martes, 1 de junio de 2021

Se cumplió un año de la reapertura ininterrumpida de todos los teatros... en China

 


Foto: Facundo Tabó, de La Prudencia, Arteatro


El 10 de mayo de 2020 la agencia Atlas News y los diarios ABC y Público, de España, replicaban la noticia de los medios chinos informando la reapertura de los últimos teatros en reabrir en la República Popular China, tras la cuarentena por COVID, el Gran Teatro de Wuham y El Huevo de Beijing con 6500 localidades.

El gobierno chino anunció a principios de mayo del año pasado, la reapertura de todos los teatros (faltaba los de Wuham, que empezaron a funcionar con medidas de precaución): “el personal se prepara ya para recibir a los primeros espectadores. Tras controlar los contagios, China ha dado luz verde a la reapertura de cines, instalaciones deportivas y teatros. Al menos durante un tiempo habrá que acostumbrarse a los geles desinfectantes, también los termómetros digitales que miden la temperatura de los asistentes antes de entrar a las salas”.

En Uruguay algunos teatros reabrieron a fines de julio, otros no pudieron hacerlo y siguen cerrados o ya liquidados, vendidas y rematadas, sus instalaciones y plantas lumínicas e incluso sus plateas y, los que pudieron reabrir lo hicieron respetando los protocolos, que al alcohol en gel y los termómetros agregaba un aforo máximo del 30 % de sus localidades. En diciembre hubo que volver a cerrarlos todos por el brote de COVID con pérdida del hilo epidemiológico. Al 6 de junio 2021 todavía permanecen todos cerrados y no hay signos de posible futura reapertura.

¿Cuántas salas pueden reabrir, después de haber pasado más de un año o casi un año sin ingreso alguno y pagando los servicios y el BPS las que mandaron a sus técnicos a seguro de paro? ¿Cuántos técnicos y actores sin cobertura pueden volver después de sortear la epidemia?

Aparte del de la Sociedad Uruguaya de Actores (SUA-PIT-CNT), de la Federación Uruguaya de Teatros Independientes (FUTI) y de la solidaridad gremial y social, el apoyo del Estado fue insuficiente. Incluso el Ministerio de Cultura le quitó a FUTI la mitad de la subvención anual que en tiempos normales, antes de 2020, recibía para unos pocos de sus gastos. A cambio se implementó por parte del MEC “butaca solidaria” para los espectáculos que pudieron exhibirse y paliativos de la IMM a las salas y artistas sin ningún ingreso, y alguna que otra medida estatal con montos y alcances muy insuficientes.

El sábado el MEC va a realizar la primera experiencia de un “pase responsable” en un espectáculo público: los asistentes deberán realizarse un test de antígenos antes de ingresar. El MEC aclaró que este “pase responsable”, una vez implementado, no será obligatorio. “Esto es para aquel que quiera aumentar el aforo”.

El equipo de La Prudencia, de Arteatro, que lleva tres meses en cartel sin poder estrenar, tomó posición porque la sala se reabra lo antes posible y puestos a elegir, que sea con aforo limitado antes que con test obligatorio.

La experiencia demostró que no hubo foco epidémico en funciones con distanciamiento corporal de más de metro y medio entre los espectadores que no concurren juntos. Es imposible contagiarse en una sala teatral con ese protocolo. Se está más seguro que en casa, donde la movilidad es mayor y se produjeron, intrafamiliares, gran parte de los contagios, que en la oficina, el taller, el comercio, el ómnibus, el bar, el restorán, el avión, el Shopping y ni qué decir, el free shop con cientos de brasileños que cruzan la frontera.

El Ministro Da Silveira explicó que la idea es “que cada actor cultural pueda decidir su uso en función de las condiciones en las que opere. No está pensado para ser impuesto al conjunto del sector”.

La Federación Uruguaya de Teatros Independientes se había expresado: “El gobierno plantea un plan piloto desconociendo todo lo trabajado hasta ahora. Hay protocolos que son totalmente dejados de lado y vamos a esto, que implica que la gente que vaya al teatro llegue 45 minutos antes para someterse a un test, después del cual le dirán si puede entrar”.

“Además del gran desequilibrio económico, le agregan esto. Consecuencia: la gente se va a quedar en la casa. Se prohíbe y se seguirá prohibiendo, así, el hecho artístico. Esto puede ser la estocada final a la cultura”.

Coincidimos con FUTI, es preferible, incluso por seguridad del público, porque los test rápidos no son definitivos, si dan negativos en las consultas médicas cotidianas, se aconseja hacer hisopado, es preferible que se mantengan los protocolos ya trabajados y probados efectivos.

Personalmente no culpo en exclusiva al gobierno de que estemos en esta horrible situación. El gobierno es el máximo responsable y culpable porque toma las decisiones o las indecisiones políticas, en todo el espectro, pero -personalmente, reitero y desde mi personal adhesión frenteamplista, que no es la de todos nuestros artistas (aunque a veces me da la sensación de que a todos están haciéndoles pagar vendeta porque la mayoría somos de izquierda)- considero que además la oposición es otra culpable, porque sigue deslumbrándose con lo que hicieron los gobiernos imperialistas de España, Francia, Reino Unido y Nueva York, con una mentalidad colonizada de la que surge copiar estos experimentos, igual que se copió, desde un comienzo, la pésima gestión de la pandemia que hicieron esos míticos lugares, donde nunca se propusieron eliminar el virus, sino tan solo “aplanar la curva”, “ganar tiempo”, “mitigar consecuencias” y así les fue de horroroso. (Por excepción, hubo un par de altos dirigentes opositores lúcidos, los médicos Tabaré Vázquez -ya fallecido- y Marcos Carámbula).

Pero del resto, parece que nadie se fija en los países que hace más de un año se libraron del virus, Nueva Zelanda, Vietnam (que ahora demostró también sus avances tecnológicos, descubriendo, en sus drásticas medidas fronterizas, una nueva cepa indobritánica), Islandia, China, entre otros; sin tantas confusiones ni aturdimiento hacen vida normal con crecimiento económico desde abril de 2020. Por eso celebro más de un año de la reapertura ininterrumpida de las más de siete mil salas de teatro de China continental. Confío que vamos a lograr con las vacunas lo que ellos lograron tempranamente con decisión política.

El problema es que la totalidad de nuestros medios de comunicación miran un mapamundi que no refleja el mundo actual sino uno del siglo pasado. El mapmundi con el océano Atlántico y el mar Mediterráneo en el centro, a los efectos operativos, es igual a las cartografías que se usaban en Europa antes de Cristóbal Colón. El mundo de hoy pasa en un sesenta por ciento por el océano Pacífico y en otros significativos porcentajes por el mar Negro, el mar Rojo, el estrecho de Ormuz, el Ártico y el Antártico, que tiende a fortalecerse a la espera de los resultados electorales del domingo en Perú y México.

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