MisesReport publica, con el título OMS se echa para atrás, ahora respalda la
política de no cuarentena de Suecia.
“La
Organización Mundial de la Salud volvió a caer más bajo sobre el coronavirus,
después de que respaldó las medidas desproporcionadas y autoritarias del
régimen despótico chino, ahora sale a respaldar la política Sueca de no
implementar un bloqueo total.
Suecia
decidió no imponer un bloqueo total, manteniendo abiertas muchas partes de su
economía, manteniendo a los niños en la escuela y aconsejando medidas
voluntarias de distanciamiento social, así como alentando a las personas
vulnerables a permanecer en el interior.
A pesar de
recibir un aluvión de críticas, la política parece haber funcionado. Suecia
tiene un menor número de muertes per cápita que el Reino Unido, que impuso un
bloqueo total, está en camino de desarrollar la «inmunidad colectiva» y logró
todo esto sin destruir su economía.
Al haber
abogado inicialmente contra las cuarentenas antes de alabar a China por imponer
su represión draconiana, la OMS aparentemente ha cambiado su tono una vez más.
El Dr. Mike
Ryan, Director Ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización
Mundial de la Salud, señaló que el sistema de salud de Suecia no se ha visto
abrumado y que su gobierno tenía razón al confiar en su gente para
autorregularse.
Ryan ahora
dice que el enfoque de Suecia debería ser un «modelo» para otros países a medida
que comienzan a aliviar los bloqueos.
«La OMS
inicialmente se opuso, luego abrazó los bloqueos, y ahora aparentemente ha
vuelto a oponerse a ellos nuevamente», informa Zero Hedge. «¿Recuerdas la
última vez que la OMS alabó un enfoque» modelo «para combatir el virus?
Elogiaba los estrictos bloqueos de China».”
El de MisesReport es un perfecto ejemplo de
Fake news. Se presenta a manera de noticia, con título taxativo y en ningún
momento la nota dice lo que el título afirma. No hay un solo entrecomillado de
declaración alguna de la OMS (podría haberlo y ser falso pero ni siquiera), el
único entrecomillado corresponde a un comentario de una agencia poco reconocida
con el adverbio “aparentemente”. Incluso la nota, que no cita a la OMS, en su
única referencia directa a ella dice “aparentemente la OMS ha cambiado su tono
una vez más”, y no hay ni aparece ningún comunicado ni oficial ni oficioso de
la OMS, que pueda aparentar ni ser nada al respecto.
Adjudica a
un director de programa una intención de un informe. Informe que tampoco parece
ni aparece. Califica de “draconiano” lo que dice que apoyó la OMS en China,
cuando lo último draconiano que hizo China fue en 1911 cuando instaló la
República, ni siquiera la revolución del 49 toma algo de Dracón. Lo que la OMS
constató y el gobierno chino aplicó respecto al virus fue “cuarentena drástica”
en un solo departamento del país, Hubei, y, especialmente en su capital Wuham.
En el resto
del país las medidas tomadas tuvieron distintos grados de flexibilidad. El
único dato duro y cierto de la fake es que Suecia tuvo un pico de brote menos
alto que Gran Bretaña, pero omite que las medidas flexibles tomadas en Suecia
no se adoptaron desde un principio en Gran Bretaña. Boris Johnson apostó a
medidas tendientes a “inmunidad de rebaño por contagio de la enfermedad”, igual que Trump al principio y
Bolsonaro siempre (con la diferencia de que a Bolsonaro sus propios
gobernadores e intendentes y ministros de salud (van dos que renuncian en un
mes) intentan no darle mucha bola. Aun así, la pandemia en USA, Brasil y Gran
Bretaña batió records. Gran Bretaña pasó a la cuarentena cuando ya estaba todo
colapsado y el propio Johnson en CTI. Los números de Suecia son catastróficos, aquí
una nota con datos duros https://www.niusdiario.es/internacional/suecia-muertos-mismo-destrozo-economico_18_2947620001.html
Compararlos
con los peores de Gran Bretaña es sofística.
LOS ATAQUES A LA OMS
Estas fake
news se dan en un marco de ataque criminal de USA a la OMS, quitándole
financiación, acusándola Trump día tras día, de no haber alertado de la
pandemia a tiempo, lo mismo que a China.
Estos ataques
a la OMS se dan en distintos contextos de objetivos disímiles de diferentes
sistemas socioeconómicos. El objetivo de China, Corea, Japón, Vietnam,
Islandia, Checa, Nueva Zelanda, Singapur, Rusia, entre otros, fue librarse del
virus. Algunos lo están alcanzando, otros no, con diversas dificultades. Algunos sufrieron
picos de rebrotes (Singapur, Corea, Japón) Rusia no ha podido lograrlo, pero la
mayoría de los países (Uruguay y Argentina entre ellos) no se propuso librarse sino aplanar la curva de contagios, retrasar el pico de brote epidémico,
dándose tiempo a fortalecer los sistemas de salud para que puedan atender a
todos y no tengan que elegir a quiénes hospitalizar o dejar morir, a la manera
en que ocurrió en Europa o en Estados Unidos.
