jueves, 12 de diciembre de 2019

El “republicanismo” argentino





“La lealtad es a dos puntas” dijo Cristina en Plaza de Mayo. “Algunos la entienden mal, la entienden como seguidismo, pero el pueblo no es sonso ni tonto, es leal y está siempre cuando el dirigente lo defiende y lo representa… No te preocupes por las tapas de los diarios. Preocupáte por estar en el corazón del pueblo”, le dijo a Alberto.

Y Alberto apuntó principal y directamente a los medios y a la justicia. No lo amedrentó el linchamiento mediático, por el contrario: lo denunció. Y fue muy categórico con la vergüenza en que la embajada yanqui transformó a la Justicia argentina para perseguir a los políticos populares y nacionales.

Los yanquis se enojaron. Retiraron a su enviado en cuanto vieron –aunque ya sabían que iban a estar– que también habían sido invitados, Jorge Rodríguez –Ministro de Comunicación de la República Bolivariana de Venezuela–, Rafael Correa, Miguel Díaz Canel y sobre todo, que Cristina se había reunido el mismo 10 de diciembre con los delegados chinos y rusos. Finalmente quedó solo el embajador de USA chantajeando a Alberto el 11, recién después de que Alberto se reuniera con Díaz Canel (eso fue lo que ganaron los yanquis con el berrinche). A la salida el embajador de USA dijo que iban a ayudar a Argentina en las negociaciones con el FMI.

Funciona así. Te respetan cuando no te arrodillás, como ha comprobado de Trump, Manuel López Obrador, quien nunca se burló del Presidente yanqui pero siempre le puso el límite infranqueable de la soberanía mexicana.

Al día siguiente que Alberto y Cistina, el 11 de diciembre asumió Axel Kicillof  la Gobernación de Buenos Aires. Otro acierto enorme –inversamente proporcional a la estatura física de Axel– de Cristina. Un cuadro muy bien elegido entre los del gobierno nacional y popular más reciente experimentado. Ex Ministro de Economía, el licenciado Axel Kicillof –Kicilove para sus fans– asumió con mayoría absoluta de votos en primera vuelta, con desafíos tan enormes como los de Alberto en Presidencia.

Terminar con el hambre es la prioridad y poner a Argentina nuevamente de pie.

Nada más realmente republicano que el Frente de Todos y la coalición que pueda hacer en el parlamento con peronistas de Lavagna e izquierdistas de Del Caño. ¿O de veras cree Luis Brandoni que es republicano entregar las empresas públicas (la “res pública”) como lo hizo Macri, gobernar con la oligarquía para el imperialismo en toda la línea, imponer jueces a dedo, armar causas, sobre pautar en la plutocracia mediática…?

En fin, los uruguayos somos lo bastante menos en volumen de población que los argentinos como para que entre nosotros no haya surgido un zurdo más habilidoso que Maradona o Messi, o un periodista tan execrable como Lanata ni un ciudadano tan aparentemente choto como Brandoni. Básicamente ellos son más, pero en republicanismo, hoy, sólo se nos comparan desde los peronistas hasta los trotkistas, sin pasar por ningún partido integrante de “Cambiemos” (y no olvidemos a los pioneros de los bombardeos aéreos a las poblaciones civiles, la luftwaffe a Durango y a Guernica en el mundo y en nuestro continente Castillo Armas a la capital guatemalteca en 1954 e Isaac Rojas a la Plaza de Mayo en 1955; esa plaza que fue estos días y noches el escenario de la fiestas de medio millón de argentinos emocionados y jubilosos porque definitivamente –así lo creo– echaron a los falsos republicanos del gobierno).  

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