Nunca hice
teorías conspirativas para explicar los hechos, porque el alma de los hechos
está siempre más honda que las conspiraciones que puedan ocasionarlos, pero
esos periodistas que hablan con desdén de las teorías conspirativas -y son
muchos, son casi todos los que posan de analistas de prestigio y trabajan en
los grandes medios-, con el consabido "ya va a salir alguno con una teoría
de la conspiración que nunca falta", entre despreciativos y cansadamente
enojados o decepcionados de la condición humana tan ficcionadora, esos
periodistas han de estar muy seguros de que al Maine lo hundió España, de que a
Kennedy lo mató Oswald, de que al Reichstag le prendieron fuego los comunistas,
de que el 15 M fue ETA, de que, entre tantas otras, la de Girodano y Galileo
fue una teoría conspirativa sin el menor asidero en la realidad...
Pero da la
causalidad que salvo aquellos hechos incontrovertibles, como que el pacto
Germano-soviético lo hicieron alemanes y rusos, o que el caballo blanco de San
Martín era blanco, hechos que nadie controvirtió, muchos sucesos pasibles de
crónica han sido controvertidos por "teorías de la conspiración" y
resultó años, a veces décadas, a veces siglos después, que eran la realidad de
la conspiración. Lisa, llana, sencilla, simple y contundente.
En este
mundo se opera, se conspira, se encubre mediáticamente y se hacen campañas
propagandísticas constantes. Cientos de miles de profesionales lo hacen. Están
para eso y no son el Superagente 86. Juegan de verdad con caballos de Troya,
quintas y sextas columnas, información, desinformación, contrainformación, en
algo más oscuro que gris a lo que llaman servicios de inteligencia. Cobran
sueldos por hacerlo, viven de y para eso y a veces, algunos, se hacen
millonarios a la pasada. El que lo oculta haciéndose el superado de las
"teorías conspirativas" es seguramente un periodista conspirador, más
o menos consciente de que lo es, que pretende que la gente no dude de las
versiones de sus medios, pero el público tiene suficientes motivos y nunca
suficiente tino para dudar de casi todo.
Podría
escribirse más libros documentales sobre conspiraciones que todas las novelas
de espías que se ha escrito y si faltaba algo para demostrarlo, ahí están los
cables de Wikileaks y el tormentoso proceso de difusión que tuvieron.
Ya no más,
por citar un caso cercano, el caso Nisman evidenció últimamente el cajoneado de
los cables importantes que ocultaron los medios "alternativos" a los
que en primera instancia recurrió Wikileaks (El País, Le Monde, etc… ¿?) e
incluso de algunos de los medios de izquierda, más creíblemente alternativos, a
los que recurrió después (Página 12 entre ellos -ver blog de O'Donnel-), cuando
vio que los otros escondían.
Y también se
conspira con los relatos de la historia, como demuestra genialmente Osvado
Soriano en "El ojo de la patria".
Conspira el
canciller polaco cuando dibuja que a Auchswitz lo liberaron los nazis
ucranianos del Banderastán, no el ejército rojo con rusos, bielorrusos y
ciudadanos de otras naciones, que respondían todos al Estado soviético.
Por eso esta
vez ante todo, empiezo por declarar mi respeto por la realidad de las
conspiraciones y por los teóricos que las estudian, por aquellos a los que les
llevó cuarenta años demostrar de forma fehaciente la vasta red de mafias y
servicios estatales estadounidenses que estuvo detrás del asesinato de kennedy,
por aquellos que a mensajes de textos en las concentraciones de Puerta del Sol
derrumbaron las patrañas del gobierno de Aznar, por los que reunieron las
pruebas para demostrar que el Reichstag fue una operación de Hitler con bandera
falsa, porque todos ellos y Galilei y Bruno y tantos otros, antes de documentar
necesitaron formular la teoría, luchar contra sus descalificadores y soportar
sus burlas.
ELUCUBRACIONES SOBRE COVID-19 GUERRA
BIOLÓGICA
¿Por qué
Donald Trump reitera en dos tuits que el Covid-19 “no lo llevó el ejército de
Estados Unidos a Wuham, como sugiere la cancillería china”? Convengamos que si
alguien en el mundo no se había enterado de las declaraciones del portavoz de
la Cancillería china al respecto, con dos tuits de Trump no queda nadie sin
enterarse.
En
comunicación la palabra “no” al principio de una frase, sirve principalmente
para llamar la atención sobre lo que le sigue en la frase. Lo aprendí de niño,
en el viaje de egreso de la escuela Venezuela de Montevideo a Santiago Vázquez.
Todas mis compañeras iban jugando a las cartas o charlando entre ellas. El
único que iba concentrado mirando por la ventanilla era yo. Vi un caballo
montando una yegua al costado del camino y grité “¡No miren!”. Todas miraron.
Si hubiese dicho “miren” no hubiese mirado nadie, hubiesen seguido con las cartas y las charlas. Lo mismo cuando Martínez le dio a El Observador el título 1 de tapa "no soy un baba fría".
Trump nos
llama la atención tal vez porque pudo haber sido un destinatario por elevación
de una conspiración militar de Estados Unidos, que en cuanto aparecieron los
primeros infectados en Wuham acusaron a China de tener un laboratorio que creó
el virus cerca de esa ciudad e iniciaron una campaña mediática contra China, en
todos los medios corporativos, perfectamente coordinada. De esto no tardó en
quejarse el gobierno chino, aunque no es una prueba en sí misma de que fue una
conspiración. Valga el “no” para llamar la atención sobre “es una prueba en sí
misma de que fue una conspiración”. El laboratorio chino en Wuham existe, Los juegos olímpicos militares en Wuham a los que asistieron soldados yanquis en noviembre existieron.
Los primeros
picos del brote que sucedieron casi inmediatamente al de Wuham fueron Milan, Seúl y Teherán. Si lo
pensamos en términos de relación con Washington, dos graves desobedientes
recientes y un enemigo de nivel Rusia o China. ¿Tan inferior es la sanidad
italiana que la del resto de Europa o la coreana que la del resto de Asia oriental
o la iraní que la del resto de Asia occidental? Raro, ¿no?
China habría
contrainformado que le faltaban mascarillas, con el objetivo, obtenido, de
impulsar a la baja las acciones de las compañías occidentales en el gigante asiático y las habría comprado a
precio mínimo. Según otra fuente (que reservo), China, (que está empeñada en
que el mundo vuelva a funcionar a pleno, bien pronto), “llegado el momento se
quedaría con la mayoría en todos los directorios o vendería las acciones a
precios duplicados” Otra teoría.
También se
sugiere que la baja en el precio del petróleo, por la decisión de Rusia de
aumentar la producción, seguida por Emirato Árabes y Arabia Saudí, fue para
detonar definitivamente la burbuja del fracking, porque el petróleo convencional
que a ellos les cuesta 7 dólares el barril y hoy están vendiendo a menos de 30,
al fraking de USA le cuesta no menos de 50 y no hay subsidio que aguante esa
burbuja de deuda si tienen que venderlo a 27.
De hecho las
petroleras yanquis del sector están en situación de quiebra, tras las caídas en
la bolsa de New York. Es un sector que venía siendo amparado por Trump, que
apuntalaba la ilusión del autoabastecimiento energético y ahora debería levantar
los bloqueos a Venezuela en primer lugar, por proximidad, y a Irán, para
comprarles crudo convencional, si de verdad el mercado primase sobre la
geopolítica.
Ese cambio,
Biden o Sanders podrían hacerlo reculando menos, cuando no han tuiteado con
tanta guarangada contra Maduro y Rohani como lo ha hecho Trump, y la pandemia
demuestra que tienen razón en cuanto a la necesidad de un sistema de salud
pública integral en USA (hoy inexistente), especialmente Sanders, que es quien
ha insistido en él.
Por eso
también puede pensarse que fue Trump uno de los objetivos de esta hipotética
conspiración, más allá de que “el Imperio del Caos” (Pepe Escobar dixit)
aproveche para tapaderas varias y ruinas múltiples en regiones conflictivas,
entre ellas América del Sur y que Robert Redfield, jerarca del CDC yanqui, que admitió que muchos de los 20 mil muertos estadounidenses por neumonía el año pasado pueden haber sido por COVID-19, y los medios japoneses y taiwaneses que apuntaron a un
laboratorio en USA como origen de las cinco cepas constatadas en EEUU, y las chicanas entre organismos de
seguridad sobre si el sistema sanitario de USA estaba preparado o no para el
contagio, son parte de su defensa.
Como en todo
crimen la pregunta del móvil es ¿quién sale ganando? La maniobra procuró el
colapso sanitario y económico de China e Irán en primer lugar (considerados por
USA sus principales enemigos) y Corea e Italia en segundo lugar (desobedientes
preocupantes), y los mandamases yanquis se vanagloriaron de su éxito contra
Irán mientras fustigaban a China, así como llegaron al cinismo mayor en el
negocio que harían con las farmaceúticas, incluso ofreciendo mil millones de
dólares a Alemania por una patente de vacuna en exclusiva para capitalizar después.
Sin embargo,
Europa, con Alemania a la cabeza, que desde tiempos de Shrôder y su oposición al
bombardeo a Belgrado, ha venido creciendo en ciertas indisciplinas en el
alineamiento con USA, llama a China, a Cuba, a Venezuela, a la solidaridad
humanista, en vista de que el mercado no sirve para salvar a la comunidad y el
socialismo sí.
Pero los “urdidores
de teorías de la conspiración”, ya detectados, quedamos fuera de la falsimedia,
de los medios de comunicación hegemónicos, que se dedican a repetir las
versiones oficiales del imperialismo, que no son sino la teoría oficial de la
conspiración. Todos hablaron hasta el hartazgo de “el virus chino”. El País dedicó
una sección diaria a la pandemia con el encabezado “el virus chino” para todas
sus “noticias”, y, por supuesto, se ocupan de descartarnos con una queja
sobradora, “ya van a aparecer en las redes los cultores de la teoría de la conspiración”
El tufillo
despectivo contra las "teorías de la conspiración", puede llevarlo a usted
a creer que el alma de los hechos no está bastante más honda que la realidad y
ni que hablar más honda, bien alejada de los mentideros de falsimendia. Así es
como usted podría morir creyendo que todo esto es consecuencia de un chino que se
comió un murciélago.
ANTECEDENTES CONSPIRATORIOS
El mundo
está en guerra, en guerra irregular (supramilitar) y es guerra declarada desde
que Trump reconoció la autoría del Estado USA del atentado contra el general
Soleimani y otras autoridades iraníes e iraquíes.
Una de las
modalidades de esta guerra es “el pivot contra China” que inició Obama con
decenas de bases militares rodeando al gigante asiático, prosiguió Trump con “guerra
comercial” contra China, que se extendió contra Europa en aranceles y “sanciones”,
para sumarse a las “sanciones” a Rusia, impuestas por Obama, aumentadas por
Trump y la guerra económica contra Venezuela, iniciada por Bush, llevada a la
culminación del ridículo por Obama con su decreto de “Venezuela, amenaza
inusual y extraordinaria para la seguridad de Estados Unidos”, y a “la
apoteosis de la maldad” (Atilio Borón dixit) de Trump, con su bloqueo completo,
incluso militar marítimo.
Ahora, con
este virus (que no es enemigo de nadie, que no quiere nada, es un virus nomás,
como las drogas son sustancias y nada más, no tienen voluntad ninguna, son
personas las que obran) se demuestra que la gloriosa sociedad sin Estado que
no sea para asistir a la rosca, la panacea de los neoliberales, apunta al
colapso social y al empobrecimiento y retroceso generalizado de la humanidad.
No es nuevo.
Los yanquis usaron agente naranja y fósforo blanco contra Vietnam, la “operación
Joy”, "Mangosta", Dengue hemorrágico y otras contra el pueblo y la agricultura cubanos desde los 70 y “varios virus de origen dudoso” (dice
Luis Herrera, el cubano creador del Interferón Alfa 2B, que salvó decenas de
miles de vidas en Wuham, antiviral que está siendo solicitado por Europa),
fumigaron selvas en América del Sur, el gas Sarín que la OTAN proveyó contra los kurdos en apoyo a Hussein
(bajo dirección de USA) era francés. China jamás usó armas biológicas.
Hoy Sánchez,
el único gobernante europeo que, sin dilación, de inmediato, reconoció a Guaidó
el mismísimo 23 de enero de 2019 cuando Trump se lo ordenó, llama a Miraflores
solicitando ayuda. Xi, Díaz Canel y Maduro ayudan a todos, sin miramientos
ideológicos. Después viene el aprete de los medios hegemónicos y Sánchez rechaza en particular una de las ayudas cubanas. (¡ah, Felipillo, qué impostura la de quienes simularon desmarcarse de vos en el PSOE!).
Las
evidencias pueden tardar. Treinta años después del asesinato de Kennedy, la
película de Oliver Stone JFK resultó prueba irrefutable de que la teoría del informe Warren
estaba en lo cierto. Y aunque Galilei y Bruno se tomaron siglos para imponerse,
hoy sigue tratándolos de teóricos de la conspiración el terraplanista Jair
Bolsonaro, pero los pueblos saben que a Olof Palme, a Torrijos, a Arafat y a
Chávez (por ejemplos), los mataron como a Rabín, a Allende y a Gadafi, por mucho que
tarden o nunca aparezcan las evidencias.
En Uruguay,
el gobierno tiene bastante a favor: los plebiscitos que le ganamos defendiendo
a las empresas públicas. Delgado no negocia con privados por todos los recursos
estratégicos como está haciendo, extenuado, Alberto Fernández en Argentina.
Lacalle cometió un acierto (es justo reconocerlo), integró diversidad
imprescindible para pilotear la crisis, incluyendo al PIT-CNT, que vela por
la economía con celo y si no es oído puede llamar a cacerolear y a expresarse
como lo están haciendo otros pueblos del continente y a la Universidad de la
República (UDELAR), que ya creó test de diagnóstico del Covid 19, para que no
haya que pagar tres mil pesos por diagnóstico como se venía haciendo, hasta
ahora, en instituciones privadas.
Lástima que
Luisito tuvo la mala idea de no invitar a los más demócratas del continentes a
la Asunción Presidencial que confundió con su fiestita de cumpleaños (Gonzalo
Civila dixit). Quizás ahora tema que le digan “no”, si pide que vuelvan médicos
cubanos, como Bolsonaro o J. Aáñez, pero si teme es por ignorancia. Debería saber
que Cuba es solidaria por principio. Se lo pida él o Andrade.
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