La OMS
recomendó y apoyó distintos objetivos porque entendió que cada país tenía sus
propios medios a los que atenerse para tratar la pandemia. La diferencia de
medios está relacionada a las formas del Estado. Alberto Fernández asumió en un país
con el Estado desguazado y no ha hecho nada fuerte para recuperarlo. Lacalle en
uno con Estado fuerte pero vino a destruirlo y está dispuesto a hacerlo contra viento
y a favor de la epidemia, aunque el Estado fuerte, todavía con cierta vigencia,
igual que en Suecia, amortigua.
Hace unos
días ponía el ejemplo de cuatro países exitosos ante la epidemia (no es ya
pandemia, porque se liberó de ella buen porcentaje del planeta), con sistemas
socioeconómicos distintos, pero los cuatro con estados muy fuertes. Islandia,
el único de Europa que fue capaz de hacer pagar a los bancos la crisis de 2008
(capitalista con libre mercado en serio, porque el poder estatal es mayor que
el financiero).
Nueva
Zelanda, el único que pudo empeñar absolutamente el Estado en reparación
económica de cada daño y perjuicio causado a los maoríes. En 1975, el gobierno
de Nueva Zelanda estableció el Tribunal de Waitangi, institución ante
la que cualquier ciudadano maorí, tribu o grupo que se sienta perjudicado en
sus intereses, derechos, propiedades o tradiciones, puede personarse para
efectuar su reclamación. El Estado concedió billones de dólares en reparaciones
a los maoríes.
China, “socialista
con peculiaridades” según se autodefine, que atravesó la pandemia sin subir el
desempleo a más de un cinco por ciento, porque las empresas que no son del
Estado son controladas por el Estado, “lo que no es estatal es paraestatal”,
dicen desde allí las lenguas sueltas y nadie perdió ingresos, porque incluso el
desempleo friccional fue subsidiado y la salud resultó gratis en los hechos. Existe
un sistema mutual por el cual el fuerte entramado de salud pública descuenta un
dos por ciento de cada sueldo en una tarjeta electrónica para que el ciudadano
pague con ella sus tratamientos médicos, y si en algún caso rebasa el monto de
una tarjeta, el Estado se encarga de al menos el 85 % del costo adicional y
hasta del total, según la situación económica del paciente.
Es mutual
porque cuando la tarjeta no se usa, el descuento se acumula para el colectivo.
Y a esto debe agregarse que en Wuham, los tratamientos ante el COVID ni
siquiera pasan por la tarjeta, mientras en Nueva York muchos murieron por no
tener tres mil dólares para hacerse un test.
Por si acaso,
los chinos, que, normalmente, realizan horarios de trabajo hasta los cincuenta
años y, desde niños, estudios agotadores, pueden haber acatado las medidas
drásticas por disciplina, por coacción, por concebir que la libertad individual
sólo se concreta en la colectiva o por sentirse de vacaciones, pero lo cierto
es que no sintieron inseguridad económica. La propia economía perdió en proyección
anual un tres por ciento del PBI los dos primeros meses, pero ya creció un tres
por ciento desde abril y hoy esperan cerrar el año con un seis por ciento de
crecimiento.
Vietnam…
¿qué decir? Cuando China avisó, el 1 de enero, de qué se trataba, el gobierno
planteó la hipótesis de conflicto: “si todos los sectores no esenciales nos
quedamos quietos cuarenta días, al virus lo eliminamos”. Quien haya recorrido
la ruta Ho Chi Ming (aunque sea en video) sabe que esto de la cuarentena ante
el COVID no les costó demasiado esfuerzo.
Rusia es un
caso que me atrevo a controvertir. Los medios occidentales están insistiendo en
que el gobierno ruso miente las cifras. Cabe pensar que todas las cifras del
mundo en pandemia fueron inexactas y susceptibles de manipulación. La Diaria no incluye los diez muertos de
Venezuela, por ejemplo, y deja en blanco su casillero, porque probablemente no
la considera información confiable. ¿Qué confiable considera la de Paraguay,
por ejemplo?, pero a mí los números de Rusia, diez veces menores que los del
resto de las potencias europeas, después que Putin, con tanta fama de hacerse
el guapo que le han hecho en “occidente”, se vistió de astronauta, dando una
imagen de temor que Trump y Bolsonaro no hubiesen aceptado dar ni ante el Armagedón,
me resultan aparentemente excesivos.
REALIDAD E HIPÓTESIS
La realidad
es que estamos en guerra bacteriológica desde hace siglos. No planificada
cuando invasores y originarios en la América del siglo XVI intercambiaron tuberculosis
por sífilis, ganando en consecuencia los europeos, pero detalladamente
planificada desde mediados del siglo pasado.
Rusia
denunció reiteradamente a los laboratorios de guerra biológica en las bases
militares yanquis que la cercan, en especial en la euroasiática Georgia. Los
antecedentes de guerra bacteriológica aplicada en campo de operaciones por USA
son copiosos, y el propio Bill Gates advirtió desde hace diez años que, la decisión
para iniciar guerras biológicas de alcance global, ni siquiera es necesario que
la tome una jerarquía gubernamental. Cualquier grupo terrorista puede hacerlo,
dentro y fuera del ejército USA.
La COVID-2
ya estaba en Nueva York, Chicago y Los Ángeles en 2019, según declaración de
Robert Redfield, Director de los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE.UU. Robert Redfield admitió,
durante un Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, que algunos
estadounidenses que aparentemente murieron de influenza tuvieron un resultado
positivo para el nuevo coronavirus en el diagnóstico póstumo. “Algunas muertes
por influenza se infectaron en realidad con COVID-19”. Estados Unidos reportó
34 millones de casos de influenza y 20 000 muertes en 2019. ¿Cuántos están
relacionados con COVID-2? Redfield, por otra parte, está a punto de quedarse
corto en su previsión de cien mil muertos por COVID-19 al 1 de junio en EEUU.
Por su lado,
investigadores franceses liderados por Yves Cohen, responsable de cuidados
intensivos de los hospitales Avicenne de Bobigny y Jean Verdier de Bondy, han
analizado muestras de 24 pacientes tratados entre diciembre y enero que habían
dado negativo en gripe antes de que el coronavirus se convirtiera en una
pandemia.
Los
resultados, publicados en el International Journal of Antimicrobial Agents, han
mostrado que un paciente -un pescador de 43 años de origen argelino pero que
lleva años residiendo en Francia- estaba infectado con COVID-19 "un mes
antes de los primeros casos reportados en el país".
El paciente
ingresó en el hospital en diciembre, con tos seca, fatiga y fiebre. Ahora está
totalmente recuperado y señala que no viajó al extranjero los meses previos a
caer enfermo y que no sabe dónde pudo haberse infectado. (esta información del
Journal la recoge el 9 de mayo el diario El Mundo de Madrid).
El 18 de
marzo publiqué, “Los primeros picos del brote que sucedieron casi
inmediatamente al de Wuham fueron Milan, Seúl y Teherán. Si lo pensamos en
términos de relación con Washington, dos graves desobedientes recientes y un
enemigo de nivel Rusia o China. ¿Tan inferior es la sanidad italiana que la del
resto de Europa o la coreana que la del resto de Asia oriental o la iraní que
la del resto de Asia occidental? Raro, ¿no?” https://joseloolascuaga.blogspot.com/2020/03/covid-19-guerra-biologica-elija-su.html
El caso
francés tampoco sería el caso cero de Europa, pero es significativa su
proximidad a la Lombardía, en cuya campiña de manera inexplicable antes que en
el Sur de Italia, brotó con tanta mayor fuerza el virus.
La OMS tiene
antecedentes de acusaciones de manipulación por Big Farma en el SARS-1 y en el
MERS, pero en contextos donde todos ganaban. Ahora es inverosímil que estén
quebrando petroleras, bancos que las financiaron, un cuarenta por ciento de la
economía dependiente del imperialismo y que esté en mayor riesgo que nunca la
propia hegemonía del dólar, para que ganen Silicon Valley y la Big Farma. Es más
sospechoso que sea una cortina de humo acusar a éstos del desastre.
La
tecnología es vanguardia de la producción. Eso no va a cambiar, con todos los
efectos distópicos que muestran Black
Mirror y los simulacros de Bill Gates y con todas las utopías milenaristas
en que podría desembocar la crisis, pero
va a cambiar las relaciones de propiedad de ambas, porque, entre otras cosas,
el vano alarde de Trump de romper toda relación con China, es un desesperado
intento de evitar que China compre a precio de quiebra todo lo que la Reserva
Federal quiere comprar por efecto cantilon, si su moneda resiste, no sólo en la
Europa devaluada, sino en el mismo territorio norteamericano.
Vano y
desesperado porque si EEUU se declara en default ante China, el dólar pierde el
último valor de respaldo que le queda desde que en 1971 abandonó el patrón oro
y desde que el respaldo en armas, que definió Krugman, decayó ante el poder
militar ruso, porque pierde la confianza, es dinero fiat.
Por ende perdería su capacidad de “sancionar”.
Su valor de divisa, junto a la ventaja de moneda de
cambio, en tiempos del e-rimimbi lanzado a moneda virtual de intercambio
global, podría aislar a USA si Trump insiste y también podría, si Trump da
uno de sus giros copernicanos a que nos tiene acostumbrados en sus acaloradas
relaciones internacionales, terminar en un acuerdo de moneda dura entre Rusia,
EEUU y China, que le tranque las impresoras de billetes a esos adversarios
internos que Trump se ve hoy obligado a defender, sin acertar en la forma de
hacerlo.
Y estos son apenas unos pocos de los motivos por los que pronostiqué que con esta pandemia, sus adversarios internos a Trump se lo llevan puesto.
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