El mundo
está en un momento especialmente complicado que podría acercar a Cuba. No está
sencillo cuando los chinos recurren a un septuagenario. Mientras era para reunirse
con Trump, ya totalmente desautorizado por el Deep State, al punto que Trump retiró
las tropas de Siria un lunes y el día siguiente el Deep las envió de nuevo sin
orden del supuesto Comandante en Jefe Trump, pensé que Beijing enviaba a un
viejo canciller del gobierno de Hu Jintao, para no molestar al Chino Recoba, porque
daba lo mismo quién hablase con ese gobierno yanqui, pero cuando enviaron al
mismo viejo Yang Jiechi a Hawái a reunirse con Pompeo, ex Director de la CIA, empecé
a dudar más. Cuando el mismo Yang Jiechi se reunió con Blinken en Alaska recordé
que eso de saltearse la aparente autonomía de una generación en el gobierno, los
chinos sólo lo hacen cuando la mano viene complicada, por ejemplo, cuando Deng Xiaoping
se salteó a la generación de Jang Zemin para, con 89 años, resolver Tiananmen.
No siempre
los momentos complicados son los de retroceso. A veces son más complicados los
avances, especialmente avanzar contra el poder de USA menguante en un mundo con
delicada disuasión atómica. Atañe grandes riesgos. Noam Chomsky ha notado que
el cambio de gobierno entre Trump y Biden, en política internacional (o sea, en
política) es totalmente imperceptible. Pepe Escobar sugiere que la verdadera
cumbre USA-Rusia no es Biden-Putin sino entre los jefes de Seguridad, Jack
Sullivan-Nicolai Patrushev y no precisamente porque Putin no mande y menos
porque no lo secunden Lavrov, Peskov, Zajárova… sino porque no manda Biden,
salvo en vuelos de cabotaje internos y a los tropezones. Entonces se reúnen
Putin con Biden amigablemente en Moscú y al día siguiente el Deep manda aviación
yanqui desde Grecia a custodiar un destructor británico que va a violar aguas
territoriales rusas y manda un destructor propio al Mar de China, bombardea
Irak desde Siria, atenta contra un buque petrolero iraní, intercepta un barco
chino en el Caribe con toneladas de ayuda médica para Cuba, todos actos de
guerra convencional que desbordan la guerra híbrida del Imperio del Caos, derivado
Imperio de la Desesperación.
Antes Yang
Jiechi y Wang Yi (el Canciller chino) se reunieron con Blinken (el Secretario
de Estado yanqui) y con Sullivan, en Alaska, donde se vio la realidad. El documento
del Deep que reconoce que USA se ha resignado a procurar una estabilidad
trilateral, poco difundido (en castellano lo dio a conocer el doctor Jalife Rahme)
no la hace ilusionarse con semejante estabilidad, porque ni China ni Rusia ni
nadie le puede garantizar a USA, área de influencia para esa estabilidad. América
Latina es la evidencia mayor. No hay quien detenga a los pueblos insumisos de este
continente que los yanquis consideran su “patio trasero”. Entonces, cuesta abajo
en su rodada, USA sale a pudrirlo todo en todas las regiones, pero sin la
eficacia de otrora. Comparado con todos sus predecesores en la presidencia de USA, Donald Trump resultó
un alivio para el mundo (apenas el atentado contra el general iraní Soleimani y
dos generales iraquíes, 20 Tomahowks contra un aeropuerto sirio en desuso, un
golpe de Estado en Bolivia, un intento de magnicidio, de desembarco y de golpe
de Estado en Venezuela, el secuestro canadiense de la Presidenta de Huawei y una bomba madre contra Afganistán) pero
volvieron los demócratas libertarios y, con ellos, el aumento eufórico en el presupuesto
al aparato industrial armamentista (casi 800 mil millones de dólares sin
contar, claro está, los encubiertos, entre éstos y aquellos, no menos de cien
millones anuales a la contra cubana), volvieron los atentados a buen ritmo en
todo el mundo y los bombardeos, y, aunque es muy improbable que Biden iguale el
récord de Obama de siete países bombardeados por su mandato, es bastante posible
que uno de esos países sea Cuba, llegado el caso de que puedan revolver el río
lo bastante.
El resumen
de todas esas reuniones cumbres fue la ulterior trigésima cumbre presencial
presidencial, en diez años, entre Xi Jimping y Putin (nunca en la historia se
había dado esa especie de gobierno colegiado entre dos potencias
antiimperialistas), seguida inmediatamente por la reunión Lavrov-Wang Yi.
Sinorrusia
cerraba la ronda de consultas sin creerle a los yanquis ni un tantito así,
nada.
Ya ni ellos se creen. Resultó que
el destino no era el que Dios le había manifestado a James Monroe y a Teddy
Roosevelt, y no conforme con someterla a la multipolaridad, Dios ni siquiera le
permite a USA cierta estabilidad tripolar. Y nadie tiene ningún motivo, ni siquiera
geoestratégico, para salvarla, a ella que tanto se ha dedicado a “salvarnos” a
todos.
Y ¡por Dios manifestado
y creído!, ¡cuánto ha hecho por “salvar” a Cuba! Más no se puede hacer. No
importa con qué oculten los medios los sucesos de Colombia, de Perú, de Chile,
de Bolivia, de Honduras, de Brasil, de Haití… los sucesos igual se suceden,
aunque los medios hegemónicos e “independientes” siempre con algo los van a
ocultar. Lo importante es que, al saltar concentrando humo, fake y agigantamientos
desde Nicaragua a Cuba, hacen la contrarrevolución virtual, que no deja de ser
una manera de acercar en los hechos concretos la verdad de la revolución.
Cuba tiene
la oportunidad de mostrar que se defiende con su pueblo ganando la calle, con
más democracia, mientras Piñera no tiene calle ninguna, Duque no tiene calle
ninguna, Bolsonaro se está quedando hasta sin milicos y MÉXICO, Nicaragua, Venezuela,
Bolivia, Argentina, muy pronto Perú y pronto Chile y Brasil no la dejan sola.
Digo que se
defiende y no que resuelve porque “los dos problemas principales de Cuba son el
imperialismo yanqui y el imperialismo yanqui” (Che), los que determinan todos
los oros problemas y no sólo por el bloqueo y los atentados terroristas y las
campañas mediáticas, sino además por la obsesión golpista de la OEA (nuestra
culpa, nuestra grandísima culpa, Luis Almagro). Los problemas subsidiarios ni
siquiera se pueden paliar si no abre su principio de solución, la resolución
del problema fundamental. Podemos decirlo con palabras de López Obrador a los
gringos, “si de verdad quieren ayudar, levanten el bloqueo”.
Ya sabemos
que los yanquis mienten hasta cuando dicen la verdad: “no podemos levantar el
bloqueo porque si lo hacemos, Cuba ya tiene la propiedad de sus medios
productivos y en pocos años se transforma en potencia. Ya vimos que, cuando
levantamos las sanciones a Irán con el 5 más 1, en cuatro años se convirtió en
potencia regional, ¿por qué crees que cercamos a Venezuela, a Cuba, hostigamos
a Nicaragua, golpeamos a Bolivia? Porque en condiciones de libre mercado,
Bolivia fue el país del continente que creció más, Venezuela con Chávez en 2013
fue potencia, Nicaragua fue el que creció más en Centroamérica. Si no
tuviésemos a Cuba bloqueada desde hace sesenta años, hoy, además de las únicas
vacunas autóctonas de Latinoamérica contra la COVID, Cuba estaría produciendo
también extraterrestres” (Jonhy Carter).
No hay comentarios:
Publicar un comentario