lunes, 22 de diciembre de 2014

Stockolmo

Nosotros tenemos un par de banderas por delante y encima de las del pueblo y la patria. Nosotros, digo, los que piensan esto conmigo, cada cual con su propia cabeza.

La bandera de la República, República crítica, como agrega Gerardo Bleier y la de los derechos humanos y animales. Enfatizo "animales" en estas fechas, no por los perros (que tienen derechos humanos, en tanto son lobos domesticados por los humanos; así como nosotros somos supuestos amos domesticados por los gatos, humano dominantes), sino que lo digo por las aves que sufren la cohetería y los fuegos de artificio aún más que los perros, los gatos y que yo mismo y otros bichos.

Deberíamos agregar a este par, la bandera de la ecología para preservar el planeta.

Enfoquemos ahora la de los derechos humanos, puesta en entredicho por el Ministro de Defensa al afirmar que "si SERPAJ me autoriza a torturar como hacen los yanquis, yo capaz que le consigo información".

Voy a dar por ciertas todas las cosas que se andan diciendo sobre este tema, todos los pactos secretos, todas las denuncias, todas las acusaciones. Supongamos que todas son ciertas. Una cosa no cambia: el enemigo principal es la tortura.

Supongamos que es cierto que a SERPAJ ahora la financia el imperialismo torturador, como acusó Fernández Huidobro, que el MLN pactó con la logia Tenientes de Artigas la impunidad, que ya antes la impunidad se había pactado bajo cuerda en el Club Naval, que la CNT, el PCU, el PSU, el PDC, Seregni y casi todo el FA, pactaron con Trabal los comunicados 4 y 7 como acusa Sanguinetti, que Sanguinetti y Wilson impusieron la impunidad para integrar a las FFAA al bloque de poder de la "gobernabilidad" como acusó Arismendi, más todas las otras suposiciones o constataciones que querramos agregar. Una cosa no cambia: el enemigo principal es la impunidad.

Al enemigo principal -decía Ho Chi Ming, ¡aislarlo y derrotarlo paso a paso!

Saquémosle de aliado primero a SERPAJ, el más importante para nosotros por su valor simbólico y por la memoria de Perico Pérez Aguirre. Si SERPAJ hoy estuviera financiado por la CIA, con la propia CIA hoy tenemos que hacer dos tácticas contra la impunidad concreta, de verdad, en nuestro país. Y como siempre en estos casos en que la coincidencia es parcial, se ha de quedar con la bandera el que la alce más alto y más adelante con la fuerza de todos.

"¿De dónde la saco?", pregunta Huidobro, sabiendo que la información de nuestra parte ya se dio y de parte de los torturadores la información proviene, casi exclusivamente, de los instructores y no es información desinteresada cuando no es desinformación.

No importa tanto de dónde se saca. Lo que sí importa siempre es cómo. Cuba tiene el prestigio que tiene, entre otras cosas, porque Fidel pudo jactarse siempre de que resistió cincuenta y cinco años al mayor gendarme del mundo, ganándole la información sin torturar, por principio. Y ahora Raúl se jacta de que en Cuba se tortura: "En Guantánamo, base militar de los Estados Unidos".

Que hoy Estados Unidos en Latinoamérica no pueda confiar demasiado ni siquiera en las fuerzas armadas de Colombia, ni siquiera en las de Chile, y que sus movimientos para recomponer el tablero de la doctrina Monroe -y, llegada la ocasión, del plan Cóndor en el Sur-, sólo le hayan permitido volver a utilizar a pleno las de Honduras y las de Paraguay (y que cuando utilizaron las de Venezuela en 2002, el fiasco les costó el poder), no es en sí misma una buena noticia.

Cuando no confían en los gendarmes locales te invaden y te bombardean hasta la destrucción total, pero siempre cabe la posibilidad de que un equilibrio mundial racional y verdadero, llegue a tiempo de salvarnos de que los yanquis vuelvan a "salvarnos".

En cualquier caso la geopolítica importa menos que asumir como enemigo la impunidad y la tortura. Incluyendo la impunidad y la tortura de los Estados Unidos, se entiende.

Saquémosle entonces también los 4 y 7. Si no hubiésemos luchado nada se nos hubiesen venido encima peor. En 1964, en Brasil, dieron un golpe de Estado sin que hubiese una guerrilla ni una huelga que los molestara. Lo dieron porque les servía, podían y chau. A partir de entonces, aquí se previó con más atención la posible resistencia a un golpe, incluso, por supuesto, dentro de las Fuerzas Armadas.

Un mes después de los comunicados de febrero, Trabal le informó a Massera: "tenemos la tercera parte: esto se lo come Christi". El dato le sirvió al pueblo para evitar un baño de sangre y hacer más eficaz su resistencia a la dictadura. A la dictadura la llenó de paranoia, sumada a la que agregó un año después La Revolución de los Capitanes de Abril en Portugal. Cuando ya hacía ocho años que a ningún tupamaro le requerían información sobre su organización -seguían torturándolos por puro sadismo-, a una jefa tupa todavía la torturaban para interrogarla por ese tercio, sólo porque había tenido un contacto civil casual con Trabal antes de 1972. El único error que nunca cometimos fue no luchar.

Saquémosle también el Club Naval. Cuando se hace un compromiso se miden fuerzas y se toma una foto, pero ésa no es la película. Si te ponen un 48 en el pecho para llevarte la billetera, aunque te maten no quiere decir que sellen de esa vez y para siempre tu imposibilidad de recuperarla. "Ni los muertos están faltos de poder", dijo el jefe Seattle. Todo depende de la correlación de poderes. Blancos y colorados pactaron la ley de impunidad. El Frente Amplio siguió acumulando fuerzas contra la impunidad con el voto verde, con el rosado y con su programa victorioso por verdad y justicia.

Y ahora el resto: si queda alguno o varios pactos que las incluyan, aunque coincidiesen realmente en las banderas del pueblo y la patria, deberíamos comprender que la tendencia inexorable es a que también se rompan, por conjugar la peor podredumbre con la mayor debilidad: la impunidad y la tortura.
























domingo, 21 de diciembre de 2014

Cambié mi voto: me quedan Bergara, Andrade y Cosse

Ya sé que la política no es fútbol. Si fuera fútbol no escribiría esta nota. Porque no tendría con quiénes confrontar.

Hace una punta de años, cuando el noventa por ciento de los medios y de los periodistas de fútbol fustigaba al maestro Oscar Tabárez por haber citado “repatriados” a la selección, para las eliminatorias y para el Mundial (todos decían que había que jugar sólo con jugadores del medio local y así se hizo luego), escribí un libro argumentando por qué había que poner a nuestros jugadores “de afuera”. Pensé que cortaría tela para rato. Conseguí que el maestro presentara la primera edición y escribió un texto que prologó la segunda, pero me pasó algo atroz:

No bien se estaba agotando a toda máquina la segunda edición, me quedé sin oponentes. Ya nadie sostiene aquello que sostenían y los que lo hacían se cuidan muchísimo de que nadie lo recuerde. Publiqué otros libros de fútbol luego, pero sobre otras historias. ¿Con aquella qué puedo hacer? Una película de romanos.

Es como si a Yoani Sánchez se le terminara la revolución cubana o a Fernando Savater el independentismo vasco. Si el imperialismo hubiese desaparecido, ¿cuánta plata hubiese perdido Galeano? ¿Qué libro le hubiese regalado Chávez a Obama? ¿"El fin de la historia"?

Cuando Francis Fukuyama publicó y vendió rápido "El fin de la historia" yo ya sabía por experiencia propia que el tipo estaba macaneando. Si esa historia hubiese verdaderamente terminado, él hubiera publicado sobre otra historia.

Así que escribo sobre la formación titular del Frente Amplio para las elecciones departamentales, precisamente porque no es fútbol.

GOLES EN CONTRA

El primer gol de los descuentos de la derecha en las anteriores departamentales fue un gol en contra que se hizo el Frente Amplio. No es fútbol pero se parece.

Los principales dirigentes del Frente le dijeron a la gente que Daniel Martínez era bárbaro para candidato a Intendente de Montevideo, sólo que ellos preferían a Carlos Varela, pero resulta que cuando Carlos se retiró y quedó solo Daniel con el apoyo de las bases, los dirigentes lo vetaron. Entonces para ellos no era bárbaro. Le mintieron a la gente. Se nos burlaron.

El segundo gol también fue en contra. Lo cometió una organización que ya no representa a sus bases, cuando, por intereses sectoriales mezquinos, para evitar que de todos modos saliera Daniel, impidió que la gente eligiera el mejor candidato directamente en las elecciones. Estos dos primeros goles, especialmente el segundo, dejaron el ánimo pal orto a la hora de salir a pelear votos.

DANIEL VENGARÁN

Trotsky Vengarán fue y es una de las mejores y más populares bandas del punk rock uruguayo.

El partido trotkista-posadista del país, fundador del Frente Amplio, El Partido Obrero Revolucionario (POR), con un caudal electoral importante para su fuerte especificación científica, se la jugó siempre por Daniel.

En 2009 podía verse el cartel saliente de la fachada de su sede central de la calle Guayabo, proclamando “Daniel Martínez Presidente” con la foto del que entonces sonaba como presidenciable por una tercera opción en la interna del FA, que finalmente lideró Carámbula, también con apoyo del POR. La misma foto, pero con la consigna “Daniel Martínez Intendente”, se vio en 2010 en el mismo cartel junto con sus tradicionales lemas: Frente Amplio, Constituyente, Socialismo. Cuando denunciamos, tras el veto que le interpusieron en el Congreso, “prácticas estalinistas en el Frente Amplio”, los dirigentes al implementarlas levantaron la consigna: “Daniel Martínez Embajador en México”.

Daniel no era mi candidato. Me parecía tan bueno como Carlos y si corrían los dos, yo votaba a éste, pero el caso Martínez me posibilitó una catarsis muy especial: votar al Partido Socialista, al que consideré siempre mi rival directo entre los compañeros, a la vez que el principal aliado.

La rivalidad no era por las lecturas históricas, que me acercaban más al POR o a los Grupos de Acción Unificadora (GAU), que lideraba Héctor Rodríguez, sino por el peso concreto de Rodney Tibaldo Arismendi (del Partido Comunista) y de Vivian Trías (del Socialista) –con sus pequeñas importantes diferencias, sobre la existencia uruguaya de una burguesía nacional y el papel continental de otras–, que, en mi perspectiva, conjugaban el devenir del FA.

Después fui oyendo cómo la gente del Bebe Sendic, que antes despreciaba la teoría, había salido de la cárcel hablando en criollo algunos aspecto de la línea de Arismendi (Rodney), pero sin la generosidad sectorial del PCU (no los juzgo por eso, simplemente lo constato; en ocasiones los encontré sabios por no ser dadores de sangre política –en especial al PS, que no se ha caracterizado por la generosidad–; en otras, como ésa de las candidaturas a la IMM en 2010, incomprensiblemente sectarios).

El POR, el PS, el Movimiento al Socialismo y los otros que ya postulamos a Daniel Martínez para candidato a Intendente en 2015, estamos promoviendo el desagravio público de Daniel, que será desagravio de la gente y de la propia fuerza política Frente Amplio.

Pero no como promovió el PCU, en 1956, el desagravio de Héctor Rodríguez, dirigente textil y ex dirigente del propio PCU, que había sido defenestrado por la dirección estalinista de Gómez Chiribao. Porque aquel fue un desagravio falluto, del tipo “tiene razón pero marche preso”, “volvé pero a la cola” y el futuro fundador de los GAU y del Frente Amplio, no lo aceptó. Daniel será desagraviado con la abolición de las “mayorías especiales” que terminan imponiendo el criterio de las minorías y con la universalización del voto frenteamplista, o sea: que nunca más se decida por dedocracia y por minoría, lo que se puede decidir por voto universal y secreto y por mayoría.

Para mayo de 2015 tendremos en el cartel del POR la foto de Daniel y nuevamente la consigna “Daniel Martínez Intendente”. Será tal la reparación, que hasta Bujarin en su tumba, junto a millones de represaliados, la celebrará agitando punk rock.

