Gonzalo Alsina, profesor de historia, es, tal vez, el más prolífico cronista de la resistencia a la dictadura fascista en Uruguay. En coautoría con Gustavo Alsina publicó, “Gol del pueblo uruguayo” “Crece desde el Pie”, “Omar Paita”, “El ‘Negro’ Félix Ortiz” y “Horacio Gelós Bonilla”, libros profusos en páginas de documentación, testimonios y también análisis históricos. Este nuevo libro de Gonzalo es distinto en tamaño, es un libro de mediano volumen, pero más despojado no sólo de páginas sino también de pausas. Alsina logra en “La heroica defensa de la democracia” (crónica de la huelga general en Paysandú) un ritmo de relato vertiginoso, con la misma densidad conceptual y diversidad de testimonios que en sus anteriores obras (o más) pero a la vez con rápidas transiciones, todas bien “puenteadas” por subtítulos frecuentes.
Es, por otra parte, la suya subjetiva, un libro distinto en cuanto su peripecia personal de militante está más presente en los episodios que narra. Si bien es un relato sinfónico, se nota la presencia del autor en cada anécdota, aunque la mayoría no son por él protagonizadas.
La abundancia de anécdotas, el fuerte hilo conductor y el oficio ya adquirido por Alsina, hacen de “La heroica defensa de la democracia” un libro ameno, ágil y sobre todo, entrañable para cualquier uruguayo y especialmente, sin duda, para los sanduceros. Se llama “La heroica” por Paysandú, por su historia más general, que Alsina no deja de glosar y porque es en sí mismo un relato heroico.
La cuestión del heroísmo en narrativa tiene sus bemoles. Se hace difícil de abordar cuando no es un relato de derrota escrito desde la victoria. Lo cierto e insoslayable es que la resistencia ganó y que, por muy humano que sea el tratamiento, el tópico resulta de afirmación, de enseñanza, de experiencia, de disfrute literario, pero no tiene el romanticismo de los derrotados. Y este “pero” no es un reparo. Sólo una conjunción. Se constata particularmente en los momentos trágicos que tampoco son derrotas.
Por cierto, se cuentan fortalezas y flaquezas, aciertos y errores, aprendizajes... Por ejemplo cuando la dictadura propone plebiscitos para seguir o no la huelga en cada fábrica, algunos sindicatos rechazan, se abstienen, no votan para no legitimar a la dictadura; la abstención es muy mayoritaria, pero los poquitos que votan, lo hacen por levantar las medidas y esto sirvió al régimen en su propaganda. En las pocas fábricas donde se votó "robó" proseguir con todas las medidas y esto desbarató la maniobra de la tiranía. Para 1980 lo habíamos aprendido y la decisión fue votar NO.
Es que nada enseña tanto a luchar como la lucha misma, pero la historia ayuda.
El libro cuenta con un excelente prólogo de otras dos notables profesoras de historia, Nelly De Agostini y Carla Bernardoni y fue magníficamente editado por el Plenario Departamental de Paysandú del PIT-CNT.
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