¡Parecía tan
fácil capitalizar la peste a favor de los gobiernos! Cadenas televisivas,
control social, épica de unidad nacional, talibanes del consenso y mariscales
de la victoria, pero resultó que en esta parte del mundo los gobiernos no
existían.
Quedaba, de
tiempos del viejo Batlle, preservado a plebiscitos y a quince años del FA, un
poco de gobierno en Uruguay (gobierno con dominio de los recursos estratégicos,
gobierno digo), pero había asumido Lacalle Pou que quiere tercerizarlo.
Había, en
Bolivia, el Movimiento Al Socialismo-Instrumento para la Soberanía de los
Pueblos, que en trece años creó gobierno de la nada, pero Almagro le había dado
un golpe de Estado para privatizarlo.
En el resto
de los vecinos más próximos (Brasil, Paraguay, Argentina, Chile) no mandan nada
los gobiernos. Mandan “los mercados” y “los mercados” es una entelequia sin
rostro ni domicilio conocido.
Tanto puede
ser el fazandeiro o estanciero que le prende fuego a la Amazonia o a Córdoba o
a Mendoza, para hacer negocio, en sagrado ejercicio de su libertad individual o
el magnate pretrolero de Texas que mueve su lobby para no detener ni un minuto
las economías, así mueran millones de COVID y, en sus zonas de influencia, nunca se resuelva la pandemia
Ni Trump ni
Bolsonaro ni Fernández ni Macrón toman las decisiones (nada indica que si las
tomasen serían mejores que las que se derivan de las libertades individuales de
los mercaderes, pero a los gobernantes, al menos, tenemos a dónde ir a
buscarlos). Anunciaron medidas falsas y después, los poderes fácticos les obligaron a abrir casi todo sin haber controlado el virus ni ahí. Hoy están peor que en marzo. Sus economías deshechas y hasta el FMI declara que la única potencia que crece este año es China, con proyección de dos dígitos para el que viene.
Macri, en su
retorno a las entrevistas televisivas, dijo a guisa de explicación, “yo
tercericé el gobierno de la economía”, o sea, tercerizó el gobierno al capital
financiero. Pero ya lo había tercerizado Menem, en el sentido Cavallo de
Martínez de Hoz y Sourrouille.
Ayer Bolivia
recuperó la democracia para volver a formar gobierno y en Uruguay lanzamos la
campaña de firmas para el referéndum que evite que Lacalle Pou lo tercerice
siguiendo los pasos de su admirado Macri.
No vayan a
creer. Son grandes acontecimientos. Son bien pocos los países del mundo que
tienen gobierno, por eso son pocos los que pudieron desembarazarse del virus en
dos o tres meses a lo sumo y autorizan multitudinarias fiestas tecno sin
barbijos.
Antes se
hablaba de la superioridad del socialismo o del capitalismo y es verdad que la
mayoría de esos pocos gobiernos los ejercen partidos comunistas, pero hoy apenas
se atreven a declararse “en fase democrática de construcción del socialismo”.
La superioridad ha demostrado ser más sencilla. Es del gobierno mismo, del
gobierno en sí, cualquiera sea, que no sea el totalitarismo del capital
financiero imperialista.
No importa
de qué signo. La cuestión es que tenga soberanía, independencia, etc, etc… que
puedas ir puerta a puerta con brigadas que pregunten qué necesita cada uno para
hacer una cuarentena de verdad, un par de meses y listo, porque sos propietario
de la luz, del agua, de la Internet, de los alimentos, de la salud, de los
medios, tenés viviendas, en fin… tenés gobierno.
Cuando Azzini firmó el primer stand by con el FMI, Peloduro dibujó a Haedo diciendo, "Así ni gobierno es".
Y si un
gobierno-gobierno no puede, la culpa es del líder. Por eso Kim Jong Un le pidió
perdón a su pueblo por tener un mal líder. Es de suponer que a los primeros que
Beijing avisó del virus, fue a Hanoi y a Pionyang. Si Hanoi no tuvo muertos y
Pionyang sí, la culpa es de Kim.