EL RESUMEN GANADO

Daniel quedó de suplente en aquel 2010 de la maniobra que ocasionó pérdida de votos. Daniel aportó al equipo sumando con la 90, cuidando la unidad, a pesar de los pesares. Después trabajó cinco años bien abajito con las bases y estos dos últimos añitos se preparó técnicamente para lo más específico de la función de Intendente Departamental de Montevideo. Estudió y agregó conocimiento al que ya tenía, como Ingeniero y como director de empresa. Ahora ya está planteado abiertamente y va a ser muy difícil que le quiten la titularidad con pactos entre tinieblas.

No pretendo que juegue solo. Si el Frente quiere poner dos o tres candidatos, que la gente decida. De última confío más en el criterio de nuestro pueblo que en el de nuestros dirigentes y, si vamos a equivocarnos, es preferible hacerlo entre todos.

Que no haya que volver a decir: “¡Qué jugador y no lo pusieron!”.

POSDATA

17 de noviembre de 2018, sábado:

El jueves vi a Daniel en las telenoches del oligopolio sugiriendo que había que sacar a Bonomi. El viernes oí a la oposición rugiendo: "¡Fuera Bonomi! Si hasta Martínez lo dice...".

Yo iba a volver a votarlo, ahora que Daniel, tras cuatro años de muy buena intendencia, es, otra vez, presidenciable, pero un poco de coherencia no viene mal. La misma vara con que lo medí para apoyarlo entonces, ahora lo descarta por el mismo motivo, Me quedan tres candidatos, Bergara, Andrade y Cosse.

Porque además no es cierto que los medios, a otro Ministro de Gobierno (del Interior) frenteamplista, vayan a pegarle menos que a Bonomi ni con menor estrago para el Frente. Al que tenemos que cambiar es al juez, la correlación de medios, que tiene la cancha flechada, pero, lamentablemente, de eso tan determinante el FA no se ha encargado, sino por el contrario.

Por supuesto, si gana Daniel la interna del Frente Amplio, lo voto a Presidente, con el mismo fervor que a cualquiera de las tres que puedo votar también en primarias.

domingo, 14 de diciembre de 2014

La guía, el rumbo y el Ministro de Defensa

¿En dónde se nos queda lo que se nos quedaba en el tintero cuando escribíamos a pluma? ¿En la placa de video?

En fin... de donde sea que sale el color de las letras hacia esta pantalla, saco ahora algunos temas que allí se me quedaron durante la campaña para el balotaje.

El menú para el balotaje era Lacalle-Bordaberry en dos panes. No daba para agendar polémicas que nos cocieran en nuestra propia salsa para semejantes comensales.

Ahora va de una: en aquel tiempo sólo leí de la guía sobre diversidad sexual, las partes polémicas citadas por Esteban Valenti, que provocaron su respuesta de que está orgulloso de ser heterosexual y que no piensa meterse en un armario para seguir siéndolo.

Aprecio mucho a Valenti escritor, pero en este caso me parece que exageró. Es intolerable que haya gente que se empeñe en amargar la vida a alguien por su orientación sexual, pero ese empeño no ocurre contra los heterosexuales. Mi jefe Oterito, en El Diario de la noche, decía del homosexualismo: "cuando yo era niño era una degeneración, ahora es una opción, mañana va a ser una obligación" y funcionaba como chiste precisamente por el absurdo.

Es tan obvio el orgullo de ser heterosexual que, además de todas las formas estructuradas para expresarlo, decirlo a la defensiva resulta sospechoso. (http://www.bitacora.com.uy/HNImprimir.cgi?6854,0)

EL RUMBO

En la carta para un cambio de rumbo del gobierno hacia la izquierda, carta colectiva firmada, entre otros, por mi amigo Hoenir Sarthou, creo que el meollo de la cuestión estaba donde nos invitaba a pensar el anticapitalismo.

Voy al grano: tengo por "dogma de fe" (si se prefiere) que en el sistema capitalista mundial integrado o imperialista en su fase más extrema de concentración del capital financiero especulativo (como quieran llamarle), el desarrollo económico de la periferia en sí mismo es anticapitalista.

Dudo de la "verdad científica" de que haya sido por una burbuja de la especulación inmobiliaria que las metrópolis entraron en crisis.

Creo, más bien, que el desarrollo de algunas sociedades se debió fundamentalmente al subdesarrollo de otras y lo que hoy llaman crisis del sistema se debe al quiebre tendencial inexorable de las reglas que impusieron esa dicotomía (comercio desigual, deuda pervesa, deuda odiosa, exclusión de tecnología e innovación para la periferia).

La tendencia a ese quiebre se aprecia, por ejemplo, en la emergencia del desarrollo económico, político y humano de bloques periféricos. El giro hacia la izquierda sólo se da con la integración cada vez mayor en nuestro bloque regional, como polo de desarrollo y la diversificación de mercados para nuestro bloque cada vez mayor. Esto es lo determinante. En los aspectos subsidiarios señalados en la carta estamos todos de acuerdo. Al menos no conozco a ningún votante del FA que esté en desacuerdo. Como declaración de diferencias esos otros aspectos resultan irrelevantes.
(http://www.peticiones24.com/otrorumbo)

EL MINISTRO

Y en tanto que la vida sigue, después del balotaje llegó a nuestra pantalla la polémica por la designación del nuevo (no muy nuevo) gabinete de Tabaré, con particular énfasis en la continuidad del Ministro de Defensa.

Este tema da para bastante más.

La sociedad reclama verdad y justicia. No sólo la uruguaya: toda sociedad y el propio concepto de sociedad. Ese reclamo es imposible de acallar y no se frena con cuatro o cinco medidas políticas como pretendió en su momento Sanguinetti ni con la receta de Felipe González de "dar vuelta la página". Así les fue.

En Uruguay hubo tres plebiscitos formales victoriosos contra la impunidad. El del voto verde, que en 1989, pese al miedo y a las amenazas, hizo duplicar la fuerza política de quienes procuramos verdad y justicia; el del voto rosado, que en condiciones reglamentarias adversas y sin el apoyo (o con un apoyo renuente) de la dirigencia política que decía apoyarlo, igual alcanzó el 48% de los votos, superando por bastante al voto verde y, ahora, el del NO a la baja, una contraofensiva que -yo no lo imaginaba-, pudo bajar de un 65% a un 45% la adhesión a una campaña político-mediática de cinco años a dura impunidad (al fin de cuentas, fue una victoria sobre Bordaberry), pero hubo más: porque cada acto electoral, siempre, es un plebiscito contra la dictadura.

El compañero Fernández Huidobro (parte de esa dirigencia frenteamplista renuente en los hechos a la papeleta rosada -que fue casi toda-, pero no de la que, a mi criterio propio, cerró con error y por error el tema en el parlamento, a sabiendas -y con cálculo- de que la Suprema Corte declararía inconstitucional la ley, como ya se había dicho; Huidobro fue de los que dijo que firmaría por un tercer plebiscito devolviendo el tema a la más amplia categoría de masas) cumplió una tarea importante para conseguir la mayor de estas victorias contra la impunidad y no se había jactado en lo más mínimo.

Lo que dijo, ante la penúltima andanada de críticas que le destinaron en medios de izquierda, en redes sociales y ecos reversos de derecha, fue motivo de más críticas y entonces sí, recién entonces, dijo lo que no debía decir. Porque lo capcioso de las preguntas pase; que los milicos lo adoran como si fuese un Kunz en El Corazón de las Tinieblas, pase; pero eso de que los milicos votaron al FA (aunque haya dicho que votaron al Pepe, en definitiva votaron a ambos) y que por eso ganamos, por ejemplo, Cerro Largo y que se puede comprobar contando los votos observados, eso no debió decirlo, porque es una exposición militarmente innecesaria.

Sin embargo, confieso, que un histórico jefe tupamaro le de al voto ese valor de argumento, no deja de parecerme cosa de encantamiento más que de conversión.

Hace diez años tuve el honor, muy sincero, de presentar en la sala de conferencias de el LATU el libro de Fernández Huidobro, Chile roto, un libro cuyo tema de fondo es precisamente el de los derechos humanos. Ocurrió en esa presentación un episodio atípico en las presentaciones de libros. El presentador, yo, discrepó con el autor, públicamente, sobre una frase de éste. "En 1972 sufrimos una derrota militar", dijo. Yo, respetuosamente, le dije que la derrota que sufrió el MLN en 1972 fue política. Respondió que lo hacía pensar y desde que lo conozco, me parece un tipo de coraje intelectual, más allá de que tenga otras discrepancias con él.

