hoy todo siguiera como estaba. Mujica adjudicó tres, que estarán operativos en el próximo gobierno, uno al PIT-CNT, otro a VTV y otro a La Diaria.

Tabaré asumirá su segunda presidencia; Astori su segundo Ministerio de Economía con un pequeño cambio latente en la correlación de medios. Acaso algún día el gobierno sea gobierno.

2 comentarios:

juan fernando dijo...

querido amigo te aprecio mucho y comparto muchas de cosas que escribis. El tema del futbol realmente no me cambia la vida,(tan solo es una lucha de egos y distracciones, en vez de ser simplemente un juego que linda con el arte cuando se juega bien).Pero quiero preguntarte: ¿estas de acuerdo con el monopolio de tenfield?, o mejor, : ¿no estaría bueno que hubiese mas propuestas, mas opciones?, así como entiendo que estaría bueno que en el parlamento el frente no tuviera las mayorías, para que aparezca- si es que aparece-, el debate inteligente, que haga pensar y sobre todo que habra corazones y cabezas. Arriba,y te mando un GRAN abrazo de corazon!!!!!

fernando toja

joselo olascuaga dijo...

Yo a vos, Fer, te aprecio y agradezco. Sería mejor que los derechos no fuesen monopólicos, pero no sería posible, porque no serían rentables. O sea, no podrían ser profesionales los trabajadores del fútbol, porque actualmente, el principal ingreso por lejos es el de la televisión. Creo como vos que es un arte y el artista para vivir para el arte es mejor que viva de él. En el fútbol, al menos en la proporción de gente que hoy lo hace, sería imposible sin cobrar por los derechos para una actividad rentable. También creo que el destino es socialismo o barbarie. Si sobrevivimos al cambio climático y evitamos una guerra nuclear, creo que llegaremos a una sociedad sin trabas a la producción de bienes, en la que cada cual reciba según su necesidad. Un Abrazo grande de corazón, hermano.
Joselo