domingo, 9 de septiembre de 2007

Semana de la Moutchkine

Esta semana en Cinemateca dan cuatro películas de Arianne Moutchkine, empezando por la imperdible 1789. La recomiendo fervorosamente. Es teatro filmado, más específicamente, comedia del arte, jugada entre la gente, en múltiples escenarios, filmada con ingenio. La historia que narra –porque es narrativa a la manera en que Brecht pedía que el teatro narrara– es la de la Revolución Francesa, desde un punto de vista radicalmente gracusiano, incluso cierran el espectáculo con un discurso de Dracus. Pero si tengo en la memoria un pasaje de esa historia por cómo está contada teatralmente, es el reclamo por proscenio (ambulante) de la participación de Jean Paul Marat. Todos los principales actores son verdaderos expertos en el género; en caso de elegir me quedo con los episodios que involucran los cobros de impuestos, la vida de ambiente rural, dibujados con fuerza expresiva, gracia y comicidad, a pura comedia. Políticamente, celebro con especial regocijo, cómo pinta la película lo que sucedía en las colonias francesas de ultramar. Es muy difícil de encontrar a alguien como Arianne Moutchkine. Mario Arregui, aquel que escribió “el colonialista que todo europeo lleva dentro” se hubiese sorprendido. Va el martes en Cinemateca 18 en sólo dos funciones. 

De yapa, el miércoles tenemos Moliere, el Moliere de la Moutchkine, casi un director de murga por la vida trashumante que lleva de tablado en tablado, a marcha carreta, hasta que seduce a Luis XIV, “Oui, Lui, Lui”. Entonces pasa su genio a ser el todavía obsesivo amante de un teatro dedicado a la vida aún entre las intrigas de la corte. Pero no les cuento más. Vayan a verlas.