Cada tanto
tiempo, semanas, a veces meses, el año pasado un año entero, llevan a alguno
nuestro, o todavía nuestro, a la TV al aire. Entonces hacen marketing por
redes, incluso orgánicas del Frente, para sumar rating a los medios masivos hegemónicos,
legitimarlos y rescatarles credibilidad. “mañana va a estar Menganita en duplex
10 y web El País, pasalo”, “mañana va a estar fulanito en SS, pasalo” “pasado
en el 12 va a estar sultano, pasalo”. “Asegurémonos de que todos los frentistas
lo veamos, así le damos vida a los canales que, antes y después, operan bien
eficazmente y ostensiblemente contra el Frente y el PIT-CNT”. Es de estúpidos.
Parece que creemos que somos una hinchada que incide en algo más que el rating a
favor del enemigo, por estar frente al televisor mientras maniobran sus
imágenes. Así nunca vamos siquiera a plantearnos el tema del poder.
Hace años,
en Argentina, Víctor Hugo Morales, acuñó el término “blindaje mediático” para
describir fidedigno la opereta hegemónica. Aquí, donde el blindaje es aún mayor
que en Argentina, Leandro Grille, en Legítima Defensa, lo señala con necesaria
insistencia, pero en rigor lo existente es el “blindaje político” a los medios
hegemónicos, que son el verdadero poder.
No digo que
no hay que ir a esos programas. Lo dudo muchísimo. La desgraciada gente que
mira TV al aire (vivir desinformado e inoculado de ideología contra los propios
intereses de la gente, es una gentil desgracia) tiene el suplemento de ver, de
vez en cuando, a alguno nuestro asediado por los periodistas de ellos, pero que
nosotros lo miremos es absolutamente al pedo. Lo más importante de oír a los
nuestros, no es que digan tal o cual cosa, sino que fortalezca un espacio
propio para disputar poder.
Comentó en
nuestras redes un compañero con experiencia periodística, “mañana voy a hacer
una excepción y los voy a ver. Algo le está funcionando mal al gobierno y
observar las operaciones te da pistas”. Con que mire ese compañero alcanza. Que
después pase el informe de su sacrificio y listo. Aunque tampoco se necesita
para semejante inhumana tarea, distraer a un cuadro. No implica “desatender el
riego de las rúculas”. Con uno sólo de la categoría "buenos" basta, no
precisa de "imprescindibles".
Tomá nota. Los
canales al aire no hicieron una sola mención a la campaña de firmas y con eso
nos obligaron al modo nuestro, al modo plebeyo, a un espacio cuasi clandestino
de comunicación, que es un espacio que ya conocemos y es nuestro. Resultado:
800 mil firmas. Ahora meten campañas quirúrgicas de desprestigio. Por supuesto
son fáciles de no replicar y contraatacar, pero siempre algo queda, por eso la
solución es la pedagogía del Che: “al imperialismo no hay que creerle ni un
tantito así, nada”. Esos medios son voceros del imperialismo, de pe a pa. No
hay que creerles ni mirarles nada. Pasálo.
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