miércoles, 29 de junio de 2016
El caso López, la corrupción y nuestros casos
Cristina Kirchner apuntó el mismo día que se conoció la pornográfica escena de José López en el monasterio con las monjitas (que después se supo que ni era un monasterio ni eran monjitas; sólo falta la vuelta de tuerca final de "Bad lieutenant", "Un maldito policía", con el descomunal Harvey Keitel): "Yo quiero saber quiénes son, además del Ing. López (Secretario de Obras Públicas durante mi gestión), los responsables de lo que pasó. El dinero que el Ing. López tenía en su poder, alguien se lo dio. Y no fui yo. Ni ninguno de los miles de militantes que integran este espacio político. Que nadie se haga el distraído. Ni empresarios, ni jueces, ni periodistas, ni dirigentes. Cuando alguien recibe dinero en la función pública es porque otro se lo dio desde la parte privada". Es decir: para la próxima campaña electoral quiere saber en qué ande López entonces, cómo esté viviendo su gente y acaso quién se lo dio y cuánto y para qué.
En Argentina enturbia ese reclamo la situación de clase de los Kirchner (más allá de su origen de clase también burgués y de que no cabe ninguna duda de su partido de clase popular a muerte). "Para hacer política se necesita dinero", le dijo Néstor a Cristina cuando eran jóvenes y es cierto, pero también se necesita el máximo de credibilidad y esto es parte de la ciencia revolucionaria de la que tuvo poca el peronismo en sus orígenes. Hicieron todo antes que nosotros, llegar al gobierno, cumplir con la agenda de derechos y gravitar en el mundo por La Patria Grande, pero el Frente Amplio tiene en su génesis partidos del mayor peso que ya habían adoptado o coinciden por distintos motivos con la máxima leniniana de que "el funcionario de un partido del proletariado debe vivir con el equivalente al salario de un obrero de la construcción calificado" y cómo viven los funcionarios la gente lo ve, lo aprecia. Mujica, que todo lo tradujo al lenguaje con que el pueblo piensa, sentenció: "al que le guste la guita que no se dedique a la política". Los funcionarios del PS, del PC, del MPP (entre otros -nombro los partidos de más peso en el Frente-) aportan a sus organizaciones según criterios revolucionarios similares y otros de los que doy fe, como León Lev (del FLS) que fiscalizando cientos de millones de dólares en el Tribunal de Cuentas vive en una modesta casa de altos, pero que tantos funcionarios vivan con no más de cuarenta o cincuenta mil pesos, no significa que no tengamos dinero. Al contrario, es otra fuente de financiamiento para cumplir nuestro programa. Además ese rico patrimonio nos viene de Artigas, con su austeridad franciscana, que viene tanto de sus abuelos y padres terciarios franciscanos como de los charrúas y guaraníes.
En ninguno de los casos que la oposición ha catalogado como "corrupción" del gobierno del Frente, pudo señalar, ni siquiera como infamia, enriquecimiento personal. Lo prueba el patético e imposible caso de Raúl Fernando. A un compañero al que no le constó la injerencia de EEUU en Venezuela, no podés pedirle constancia de una licenciatura porque no tiene constancia de nada, pero yo reivindico a Sendic y reivindico que esté donde está, no sólo porque allí lo puso el pueblo por su excelente campaña (licenciada o no) sino porque cuando Campiani metió el peso de que a él en este país nadie le cobraba la nafta -graficando la correlación de debilidad de un Estado como el nuestro asociado a capitales opuestos a los gobiernos progresistas-, fue Sendic el que le paró el carro golpeándole el escritorio, "yo te la cobro" (y eso no es ajeno a la saña con que luego lo trataron). Todos tenemos luces y sombras, pero seguro que si nos pegan los medios masivos no ha de ser motivado por lo sombrío. Cuando Lorenzo se fue para la casa, lo acompañamos mostrando que no había allí ningún botín. Pudo haberse equivocado el Frente en fortalecer ANCAP más allá de que era necesario, imprescindible e impostergable para el desarrollo productivo del país o en seguir empeñado (literalmente) en que tengamos aerolínea de referencia nacional, pero llamar a esas inversiones gasto es un barbarismo sólo superado por llamarles corrupción. Eso sí, en la próxima fiesta para inaugurar algo importante contratá unos tambores, serví empanadas, cuidá el mango y vendé las casonas que tiene el Estado en el exterior para un protocolo que ni es necesario ni condice con Artigas.
