domingo, 21 de diciembre de 2014

Cambié mi voto: me quedan Bergara, Andrade y Cosse

Ya sé que la política no es fútbol. Si fuera fútbol no escribiría esta nota. Porque no tendría con quiénes confrontar.

Hace una punta de años, cuando el noventa por ciento de los medios y de los periodistas de fútbol fustigaba al maestro Oscar Tabárez por haber citado “repatriados” a la selección, para las eliminatorias y para el Mundial (todos decían que había que jugar sólo con jugadores del medio local y así se hizo luego), escribí un libro argumentando por qué había que poner a nuestros jugadores “de afuera”. Pensé que cortaría tela para rato. Conseguí que el maestro presentara la primera edición y escribió un texto que prologó la segunda, pero me pasó algo atroz:

No bien se estaba agotando a toda máquina la segunda edición, me quedé sin oponentes. Ya nadie sostiene aquello que sostenían y los que lo hacían se cuidan muchísimo de que nadie lo recuerde. Publiqué otros libros de fútbol luego, pero sobre otras historias. ¿Con aquella qué puedo hacer? Una película de romanos.

Es como si a Yoani Sánchez se le terminara la revolución cubana o a Fernando Savater el independentismo vasco. Si el imperialismo hubiese desaparecido, ¿cuánta plata hubiese perdido Galeano? ¿Qué libro le hubiese regalado Chávez a Obama? ¿"El fin de la historia"?

Cuando Francis Fukuyama publicó y vendió rápido "El fin de la historia" yo ya sabía por experiencia propia que el tipo estaba macaneando. Si esa historia hubiese verdaderamente terminado, él hubiera publicado sobre otra historia.

Así que escribo sobre la formación titular del Frente Amplio para las elecciones departamentales, precisamente porque no es fútbol.

GOLES EN CONTRA

El primer gol de los descuentos de la derecha en las anteriores departamentales fue un gol en contra que se hizo el Frente Amplio. No es fútbol pero se parece.

Los principales dirigentes del Frente le dijeron a la gente que Daniel Martínez era bárbaro para candidato a Intendente de Montevideo, sólo que ellos preferían a Carlos Varela, pero resulta que cuando Carlos se retiró y quedó solo Daniel con el apoyo de las bases, los dirigentes lo vetaron. Entonces para ellos no era bárbaro. Le mintieron a la gente. Se nos burlaron.

El segundo gol también fue en contra. Lo cometió una organización que ya no representa a sus bases, cuando, por intereses sectoriales mezquinos, para evitar que de todos modos saliera Daniel, impidió que la gente eligiera el mejor candidato directamente en las elecciones. Estos dos primeros goles, especialmente el segundo, dejaron el ánimo pal orto a la hora de salir a pelear votos.

DANIEL VENGARÁN

Trotsky Vengarán fue y es una de las mejores y más populares bandas del punk rock uruguayo.

El partido trotkista-posadista del país, fundador del Frente Amplio, El Partido Obrero Revolucionario (POR), con un caudal electoral importante para su fuerte especificación científica, se la jugó siempre por Daniel.

En 2009 podía verse el cartel saliente de la fachada de su sede central de la calle Guayabo, proclamando “Daniel Martínez Presidente” con la foto del que entonces sonaba como presidenciable por una tercera opción en la interna del FA, que finalmente lideró Carámbula, también con apoyo del POR. La misma foto, pero con la consigna “Daniel Martínez Intendente”, se vio en 2010 en el mismo cartel junto con sus tradicionales lemas: Frente Amplio, Constituyente, Socialismo. Cuando denunciamos, tras el veto que le interpusieron en el Congreso, “prácticas estalinistas en el Frente Amplio”, los dirigentes al implementarlas levantaron la consigna: “Daniel Martínez Embajador en México”.

Daniel no era mi candidato. Me parecía tan bueno como Carlos y si corrían los dos, yo votaba a éste, pero el caso Martínez me posibilitó una catarsis muy especial: votar al Partido Socialista, al que consideré siempre mi rival directo entre los compañeros, a la vez que el principal aliado.

