jueves, 23 de febrero de 2023

24F: El día Z

 


La política también son gestos. A nadie sorprendió que Putin en 2022 haya levantado en Moscú un monumento a Fidel Castro. A nadie... que se haya enterado que, para empezar su mandato primosecular, Putin repuso en el Ministerio del Interior el monumento a Félix Dzerzhinski que la era Yeltsin derribó en 1991 de la Plaza Lubyanka.


El monumento a Dzerzhinski, en su mutismo de estatua, dice muchísimo más sobre el día Z, que todas las charlas que se han dado al respecto e incluso que los propios discursos de Putin.


Dzerzhinski fue el fundador de la seguridad soviética, la Cheká, en diciembre de 1917 y se dedicó por entero a dirigirla hasta la muerte de Lenin, quien lo encargó además de la continuidad de la Nueva Política Económica (NEP). Desde febrero de 1924 Dzerzhinski fue Presidente del Consejo Supremo de la Economía Nacional Soviética.


Rechazó la industrialización a ultranza a costa del sacrificio del campesinado. En contradicción con Stalin, Sinoviev y Kamenev, defendió la apertura económica para atar en ganar ganar a las potencias derrotadas en la guerra contra la intervención (1918-1922) y, sobre todo, cooperar con el Sur global.


Militó la paz de Riga de Rusia con Polonia en 1919. El quebranto de ese acuerdo por Stalin en 1939 y 1945 está en el germen de la guerra actual en Ucrania.


Finalizada la “Segunda Gran Guerra”, Stalin desconoció el Tratado de Riga, anexando territorios polacos a Ucrania (entonces una de las repúblicas de la Unión Soviética) Además le anexó territorios austrohúngaros y rumanos.


En los años ‘50 ,fuerzas rebeldes de esas poblaciones polacas, austrohúngaras y rumanas ocupadas por Ucrania, sumadas a las nazis de Stephan Bandera, clandestinas en Kiev, amenazaban la estabilidad de la joven república ucraniana, nacida de la paz de Brest-Litovsk en marzo de 1918, a iniciativa de Lenin. Nikita Jruchov, sucesor de Stalin, optó entonces, en 1954, por integrar regiones rusas, incluida Sebastopol y Crimea, a la República Socialista Soviética de Ucrania, para compensar fuerzas.


Los golpistas del Maidán, del 22 de febrero de 2014, prohibieron el idioma ruso, que es el primer idioma en estas antiguas regiones rusas, con más del 80 % de población rusa. El 16 de marzo, Crimea realizó un referéndum de autodeterminación que la reintegró a Rusia sin disparar ni un solo tiro (con más del 90% de votos a favor). El 14 de mayo el Donbás se proclamó independiente por referéndum de sus dos oblats, que pasaron a ser las repúblicas populares de Donestk y de Lugansk (más del 80 % de votos a favor, coincidentes con el porcentaje de población rusoparlante) y formaron milicias populares para resistir militarmente. La resistencia en Odesa (ciudad puerto también mayoritariamente prorrusa) había sido aplastada por batallones nazis el 2 de mayo, prendiendo fuego La Casa de los Sindicatos, quemando vivos a cientos de manifestantes allí refugiados, matando de esa forma al menos a 48. Los siguientes ocho años, mataron más de 14 mil civiles en Donbás, donde las milicias, sin embargo, mantuvieron el control de las capitales y sus alrededores.


Ignacio Ramonet, periodista europeo, en marzo de 2022, preguntó al aire a Miguel Ángel Pérez Pirela, director del canal venezolano por streaming La Iguana, en el programa Desde donde sea, de La Iguana, por qué todos los pueblos de Europa central y oriental, a excepción de Serbia, habían votado para pedir la protección de la OTAN, en los treinta años que siguieron a la disolución del Pacto de Varsovia, que los había unido a la Unión Soviética. “Deberíamos preguntarnos qué vivencias les hizo votar así”.


Pérez Pirela captó la sutileza de una pregunta que precisamente no aplicaba a Ucrania, que, por última vez con libertad, votó a Víktor Yanukóvich, del federalista Partido de las Regiones, apoyado por los partidos de izquierda, para sostener buenas relaciones con Moscú. Después del golpe, todos esos partidos fueron prohibidos. Y aún así, en 2018, un candidato primerizo, Volodimir Zelenski, prometiendo acordar con Rusia para terminar la guerra en el Donbás, obtuvo 62 % de los votos (más del 80% en las regiones rusas de Ucrania). Traicionó su pacto electoral:


En febrero de 2022 había en la línea de contacto de la guerra del Donbás, con armamento pesado de la OTAN, ocho años de entrenamiento y mando otanista, 150 mil o 200 mil tropas ucranianas dispuestas a aplastar a Donestk y a Luganks para luego “recuperar” Crimea, explícitamente. El 18 de febrero, además, en la conferencia de seguridad de Munich, la OTAN aceptó tácitamente, el planteamiento de Zelenski de retirar a Ucrania del Acuerdo de Budapest, sobre armas nucleares.