Y ahora sí hablemos de corrupción: Hace más de un siglo y medio Marx señaló que el capitalismo fue un avance respecto al feudalismo y al esclavismo pero lo nuevo que trajeron las actuales relaciones de producción, que ya no generaban hambruna por escasez de alimentos sino por sobreproducción de alimentos, fue precisamente el absurdo y la corrupción. Vivimos en un mundo con relaciones absurdas y corruptas y con un sistema económico, social y político que las reproduce. En este mundo tenemos que luchar por otro posible, en el mundo como es, no como queremos que sea, con la gente como es, no como queremos que sea. Fue corrupción las cañoneras en los puertos, es corrupción el bicentenario comercio desigual que mafiosizaron esas cañoneras y los desembarcos de marines y los golpes de Estado, es corrupción el comercio de deuda con los despojos del comercio desigual y es corrupción, en la última fase más alta de la corrupción, los fondos buitres lucrando con los despojos del comercio de deuda, pero la mayor corrupción de todas es el pago a los fondos buitres presentándolo como honorable. Son esas relaciones de producción las que debemos cambiar para destrabar el desarrollo de las fuerzas productivas.
En cuanto a anécdotas, este comentario de Verbitsky: "Ni el nuevo procesamiento del recaudador de la campaña del Frente para la Victoria en 2007, Héctor Capaccioli, ni la detención en Brasil del instigador del triple crimen de General Rodríguez, Ibar Pérez Corradi, comprometen a la ex presidente, a su vicepresidente Julio Cleto Cobos ni al ex jefe de gabinete Alberto Fernández, el responsable directo de Capaccioli. Por eso, Carrió y su correligionaria Margarita Stolbizer presentaron nuevas denuncias contra CFK, esta vez como jefa de una asociación ilícita, la figura a la que se recurre cuando no hay pruebas sobre la comisión de un delito. El Código Penal la incluyó en 1921, dos años después de la huelga de Vasena y su sangrienta represión en la Semana Trágica de 1919, como instrumento para criminalizar la mera pertenencia a un sindicato con prisión de un mes a cinco años, y sus penas se incrementaron en 1974 de 3 a 10 años para aplicarse a los militantes políticos. Para los jefes, la mínima es desde entonces de 5 años. Esto da lugar al absurdo, señalado desde entonces por diversos penalistas, de que concertarse para hurtar carteras en el subte o postrecitos en un súper (artículo 162 del Código Penal, pena mínima de un mes) pueda ser reprimido con la máxima de 10 años de prisión del artículo 210. Las constantes denuncias por presuntos fraudes contra la administración pública constituyen una de las formas más eficaces de disciplinar a jueces y legisladores, sobre quienes han vuelto a operar como en décadas pasadas los servicios de Inteligencia. Dos abogados de ese origen convencieron a Lázaro Báez de apuntar contra la ex presidente. Por el momento le salió el culo por la tiranta, según la transliteración que inventó Paco Urondo: no tiene forma de probar el encuentro en Olivos que tanto Cristina como el juez Sebastián Casanello y el presunto testigo Wado de Pedro niegan haber sostenido, pero ahora no sólo él está detenido, sino que a corto plazo podrán acompañarlo sus cuatro hijos, a pedido del fiscal Guillermo Marijuan, quien encontró cuentas a nombre de ellos en Suiza. Si estuviera vigente el nuevo régimen del arrepentido, de dudosa constitucionalidad, que los diputados también votaron esta semana, incluso se expondría a una pena de 4 a 10 años por suministrar datos falsos. La demolición del anterior gobierno avanza sin obstáculos, para satisfacción del actual. Hasta ahora nadie se pregunta si en algún momento esa maquinaria no se volverá también contra su instigador y contra el sistema político en su conjunto, como ya ocurrió en Brasil. Tiempo al tiempo".
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