Una tabla de
cortar pescado. Contaminada.
Salmón
noruego contaminado.
Mercado
central de Beijing. Otra vez un mercado central. En diciembre de 2019 fue en el
mercado central de Wuham, una ciudad central, ambas densamente pobladas.
El mismo
virus o el mismo virus “mejorado”, aún más contagioso. El 11 de junio, tras más
de cincuenta días sin casos de COVID-19 en Beijing, se detectó uno en el
Mercado Central y se hicieron al 14 de junio más de setenta mil test
relacionados al Mercado. Se hallaron poco más de cien positivos, pero también
se está tras la pista de un producto alimenticio, importado agente de contagio. Esto
permitiría destrabar una investigación que estaba en punto muerto desde que no
se encontraron en el mercado de Wuham pruebas de alimentos contaminados.
Esta
detección encuentra a China aún mejor preparada que en enero. Hace más de una
década que el Ejército Popular de Liberación trabaja en la doctrina de “guerra
irrestricta lanzada por USA con el ‘pivot hacia el Este’” y sabe que el umbral
de la guerra ofensiva de USA, una vez que la disuasión nuclear le neutraliza
otro Hiroshima u otro Nagasaki, es fósforo blanco, agente naranja, napalm (en
Vietnam) gas Sarín de la OTAN, uranio empobrecido (en Irak), Operación Mangosta,
fiebre porcina, dengue hemorrágico (en Cuba), guerra bacteriológica, biológica,
laboratorios en las bases de ocupación (Rusia señaló
al conjunto pero particularmente al de Georgia, cuando es bastante extraña la
prevalencia de COVID-19 en el sur de la Federación respecto a Moscú, con su
densidad poblacional y tránsito turístico).
China ya
había sorteado el Sars 1 en 2003 y estaba preparada para el 2, lo mismo que
Vietnam y los otros países orientales con gobiernos propios (el mejor
preparado, Vietnam), guerra híbrida de ataque regular e irregular, en
desarrollo decreciente respecto a la guerra defensiva (movilidad, trenes bala,
baterías antiaéreas, túneles, sistema de salud integral público y potente,
biotecnología de punta, inversión estatal al tope en innovación, capacidad de
respuesta contraofensiva, etc, etc).
Para este
pequeño efecto de reimplante (poco más de cien casos, reitero, en zonas
acotadas de Beijing), el alerta fue inmediato. El Ejército Popular cerró la
zona del Mercado, fue declarada “zona de guerra”. Desinfectada. El gobierno
puso en cuarentena sesenta torres que la rodean (cuarentena menos estricta que
la de enero en Wuham porque ya se sabe más sobre la epidemia), llamó al
voluntariado del Partido Comunista para atender puerta por puerta todos los
daños a evitarles a los encuarentenados (la misma Operación Wuham pero sin
demora, más veloz, flexible y precisa). Ahora sigue las pistas de todos los que
estuvieron en el Mercado desde el 30 de mayo y del salmón noruego.
El brote va
a ser contenido antes que se produzca, pero en EEUU y Europa titulan “China
contiene el aliento”. El muerto y el degollado se asustan del susto que no
alcanzan a darle al rozagante.
TRES PORTAAVIONES Y UNA REUNIÓN
En provocación
de guerra regular, USA trasladó al Indopacífico tres portaaviones a jurisdicción
filipina. China responde con maniobras en su mar. “El Imperio del caos”, según
denominó Pepe Escobar, del Asia Times,
al despliegue de obstáculos militares que desde tiempos de Obama puso EEUU a La
ruta de la Seda, a la vez que amenaza con los portaaviones, pide una reunión en
Hawai, de Mike Pompeo con el gobierno chino.
El caos
reinante en el Imperio, donde los generales no obedecen al Comandante en Jefe
Trump, su Ministro de Defensa lo contradice y su anterior Ministro de Defensa,
el famoso “Perro” Mattis (“Perro” le llama Trump) lo vitupera, hace que China
no se tome demasiado en serio estas reuniones, a juzgar por el nivel no
recíproco de sus delegados.