A Propósito,
vi el desfile por el 75 aniversario del Partido del Trabajo de Corea, que trascendió
por mostrar un misil gigante y lo que llamó mi atención, fue un destacamento
entero con equipamiento para guerra biológica.
Es lógico.
Un Departamento de Estado que hace unas décadas arrojó en Corea más bombas que
todas las de la “Segunda Guerra Mundial”, tiene laboratorios de guerra
biológica en bases militares en el extranjero. Las utilizó con variado éxito en
Vietnam y Cuba, pero últimamente ha fracasado con ellas e igual que adelantamos categóricos
que Bolivia ganaba el 18 (centro territorial, acierto del Che) y que China la
desglobalización fugaz y la nueva globalización, dijimos que si fracasaba la
biológica, USA iba directo a la convencional para detener a China. No le queda
otra.
Xi Jimping,
con su doctrina militar defensiva, llamó al Ejército Popular de Liberación a
prepararse a resistir en combate convencional el corolario de la hipótesis de
conflicto USA, desde que hace diez años, Obama etiquetó “el pivot hacia el
Este”.
Para eso USA
caotizó todo lo posible el planeta, pero especialmente las regiones del planeta
por donde pasa la ruta comercial china. Rodeó a China de bases militares y la
hostiga en sus mares y cielos. A varios de sus aliados ya los tiene bloqueados
desde hace añares y a otros los va bloqueando con cualquier excusa.
En los
años de Trump, creó o prosiguió guerras en cuanto país cercano a China pudo.
Ahora Armenia-Azerbaiyán reanudan hostilidades y Rusia sale a frenarlas, pero
finalmente, la guerra comercial y financiera de USA a China va a escalar
militarmente. Y es irrestricta.
La ruta comercial
china sigue avanzando; puente que le rompen, puente que construyen con tren
bala, carreteras e infraestructuras energéticas. Los países bloqueados por USA
ya son tantos que empiezan a arreglárselas entre ellos, especialmente después
que bloqueó a Rusia, cuya potencia militar cualitativa es mayor que la yanqui.
Desde la de Corea, en 1953, las guerras
USA las pierde o nunca puede terminar de ganarlas. Ahora perdió Bolivia, tras
dos masacres y la destrucción de la sociedad. “ganó la democracia, ganó la
esperanza”, dijo Luis Arce y ganó por paliza: 53 a 31, por 22 puntos. No rebajó
al 48 a 40 que terminó pactista marcando Fernández a sólo 8 de Macri. Arce
tiene aire para volver a hacer gobierno.
El domingo
le toca ganar a Chile, aunque el camino posterior va a ser largo. El año que
viene, gana Ecuador (ningún gobierno del ALBA ha perdido una elección presidencial,
porque ha quedado demostrado que Evo ganó bien el año pasado y Correa ganó con
su candidato Moreno y en 2021 va a ganar contra él). Después Petro le va a dar
gobierno a Colombia. Lula va a volver al Planalto y esta vez al gobierno-gobierno..
Entonces
¿qué le queda al imperialismo? ¿Guerra nuclear? Es el fin del mundo. Puede. Va
a usarla, pero acaso se adelante con el holocausto ambiental, porque ni Trump
ni Biden piensan terminar con el fracking. Todo lo contrario. El lobby del
fracking y el de la industria armamentista mandan muy por encima del cargo
menor que elijan el 3 de noviembre en USA.
De todos
modos, simbólicamente, al menos por un ratito, es importante que el 3 pierda
Trump.
1 comentario:
De verdad habra ganado la democracia en Bolivia? Me preocupa sobremanera lo que pueda ocurrir de aqui a que el MAS asuma el gobierno. No van a dejarse quitar asi como asi el litio y para quien dio un golpe de estado, dar otro es muy sencillo. Los motivos? Ya apareceran. Mientras, solo queda sentarse a ver
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