El voto para mí es tan importante que a principios de 2014, con uno de sus brillantes análisis, Sandino Núñez me convenció de que yo no soy de izquierda: soy votante de izquierda.

Mi transferencia, sin embargo, no fue del "ser" al "votar" como él sugería, explicando de algún modo que él, para seguir siendo de izquierda no iba a votar a la izquierda, porque existe un término de intercambio entre ser y votar y yo creo que tiene razón, que existe ese intercambio, pero mi transferencia, mi intercambio, es al revés, a la inversa, es del votar al ser. En una entrevista muy reciente Slavoj Zizek dice que él preferiría un sistema donde no tuviese que militar por nada, donde pudiese dedicarse enteramente a la filosofía. Yo sólo soy votante de izquierda; luego por cuestiones tanto civiles como militares, transfiero mi voto a mi civilidad y militancia de izquierda, hago ese intercambio porque sé que todavía no es tiempo de votar y quedarse tranquilo novelando.

Y cuando ganamos las votaciones festejo por seguirle la corriente a Tabaré Vázquez, por "obediencia debida", digamos, porque si por mí fuera sólo hubiese festejado ésta en la que Huidobro jugó cierto papel como Ministro. En La arboleda perdida, Rafael Alberti recuerda o inventa que la noche de los festejos del 14 de abril de 1931, un compañero le dijo: "yo voy a festejar cuando vea a la guardia civil gritando ¡viva la República!".

Y festejé aún más el 27 de octubre, cuando una dirigente blanca de Minas twitteó o facebookeó "¡que vuelvan las botas!" y la pasamos por las redes sociales indignados por su vileza, pero cagándonos de risa de su ingenuidad sobre las correlaciones actuales.

Claro que es verdad que los militares hoy están mejor que nunca porque nunca se los trató mejor que ahora, como bien dice Fernández Huidobro, pero también lo están porque se los diferencia de los traidores, hoy presos, que en otros tiempos les ordenaron ser indigno brazo armado del imperialismo y de la oligarquía de estancieros banqueros con frigoríficos que hoy, si la mano viniera distinta, estaría haciendo cumplir el pedido de esa dirigente.

Tenemos que diferenciar también entre los presos, a los que colaboraron e informaron de los que no. Porque este gobierno a ninguno maltrata para obtener información y está perfecto que así sea, pero por conciencia algunos aportaron datos.

Siempre es difícil ponerse en el lugar de otro; pero a veces un poco más y otras un poco menos. Más acá de los históricamente interminables pactos y facturas entre logias y grupos en la diversidad de la unidad del pueblo sin exclusiones, no es simple en ningún momento el de Ministro de Defensa, lo ocupe quien lo ocupe.

En todo caso, opino que la señal pura de certeza que quiso dar el Presidente con la continuidad en Defensa Nacional y en Interior (Gobierno) tiene que estar acompañada de señales igualmente fuertes de avance en verdad y justicia. Incluso opino que una vía puede ser forjar el mejor momento hacia una Constituyente que con la mayor participación también resuelva el tema de la propiedad de la tierra, la soberanía y el subsuelo, destrabando además los derechos humanos en lo que falta destrabar.

El de desaparecido en dictadura no fue un lugar lo bastante impensado en una etapa de mi vida. Tenía un jefe que cuando discrepábamos con él nos culpaba de cagarnos en nuestros muertos y en nuestros desaparecidos. Un día dije que si moría o desaparecía que nadie me usase para reprochar nada a un compañero, pero aquel jefe pensaba todo lo contrario en su caso. Es singularísima la voluntad personal, como la habrá sido de cada uno de nuestros compañeros.

La mía era que me usaran pero para ganar y poder cumplir nuestro programa, la voluntad colectiva, la edad verdadera de los niños liberados, en fin... con verdad y justicia, claro, para no tener que pagar mayores costos, para que todo pudiera hacerse con el voto y si con el voto mayoritario de los compañeros milicos también, muchísimo mejor.

Sé que si a Gavazo la vida le hubiera dado a elegir un castigo, éste del 26 de octubre y del 30 de noviembre (votos observados incluido) es el que nunca hubiese elegido.