jueves, 5 de enero de 2023

Un indolente devenir artístico de la política


 

Cacho Castaña, artista exitoso por autodefinición, “de profesión cantante envidiado por el éxito alcanzado” (canta en “Vida de artista”) dice que “los artistas necesitan sufrir; si el artista no sufre, no escribe. Por eso los poetas son unos cornudos; y yo soy un gran poeta”.


Tiene sus buenos versos y otros detestables por misóginos y machistas y varias composiciones musicales que lo integraron al repertorio de la sinfónica del Colón, con o sin mérito, pienso que con, pero lo indudable, verificable y comprobable, nos guste o no, es la certeza de su boutade sobre el éxito, el arte y el sufrimiento. La mayor parte del arte exitoso trata del dolor, el desengaño, la pérdida en todas sus variantes y en la variante política además.


Vivimos un cambio epocal”, dice con razón Daniel Barrios. La época del Consenso de Washington, con por ejemplo su Afganistán, Libia e Irak, su “qué sólo está Sinhué, ¿qué tal sigue usted?” se llevó consigo a la izquierda del doliente éxito artístico. Hoy las izquierdas revolucionarias no están perdiendo el poder y las izquierdas reformistas no lo ganan lo suficiente para sentir que lo perdieron por un impeachment, un golpe judicial o algún ardid de Bannon, que además son alternantes. Entonces esta época está difícil para que la izquierda la sufra artísticamente.


Tampoco la derecha renovó su “Berlín” ni sus odas al martirio de Stephan Bandera. Volodimir Zelenski, comandante en jefe de los nazis del batallón Azov, les ordenó resistir hasta la muerte en Mariupol, pero salieron del bunker Azovstal, con sus svásticas, sus soles negros y sus cruces gamadas tatuadas, a rendirse y entregarse a las milicias de Donestk.


Se sigue sufriendo en general por las pandemias, por la contaminación ambiental, “de por aire sucio” a “busquemos dónde amanecer”, por la pérdida del amante, “puedo escribir los versos más tristes esta noche” a “me queda grabada tu frase que dice que te ama quien te hace crecer”, por el desengaño, “la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser” a “el eco de mi voz diciendo que al final desaparece”, pero para el sufrimiento de actualidad en las izquierdas necesitaríamos otro buen bombardeo a La Moneda, “allí yo tuve un odio una vergüenza niños mendigos de la madrugada”, a Madrid, “aparta de mí este cáliz”, una Hiroshima en Beijing, por ejemplo, un “Beijing, mon amour” y, de esa dimensión, nostalgias, tragedias y frustraciones renovadas, más recientes. Del plan Cóndor y del muro de Berlín ya pasaron dos épocas.


Es bueno que sigamos recordando aquellos y mejor aún que tengamos acontecimientos menos trágicos para dolernos de actualidad. Además no cesa el relato heroico de los avances del antiimperialismo, del feminismo, de las conquistas LGTBQ, los raps de Daniel Devita entre otros, los cantos de aliento, pero sin masacres de Santa María de Iquique y, si alguien cantó o hizo cine en 2016, cuando la policía de Orlando “liberó” durante horas la zona de la discoteca Pulse, asesinando ciencuenta gays e hiriendo al doble, o la reciente, noviembre 2022, masacre en la discoteca gay de Colorado, las ongs no pagaron para que ese arte se conociera con éxito.


NI EL TIRO DEL FINAL


Tampoco se nos está dando, de milagro, el martirio “glamoroso”. A Cristina le gatillaron dos veces en la cara pero no salió la bala. Lula montó un aparato de custodia totalmente necesario que no dejó seguridad para ningún visitante que la necesitase. No fueron Maduro ni Ortega ni Díaz Canel ni López Obrador, ningún objetivo de francotiradores o secuestros cuya muerte fuese funcional al imperialismo. A Petro quisieron matarlo varias veces mientras fue candidato. Armó su tremendo dispositivo de seguridad. Ahora que es presidente, si lo matan para el yanqui tiene un costo político altísimo y queda de presidenta Francia Márquez. Los otros que fueron a la asunción de Lula, en ese sentido son chuminga. Ni le va ni le viene al yanqui que los maten. Excepto Alberto Fernández, quien si espicha, queda Cristina.


Sicarios de la derecha colombiana al servicio de mandos en USA asesinaron en 2022, en Puerto Príncipe, al presidente de Haití, pero no era de izquierda. Además poco conocido. Jovenel Moîse. Nadie lo victimizó.


No hay más Che Guevara ni Olof Palme, Torrijos, Arafat e Isaac Rabin para blues funerales a la altura poética de WH Auden.