La rivalidad no era por las lecturas históricas, que me acercaban más al POR o a los Grupos de Acción Unificadora (GAU), que lideraba Héctor Rodríguez, sino por el peso concreto de Rodney Tibaldo Arismendi (del Partido Comunista) y de Vivian Trías (del Socialista) –con sus pequeñas importantes diferencias, sobre la existencia uruguaya de una burguesía nacional y el papel continental de otras–, que, en mi perspectiva, conjugaban el devenir del FA.

Después fui oyendo cómo la gente del Bebe Sendic, que antes despreciaba la teoría, había salido de la cárcel hablando en criollo algunos aspecto de la línea de Arismendi (Rodney), pero sin la generosidad sectorial del PCU (no los juzgo por eso, simplemente lo constato; en ocasiones los encontré sabios por no ser dadores de sangre política –en especial al PS, que no se ha caracterizado por la generosidad–; en otras, como ésa de las candidaturas a la IMM en 2010, incomprensiblemente sectarios).

El POR, el PS, el Movimiento al Socialismo y los otros que ya postulamos a Daniel Martínez para candidato a Intendente en 2015, estamos promoviendo el desagravio público de Daniel, que será desagravio de la gente y de la propia fuerza política Frente Amplio.

Pero no como promovió el PCU, en 1956, el desagravio de Héctor Rodríguez, dirigente textil y ex dirigente del propio PCU, que había sido defenestrado por la dirección estalinista de Gómez Chiribao. Porque aquel fue un desagravio falluto, del tipo “tiene razón pero marche preso”, “volvé pero a la cola” y el futuro fundador de los GAU y del Frente Amplio, no lo aceptó. Daniel será desagraviado con la abolición de las “mayorías especiales” que terminan imponiendo el criterio de las minorías y con la universalización del voto frenteamplista, o sea: que nunca más se decida por dedocracia y por minoría, lo que se puede decidir por voto universal y secreto y por mayoría.

Para mayo de 2015 tendremos en el cartel del POR la foto de Daniel y nuevamente la consigna “Daniel Martínez Intendente”. Será tal la reparación, que hasta Bujarin en su tumba, junto a millones de represaliados, la celebrará agitando punk rock.

EL RESUMEN GANADO

Daniel quedó de suplente en aquel 2010 de la maniobra que ocasionó pérdida de votos. Daniel aportó al equipo sumando con la 90, cuidando la unidad, a pesar de los pesares. Después trabajó cinco años bien abajito con las bases y estos dos últimos añitos se preparó técnicamente para lo más específico de la función de Intendente Departamental de Montevideo. Estudió y agregó conocimiento al que ya tenía, como Ingeniero y como director de empresa. Ahora ya está planteado abiertamente y va a ser muy difícil que le quiten la titularidad con pactos entre tinieblas.

No pretendo que juegue solo. Si el Frente quiere poner dos o tres candidatos, que la gente decida. De última confío más en el criterio de nuestro pueblo que en el de nuestros dirigentes y, si vamos a equivocarnos, es preferible hacerlo entre todos.

Que no haya que volver a decir: “¡Qué jugador y no lo pusieron!”.

POSDATA

17 de noviembre de 2018, sábado:

El jueves vi a Daniel en las telenoches del oligopolio sugiriendo que había que sacar a Bonomi. El viernes oí a la oposición rugiendo: "¡Fuera Bonomi! Si hasta Martínez lo dice...".

Yo iba a volver a votarlo, ahora que Daniel, tras cuatro años de muy buena intendencia, es, otra vez, presidenciable, pero un poco de coherencia no viene mal. La misma vara con que lo medí para apoyarlo entonces, ahora lo descarta por el mismo motivo, Me quedan tres candidatos, Bergara, Andrade y Cosse.

Porque además no es cierto que los medios, a otro Ministro de Gobierno (del Interior) frenteamplista, vayan a pegarle menos que a Bonomi ni con menor estrago para el Frente. Al que tenemos que cambiar es al juez, la correlación de medios, que tiene la cancha flechada, pero, lamentablemente, de eso tan determinante el FA no se ha encargado, sino por el contrario.

Por supuesto, si gana Daniel la interna del Frente Amplio, lo voto a Presidente, con el mismo fervor que a cualquiera de las tres que puedo votar también en primarias.

No hay comentarios: