miércoles, 21 de mayo de 2014

La culpa es de las chicas, del tabaco, de los indios y de los negros

"Menores ofrecen sexo a cambio de regalos, celulares y motos", es el título de una nota de El País, del 13 de mayo, cuyo copete dice: "El Jefe de Policía de Cerro Largo admitió que en el departamento ya es "una moda" entre los adolescentes, acceder a tener sexo con personas mayores, a cambio de dinero, celulares, ropa o motos. El jerarca responsabiliza a los padres", pero en la nota, el Jefe de policía dice exactamente lo contrario a lo que expresan el título y el copete: "Generalmente se trata de un grupo de menores que conocen a algún mayor que les ofrece regalos a cambio de sexo. Si bien es prostitución igual, para ellas es una diversión", señaló (el Jefe de Policía). Su apreciación de que "para ellas es una diversión", es prejuicio subjetivo, pero cuando habla del oferente señala "a algún mayor", no como El País que en título y copete invierte los términos señalando a los menores.

La crónica luego cuenta que "en el último caso que tuvo a Melo como escenario, el dueño de una tienda de ropa, de 62 años, fue preso por someter a una veintena de menores a cambio de dinero o prendas de vestir" y el cronista, Néstor Araujo, publica un sólo testimonio no oficial del caso (es posible que en redacción le hayan cortado otros en distinto sentido, porque con sólo tres renglones ocupa todo un subtítulo, muy desproporcionado en volumen de texto con el subtítulo que lo antecede y con los dos que lo suceden): "'¡Qué rostro! Las chicas se entregaban solitas. Haber mandado preso a este hombre es una estupidez', dijo una joven amiga de una de las menores que concurría a la casa del sexagenario".

Se entregaban solitas en Melo, tentando al viejo como Eva a Adán en el paraíso.

TODO EMPEZÓ EN JAMESTOWN

Cuando tuvo media sanción en nuestro parlamento la prohibición de publicidad del tabaco, dio lugar a un editorial de El Observador (30/5/07) que dice entre otras cosas: “Aunque la guerra contra el tabaco como peligro para la salud es relativamente reciente –desde la segunda mitad del siglo XX– su exportación a Europa generó mucho antes la tragedia del esclavismo. El crecimiento vertiginoso de la demanda europea del tabaco producido en la colonia inglesa de Jamestown exigía mano de obra para atender las plantaciones. Como los colonos blancos eran pocos y la hostilidad de los indios impedía utilizarlos como peones rurales, en 1619 se produjo la primera importación a Jamestown de esclavos traídos de África.”.

¡Esos colonos ingleses de Jamestown eran tan inmaculados e inocentes como el sexagenario de Melo! ¡Qué laboriosos y responsables ante la demanda del mercado europeo! ¡qué pocos pero buenos administradores! ¡Y qué gran injusticia que se hayan visto obligados por la hostilidad de los indios y la exportación del tabaco a importar esclavos de África, como algún mayor a aceptar las ofertas de sexo por dinero de las chicas menores de Cerro Largo! Cosas del mercado, cosas de la vida.

Pero siempre habrá algún resentido social que piense que no fue la exportación del tabaco la que generó el esclavismo, ni "la moda" de las gurisas la prostitución infantil. La esclavitud existía desde milenios antes, pero aunque no hubiese existido la esclavitud, el tabaco es una sustancia que en sí no genera nada, ningún sistema social, ninguna injusticia, nada, es simplemente un objeto de uso y la moda, una etiqueta. Habrá también algún historiador que diga que era la hostilidad de los blancos la que impedía a los indios vivir libremente en su propia tierra fumando su tabaco milenario y luego les impidió la vida misma, exterminándolos.

Hace unos años leí un sofisma parecido en la revista Posdata. Fernando Bracco decía que los charrúas eran traficantes de esclavos, porque en la guerra contra el invasor blanco, le canjeaban a éste los prisioneros guaraníes que reducidos por los blancos peleaban en el bando invasor y, una vez entre los blancos, esos guaraníes pasaban a ser esclavos. Bracco reconocía que entre los charrúas no existía la esclavitud, pero eran “traficantes de esclavos” porque sabían que esos guaraníes serían esclavizados por el blanco. En fin, los otros culpables de la esclavitud, aparte del tabaco y de los indios norteamericanos y charrúas, fueron los negros, porque si no hubiesen existido los negros, nosotros, los protagonistas, los blancos, occidentales y cristianos, los que tenemos derecho a utilizar de peones rurales a quienes no nos sean lo suficientemente hostiles, no los hubiéramos esclavizado. Ni consumiríamos prostitución infantil si las culpables, las chicas pobres, no existiesen.


"La alfabetización en una zona de miseria sólo cobra sentido en la dimensión humana si con ella se realiza una especie de psicoanálisis histórico-político-social cuyo resultado es la extroyección de la culpa indebida. Esto se corresponde con la expulsión del opresor que está adentro del oprimido, como sombra invasora, sombra que una vez expulsada por el oprimido, precisa ser sustituída por su autonomía y su responsabilidad. ..."
Paulo Freire "Pedagogía de la indignación"

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