En enero, ya
en pandemia, con toda la bronca por haber organizado esos malditos Juegos
Olímpicos Militares en Wuham, China no envió a la “fase 1 del pacto comercial”
en Washington, a firmar con Trump, ni al Presidente ni al Vice ni al Canciller
ni a la Vicecancillera portavoz, sino un viceministro. Ahora no va a reunirse
con el Jefe del Departamento de Estado USA (Canciller, Pompeo) ni el Canciller chino
ni la Viceministra de cancillería, ni ministro alguno, pero por ahora todavía
el que asiste es un miembro del Comité Central del PCCH. Según la agencia
norteamericana AP, “el principal diplomático del Partido Comunista”, pero la
República Popular China tiene autoridades estatales del nivel de Trump y de Pompeo,
respectivamente, e incluso inferiores que también deciden no desgastarse.
A la próxima reunión con Trump, le van a pedir que vaya al Chino Recoba. Seguramente se niegue y también el Chino Peralta, porque Trump ya tiene el jopo hecho.
Así que
va a terminar yendo algún japonés. Da lo mismo. Los acuerdos con USA son
golondrinas de ningún verano.
MIENTRAS TANTO EN USA…
Los milenials
y las minorías étnicas superan las movilizaciones del mítico 68 y los “republicanos”
le buscan la vuelta para que el 3 de noviembre, el resumen electoral tenga
síndrome Nixon, pero los tiempos y el tiempo no son los mismos de antes.
Falta sólo
cinco meses para las elecciones (no tres años como transcurrieron entre el
apogeo de las protestas del 68 y la elección de Nixon).
Además, la
todavía mayoría WASP (blanca anglosajona protestante), a la que Trump había
favorecido con cierto crecimiento económico, restado al potencial estratégico
de USA en el mundo, está perdiendo vertiginosamente sus beneficios, por el
espantoso manejo de la pandemia de Trump (y de los poderes económicos que
condicionan), por el caos transversal desde las calles hasta las más altas
esferas del Pentágono (si se permite el oxímoron geométrico) y porque China no
piensa, de momento, comprarle la cosecha.
Cuando vuelva
Obama, ¡Agarrate, Catalina! Con alivio, van a alinearse de vuelta los astros
del stablishment desde Wall Street hasta la Casa Blanca, del Pentágono al Complejo
Industrial Armamentista. Todo país pasible de ser destruido (amigo, por
supuesto; con los enemigos no pueden), va a ser destruido.
Obama vuelve
en forma de Biden, con Michelle Obama de Vice para recordarle aquello de “vimos,
vinimos, murió” sobre el gran amigo político de Mandela en África, Muhamar
Gadafi, el que gobernaba para África en un país de minoría afro, de cultura mayoritaria
árabe y sobreviviente laicismo musulmán, hasta que sus hijos se amigaron con “occidente”.
Pero el caos
del Imperio no tiene marcha atrás, ni tratado de libre comercio transpacífico
ni transatlántico, ni cinco más uno, ni organismo multilateral alguno (van a
tener harto laburo los “demócratas” para recomponer ofensiva sin aislarse de la
inexorable globalización).
Los
antiglobalistas (sin necesidad siquiera de puestos claves en el bloque de poder
anglosajón; cualquier agencia terrorista pudo hacerlo y el Imperio rezuma
contratistas mercenarios de agencias terroristas) le estropearon el pastel al
mal menor para USA, el Imperio del Caos global.
Acusan a Silicon Valley de “haber creado el Sars-2 (y colaborar con China,
por supuesto), para luego vender las vacunas de Bill Gates”. Es una narrativa de ultraderechas oportunistas y extemporáneas. No comete China los errores de la URSS; ni valen las centrales nucleares hiperseguras de Gates, lo que valieron los mapas de la bomba atómica que Einstein, los Rosenberg y Fuchs desmonopolizaron.
En realidad
les molesta la big data que le permite a China defenderse de los virus
fácilmente y que Bill Gates fabrique vacunas para colaborar con China, igual que centrales que en USA terminarían con el fracking y sistemas de saneamiento para África, y así avanzar hacia un mundo de cooperación, conexión, menos desigualdad y más salud
y contraofensiva sanitaria a la guerra biológica, pero sin lucro, porque lo más
probable es que a la vacuna llegue primero China, que ya la puso a disposición
como “bien público de la humanidad” sin cobro de patentes y con dos mil
millones de dólares de donación a los países en desarrollo para implementarla.
En fin…
Michelle Obama no es Bolsonaro. Xi Jimping le atiende el teléfono y puede que ella encuentre algo paliativo para decirle. Por lo pronto todos nos dimos
cuenta que la “amenaza inusual y extraordinaria” para Estados Unidos no es “Venezuela”
que decretó Obama. Es Estados Unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario