viernes, 8 de febrero de 2019

Ayuda humanitaria


Cuando se estableció la disuasión nuclear empezó algo más que la guerra fría, empezó un cambio de eje geopolítico que demoró bien poco en demostrar sus consecuencias porque la historia se acelera exponencial desde que el antiimperialismo destraba las fuerzas productivas de la humanidad.
Antes de la disuasión nuclear, los adelantos de las armadas en particular y de la guerra ofensiva en general -más veloces por mayor rentabilidad que los terrestres y defensivos-, propiciaron durante trescientos años, el dominio geopolítico desde las periferias de la isla global territorial, definida por Mackinder, el padre de la geopolítico, como un imaginario continental desde Vladivostock hasta Ciudad del Cabo.
Con la bomba atómica poniendo un techo al desarrollo ofensivo (napalm, agente naranja, fósforo blanco,, todo lo que USA trajo a Vietnam y algunos horrores más que trajo dentro de la guerra convencional a Panamá, a Serbia, a Afganistán, a Irak con uranio enmpobrecido y a Libia, entre muchas otras agresiones) mientras la guerra defensiva se desarrollaba sin límites (túneles Ho Chi Ming, trenes "blindados" bala, sobre todo chinos), haciendo que lo que antes era desembarco de marines, ocupación militar, gobierno y control total de tipo colonial primero y luego imperial, ahora fuese derrota militar, estancamiento de la ofensiva (a partir de Corea), golpe a lo que puede y no a lo que quiere, resignando además el control, entregándolo (como en Irak a Irán) o convirtiendo al país invadido en tierra de nadie y Estado fallido (como en Libia) o empantanamiento eterno de tropas.
Muchas veces USA golpeó principalmente para mostrar que todavía puede golpear a alguien, por eso siempre terminaron más dañados sus aliados que sus oponentes (Saddan -al quien hicieron pelearse con Irán para luego invadirlo a él, no a Irán que iba a resistir a muerte-, Noriega -ex agente de la CITA incapaz de boletearse, los hijos de Gadafi que se arrodillaban ante "occidente"  y todos los países que por no enfrentar al imperialismo fueron carneados como corderos y están en la parrilla del FMI, el BM, de los fondos buitres y necesitados de verdadera ayuda humanitaria que jamás les llega).

Donde Usa gana todas las guerras a sus enemigos (incluso a aquellos con tecnología nuclear a los que no osa tocar en la realidad real) es en el cine y en las series de Netflix.

Pensando en Venezuela

El núcleo duro del centro territorial de la isla global está conformado por las potencias de China, de Rusia, de Alemania, Eurasia, Europa Central y Turquía.
América es marginal.
África está antes que América, en la ruta de la seda, el único proyecto global integrador defensivo de libre comercio.
África integra también políticamente la isla global, con la propia Unión Africana, heredera de la OUA, junto a otros organismos regionales que la integran: el 16 más 1, (toda Europa Oriental y Central más China -bastante mas cierto y potente que el forzado y desaparecido COMECOM) El Foro de Sahngai (toda Eurasia en torno a la unión sinorrusa -bastante más voluntario y fuerte que la Unión Soviética que felizmente tuvo un artículo constitucional fundacional de Lenin al que acudir para implosionar), la ASEAN (Asia Oriental más China). Todos de libre comercio y de libre asociación política, con auténtica autodeterminación de los pueblos.
Si pensamos, como estamos pensando, en Venezuela, no debemos olvidar otra organización político económica, la OPEP, (organización de países productores de petróleo) que apoya a Maduro y tiene su epicentro geográfico en la isla global, o sea: lo apoya hoy y mañana, no depende de ciclos económicos fluctuantes como dependieron los BRICS, circunstanciados por los grados de deslocalización de capitales.
Cuando las revoluciones rusas irrumpieron en 1905 y 1917 en aquel panorama geopolítico de dominio periférico, lo hicieron finalmente triunfantes justamente en el eslabón débil de la cadena imperialista que en ese momento era el imperio ruso, en el centro territorial de la isla global. Dicho en criollo, la tuvieron que remar el doble o el triple de lo que Marx había previsto al decir que la revolución se iniciaría en los países más desarrollados, pero como Rosa Luxemburgo y Lenin explicaron, la fase imperialista del capitalismo determinaba, fatal, que las condiciones revolucionarias se dieran en los eslabones débiles.
Una vez instalada la “guerra de posiciones” (Gramsci), fracasado el intento de “revolución mundial”  el derrotero estalinista carente de principios y contrario a la Nueva Política Económica de Lenin, desaceleró el tren de la historia, pagó un costo altísimo, casi pírrico por derrotar la intervención de Alemania, Checa, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, los bloqueos, las sanciones y maniobras financieras -Francia siguió comprando al alza bonos de deuda zaristas hasta entrados los años treinta-, los sabotajes y luego la invasión nazi (alemanes, polacos, finlandeses, ucranios, húngaros, croatas y otros fascistas –todos con resistencias internas en sus países- apoyados por el pacto de Munich con las principales potencias imperialistas, con Japón e Italia en el eje con Alemania, USA detrás de la Inglaterra de Churchill y Chamberlain, la Francia de Vichy y todos detrás de Hitler.
Esta última guerra mundial imperialista dejó eslabones débiles en Asia, revolución en China (1949), luego de derrotado el imperio japonés, tras secular lucha de guerra popular prolongada china, victoria de la guerra popular prolongada vietnamita contra Francia (ya había derrotado a Inglaterra) pero la situación vietnamita bastante insular, fue aprovechada por los yanquis para una nueva invasión que terminaría en 1975 con la entrada en Saigón del ejército de Ho Chi Ming. Y un dirigente europeo que dejó dicho el verdadero interés económico, comercial y político de su región, “una Europa de Brest a Vladivostock". Charles De Gaulle.