Ahora tendríamos dos “hermosas” oportunidades para letanías de enormes dimensiones históricas y ya se están escribiendo, en Perú y en Bolivia, si no fuera por el “maldito” ejército ruso que le paró el carro a la OTAN en Siria, en Donbass, recientemente en Mali e indirectamente hasta en Yemen. La OTAN está acobardada, además, por la contraofensiva que liquidó al golpe de Almagro en Bolivia en 2020. No es ya la aplanadora de Malvinas.


Y por el “maldito” Estado chino que tiene toda la guita (tecnología vanguardia de la producción e infraestructuras que transfiere) y es el principal socio comercial de ambos países, en rubros que USA no puede sustituir.


El sector del ejército peruano de la doctrina de las etnias aborígenes sobrantes (doctrina que en yanquilandia precedió a la Monroe), todavía conducido por Montesinos, está sobrepasado por la metodología de la movilización masiva en territorio del poder campesino y aborigen, mientras la macrorregión Sur convoca a los 4 suyos a marchar a Lima, pacíficamente y paro indefinido desde el 4 de enero. Metodología ésta tan distinta de la terrorista de Sendero Luminoso (Partido Comunista de Perú por el Sendero Luminoso de Mariátegui), pero aún así terruqueda por la prensa hegemónica.


Héctor Béjar, ex canciller de Pedro Castillo, señala que la existencia de la economía campesina genera inevitable existencia política (economía surgida de la reforma agraria del general Velazco Alvarado que Castillo quiere profundizar). También señala que hoy Lima es provinciana. Aún sin poder económico alguno, los provincianos de Lima podrían constituirse políticamente en confrontación a la dictadura de Boluarte que lleva cometidos 49 asesinatos.


EL SEPARATISMO DE SANTA CRUZ Y EL DE LIMA


El ex gobernador de Santa Cruz Luis Fernando Camacho, arrestado esta semana por orden judicial en la causa Golpe de Estado 1, golpista principal y responsable de las masacres de la dictadura de Jeanine Añez (que fueron cantadas por Devita entre otros, “Orgullo indio”), nunca fue separatista.


Ahora que fue procesado Camacho, vuelve a esgrimirse en Santa Cruz la petición de independencia. Igualmente lo fue durante el fallido golpe de Estado de 2008, sin ningún afán verdadero separatista, sólo para negociar (especialmente con el ejército que en aquella oportunidad abortó el golpe junto a las organizaciones del Movimiento al Socialismo, Instrumento para la Soberanía de los Pueblos y junto a los sindicatos campesinos y obreros), pero en las dos últimas elecciones (la que desconoció Luis Almagro para dar el golpe en 2019 y la de 2020) la única opción programática independentista presentada a las urnas, la del liderazgo de Ortiz, no obtuvo más del 3% de los votos.


Curiosamente, Jeanine Añez, hoy encarcelada ex dictadora, pertenece al sector político de Ortiz y siendo presidenta usurpadora de Bolivia, jamás planteó la separación de Santa Cruz.


Es que los intereses económicos de Santa Cruz no se consagran para nada en el separatismo, sino en la explotación de toda Bolivia para beneficio de una oligarquía cruceña ultraderechista, que representa Camacho.


Por eso, ridículamente, Camacho entró en 2019 al Palacio Quemado en La Paz con una biblia gigante para jurar al estilo autoproclamado de Guaidó, su toma del poder. Camacho con apoyo policial y militar brutalmente represivo. Mientras Guaidó se paseaba por Caracas con cientos de cargos para estar preso (“no le interrumpamos las equivocaciones”, decía Diosdado Cabello), Camacho bombardeaba por aire marchas civiles en El Alto y en Cochabamba. 47 muertos.


Andrónico Rodríguez, Presidente de la cámara de senadores y dirigente de las 6 federaciones del Trópico de Cochabamba, al informar la detención de Camacho puso énfasis en que, para Bolivia, la actuación intachable de su aparato de Estado en el cumplimiento irrestricto de los derechos humanos juzgando a los dictadores, “es en consolidación de la vía electoral a la democracia popular”. El sueño de Salvador Allende hecho realidad. Tiene el único antecedente triunfante en nuestro continente de Venezuela (México va en camino). Antes, 1959 en Cuba, 1979 en Nicaragua, se alcanzó la democracia popular con permanencia por la vía armada fundamentalmente.


En tanto en Lima, un congreso que vive en una burbúja (separatismo fáctico) se aboca al crimen de impedir las protestas del pueblo del norte y sobre todo del sur y, con ello, la resistencia a las mineras yanquis y el tren del Sur Perú-Bolivia-Brasil, pero me da la impresión de que los indios también la terminan ganando en Perú, para mayor caducidad de 649.574 películas de Hollywood.


Somos la generación que presenció la gran hazaña de la especie humana en la historia universal, 800 millones de chinos salieron de la pobreza en 30 años. Pero a esto no le canta nadie porque es antiartístico. Es el orgullo de haber sido pobres proletarios revolucionarios resistentes y el placer de no ser pobres nunca más.

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