En el cartel principal de la Sede del Frente Amplio donde se realizó la conferencia de prensa la noche de las internas, no estaba la mala consigna política “vamos bien” (mala consigna publicitaria además, como argumenté en abril (http://joseloolascuaga.blogspot.com/2014/04/que-de-nuevo-vamos-de-nuevo.html), sino una menos autocomplaciente, “por un Uruguay cada vez mejor”.
De a poco se van superando las primeras vacilaciones ante la excelente votación de Raúl Sendic (conste que no voté la 711, pero nadie puede dudar que es un pronunciamiento clamoroso del voto frenteamplista) Mujica primero, luego Marcos Carámbula apoyaron ya el lunes proponer Sendic Vicepresidente. En el correr de los días se sumó la aceptación primero de Constanza, que está administrando con coherencia su señera votación, después del Partido Comunista, del Frente Izquierda de Liberación Nacional, 1001 y finalmente también del Parido Socialista, del Espacio 90,entre los más votados. Solo se ha manifestado en otro sentido Asamblea Uruguay.
Más calmo, recordé que en la primavera de 1994 fui con Raúl Legnani a cubrir para La República un acto del Frente en Las Piedras. Era de noche tarde y Tabaré Vázquez el último orador. llegó casi dos horas después de terminado el discurso que lo precedió, pero nadie en la multitud se fue ni se impacientó. Lo estaba esperando a él.
De pronto, atrás y al costado del estrado, la sirena de una moto pretendió abrir camino para que el coche donde venía Tabaré pudiera pasar, pero la gente lo rodeó y detuvo quince minutos el coche. Legnani me dijo, alegre y caústico, al oído: "llegó Perón".
Entre el Tabaré republicano, el que enfrentó a Hillary Clinton para frenar una invasión a Venezuela, el que le aguantó el trancazo a Philip Morris y el otro, el borbónico, el que vetó la Salud Reproductiva contra el Parlamento Nacional y necesitó para declararla laudada que más del 90 % del padrón eletoral le rechazara el veto, el que le pidió ayuda a Bush contra Kirchner, el Tabaré del lado oscuro de Perón, median decisiones personales suyas pero también poderes fácticos y correlaciones de fuerza.
En una medida bastante mayor a la que pueda imaginarse quien no observe el verdadero margen de acción de un presidente uruguayo, Tabaré Vázquez no es, Tabaré Vázquez va siendo como nosotros lo vamos haciendo. Por eso, por un Tabaré cada vez mejor, en octubre voto al Pepe al senado.
Porque en este mundo donde los poderes fácticos acotan hasta atragantar a casi todos los presidentes de los países, pequeños o grandes, el Pepe Mujica dio cátedra de voz propia, rebelde, antisistémico, sancionador moral del consumismo, austero de verdad y antiimperialista republicano siempre y, más allá de errores y aciertos, fue el Presidente que concretó en varios de los más salados desafíos que encaró el buen gobierno de Vázquez: el matrimonio igualitario, la Salud Reproductiva, el golpe certero a la mafia del narcotráfico ilegal: la regulación del mercado de la marihuana, la adjudicación de canales y mantuvo la línea vazquizta contra la desocupación, la pobreza, la indigencia, por el plan ceibal y los consejos de salarios.
Por cierto que para hacer un Tabaré cada vez mejor nadie como Luis Alberto Lacalle Pou y Pedro Bordaberry. La sola posibilidad de que sus nombres y sus ideas retornen a la Presidencia, hacen a Tabaré el más añorable de los presidentes, pero sé que al Pepe voy a extrañarlo y sé también que cuanto mayor sea su fuerza en el parlamento (y la de Marcos, la de Constanza, la de Andrade, la de Daniel Martínez...), mejor presidente será Tabaré y más dulce la nostalgia.
domingo, 8 de junio de 2014
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