LA VÍSPERA


Fidel Castro, en la entrevista de Tomás Borge Un gramo de maíz, explicó:


No se puede negar, en absoluto, el hecho de que las potencias occidentales impulsaron a Hitler, hasta que Hitler se convirtió en un monstruo, en una verdadera amenaza. Tampoco se puede negar la extraordinaria debilidad que tuvieron las potencias occidentales con Hitler y su conducta en los días que precedieron a la anexión de Austria, al famoso Anschluss; primero que todo a la ocupación del Sarre, donde se le tenía prohibido enviar las tropas, y todavía antes la intervención de Hitler y de Mussolini en España.


(...) ¿Qué hizo Occidente? ¿Qué hicieron las potencias occidentales que eran poderosas en aquel tiempo? En medio de aquellos acontecimientos se produce el rearme alemán. ¿ Qué hizo Occidente por impedir el rearme alemán?


Después vino la ocupación de todas aquellas áreas del territorio de Europa donde no podía introducirse el ejército de Hitler. (...) Después viene (el Pacto de) Munich y le arrebatan una parte del territorio a Checoslovaquia, y más adelante, en poco tiempo, ocupan el resto del país; la influencia y la expansión alemanas avanzan en dirección a Hungría, en dirección a Rumanía, en dirección a Bulgaria, enviando fuerzas a todas las partes.


¿Qué hace Occidente frente a todos esos movimientos? Dejan sola a la URSS, y la URSS se ve muy atemorizada frente a aquella maniobra, veía que Hitler penetraba en el Danubio y en lugares estratégicos y nada, se le toleró todo aquello. Claro, eso estimuló el expansionismo de Hitler y el temor de Stalin, que lo lleva a algo que yo toda mi vida criticaré, porque pienso que fue realmente una violación flagrante de principio: buscar a toda costa la paz con Hitler para ganar tiempo. (… el pacto Ribbentrop-Molotov) Pienso que, además, el pacto de no agresión, lejos de dar tiempo, redujo el tiempo, porque en definitiva se desató la guerra.


(…) Todas aquellas acciones militares relámpago de Hitler, la invasión sucesiva de Noruega, Bélgica y Holanda, la derrota de Francia e Inglaterra en el territorio continental. Se incrementa el poderío de Hitler en toda Europa; entra oportunistamente Mussolini en la guerra y cada mes que pasaba Hitler era más poderoso, cada mes tenía más recursos humanos, más recursos materiales, combustibles, minerales, todo, y se iba haciendo un enemigo mucho más poderoso para la Unión Soviética.


(…) Considero que fueron errores políticos garrafales y errores de principio también, que nosotros jamás habríamos cometido. (…) Aunque es cierto que desde septiembre de 1939 hasta junio de 1941 transcurrieron un año y nueve meses para el rearme de la URSS, en ese período quien se hizo mucho más fuerte, cinco veces más fuerte, diez veces más fuerte, fue Hitler.


(…) Si Hitler va a la guerra en 1939 contra la URSS, te digo que hubiera hecho menos destrucción que la que hizo en junio de 1941, y habría corrido la misma suerte que Napoleón Bonaparte. No ya sólo con el ejército soviético, que era una realidad y que tenía muchos oficiales valientes, aguerridos, experimentados en las guerras de la época de la Revolución de Octubre: un pueblo siempre combativo. (…) Por último, el carácter de Stalin, su desconfianza terrible de todo, lo llevó a cometer otros graves errores: uno de ellos fue caer en la trampa de las intrigas alemanas, y llevó a cabo una depuración tremenda, terrible, cruenta, de las fuerzas armadas y descabezó, prácticamente, al ejército soviético en vísperas de la guerra.


Otro error gravísimo fue en junio de 1941, cuando los alemanes habían concentrado millones de hombres, miles y miles de aviones, decenas de miles de tanques y carros blindados, cientos de divisiones en las fronteras, divisiones alemanas, rumanas, húngaras, finlandesas incluso, que, frente a una evidentísima agresión —era imposible ocultar esos planes de agresión— se empecina en la teoría de que era una provocación, de que todo lo que le decían y todo lo que le informaban de eso era una provocación, y adopta una política de avestruz, mete la cabeza en un hueco. No movilizó las tropas, y cualquier país, cuando ve que una agresión es inminente, lo primero que tiene que decretar es una movilización general.


Un país como la Unión Soviética, que podía movilizar a muchos millones de hombres, campesinos, soldados, obreros; que podia movilizar a toda la población y que tenía miles de aviones, y miles de tanques, en vez de movilizar, aunque fuera de manera progresiva…, adopta una posición, a mi juicio, absurda, demasiado cautelosa, extraordinariamente cautelosa, podríamos decir que excesivamente cautelosa, para no darle pretexto a Hitler, y por ello no moviliza al ejército… Entonces, figúrate, ¿qué ocurre?, atacan a la Unión Soviética por sorpresa el 22 de junio, un sábado o un domingo.