No da el espacio para enumerar los padecimientos a que sometió el imperiallismo con su guerra económica a esas nuevas revoluciones. Baste decir que la hoy primera economía mundial, China, sufrió millones de muertos por hambrunas durante las tres primeras décadas de su despegue. Venezuela no sufrió ni sufre tanto como sufrió Cuba o la Nicaragua agredida por los contras. Cada revolución nueva debe agradecer la parte desbrozada de su camino al heroísmo de las anteriores, empezando por La Comuna de París.

La revolución a las puertas de Londres y de Washington

África se descolonizaba mientras América La Nuestra corría la peor suerte secular vigésima. Al decir del presidente mexicano Lázaro Cárdenas: “¡tan lejos de Dios y tan cerca de USA!”
Sin embargo (o, mejor dicho, con embargo y bloqueo) aun así, Fidel Alejandro Castro Ruz quebró la guerra fría, la hizo tierna con el Che, Como Ho, maestro de la táctica, la isla de Cuba encuentra los caminos para aislar a su gigante y agresor vecino.
Lo nuevo hoy (lo que no dicen las noticias ni siquiera las pocas veces en que no son faltas, porque las noticias periodísticas son siempre esclavas de lo efímero), lo nuevo es que en la OEA el yanqui Bolton-Botón no tuvo mayoría para votar contra Venezuela, al punto que el CARICOM, México, Bolivia, Nicaragua, Uruguay y seguramente el Pepe Mujica, piden que sea destituido el funcionario Almagro por desacato.
En los años sesenta sólo había quedado México reconociendo a la pionera Cuba.
En el ámbito mundial, lo nuevo es, sobre todo, la unión sinorrusa.
En tiempos de “guerra fría”, el gigante euroasiático y el asiático mantenían su milenaria digresión, pero desde la NEP dirigida por Putin y sobre todo desde las torpes sanciones de Obama a Rusia, el ritmo de integración entre las dos mayores economías de la isla global, que además son asimétricas, es vertiginoso, mientras en lo que se llamó “campó occidental”, Europa ya no sigue a USA a pie juntillas y ahora, para este caso de Venezuela, con una ayudita humanitaria de México, Uruguay y la mayoría de la OEA.
El principio del fin de la forzada “unidad atlantista” fue la caída del muro de Berlín, la disolución de la Unión Soviética, del llamado “bloque socialista”, del lastre que significaban para Rusia, como fue el principio de la eclosión desaforada de las contradicciones Sur-norte. Este cronista (en aquel entonces reportero de La Hora Popular y notero de Brecha) lo celebró con grappa, aun comprendiendo las dificultades que agregaba a Cuba.
Pronto, el bombardeo de Solanas (PSOE) a Belgrado (1999) unió a Alemania con Rusia enfrentando a USA, en los inicios de la cancillería alemana de Gerhard Schröder (Socialdemócrata, canciller entre 1998 y 2005), quien instauró la costumbre de realizar una visita anual a China.   
Desde entonces los tríos de máscara de proa de las invasiones yanquis no contaron con Alemania (España e Inglaterra con el amo Bush en Las Azores; Francia e Inglaterra con el humillado Obama en Libia –para Obama, que en su juventud escribió un prólogo a una biografía de Mandela, que su Secretaria de Estado haya ido a proferir ante el cadáver ultrajado del mayor socio de Mandela en África desde tiempos de la OUA, “vimos, vinimos, murió”, no tiene antecedente histórico de emperador más pusilánime-).
Y Alemania desobedeció la orden de Obama de no negociar con el gas ruso y enviar tropas a Ucrania.
El pasaje de la bipolaridad de la guerra fría a la multipolaridad actual fue el suspiro de una década (89-99). La china de Ian Zemng ya estaba cosechando el legado de Deng Ziaoping, tras la sufrida acumulación de capital en los gobiernos de Mao Zedong que dieron base sustentable y potencial a las reformas denguistas.
Donald Trump optó por desechar el mediano plazo de una causa imperialista perdida, replegó tropas en Medioriente y dialogó con Putin, con Xi Jimping y con Kin Yon, concentrándose en el corto plazo para recuperar la economía yanqui.
Su “primero América” no es exactamente un “back home” pero se vuelve incluso una terrible amenaza para América La Nuestra cuando los “demócratas” le ganan la cámara de diputados, los dueños del aparato industrial armamentistas lo festejan explícitamente y los tres halcones más caricaturescos de la historia, Pence, Pompeo y Bolton le proponen a Trump una salida cesarista atacando a Venezuela.
¿Cómo le llaman? “Ayuda humanitaria”. El mismo nombre que le pusieron en Libia, Siria e Irak.
En el caso de Venezuela la “ayuda” se publicita después de veinte años de acoso, guerra económica, intentos de golpes de Estado casi diarios, bloqueos financieros que le impiden comprar medicamentos y alimentos e, imitando el cinismo de sus mayores colonialistas europeos, lo que USA ofrece son migajas de lo que le han robado y roban, precisamente en parte de esos alimentos y medicinas que no dejan que Venezuela compre.
Pero he aquí que en la reunión de Montevideo, Uruguay comprometió a varios cínicos más viejos y mañosos y mafiosos, con muchos siglos de hipocresía colonialista en sus bagajes (Alemania, Italia, Gran Bretaña, España, Portugal...), para que abran una oficina de la UE en Caracas que "despolitice" la falsa solidaridad que llegaría a Venezuela. Dice GC (TNU) que "el giro de Uruguay al reunirse con la UE hizo su posición creíble". ¿Desde cuando la injerencia es más creíble que la libre autodeterminación de los pueblos? Ni siquiera para el peor pragmatismo antihumanitario. Además dice que la UE nos prestigió. Digo yo que no somos un dechado de virtudes pero tampoco merecemos tan horroroso prestigio (Kurtz, Conrad, "El Horror").

El "contacto"

Para la verdadera solidaridad estamos la gran mayoría de los países de la ONU -198 países contra 34.,, pero el “contacto” de la UE, ¿es un obstáculo más al plan yanqui o una facilitación?, mientras el Mecanismo de Montevideo (Uruguay, México, Bolivia, CARICOM), aceptado para el diálogo y la negociación por Nicolás Maduro, desnuda todavía más el belicismo cobarde y vendepatria de la oposición venezolana desde Miami y Bogotá.
La UE no lo hace porque la hayamos manipulado. Son también sus intereses los que están en juego. Italia, por ejemplo, que no reconoció a Guaidó (un gobierno de ultraderecha, ¡despue´se preguntan en la internacional socialimperialista por qué pueblos tan europeos y "occidentales" votan antisistema!, tiene inversiones en el Orinoco. Grecia, como su pueblo dice “es Venezuela”. Alemania ya arruinó el pastel yanqui imponiendo los tiempos de Merkel usando al trémulo Sánchez (imaginemos el impacto que hubiese tenido una postura común inicial de países europeos como pretendió Sánchez llamando a Guaidó al día siguiente de su autoproclamación sin voto popular -la de Guaidó, vale aclarar, porque las carencias de voto popular de Sánchez y del rey de España son tan notorias como las de sus socios saudíes y hondureños, sin ir más lejos de Venezuela- y algunos quieren creer que pueden participar de la rapiña, pero saben que últimamente, cuando los yanquis bombardean, no queda nada ni para ellos..
Aunque es verdad que el gobierno de Venezuela necesita ayuda, mucho más ayuda necesitan los gobiernos de Inglaterra, Francia, España e Italia, que están los cuatro al borde del abismo y tan desesperados como Trump.
En fin… la historia es dialéctica. Si Argentina le gana a Macri en octubre es probable que la parte de América que termine más aislada sea la del norte del muro de Clinton-Bush-Obama-Trump (en orden de sus sucesivos constructores), especialmente Canadá, tan gendarme de USA que se ha puesto.
Y de Europa ya es Inglaterra la más periférica.
Sus prontuarios van a dificultar que alguien quiera ayudarlos “humanitariamente” como ellos ayudaron a la Europa de posguerra porque era fronteriza con el "comunismo". No hay motivos geopolíticos como sí tiene China con Israel, por ejemplo, que está en medio de la ruta de la seda, por lo que China está ayudándola a intentar desalinizar Mediterráneo. El plan Marshal sí fue ayuda, aunque defensiva, no humanitaria, como lo fue el "estado de bienestar" como respuesta producto genuino de la revolución rusa. Marshal fueron miles de millones de dólares actuales, condonó deudas, abatió aranceles que hoy Trump quiere corregir, pero....

...por otra parte, al volverse eslabones débiles de su propia cadena, si Berrnie Sanders en EEUU y Jeremy Corbyn en RU, lo piensan con ciencia revolucionaria, es posible que Fukuyama no haya estado tan errado, después de todo, acerca del fin de las ideologías.
Cuando relea este vuela teclado voy a encontrarlo seguramente demasiado aparentemente objetivo, como intentan aparecer los relatos en la telebasura, así que remato con un grito surgido de estas horas pero no menos histórico que la ciencia de Mackinder:
¡Viva México!

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