domingo, 20 de abril de 2008

La canción refundadora

Es cierto que antes de Río de los Pájaros (“El Uruguay no es un río, es un cielo azul que viaja... ) de Aníbal Sampayo, hubo otros “himnos” del canto uruguayo: la despedida de los Asaltantes con Patente “(Un saludo cordial), el “uruguayos campeones”, “vayan pelando las chauchas”... Pero también lo es que el Río de los Pájaros fue el primer éxito de cantautor que se refiere expresamente a Uruguay y lo define. Es un mojón obligatorio pues de la canción refundadora de un país y la gente que lo puebla, un mojón olvidado hasta que Adriana Loeff y Claudia Abend la rescataron para apertura de su película Hit.

También es verdad que puestos a buscar cinco temas de éxito perdurable en la canción uruguaya, además de Río de los Pájaros, Rompan todo (break all de Los Shakers), Príncipe Azul de Eduardo Mateo y Horacio Buscaglia, “A redoblar de Mauricio Ubal y Ruben Olivera y Brindis por Pierrot de Jaime Roos, debería estar probablemente antes El Violín de Becho de Alfredo Zitarrosa, De Cojinillo de Ruben Lena popularizada por Los Olimareños, A mi Gente (“sentados al cordón de la vereda), de José Carbajal y alguna otra, pero lo importante no es lo que falta en la película sino lo que contiene y esto es por demás valioso como testimonio, como acerbo cultural y resulta muy entretenido, porque las autoras encontraron en el montaje y en el subtitulado, una forma de narrar que, a la vez, preserva los tonos nostalgiosos y muy uruguayos del rodaje más espontáneo, y organiza una lectura sin obstáculos de la historia que nos cuenta la película.

Tiene el valor añadido de conceptos precisos de Fernando Cabrera y de Manolo Guardia (el de Camerata) quien recuerda con justicia que el castellano y el candombe “olían mal” en los años 60; verdad que me consta y que hoy resulta sospechosa para cualquier gurí. Y, muy especialmente, la película tiene el plus del humor desfachatado de Ruben Rada, la sinceridad bien sencilla de los hermanos Hugo y Osvaldo Fattorusso y la vitalidad empedernida del flaco Raúl Castro.