¿Cómo tú puedes atacar con millones de hombres por sorpresa? Se produjo, sin embargo, la sorpresa y se atacó a un país desmovilizado. Resulta que los oficiales y muchos soldados estaban de pase el día del ataque, la aviación en primera línea, en los aeródromos de primera línea. Para mí siempre ha sido clarísimo que lo que se debió hacer en ese momento fue la movilización general total, retirar a la profundidad la aviación y otras medidas similares. Si tú no vas a atacar, si vas a adoptar una política defensiva, en esas condiciones debes retirar a la profundidad toda la aviación, movilizar toda la reserva, concentrar toda esa reserva en los puntos estratégicos, tener en máxima alerta combativa a todos los hombres de primera línea, y Hitler no habría podido atacar por sorpresa y alcanzar grandes resultados iniciales.


(…) Y si eso ocurre, tengo la absoluta seguridad de que el ejército de Hitler se estrella contra el ejército soviético en la profundidad y no hubieran cercado a millones de hombres, no hubieran hecho cientos de miles de prisioneros en las primeras semanas de la guerra, no habrían destruido casi toda la aviación el primer día, y no hubieran causado la enorme destrucción que causaron en las primeras semanas y meses de la guerra. No llegan a Moscú, no llegan a Kiev, no llegan a Stalingrado, no llegan a ninguna de esas partes; era imposible, ese país inmenso se habría tragado a los ejércitos alemanes si su pueblo, si sus fuerzas hubieran estado movilizados. Creo que la historia del mundo sería otra, incluso, y la Segunda Guerra Mundial, si hubiera hecho la Unión Soviética lo que tenía que haber hecho en vísperas de la agresión alemana, la guerra no termina en Berlín, sino en Portugal si los hitlerianos no se rendían” (Fidel Castro a Tomás Borge, Un grano de maíz, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado.1992).


¿Alguien puede sorprenderse de que Putin, quien inauguró junto al presidente de Cuba Miguel Díaz Cannel, el monumento a Fidel Castro en la plaza Fidel Castro de Moscú, haya advertido, la víspera de la Operación Z, el 23 de febrero de 2022, en un mensaje al mundo: “Rusia no cometerá el error de la Unión Soviética en 1939, de intentar apaciguar al agresor mediante concesiones”.


EL RESULTADO


Vladimir Vladimirovich Putin no es leninista, no es federalista. Ha respetado la libre autoderminación de los pueblos por pragmatismo; no por principios. Pero sus enemigos no la respetan en absoluto. Es contrarrevolucionario sexual (estalinista contra Lenin). Tiene un discurso para mayoría ortodoxa, minorías islámicas, judías y budistas en su país y para la mayor parte del sur global con 1.800 millones de musulmanes y otros tantos religiosos de distintas ortodoxias bajo su influencia. Pero sus enemigos colonialistas europeos e imperialistas yanquis nunca tuvieron otra praxis que la contrarrevolución.


En Georgia, Putin pudo haber colgado al títere de Washington. Se limitó a recuperar Osetia del Sur y Abjasia, las posiciones rusas que podía sostener en el tiempo. No más síndrome Afganistán. No más Checoslovaquia. Sindrome Afganistán para OTAN 2021. Conociendo ese antecedente, el 25 de febrero, en el estudio del streaming Legítima Defensa, para el programa LG Segunda Dosis, contra toda aparente evidencia, negué que Putin iba a Kiev. Entró al este y “va a Odesa” dije, al sur. El grupo de batallones tácticos que ingresó por el noroeste de Ucrania el 24F, el día Z (a la vez que el del este y el del sur) maniobró para desconcentrar las tropas de Zelenski en la línea de contacto del Donbás (lo explicó brillante y detalladamente “Marinus” en La Gaceta de la Marina de Estados Unidos). Putin nunca intentó ocupar Kiev ni el oeste ucraniano, pero Zelenski tuvo que distraer tropas en la defensa en correcta decisión. No hubo guerra relámpago rechazada. Siempre fue guerra de desgaste. Desde febrero de 2014.


El 24 de febrero de 2022, la guerra se transformó en proxi de la irregular de EU a China. El desgaste principal se fue a las economías. También lo dije aquel 25: “Rusia ya redireccionó su energía al sur”. La están ganando en lo inmediato EU y Rusia (la gran perdedora es Europa), pero a medio plazo el resultado es nefasto para todo “occidente” y se consolida el mundo multipolar.


Putin no es comunista, pero cuando Europa se encolumna otra vez detrás del nazismo, Vladimir Vladimirovich no pierde buena parte del legado leninista de Fidel y de Félix. La sección económica del discurso de Putin este martes en la duma, puede leerse en clave Dzerzhinski: reforma, apertura (ahora hacia el este) I + D y crecimiento, manteniendo (ahora recuperando) centralidad del Estado.


En tiempos de la URSS, en soledad, atemorizado y a un precio demasiado alto, el país que integró Rusia fue el que derrotó al nazismo. Y esta vez, a Rusia no hay quien la deje sola ni quien la atemorice.


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